Con una inflación que ya va por el 10%, el Estado y el resto de
Administraciones públicas deberían reordenar sus prioridades para prestar mayor
atención a los ciudadanos, que ven cómo no pueden llenar la cesta de la compra
ni el depósito de combustible, pagar los suministros básicos, llegar a fin de
mes. Y hablo de Estado y no de Gobierno, como deberíamos hablar de comunidades
autónomas y ayuntamientos, independientemente del partido que las gobierne. Si
los grandes partidos se preocupan por llegar a acuerdos de interés público para
asegurar el Estado social, sobrevivirán; si no, serán barridos por las penurias
económicas y sociales, que irán a más en un contexto geopolítico de
inestabilidad y guerra. En Francia, el Partido Socialista apenas ha alcanzado
el 2% de los votos en las elecciones, y la extrema derecha tiene serias
opciones de llegar al Elíseo con propuestas tan peregrinas como pactar una
alianza con Rusia o acabar con la Unión Europea, que es ahora mismo la que
financia la prestación de los servicios públicos esenciales en los Estados
miembros, la mayoría en quiebra técnica. Es el paisaje que queda después del
desastre. A Vladímir Putin le estorban los ucranianos, y por eso dice que sufren
una enfermedad repulsiva: hay que desnazificarlos. La cosa tendría gracia si no
viniera de alguien que parece el hermano gemelo de Adolf Hitler, y si no fuera
sostenida por todo un aparato político de propaganda. ¿Se les caerá la cara de
vergüenza a todos aquellos que, en España, han simpatizado con esta dictadura
de herederos de la KGB? Pues se ve que no, pero para eso están las hemerotecas,
que revelan que los extremos de Vox y Podemos están, sin embargo, tan cerca que
casi llegan a tocarse. Pero ahí tenemos al PP, dispuesto a pagar el precio del
poder en Castilla y León, que ha guardado ya en un cajón cualquier política que
pueda sonar a progresista, empezando por el anteproyecto de ley para garantizar
el principio de igualdad de trato y de no discriminación por razón de
orientación sexual e identidad de género. Y continuando con la normativa de
memoria histórica, que protege la recuperación de los cuerpos de miles de
represaliados del franquismo que todavía permanecen enterrados en fosas
comunes. Pero ¿sí nos escandalizamos con el descubrimiento de fosas en las
ciudades ucranianas? Será la elocuencia del directo, pero también habría que racionar
la demagogia política en España. PSOE y PP deben pactar un proyecto común para
que sobreviva el Estado social y democrático de derecho.
IDEAL (La Cerradura), 17/04/2022
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