lunes, 26 de septiembre de 2022

Patrimonio

La Junta de Andalucía ha decidido bonificar en un cien por cien el Impuesto sobre el Patrimonio, lo que además de hacer saltar de alegría a los andaluces ha puesto de uñas a otras comunidades autónomas y concretamente a Cataluña, pues el presidente Juanma Moreno ha animado a los empresarios catalanes a que se vengan a vivir al sur. Lo que me llama la atención es que en el PP y en medios afines se hayan apresurado a aplaudir la medida, cuando se trata de un partido que tradicionalmente ha estado en contra de una descentralización excesiva y de que los ciudadanos españoles no tengan los mismos derechos y obligaciones independientemente de la parte del territorio donde vivan. Ese principio de igualdad tan cacareado y mal entendido, sobre todo en materia fiscal. Pues igualdad no es uniformidad, y si a los entes territoriales se les reconoce la capacidad normativa para crear sus propios tributos o regular elementos esenciales de los impuestos estatales cedidos hay que ser consecuente, aunque se desate una batalla fiscal entre las autonomías. Algo que ocurre también entre los países si no se le pone remedio en el marco de organizaciones internacionales como la Unión Europea o la OCDE. En España, reconocemos la autoridad estatal o la autonómica según el día, dependiendo de si tenemos que defender el Estado centralizado o el federal, pero al parecer ni siquiera se deciden los partidos políticos, que no pueden propugnar una única idea de España porque dependen del poder de sus barones territoriales, que acuden a las elecciones como a un refrendo personal que les otorga independencia orgánica. ¿Qué puede hacer Alberto Núñez Feijóo ante tanto verso suelto? No mucho en realidad, porque lo que conviene a España a nivel general puede no convenir particularmente a Madrid o a Andalucía. Ay, la solidaridad. Pero una cosa es lo que le conviene a la persona, como presidente o presidenta, y otra lo que conviene al país o a la comunidad autónoma. Y se echa de menos claridad en las propuestas políticas. Juanma Moreno, que nació en Barcelona, sí lo tiene claro: “Le digo a los empresarios catalanes: aquí está su tierra. En Cataluña hay Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Aquí no. Allí hay Impuesto sobre el Patrimonio. Aquí no. Y aquí no nos vamos a independizar nunca, somos orgullosa parte de España”. Es un buen discurso. Cómo nos gustaría que nuestra clase política se pusiera de acuerdo en los argumentos y los mantuviera a largo plazo. Como si se tratara del patrimonio español.

IDEAL (La Cerradura), 25/09/2022

lunes, 19 de septiembre de 2022

Lutos

La declaración por las comunidades de Madrid y Andalucía de días oficiales de luto por la reina de Inglaterra me recuerda a ese vecino de la Costa del Sol que los fines de semana se va al pub a ver los partidos de la liga inglesa. “Es que estoy harto de la española”, suele decir. Y por eso debe beberse esas pintas de cerveza, y haber echado esa barriga británica. Como nuestros políticos, está convencido de que hay que hacerle un monumento al turismo, y él ha decidido vivir como un guiri. No creo que tenga que ver con un desafecto por la monarquía española, aunque el rey emérito haya decidido –o lo hayan decidido- hacerse saudí. Se ve que ya no queremos saber nada de los protagonistas de la Transición y estamos a otra cosa. ¿Podemos decidir ser ciudadanos británicos en vez de españoles? Si lo hacen el presidente de la Junta de Andalucía y la presidenta de la Comunidad de Madrid, tal vez sí. No están a gusto con Pedro Sánchez, y mientras no sea presidente del Gobierno Alberto Núñez Feijóo están dispuestos a cambiar de país o transformar éste en lo que no es. ¿Qué consecuencias tiene la declaración de días de luto oficial además de poner las banderas a media asta? “En las provincias, a medida que fueron llegando la orden y el decreto, sólo se vio entre los judíos duelo, ayuno, lágrimas y lamentaciones”, leemos en el Antiguo Testamento. Isabel II era un “símbolo de continuidad, estabilidad, de una comunidad de pueblos y de fe repartida por el mundo entero”, ha escrito Isabel Díaz Ayuso, que no sé si opinará lo mismo de la monarquía española. En este país solemos valorar más lo de fuera que lo que tenemos dentro, y hasta el nacionalismo español andaba bastante acomplejado antes de la aparición de personajes como la propia Ayuso, convertida ya también en un icono de la cultura popular, esa que se aferraba a la fanfarria de las cañas y las terrazas incluso en los peores días de la pandemia. “¡Seguiremos de juerga, madrileños!”, exclamaba como el líder de los espartanos en “300”. “¡Esto es España!” Y entonces, ¿por qué declaramos tres días de luto por la muerte de la reina de Inglaterra? Miedo me da que, siguiendo el ejemplo británico, lo que en realidad planee Díaz Ayuso sea un “Madridexit”. Ríete de Cataluña. Ni retirada ni rendición, es la nueva ley autonómica. Regresa con tu escudo o sobre él. Y que viva la reina (de Inglaterra).

IDEAL (La Cerradura), 18/09/2022

lunes, 12 de septiembre de 2022

Fiesta

En zafarrancho de combate, me dispongo a apuntalar puertas y ventanas, pues ya empiezan las fiestas del pueblo. Me avisan el repique de campanas de la iglesia, los cohetes, los columpios, puestos y casetas que ponen en la calle. Se ve que vendrá mucha gente, pues el ayuntamiento ha autorizado que instalen un escenario que ocupa toda la plaza, la policía local ha cortado la mitad de las calles y uno apenas logra llegar a la puerta de su casa. Son días especiales, y por eso habrán suspendido la aplicación de las ordenanzas, pues la música de la feria trona hasta las cuatro de la mañana. ¿Quién quiere dormir? Total, si el mundo debe de estar a punto de acabarse y las fiestas sólo duran una semana. ¿Una semana sin dormir? Eso no es nada, chaval, yo aguanto lo que me echen. Y nos han echado a Camela y reguetón, que hay que escuchar obligatoriamente, alucinado, con los ojos abiertos como brótolas. Yo y el resto de los habitantes del pueblo, pues aquí, como debe haberse propuesto el alcalde, no duerme ni dios. ¿Habrá salido bailando en Tik Tok, esa nueva epidemia que contagia a los regidores desde Vigo hasta Granada? Me asombra la complicidad del poder político y religioso, pues las campanas relevan a los cohetes y viceversa, que para eso comparten plaza la iglesia y el ayuntamiento, como en cualquier pueblo español que se precie. Aunque avisen de una crisis económica galopante, las corporaciones locales siempre tienen presupuesto para festejos. De pronto, se ha hecho un extraño silencio. Espero, nervioso, en la calma que precede a la tormenta. No me equivoco. Campanadas, cohetes y música irrumpen como fuegos artificiales que dinamitan cualquier atisbo de tranquilidad. Me imagino a los viejecillos encerrados, con miedo a salir de casa. Menos mal que muchos ya estarán sordos como una tapia. Si les pasara algo, ¿podría llegar hasta ellos una ambulancia? Me alegro de la felicidad de nuestros regidores, aunque me provoquen pesadillas. ¿Aceptaré, como Paco Cuenca, el reto de Rosalía? ¿Me convenceré de que en la vida política y cívica ya sólo caben la insustancialidad y la puerilidad? ¿Tendré que encomendarme a Fray Leopoldo? Me concentro para que caiga una lluvia de granizo que acabe con mis pesares, pero no ocurre nada salvo la fanfarria. No hay otra posibilidad. Me acuerdo del arte de la guerra y, encomendándome a Sun Tzu, que aconsejaba unirte al enemigo si no puedes con él, me echo a la calle. ¡Que siga la fiesta!

IDEAL (La Cerradura), 12/09/2022

lunes, 5 de septiembre de 2022

Loterías

Mientras los dirigentes europeos nos avisan de que se acabó (nuevamente) la época de la abundancia, en nuestra bandeja de entrada se acumulan los mensajes que nos anuncian que somos propietarios de fortunas fabulosas, fondos inmobiliarios o nos proponen inversiones en bitcoin o empresas de rentabilidad garantizada. En tiempos de incertidumbre nos hacemos el cuento de la lechera, después de habernos fundido en el verano todo lo que habíamos ahorrado encerrados por la pandemia. Si hubiera una centésima parte de verdad en esos mensajes tendríamos dinero suficiente para vivir varias vidas, y por eso la gente sigue cayendo en timos y estafas, por miedo a esa incertidumbre, ambición y deseo de dinero fácil, alentados por la sociedad de consumo y el viejo sueño de poder vivir sin trabajar. ¿Limitará también el presidente del Gobierno la subida de los tipos de interés de las hipotecas? ¿Impedirá con otra bajada selectiva del IVA la ruina familiar? Sería mejor asegurar por decreto-ley que nos toque al menos una vez la lotería primitiva o la nacional, que a fin de cuentas depende de una sociedad estatal adscrita al Ministerio de Hacienda, ya que éste no se da prisa en abonar las declaraciones negativas del IRPF. ¡Queremos el bote! ¡O si no que se boten! ¡O si no queremos unas nuevas elecciones para votar! Lo que hacen los juegos de palabras. Uno se va entusiasmando y pasa de bajar los impuestos a eliminarlos, como quiere Isabel Díaz Ayuso, otra persona que suele vivir en un dudoso equilibrio entre la ficción y la realidad. Menos mal que en el Ayuntamiento de Granada tienen las cosas claras y se han centrado en exprimir a la que entienden que es la mayor industria granadina: el turismo. El problema es que la mal llamada “tasa turística” es en realidad un impuesto, para cuya creación no tiene competencias la corporación local. Así que antes de anunciar reuniones con los empresarios para ver a dónde se destina el dinero recaudado, habría que convencer a la Junta de Andalucía para crearlo, como en Cataluña o Islas Baleares. Otra opción sería hablar con el Gobierno del Estado, para que lo incluya en la Ley Reguladora de las Haciendas Locales como un impuesto potestativo para los ayuntamientos, idea que cedo sin necesidad de contraprestación. Lo demás es como jugar a la lotería, esa bendición que no nos sirve de nada hasta que nos toca. Aunque sí es otra forma de recaudar. Ha llegado el mes de septiembre y vuelven a abrirse las apuestas.

IDEAL (La Cerradura), 4/09/2022