jueves, 28 de diciembre de 2023

Fantasmas

El señor Sánchez esperaba sentado en el sillón del Gobierno a que terminasen los preparativos de la cena de Nochebuena. Se sentía un poco melancólico, como solía ocurrirle en estas fechas. Su exsocio, Pablo Iglesias, que estaba muerto políticamente –el propio Sánchez había firmado su acta de defunción- se materializó ante él. “¡Feliz Navidad!”, le dijo jovialmente. “Bah”, contestó Sánchez. “¡Paparruchas!” “¿Las Navidades paparruchas?”, exclamó Iglesias. “No habrás querido decir eso, ¿no?” “Sí he querido decirlo”, respondió Sánchez. “¡Feliz Navidad! ¿Qué motivos tienes para ser feliz? Eres bastante pobre”. “Vaya, vaya”, replicó alegremente Iglesias. “¿Y qué motivos tienes para estar triste? Eres bastante rico”. “¡Bah!”, dijo Sánchez, “¿qué es para ti la Navidad sino la época de pagar facturas y no tener dinero, la época en que uno se encuentra un año más viejo y ni una hora más rico, la época de hacer balance y descubrir que doce meses de trabajo han resultado estériles y que el país está prácticamente en quiebra?” “Aún tienes tiempo de enmendarte”, le advirtió Iglesias. “¡Hoy te visitarán tres fantasmas!” “¿Además de ti?”, contestó Sánchez irónicamente. “¡Paparruchas!” Pero no había terminado de hablar cuando un fantasma cachas y barbudo hizo desaparecer a Pablo Iglesias y dijo: “Soy el fantasma de las Navidades pasadas. ¿Quieres guerra?” Fue cosa de treinta segundos, pues ante el estupor de Sánchez otro fantasma con gafas y el pelo peinado hacia delante, con aire de cura, le dio una colleja al fantasma del pasado gritando “competencias”, y aún más alto, “Cataluña”, y haciendo temblar las paredes del Palacio de la Moncloa, añadió: “¡Independencia!” Pero el señor Sánchez no perdía la sonrisa condescendiente. “¿Habré bebido demasiado ponche?”, pensó. Y esta vez la aparición se transformó en el fantasma de una mujer con cara de Blancanieves y ojos de bruja, que dijo: “Soy el fantasma de las Navidades futuras. Vete despidiendo de la presidencia del Gobierno”. “¡Coño!”, exclamó el señor Sánchez, “si eres clavada a Isabel Díaz Ayuso”. “Te has cavado tu tumba política”, dijo el fantasma que en verdad tenía toda la cara de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Y en ese momento se derrumbaron las paredes del palacio, se abrió el suelo y el señor Sánchez se vio cayendo hacia un agujero en cuyo fondo había un ataúd –esto sí le dio miedo- que tenía la forma de un mapa de España. “¡No, no, de España, no!”, gritaba. Se pegó un buen porrazo y la tapa se cerró sobre su cabeza. Fue entonces cuando se despertó. Feliz Navidad.

IDEAL (La Cerradura), 24/12/2023

lunes, 18 de diciembre de 2023

Pantallas

La limitación del uso del móvil en las escuelas puede verse como una prohibición y una intrusión en la intimidad, pero también como una liberación para miles de adolescentes que sufren trastornos de ansiedad, insomnio o irritabilidad por vivir en una especie de frenesí digital. De hecho, los resultados del informe PISA sobre nuestro sistema educativo serían mucho mejores si las pantallas desaparecieran de las clases. Primero hay que asentar las capacidades básicas de los alumnos, luego podemos utilizar las nuevas tecnologías para desarrollarlas en el aula. Pero, para explicar, no hay nada mejor que una pizarra. La educación es una forma de comunicación y los profesores tienen que tender puentes con su auditorio, puentes que saltan por los aires si los destinatarios del mensaje están absortos en una pantalla. Sólo hay que fijarse en los restaurantes, donde nada resulta más penoso que ver a una pareja que no habla, sino que teclea. En el colegio, en el instituto e incluso en la universidad esto es una desgracia. La simplificación de los mensajes se nota en todo tipo de discursos. Como la gente está acostumbrada a ver, nadie se molesta en describir, matando la imaginación de los interlocutores. Es algo que se nota ya incluso en los libros, de una pobreza descriptiva lamentable. Escritores que narran para espectadores, como si la novela fuera una serie o una película, escrita como un guion, con sobreabundancia de diálogos y ausencia de imágenes. La sobreestimulación audiovisual y auditiva hace que nuestros niños y no tan niños sean incapaces de concentrarse durante cinco minutos en algo concreto, ya sea la lectura o hacer un ejercicio, lo que a muchos les supone un suplicio. Pero la solución no es eliminar los exámenes para evaluar las competencias, sino desarrollar las competencias. Esto resulta evidente para la mayoría de los pedagogos, por lo que uno no entiende la obstinación de las administraciones en lo contrario, a no ser que haya un plan preconcebido para crear autómatas. ¿No queremos que nuestros jóvenes piensen por sí mismos y se desarrollen plenamente? No se trata de prohibir, sino de acompañar en el aprendizaje de una manera consciente. Si entre nuestros jóvenes abundan la depresión, las agresiones y las autolesiones, que nos resultan inexplicables, quizá tenga algo que ver el uso abusivo de los móviles. Ya sabía George Orwell que las pantallas serían omnipresentes y vigilantes allá por 1949, cuando publicó “1984”. “Guerra es paz, libertad es esclavitud, ignorancia es fuerza”, son los lemas de las tiranías y las pantallas.

IDEAL (La Cerradura), 17/12/2023

lunes, 11 de diciembre de 2023

Espías

Mientras el CNI expulsa del país a dos agentes de la CIA, los porteros de las discotecas de Granada se enfrentan a jóvenes imitadores de James Bond o Jason Bourne, que llevan pistolas de aire comprimido. Uno comprende que algunos adolescentes confundan la realidad con la ficción, pero no tanto que lo haga la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien afirma que el incidente con los espías norteamericanos “no afecta al núcleo fundamental en las relaciones de dos países que son aliados y amigos”. Bueno, no tanto. Si espías a tu aliado y amigo es porque no confías en él. La CIA estaba pagando a dos miembros del CNI para que les facilitaran información clasificada como secreta. ¿Y qué pasará con los espías españoles? Si estuviéramos en una película, ya habrían sido silenciados para siempre, o como mucho se les hubiera dado la oportunidad de quitarse estoicamente de en medio para salvar el honor y la integridad, si es que todavía se estila eso. Pero en un Estado de derecho uno debe acudir al Código Penal, que en su artículo 584 (delito de traición) establece una pena de 6 a 12 años para “el español que, con el propósito de favorecer a una potencia extranjera, asociación u organización internacional, se procure, falsee, inutilice o revele información clasificada como reservada o secreta, susceptible de perjudicar la seguridad nacional o la defensa nacional”. ¿A qué nos sonará esto? Quizá la administración americana quiera saber como los ciudadanos españoles lo que se habla y lo que se pacta entre el Gobierno español y Junts. ¿Cómo se pueden llevar en secreto en un sistema democrático las negociaciones para un pacto de gobierno? ¿Y por qué hay que gastar dinero público para que se realicen en el extranjero? ¿Para qué tenemos el Parlamento? Si aquí en España ni los partidos políticos ni sus dirigentes se fían unos de otros, es difícil que lo hagan nuestros presuntos amigos y aliados, que deben pensar aquello de que, a nuestros enemigos, cuanto más cerca, mejor. Quizá tengan algo que ver los gestos chulescos a los que se han acostumbrado los presidentes españoles, como José Luis Rodríguez Zapatero ante la bandera norteamericana o Pedro Sánchez en viaje diplomático a Israel, país que facilita tecnología punta a otros países para los trabajos de espionaje, como el famoso programa Pegasus. ¿Filtrarán los israelíes las conversaciones entre el PSOE y Junts como venganza? Si aún viviera Francisco Ibáñez, quizá pudieran explicarnos los secretos de nuestra democracia Mortadelo y Filemón.

IDEAL (La Cerradura), 10/12/2023

lunes, 4 de diciembre de 2023

A morder

La gente está que muerde. Por el precio del aceite, por ejemplo, como ese hombre que salió corriendo con una garrafa de cinco litros y les clavó los dientes a los guardas del supermercado, según informaba esta semana IDEAL. O como ese aficionado al fútbol que mordió a los policías que lo detuvieron en Iznalloz, nos contaba Carlos Morán, aunque por lo visto el chaval no tenía hambre de aceite, sino de cocaína. Me sorprende lo de los bocados, pero no tanto si uno atiende a la actualidad política. “Salid a morder”, dicen todavía algunos entrenadores de fútbol. Pero es que claro, en nuestra hermana Argentina han elegido presidente a un tipo, Javier Milei, que iba a los mítines con una motosierra; y en Países Bajos a otro, Geert Wilders, que parece el hermano pequeño del conde Drácula, el general Pinochet según la película de Pablo Larraín. Que gobierne la extrema derecha no es un dato que ya nos sorprenda en Europa. En Italia manda Giorgia Meloni; en Hungría, Viktor Orbán; en Finlandia y Suecia, formaciones extremistas son parte del gobierno; en Francia, Le Pen aventaja en las encuestas a Emmanuel Macron, y Alternativa por Alemania es ya la segunda fuerza en intención de voto en el país germano.  Por no hablar de España, donde Vox forma parte de los gobiernos autonómicos de Aragón, Murcia, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Extremadura. Y, sin embargo, esto no es lo más llamativo, porque el Gobierno de España no existiría sin la colaboración necesaria de Carles Puigdemont, que está más a la derecha que la extrema derecha (fuera de España), y que ya ha avisado a Pedro Sánchez de que votará junto al PP una moción de censura si no cumple lo pactado. No han leído “Fausto”. (En fin, no han leído a secas, aunque les escriban libros que luego firman.) Lo que más asombra es la indignidad. Admitir que te chantajean e intentar explicar que eres una persona con ideología, el paladín del progreso y de una izquierda irreconocible. Todo sea por la familia. Así que no sorprende tanto que haya gente que muerda a la policía. Ni que en las próximas elecciones europeas el Parlamento se oscurezca. “No se negocia con secuestradores ni con terroristas”, decía en 2009 Mariano Rajoy. Lo dicen los artificieros cuando la bomba está a punto de estallar. La incongruencia política sólo alimenta el desencanto y la ira. Ese es el legado que dejan los oportunistas. Gente mordiendo en el Congreso y en la calle.

IDEAL (La Cerradura), 3/12/2023

lunes, 27 de noviembre de 2023

Instituciones

Se ha echado de menos en el discurso de investidura de Pedro Sánchez que haga la manida afirmación de que va a gobernar para todos los españoles en vez de levantar muros, que ya sabemos que terminan derribados. ¿Sólo va a gobernar para los suyos y contra la mitad de España que no acepta una amnistía pactada con el único objetivo de mantener el poder? También se echa de menos que Alberto Núñez Feijóo condene los ataques a la sede del PSOE y se dedique a hacer política desde la inteligencia, pues el PP controla el Senado, la mayoría de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos. Quizá pudiéramos pedir a ambas partes respeto por las instituciones, que no deberían tener ideología, aunque vivamos en un país acostumbrado a que cada cual haga de su capa un sayo, desde el mundo político y empresarial a la cultura. Necesitamos estadistas y no oportunistas, gestores y no padrinos mafiosos. Pero abundan estos últimos, que creen en el sectarismo y en la humillación del contrario. Los cargos públicos, sin embargo, no son propiedad de nadie, y mucho menos el dinero público, que es lo que más duele a los ciudadanos que sufren para pagar impuestos. Que no se condene a un malversador no lo aceptará nunca quien ha tenido que pedir un préstamo para pagar una declaración del IRPF o del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. ¿Por qué unos sí y otros no? Esa es la cuestión. No todo tiene un precio, y hasta Maquiavelo puede terminar escaldado, porque no se puede enfrentar a la población, ni siquiera como juego político. Esto no es un juego, aunque se lo parezca a algunos de nuestros dirigentes y a otros que aspiran a serlo. Confundir a la persona con el puesto es lo que pervierte las instituciones del Estado, que sostiene el sistema democrático. Lo aprendieron Alfonso Suárez y el rey Juan Carlos I, también Santiago Carrillo, que personificaron la Transición. No sé lo que habrá aprendido Irene Montero, que abandona el ministerio de Igualdad sin reconocer errores y dando una pataleta, ni lo que estarán aprendiendo Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, que están llamados a entenderse, aunque no quieran. Porque la otra posibilidad es que la confrontación que escenifican en el Congreso se convierta en una realidad, y las protestas en las calles en una batalla campal. Hay que hacer política para todos, en el Gobierno y la oposición si, más allá de las personas, queremos que sobrevivan las instituciones democráticas.

IDEAL (La Cerradura), 26/11/2023

lunes, 20 de noviembre de 2023

San Pedros

Estábamos preocupados por la quiebra de España y resulta que lo que va a caerse es la Alhambra por culpa del Tajo de San Pedro. Un cortado de 65 metros de alto cuyo vértice se encuentra ya a 22 de la Torre de la Alcazaba. ¿Se tratará, después de todo, de una metáfora sobre la deriva del país? La erosión, la lluvia y los movimientos sísmicos acercan el temible tajo a la colina de la Sabika, del mismo modo que los terremotos políticos han logrado que San Pedro Sánchez vuelva a la Moncloa. Pues la cosa va de santos y creyentes. De estar por encima del derecho positivo, de la mentira y la verdad, conmigo o contra mí. Cuenta la leyenda que la existencia del tajo se debe a la explosión de un polvorín, que es en lo que se ha convertido el Congreso, aunque nadie puede negar la legitimidad de un Gobierno sustentado en el voto favorable de 179 diputados y la disciplina de partido. ¿Quién osa levantar la voz? Lamentablemente, el autoritarismo nos ha adelantado ahora en España por la supuesta izquierda, donde parece haber más creyentes que en el Vaticano. Y el milagro de los panes y los peces lo ha logrado con siete votos Carles Puigdemont. Si fueran sólo treinta monedas de plata lo que va a recibir a cambio, no les dolería tanto el bolsillo a todos los españoles. Qué alegría poder pagar las facturas a cargo de los presupuestos del Estado. Los expertos tratan de consolidar el terreno del tajo de la Alhambra con bacterias que forman un conglomerado de arcilla, que es lo que asemeja la mayoría parlamentaria, amenazada por una legislatura inestable. ERC y Junts no se soportan, como tampoco Bildu y el PNV, pero he aquí que catalanes y vascos se han unido a los canarios con la argamasa de Sumar que, en la persona de Yolanda Díaz y traicionando a Podemos, le da unos besos a San Pedro Sánchez dignos del padrino. Hay que escribir otro manual, que podría titularse “Breviario de posturas e imposturas”. Una mezcla de “Cincuenta sombras de Grey” con meditación y autoayuda, que tal como anda el mundo editorial seguro que tendría mucho éxito. Va a ser curioso ver cómo se gestiona una política interior interesada con otra exterior contradictoria y casi inexistente, encabezada quizá por Puigdemont. Los equilibrios políticos son milagrosos e inexplicables. Espero que el Tajo de San Pedro no haga caer la Alhambra. San Pedro Sánchez ya ha demostrado que es capaz de cualquier cosa.

IDEAL (La Cerradura), 19/11/2023

martes, 14 de noviembre de 2023

Las dos Españas

Resulta grotesco asomarse a la actualidad política española y ver la batalla campal a la puerta de la sede del PSOE en Madrid, oír las llamadas a dinamitar el Estado de Derecho. Viajamos en el tiempo sin que la vergüenza asome a la cara de los hijos y los nietos de los que murieron en la Guerra Civil. Hay quien aspira, de hecho, a que haya otra guerra, y la libra en las redes sociales y en las calles de la capital de España, que se está volviendo un lugar desagradable para vivir, pues ha perdido la alegría y el espíritu de solidaridad y acogida que la caracterizaban, gobernada por unos dirigentes que, a la izquierda y a la derecha, no parecen tener verdadero interés en la ciudad, la comunidad o el país. Estando en el gobierno o en la oposición, los dos bloques son incapaces de llegar a acuerdos, pero se reprochan mutuamente que para gobernar en el ámbito estatal, autonómico o local tengan que apoyarse en los extremos. ¿Cabe otra posibilidad si entre los dos grandes partidos no hay entendimiento? ¿Les puede más el renacido odio de sus padres y abuelos? Pedro Sánchez se apoya en los partidos independentistas, nacionalistas y regionalistas porque no tiene otro remedio. Alberto Núñez Feijóo y sus barones se apoyan en Vox porque no tienen más remedio. Todos se detestan e interpretan el derecho según les conviene. En realidad, no respetan las instituciones que representan, ni la Constitución, ni al Rey ni al Estado. Es tal el esperpento que ha convertido a Puigdemont el prófugo en un árbitro que exige para formar gobierno una amnistía que supone que el Estado (que incluye al PP, al PSOE, a Pedro Sánchez, a Alberto Núñez Feijóo y al Gobierno de Mariano Rajoy, al Parlamento, al Rey y al poder judicial) se equivocó cuando aplicó las leyes vigentes y el artículo 155 de la Constitución. Es normal que la gente se manifieste por las calles de Granada y Madrid para expresar lo que piensa. Lo que no es normal es que esas manifestaciones acaben en violencia que es espoleada y no condenada por determinados dirigentes y partidos políticos. Se ve que por muchas leyes que aprobemos al respecto, en España no hay memoria. Lo que hay es una rabia visceral que no va a borrar una ley de amnistía por mucho que nos empeñemos. Sobre todo, cuando su objetivo no es resolver los problemas que llevan enquistados tanto tiempo, sino los beneficios personales de Sánchez y Puigdemont.

IDEAL (La Cerradura), 12/11/2023

lunes, 6 de noviembre de 2023

Plurinacionales

En España, a mucha gente le molesta que se hable de nación de naciones o de monarquía plurinacional, pero son términos más comunes en nuestra historia y en nuestra literatura de lo que pueda parecer a primera vista. Forman parte de ese conjunto de temas que actualmente no se abordan sin algún tipo de censura o autocensura, como Transición, monarquía, dictadura y Guerra Civil, y que demuestran la fragilidad de nuestra aún joven democracia. También es verdad que, en nombre de la democracia, se han utilizado y mezclado conceptos y pervertido su sentido por causas finalistas, como autogobierno, derecho a decidir, autodeterminación, respeto a las minorías, condiciones de la democracia, y que en muchos casos escapan a la idea de democracia misma. Y los términos nación o nacionalidad, claro, en según qué contextos vacíos de contenido. Al parecer, algunos de los problemas que ha tenido nuestro Estado siguen enquistados, y no somos capaces de reconocer y aceptar las diferencias del otro. Sin embargo, casi nadie duda ya de las bondades de nuestra pertenencia a la Unión Europea, que tiene entre sus lemas fundamentales la unidad desde la diversidad, y que recoge en sus tratados fundacionales el reconocimiento de los hechos diferenciales y las singularidades políticas y fiscales de algunos territorios españoles que, por cierto, no se encuentran solamente en el continente europeo, caso de Canarias o de Ceuta y Melilla. Hay que recordar que dentro del marco constitucional vigente hay territorios con un estatus jurídico propio, tanto desde el punto de vista de sus instituciones como, fundamentalmente, desde el punto de vista fiscal. Así podríamos distinguir entre las comunidades autónomas de régimen común de los territorios forales, País Vasco y Navarra, con convenio y concierto propios pactados con el Estado. Es decir, dentro de la Constitución española de 1978 ya están reconocidas las singularidades territoriales de una manera específica. ¿Podría tener Cataluña un tratamiento especial, como País Vasco y Navarra? Yo creo que sí, pero también Andalucía, Galicia o Baleares. Porque, ¿les van a condonar parte de la deuda pública a todas las comunidades autónomas, como al parecer ha pactado para Cataluña el ministro de la Presidencia en funciones, Félix Bolaños, con Oriol Junqueras mientras esperan el sí de Puigdemont? ¿No será mejor aprobar un nuevo sistema de financiación del que se beneficien todas las autonomías? Nuestros políticos ganarían mucho si explicaran los problemas reales del país a los ciudadanos sin recurrir a la demagogia y los afrontasen más allá de la propia conveniencia. Ese es el peor nacionalismo.

IDEAL (La Cerradura), 5/11/2023

lunes, 30 de octubre de 2023

En lata

Nos apretamos en el autobús, mientras el conductor deja que siga subiendo gente. Es una ruta concurrida en el área metropolitana, y se ve que todos tenemos prisa por llegar a trabajar. Aunque la realidad es que no veo nada. La maraña de cuerpos es prácticamente impenetrable. Mi vecino de asiento ha optado por echarse un sueño con la cabeza sobre las rodillas, lo que ha aprovechado otro que iba de pie en el pasillo para apoyarse sobre su espalda y poner la cabeza casi junto a la mía, que mantengo rígida para evitar el contacto con el pasajero de delante y el de atrás, que no sé por qué se inclina también hacia mí, como si todos personificasen la amenaza de un futuro catastrófico. ¿Dónde está la distancia de seguridad? ¿Dónde están las mascarillas? Como una letanía se suceden las toses y los estornudos, esa especie de solidaridad que inunda a la muchedumbre cuando comparte espacios reducidos, y como aquí no hay motivos para aplaudir, el mimetismo consiste en que se acompasen carraspeos y expectoraciones y los cuerpos al balanceo del vehículo, lo que hace que unos nos echemos encima de otros, rozándonos, tocándonos, contaminándonos, miembros de una única familia unida por virus de toda índole. Será la razón por la que cuando llegamos al centro y las puertas por fin se abren, somos expulsados como si saliéramos del útero materno y la necesidad de respirar haga que nos traguemos ansiosamente los gases de la contaminación que rodea el Palacio de Congresos. Ni siquiera me da tiempo a pensar si habrán tomado nota de esto los participantes en las sucesivas cumbres políticas y empresariales que han visitado la ciudad últimamente, pues vuelvo a ser arrastrado por la corriente, esta vez con codazos y empujones que casi me hacen añorar los bostezos y los alientos retestinados que flotaban en el autobús, porque ya sólo faltan diez minutos para las ocho de la mañana. ¿No se iba a acabar el mundo? ¿No iba tan mal España? ¿Adónde va la gente con tanta prisa? En contra de mis pronósticos la marea humana desemboca en una cafetería, donde en menos de cinco minutos devora medias tostadas de aceite y tomate, cafés, cola caos y churros antes de volver a salir en estampida, ahora sí, cada uno por su lado, hacia la puerta de las respectivas oficinas. Ya se les echa de menos. Llueve y han bajado las temperaturas. Nos hemos quedado solas, pero con el mismo resfriado, las demás sardinas y yo.

IDEAL (La Cerradura), 29/10/2023

martes, 24 de octubre de 2023

Sensacionalismo

Entre tantas informaciones sobre las muertes en Israel y Gaza que nos sobrecogen estos días, me llama la atención la de Álvaro Prieto, un adolescente cordobés que, por lo que leemos en la prensa, sólo quería volver a casa, pero murió electrocutado en el techo de un tren. Un chaval cuya mayor preocupación en ese momento era probablemente la de llegar cuanto antes. TVE se apresuró a emitir las imágenes del cadáver, confundiendo la información con el sensacionalismo. No es de extrañar la psicosis que hay entre la población por miedos a atentados terroristas cuando apenas logramos distinguir entre los bulos que se propagan por las redes sociales y la información amarilla de los medios pretendidamente serios. Se blindan embajadas y se vigila la celebración de actos religiosos. La gente se encuentra coches de policía en las calles y en la puerta del edificio, y quizá también se vigilen los accesos a internet. ¿De quién nos fiamos? Si haces caso a algunos mensajes de WhatsApp, deberíamos quedarnos en casa, evitar el transporte público y los lugares de interés, pues España estaría en un nivel de alerta 5, temiendo un atentado inminente. Un bulo para que nos encerremos y esperemos el advenimiento de algún gran líder con unas abdominales tan cuadriculadas como su cerebro. Pero es que tampoco podemos mirar el tiempo. De las olas de calor hemos pasado a la ola de frío, al viento que causa que se caigan árboles, fachadas o una farola en la Avenida de la Ilustración (menuda metáfora) de Granada. No me extraña que los adolescentes españoles estén deprimidos, pues si a la actualidad catastrofista cotidiana suman el cambio climático, la nueva guerra fría con China y la tan repetidamente anunciada hecatombe nuclear, uno sólo puede aspirar a quitarse de en medio o asolar el barrio de los Pajaritos con una macrofiesta en la que profetas beodos vayan transmitiendo la buena nueva del fin del mundo de ventana a ventana. Joder, se dicen, si es que no nos dejan ni pasear por el parque. Parece una plaga bíblica, de la que siempre podemos culpar a los judíos, o a los “jodíos”, como circula en otro mensaje de WhatsApp donde se nos ilustra sobre el origen sefardí de la mayoría de los apellidos españoles. Creo que figuraba Sánchez, pero estoy casi seguro de que no salía Belarra. En la Unión Europea alucinan con la posición del Gobierno de España, que nadie conoce, y eso que lo forman veintitrés miembros. ¿Quién es antisemita? La desinformación es hoy lo importante.

IDEAL (La Cerradura), 22/10/2023

lunes, 16 de octubre de 2023

Hostilidades

Si no estamos de acuerdo en las cuestiones esenciales, será difícil pactar en las accesorias. Lo importante son los delitos de lesa humanidad y tener claro que el asesinato nunca está justificado, lo cometa Hamás o Israel. Pero si crees que la ideología puede justificar la muerte, es que estarías dispuesto a asesinar también por una “causa justa”. La tibieza de algunos de nuestros políticos al condenar el terrorismo de Hamás (o el de Putin) los descalifica, porque los derechos humanos son incuestionables. Tal vez el problema radique en la misma tibieza con la que nos hemos acostumbrado en España al hablar del terrorismo de ETA, probablemente porque la voluntad de Bildu parece ahora imprescindible para formar gobierno. Pero una cosa es la “normalización política” u otros eufemismos en el País Vasco y España y otra no condenar a los asesinos que siguen sin arrepentirse de lo que hicieron. La realización de un documental sobre Josu Ternera puede ampararse en el derecho a la información, pero otra cosa es ir a verlo sin que las declaraciones de un terrorista confeso te repugnen moralmente, aunque no le repugnen a un periodista con pocos escrúpulos ni a la dirección de un festival de cine que lo proyecta como si fuera un acontecimiento. Se ha normalizado la infamia, hasta el punto de que podemos ver en un informativo y casi en directo el asesinato de unos jóvenes israelitas que celebran una fiesta justo antes del ataque terrorista. Nos falta tiempo para compartir tanta muerte en las redes, y los medios se contentan con convertirse en altavoces sensacionalistas, pues no pueden competir con la inmediatez irreflexiva. Así que nos describen las escenas de una manera macabra, como si no las estuviéramos viendo. El hecho de que millones de personas compartan los mismos vicios no convierte esos vicios en virtudes, como el hecho de que compartan muchos errores no convierte los errores en verdades, ni el hecho de que compartan las mismas formas de patología mental no hace que esas personas estén cuerdas, diría Erich Fromm. Ante el horror de lo que ocurre en Gaza, la crispación política en la celebración del Día de la Hispanidad resulta ridícula, pero también sintomática de una sociedad en la que la difusión de la negatividad, la desconfianza, la hostilidad y la polarización es algo cotidiano. En ese sentido, la diferencia estriba únicamente en el grado de violencia, física o verbal que se utiliza. La política puede ser social o tóxica, liberadora o asesina.

IDEAL (La Cerradura), 15/10/2023

lunes, 9 de octubre de 2023

Soberanías

No sé si las prioridades de los líderes europeos que se han reunido esta semana en Granada son las mismas que las de los ciudadanos que han visto alteradas sus costumbres (ojalá que sí), pero aunque no todos hayan podido disfrutar de un menú de 300 euros sí han tenido la tranquilidad de disponer de un policía en cada esquina. En la esquina de cada calle, y también acompañándote por las aceras o cuando conducías el vehículo por la autovía. Cinco mil policías, sin contar robots y drones. ¡Menudo atasco! Uno ya sabía que cuando hay retenciones en alguna rotonda es porque un policía local está dirigiendo el tráfico, pero hemos sumado a los nacionales y a los guardias civiles, por lo que la tranquilidad era doble e incluso triple. Hay también quien se ha llevado un mal rato, como ese hombre en busca y captura al que no se le ocurrió otra cosa que colarse en el metro, pero si no tienes nada que esconder tampoco sufres demasiado. A la gente le da miedo la autoridad porque tiene cargo de conciencia, pero sólo debe aprender de nuestros representantes públicos, que cuando dan un discurso tiran de Federico García Lorca y de la historia hasta convertirlos en lugares comunes, porque ellos no tienen cargo de conciencia de ninguna clase. El cargo, sí; la conciencia, quién sabe. El caso es que entre los líderes europeos estaba Vjosa Osmani, la presidenta de la autoproclamada República de Kosovo, que no ha sido reconocida por España, pero no estaban el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ni la alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, que deberían haber sido los anfitriones del acto. Hace bien el presidente en funciones en reunirse con todos sus colegas europeos, pero lo haría fetén si hiciera lo mismo con todos los líderes políticos españoles, presidentes o no, pues tiene que formar gobierno. Ya sabemos que sí negocia con Carles Puigdemont, pero ¿por qué no se reúne con Alberto Núñez Feijóo o incluso con Santiago Abascal, cuando sí recibe con los brazos abiertos a Giorgia Meloni o a Viktor Orbán? Si uno de los objetivos de esta cumbre era ampliar la UE y “mejorar la soberanía europea”, ¿no habría que empezar por mejorar la soberanía española? Ay, cómo me gustaría que se cumpliesen los mandatos constitucionales no sólo para empoderar a una parte del pueblo, sino a todos los ciudadanos que se identifican con España y con una idea federal y democrática de Europa. Hay que integrar, no disgregar.

IDEAL (La Cerradura), 8/10/2023

lunes, 2 de octubre de 2023

Convivencia

Si hubiera acuerdo sobre un par de cuestiones básicas, España sería mucho más agradable, y quizá escalase puestos en esas encuestas sobre la felicidad que tanto gustan en los países presuntamente desarrollados. Habría que empezar por el Congreso, donde nuestros diputados, más allá del reglamento, deberían cumplir unas reglas de educación mínimas, evitando los insultos y las pataletas, que no se admiten ni en las guarderías. “Esto no es un patio de colegio”, ha gritado esta semana la presidenta, Francina Armengol, en la fallida sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo, al que no se ha dignado a replicar Pedro Sánchez. Nos quejamos del infantilismo de la sociedad, pero qué decir de nuestras señorías, que se apodan a sí mismas y se comportan como jabalíes, de lo que ha ejercido al parecer el designado portavoz del PSOE, Óscar Puente, si atendemos a la prensa. ¿Tendrán que aprobar (si son capaces de llegar a un acuerdo) una ley específica para regir su comportamiento, como la que acaba de entrar en vigor sobre el maltrato animal? El maltrato es más bien social, una zafiedad y una pobreza intelectual que irradia el parlamento e irresponsablemente transmiten los medios de comunicación, donde el análisis reposado está siendo sustituido por la opinión sectaria, las noticias por el sensacionalismo, y donde cada vez es más difícil encontrar una información meramente objetiva. Esa mala baba inunda las ediciones digitales y las ondas desde por la mañana temprano, por lo que no es de extrañar que la gente tienda a taparse los oídos, a que crezca el porcentaje de abstención en las elecciones, a que para informarse dejen de lado los medios tradicionales para acudir a otras plataformas que, en un círculo vicioso, fomentan la ignorancia y el populismo. Es lo que ocurre cuando las instituciones no cumplen su función ni los que antes llamábamos responsables públicos. ¿A qué han acudido los diputados al Congreso esta semana? ¿Ése es el respeto que tienen por las instituciones democráticas, por los ciudadanos a los que representan y por sí mismos? Visto lo visto, efectivamente tendría que haber unas nuevas elecciones. Pero dada la incapacidad mostrada, si quedara un poco de dignidad en los partidos ningún candidato debería repetir en otra convocatoria. Y tampoco los diputados, que no tienen libertad para votar y ni siquiera para decir lo que piensan. Ustedes no cumplen con la voluntad popular ni con la de las bases. Así que dedíquense a otra cosa. No hacen faltan indultos ni amnistías. Hagan listas nuevas.

IDEAL (La Cerradura), 1/10/2023

lunes, 25 de septiembre de 2023

Inconsciencia artificial

En algunas familias, los móviles han sustituido a los padres en el proceso educativo. Por lo visto, un teléfono es el regalo de primera comunión más habitual para los niños de ocho años, que es la edad con la que se inician en la pornografía. Así, no es de extrañar que algunos menores de Almendralejo (Badajoz) hayan utilizado una aplicación de “fakes” para desnudar a amigas y compañeras y compartir esas fotografías trucadas por WhatsApp. Lo de distribuir vídeos “deepfakes” de políticos y famosos ya era algo habitual, pero ahora puedes encontrarte con cualquiera que utilice tu imagen para lo que se le ocurra, quizá porque esté aburrido y se haya cruzado contigo en el autobús. Vamos por la calle armados con artefactos de intrusión masiva, pero a nadie parece preocuparle demasiado. No controlamos las actualizaciones de nuestros teléfonos y ordenadores, no sabemos exactamente qué aplicaciones se actualizan y con qué fin, aparte de tenernos controlados, claro, y tal vez dentro de poco veamos cómo la inteligencia artificial reorganiza con la misma rapidez el mercado de trabajo, sacando a muchos seres humanos de la ecuación. Al igual que se optimizan las aplicaciones informáticas, el mercado optimizará su eficacia prescindiendo de buena parte de los trabajadores, como ocurrió en la Revolución Industrial. Entonces nacieron los sindicatos y los derechos laborales, y ahora haríamos bien en regular el uso de la Inteligencia Artificial (IA). Los primeros que han empezado a rebelarse son los actores de Hollywood, que temen que muy pronto sean reemplazados por modelos biométricos, que con suerte utilizarán su cara y poco más, como ya se hace en muchas campañas publicitarias. Lo mismo ocurre con guionistas y escritores, que ven cómo sus creaciones son plagiadas, mezcladas y recreadas por programas como ChatGPT, que es también la aplicación estrella entre nuestros estudiantes universitarios. La plataforma Amazon está inundada de libros creados por la IA, aunque lo que caracterice a la creación literaria y artística sea la originalidad. Y no tranquiliza mucho ver la línea editorial de las grandes empresas del sector, que dedican la mayor parte de su catálogo a publicar libros comerciales que repiten la misma fórmula una y otra vez. Pero hace falta una regulación de la IA en el marco de las organizaciones internacionales y de la UE. Porque la época del Gran Hermano ya pasó. Entregada nuestra identidad, parecemos dispuestos a entregar también nuestra creatividad e inteligencia, esas cualidades que nos identifican como seres humanos. Y deberíamos cultivarlas y protegerlas antes de que no sirvamos para nada.

IDEAL (La Cerradura), 24/09/2023

lunes, 18 de septiembre de 2023

Fracaso educativo

Los problemas reales de un país no estriban en si se puede o no formar gobierno, sino en el futuro que puede ofrecer a los jóvenes que viven en él. Y España encabeza la lista de los países europeos con mayor abandono escolar, nada menos que un 13,9% de los jóvenes entre 18 y 25 años, según un informe publicado esta semana por la OCDE.  El 26,5% de quienes tienen entre 25 y 34 no ha pasado tercero de la ESO (“eso” es la Escuela Secundaria Obligatoria) y un 17% de los que tienen entre 18 y 34 ni estudia ni trabaja. Ni siquiera son “ninis”, sino un cero a la izquierda. Son datos de un país en vías de desarrollo, no de una democracia europea que presume de progresista. El verdadero problema del Estado autonómico no es si puede convertirse o funciona ya de hecho como un Estado federal o plurinacional, sino las carencias que muestran las comunidades autónomas al prestar los servicios públicos esenciales, como son la educación y la sanidad. Más que en cómo se definan nuestras administraciones, debemos fijarnos en las competencias que tienen atribuidas y si las ejercen eficazmente, que es lo único que justifica su existencia en un Estado social y democrático de derecho. Y, en ese sentido, la descentralización española ha supuesto un fracaso. No ha servido para que la educación y la sanidad sean mejores, sino para duplicar o triplicar el gasto público, las instituciones del Estado, los cargos políticos y la carga tributaria de los ciudadanos. “Eso” explica también la desafección que hay entre la ciudadanía por el propio país, pues probablemente el mayor nexo identitario sea la educación que se recibe, que debería ser la misma en todo el territorio español, como los servicios sanitarios deberían ser exactamente los mismos en todas las comunidades autónomas, sin que hubiera ninguna posibilidad de privatización. “Eso” es perfectamente compatible con que en los programas educativos se incluyan las singularidades territoriales e históricas, que quizá se aceptasen con naturalidad si se explicasen de la misma manera en Madrid, en el País Vasco, en Cataluña o en Andalucía. Si pudieran destinarse a fines sociales todos los recursos malgastados por las comunidades autónomas en estos ámbitos, no existiría pobreza en España. Luego están los detalles, si se debe llevar falda o pantalón, como se discute en un colegio de Granada. O los síntomas, como que haya falta de médicos en los centros de salud y especialistas en los hospitales. Ésas deberían ser nuestras preocupaciones. Y nuestras ocupaciones.

IDEAL (La Cerradura), 17/09/2023

lunes, 11 de septiembre de 2023

Intérpretes

Se ve que muchos columnistas y políticos españoles son magistrados del Tribunal Constitucional frustrados, pues todos parecen conocer los límites de la Constitución española de 1978, cuando no los conocían bien ni los mismos constituyentes. La Transición democrática y la evolución del Estado autonómico han sido, en buena medida, un proceso de ensayo y error, pero hay quien piensa que el poder constituyente no agota la voluntad del pueblo, que permanece vigilante. Tenemos más vigilantes en los medios que en el Banco de España, aunque no los hay por lo visto en el Ministerio de Asuntos Económicos, donde no se han olido que Arabia Saudí estaba dispuesta a comerse Telefónica. “Es una prueba de la confianza en las empresas y en la economía de España”, se ha apresurado a decir el ministro Félix Bolaños, pero más bien es otra prueba de la voracidad del país saudí, dispuesto a maquillar los crímenes de la dictadura comprando jugadores, equipos de fútbol o empresas de telecomunicaciones. Como Yolanda Díaz ha corrido a maquillar al prófugo de Waterloo, que sigue negando la Constitución. Se habla de una nueva ley de amnistía, pero nadie sabe el contenido. ¿Qué es, exactamente, lo que se está atacando o defendiendo? ¿El sistema democrático? ¿El derecho de gracia del artículo 62? En el Congreso de los Diputados se van a hablar todas las lenguas españolas, lo que quizá contribuya a que nos entendamos. Porque se ve que, en estos momentos, sólo Pedro Sánchez y Carles Puigdemont tienen las cosas claras, más el segundo que el primero, que suele cambiar de opinión sobre las cuestiones más importantes del Estado. “El Estado soy yo”, parece pensar, como pensó el propio Puigdemont. El problema de ser comprensivos con quienes se saltan la ley es que puedes llegar a creer que tienes derecho a saltártela, que no es lo mismo que interpretarla. La Constitución regula un procedimiento de reforma precisamente para frenar las insurrecciones permanentes o las interpretaciones discrecionales de quienes creen representar los verdaderos intereses del pueblo, sea el español o el catalán, que son parte de la misma nación constituyente, nos guste o no. Más importante sería preocuparnos de que no se rompa la confianza entre gobernados y gobernantes, y no tratar a los ciudadanos como el objeto de una continua manipulación retórica. Si la democracia se vacía de contenido, los ciudadanos no creerán en la democracia. Ahora dicen que los vikingos asaltaron el Capitolio por temor a una invasión de extraterrestres. Espero que no los haya en el Congreso. Aunque necesiten intérpretes.

IDEAL (La Cerradura), 10/09/2023

lunes, 4 de septiembre de 2023

Septiembre

La melancolía por que se acabe el mes de agosto es en realidad por la infancia que pasó. ¿Cuándo dejamos de hacer lo que queremos? El mes de agosto sería una especie de espejismo donde se mezclan lo que fuimos y lo que deseamos ser, que es lo que pasa con el Gobierno. ¿Quiénes somos sin horarios y sin incentivos? Cuarenta y ocho millones de españoles esperamos a que haya un acuerdo, pero, por el momento, no parece posible. Mientras tanto, hay que trabajar. No es lo mismo ver el mar que la mesa de una oficina, pero uno puede ordenar los lápices y las cuartillas para construir un nuevo paisaje. Mira, ahí, en la esquina, sobre el lapicero, está el faro, y el paquete de folios es el mar, antes de que se levante el poniente. Los pósits son las casetas de la feria a la que ibas de pequeño, y si cambias los bolígrafos de sitio quizá puedas reordenar el mundo. Septiembre está lleno de los monstruos del oficio, pero también hay tranquilidad en la rutina, y los horarios forman una cara que se termina pareciendo a nosotros mismos. Hay que sobrevivir, como hacen nuestros políticos. ¿De qué han hablado esta semana Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez? Según nos cuentan las crónicas, el primero le propuso al segundo algo imposible: que renunciase a la presidencia del Gobierno. Son sólo cuatro diputados los que marcan la diferencia. ¿Qué más se puede pedir? Íñigo Urkullu ha pedido una España plurinacional con un reconocimiento de las nacionalidades históricas, Cataluña, País Vasco y Galicia. ¿Podemos volver al pasado? Esa era la idea de la transición, antes de que todas las regiones españolas se convirtiesen en comunidades autónomas. Sin embargo, según los nuevos estatutos, muchas son ya nacionalidades. ¿Basta para cambiar con una nueva denominación? Septiembre es un buen mes para los cambios. Después de las vacaciones, las familias no se aguantan, y hay quien decide empezar una nueva vida, ponerse a régimen o un nuevo horario. Quizá se lo ponga el próximo inquilino del Palacio de la Moncloa, que tendrá que lidiar con muchas propuestas. Los países son como las familias, y ya se sabe que todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera. Más allá de la denominación, estaría bien que hubiera una idea de España. El final del verano llegó, como cantaba el Dúo Dinámico. En septiembre empieza el nuevo curso, pero seguiremos dando pasos en las mismas huellas.

IDEAL (La Cerradura), 3/09/2023

lunes, 28 de agosto de 2023

Saudíes

Mientras hacen contratos millonarios a los futbolistas europeos, los saudíes bombardean y mutilan a los emigrantes que llegan a sus fronteras. La tolerancia con este país que produce petróleo al mismo ritmo que vulnera los derechos humanos, debería causar náuseas en Occidente. Pero no, su liga de fútbol atrae a los espectadores que han caído en la misma trampa que los jugadores-mercenarios que han acudido corriendo a aquel país porque no tienen otra conciencia que el dinero. Lo mismo podemos decir de los gobiernos de los países democráticos que cuidan las relaciones con una dictadura retrógrada que controla el mercado del petróleo y que es el principal cliente de la industria armamentística española. Se critica a Putin, que se ha cargado al último traidor, pero no al príncipe heredero Mohamed bin Salmán, que ordenó el asesinato y descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi. Los saudíes invierten en fútbol, golf, tenis y fórmula 1, que hacen las veces del Coliseo romano antes de la caída del imperio. Quieren organizar la Copa del Mundo de 2034, y allí acudirán también las selecciones de fútbol, representadas por personajes como Luis Rubiales, que aún no entiende por qué tiene que dimitir, total, si sólo se tocaba los cojones y trataba a las mujeres como objetos en público y en privado. La corrupción en el deporte es un síntoma de la corrupción empresarial y política. Es la doble moral de la que hacen gala los saudíes, que no se quitan de la boca la palabra de Dios mientras pisotean lo que predican, lo cual no debería importarnos en un mundo que dejó de ser medieval, pero sí que se vulneren los derechos humanos. Sin embargo, nuestros políticos, como nuestros futbolistas, se comportan como vasallos. Y eso sí debería preocuparnos. Porque están humillándose en nuestro nombre ante sátrapas que no deberían tener ningún espacio en nuestras instituciones políticas o deportivas, en nuestros medios de comunicación, en nuestras empresas, ni siquiera como patrocinadores. Ese dinero está manchado por la sangre de las mujeres y niños que son tiroteados en las fronteras de la opulenta y autoritaria Arabia Saudí, y de las propias mujeres saudíes, que viven sometidas dentro de su país y no pueden protestar como aquí cuando se vulneran su intimidad y sus derechos, por que no los tienen. Sin embargo, lo que nos preocupa es quién va a ser el próximo títere que acompañará a jugar en el desierto a Benzema y Cristiano Ronaldo. Que se los traguen las arenas del nuevo circo mundial.

IDEAL (La Cerradura), 27/08/2023

martes, 22 de agosto de 2023

Deudas

Las Administraciones públicas españolas deben 1.569 billones de euros, un 113% del producto interior bruto (PIB), peccata minuta. ¿Quién va a pagar la deuda pública? Algunas comunidades autónomas no quieren devolverla y le han pedido una quita a Pedro Sánchez, que pagará a precio de oro los apoyos parlamentarios. Se ve que nos sobra el dinero. La gente hace cola en los chiringuitos y restaurantes, que ya cronometran el tiempo que pueden estar en una mesa los clientes, nunca solos para aprovechar el espacio, y se cobran alquileres disparatados por un apartamento en la costa. El precio de las habitaciones de hoteles se ha doblado y triplicado en los últimos años, pero siguen llenándose de turistas patrios y extranjeros. El propio país se está subastando, si hemos de creer a Carles Puigdemont, que quiere pasar de prófugo a turista. ¿Cuánto vale la mayoría en la Mesa del Congreso? Se habla de amnistía y de un referéndum de autodeterminación, aunque el PSOE asegura que para conseguir el pacto sólo se ha comprometido a crear dos comisiones de investigación sobre los atentados del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y sobre el espionaje a líderes independentistas que llevó a cabo el CNI a través del programa Pegasus. Y que se hable en catalán, euskera y gallego en el Parlamento, que es algo natural. Si en vez de ser la Mesa del Congreso, fuera la de una terraza veraniega, habría que poner un turno a la presidencia, para que fueran rotando todos los partidos. Pero la presidencia del Gobierno sigue en el aire, nos dicen los cronistas. Fuera de la política, la incertidumbre es una condición natural para mucha gente, que se sigue buscando la vida como lo hacían sus padres y sus abuelos. Cuatro mil granadinos de pueblos como Montejícar, Zújar, Moclín, Iznalloz, Baza, Benamaurel, Deifontes o Guadahortuna irán a la vendimia francesa, según informaba Mercedes Navarrete en IDEAL. La sequía y una pésima campaña de la aceituna empujan a familias enteras, que esperan poder afrontar así la cuesta de septiembre. ¿Se encontrarán un país distinto cuando vuelvan? Hay emigrantes políticos y emigrantes climáticos, quien cree que van a vender el país a trocitos y quien espera su trozo de pastel, que terminará asumiendo Hacienda. En el mes de agosto, pagamos lo que no tenemos por exilios exteriores e interiores, pues no podemos huir a Waterloo. Con lo barato que resulta retirarse en sí mismo. El cobrador del frac volverá en septiembre. Y tocará en la puerta de Pedro Sánchez.

IDEAL (La Cerradura), 20/08/2023

lunes, 7 de agosto de 2023

Equipaje de mano

Mientras en España se discuten las posibilidades que tienen PP y PSOE de formar gobierno, el presidente Pedro Sánchez se ha ido de vacaciones a Marruecos. Se dice que algo importante debe de saber Mohamed VI para que nuestro país haya cambiado su política sobre el Sáhara. ¿Apoyamos ahora las reivindicaciones marroquíes? Según algunos servicios secretos, un programa informático para hackear teléfonos móviles que proporcionó Israel a varios países, entre ellos a nuestro vecino del sur,  se utilizó para pinchar las conversaciones de Emmanuel Macron o Pedro Sánchez. ¿Lo pillarían hablando en la intimidad en catalán sobre la convocatoria de un referéndum de independencia? Quizá por eso el presidente aparece con gorra y gafas de sol en las fotos que de su viaje se han facilitado a la prensa, como si fuera de incógnito. Curiosamente, en la misma sección leo que los espías de otro país europeo, Gran Bretaña, están pidiendo autorización a su gobierno para utilizar los datos personales de los ciudadanos en el desarrollo de herramientas de inteligencia artificial. ¿Hasta qué punto son independientes los servicios secretos? ¿Velan por la seguridad del país a pesar de los ciudadanos y sus presidentes? ¿Crearán un Skynet que, como en la película “Terminator”, decida acabar con la humanidad? Afirman los expertos que un robot es un ente capaz de recopilar información del entorno para tomar decisiones y actuar en el mundo, definición que ojalá nos sirviera para calificar a nuestros políticos, incapaces de ponerse de acuerdo en las cuestiones básicas de las que depende el futuro de nuestro país. Entre ellas se encuentra la financiación autonómica, sobre la que Pedro Sánchez imagino que llevará apuntadas algunas ideas, espero que en una libreta y no en el móvil, para sentar las bases de un pacto de gobierno entre el PSOE, Sumar, los partidos nacionalistas y todo un rosario de pequeñas fuerzas parlamentarias. ¿Saldrá algo bueno de todo esto? Si el nacionalismo catalán actuara con sensatez, podría contribuir a mejorar el Estado autonómico con un modelo que establezca un reparto equitativo de los ingresos tributarios entre el Estado y las comunidades autónomas y una territorialización proporcional del gasto público, haciendo que País Vasco y Navarra participen en los mecanismos de solidaridad. Para ello habría que acabar con la idea de que determinadas autonomías quieren robar a papá Estado, entre otras cosas porque todas forman parte del Estado. Y que fuera un acuerdo multilateral. Pero no sé si todo el país le cabrá a Pedro Sánchez en el equipaje de mano.

IDEAL (La Cerradura), 6/08/2023

lunes, 31 de julio de 2023

El cambio

Pues efectivamente no ha cambiado España después de las elecciones generales, pero podría cambiar. Quizá los miedos se conviertan en una oportunidad para resolver problemas enquistados desde hace tiempo, como es el caso de Cataluña, donde el PSC ha ganado con mucha diferencia sobre el resto de los partidos, incluyendo Junts, con el que deberá negociar el PSOE si Pedro Sánchez quiere seguir siendo el presidente del Gobierno. El temor a una negociación sobre el futuro de Cataluña contrasta con el sentido del voto de los catalanes, que han premiado en las urnas las políticas de Sánchez, que no sólo ha resistido el empuje del PP, que enarboló la bandera del cambio, sino que ha mejorado sus resultados electorales. Se ve que la gente le tiene más miedo a Vox que al independentismo, aunque en ambos casos un pacto con estas formaciones pueda significar un retroceso en los derechos y libertades de una parte de la población: los que no comulgan con sus ideas. Porque no se puede imponer una idea de España o de Cataluña. Pero ¿se les puede pedir a los dos grandes partidos un pacto constitucional básico y que incluyera a los nacionalismos históricos? Por lo visto en la campaña electoral, no. Sobra demagogia y falta pedagogía. Sobre la necesidad de pactar con determinadas fuerzas políticas sin que ello suponga marginar a colectivos LGBTI o a los que quieren emplear el idioma que han aprendido de sus padres. Si hubiera voluntad y sentido de Estado, esto sería posible en un lado y otro del arco parlamentario. Pero probablemente esta vía ni siquiera se discutirá entre la élite parlamentaria. Luego está la otra España, la de verdad, que comenta con preocupación la posibilidad de unas nuevas elecciones y se queda atónita ante la erótica del poder y el ego de nuestros gallos políticos. El vendaval electoral se ha llevado consigo a minorías con sentido como Teruel Existe, que representaba a la España vacía, y que defendía la dignidad de las personas y la prestación de los servicios públicos en las zonas del país más despobladas, aquellas que no tienen recursos ni posibilidad de negociar su relevancia institucional ni su independencia, pues, al contrario, dependen de la solidaridad de otras comunidades autónomas y de la de otros ciudadanos de su propia comunidad. Y es la marginación de una parte de la ciudadanía la que acaba con un país. Necesitamos una España plural y solidaria, en la que todos puedan sentirse a gusto. Un gobierno de concentración representaría el gran cambio.

IDEAL (La Cerradura), 30/07/2023

lunes, 24 de julio de 2023

Inmersión

Si atendemos a las declaraciones de los candidatos a la presidencia del Gobierno, hoy es un día histórico. Ni España ni su vida volverán a ser nunca igual. Por eso es un buen momento para ponerse las gafas de buceo, tomar aire y sumergirse en el agua. Ya nada tiene importancia. Los problemas parecen haberse desprendido de nuestra piel mientras flotamos y vamos mimetizándonos con el entorno, observando la arena, sintiendo la presión de la corriente sobre el pecho, el ligero zumbido en los oídos, como si hubiera una fuerza aquí que jugase con nosotros y podría arrastrarnos a las profundidades abisales para descubrir civilizaciones perdidas, extraterrestres que ocultan allí naves y ciudades, monstruos dispuestos a engullir transatlánticos y petroleros. Si nuestro cuerpo fuera capaz de soportar la presión del agua, podríamos nadar con ballenas y tiburones blancos, con delfines y sirenas y seres que fueron humanos antes de vivir en el océano, pero como eso no es posible nos contentamos con no pensar en nada y fijarnos en las algas que acarician nuestro cuerpo y ese pez que nos mira con un ojo abierto como un plato. ¿Cuánto tiempo podremos aguantar la respiración? Todavía podemos flotar como una medusa y drenar el agua que nos atraviesa llevándose los gritos y las malas noticias, escondernos en una grieta de las rocas como un pulpo, que nuestros brazos crezcan como tentáculos para atrapar las motos de agua y silenciarlas para siempre, nuestro cuerpo convertido en una bala de cañón y nuestra cabeza en un martillo que recorren cientos de kilómetros en busca de presas, atunes y tortugas, cetáceos a la deriva, abriendo las mandíbulas para llenarnos de placton, millones de microorganismos que nos revelarán mientras buceemos el misterio de la vida. Nosotros creemos saberlo durante un instante, aunque sintamos la urgencia del aire y el dolor en el pecho nos aconseje volver a la superficie. Pero todavía nos demoramos un poco más y empezamos a ver las caras de piratas y marineros, soldados y aventureros reales e imaginarios que alguna vez surcaron las mismas aguas. Todos estamos allí, y al menos durante un momento se funden lo posible y lo imposible, y somos capaces de vernos como fuimos y como seremos cada vez que repitamos la misma ceremonia de andar contra las olas y lanzarnos de cabeza al mar, más cansados, más viejos, sí, pero más felices. Y cuando por fin salgamos a la superficie para respirar quizá tengamos los resultados electorales y, como nos dijeron, haya cambiado el mundo.

IDEAL (La Cerradura), 23/07/2023

lunes, 17 de julio de 2023

44 grados

Podría ser el título de la canción del verano, pero es la temperatura que hemos tenido esta semana en Granada, y a la que por lo visto habrá que habituarse. Porque los veranos van a ser más tórridos que nunca, pero también la estación va alargándose, y no sé si dentro de poco tendremos o no invierno. Yo recuerdo años con cuatro y cinco meses de frío, pero nuestro clima va siendo cada vez más tropical, con la diferencia de que buena parte de la superficie de la Península Ibérica es ya un desierto. Las dos semanas de lluvias torrenciales pasadas me hicieron pensar en la estación de lluvias del Ecuador, pero sólo fue un espejismo, provocado quizá por la insolación. Los expertos nos avisan de que debemos ir acostumbrándonos a estas rachas de calor severo, pero no sólo en España, también en zonas de Alemania, Bélgica o los Balcanes. ¿Dejaremos de tener en Europa un clima continental? ¿Cambiará la fisonomía del propio continente? Si los líderes mundiales pensaran fríamente (si todavía es posible) en el cambio climático y el futuro de la humanidad, no perderían el tiempo invadiendo países o declarando guerras frías (que son ya calientes), sino que llegarían a acuerdos para la prolongar el carpe diem de la humanidad, que ha sufrido la semana más calurosa de su historia. Plantar árboles y reducir la emisión de gases de efecto invernadero son medidas sensatas y sencillas, pero en las cumbres climáticas los grandes países son incapaces de llegar a acuerdos, pues creen que van a vivir eternamente. ¿En qué piensan los dirigentes de China o USA, que ya tienen cierta edad? ¿Quién les tirará de la orejas, aparte de Greta Thunberg? Los jóvenes de hoy se deprimen con sólo ver las noticias, y no entienden que les alerten sobre las tasas de suicidio individual cuando el suicidio es colectivo. ¿Cuánto tiempo nos queda? Menuda pregunta para hacerse en la playa, cuando lo que se está esperando es la hora de sentarse a la mesa en el chiringuito y engolfarse una paella, que si no sube la temperatura ambiental sí subirá la del aparato digestivo. Quizá también lo piensen los tiburones que cada vez se acercan más a la costa en busca de alimento. Pero, tranquis, que por los visto no les gusta la carne humana. Con 44 grados a la sombra, entre la ciudad y el desierto, en la cresta de una ola de calor marina, nadamos entre tiburones. Así empieza la canción del verano.

IDEAL (La Cerradura), 16/07/2023

lunes, 10 de julio de 2023

España nuestra

En un país donde se ha impuesto el sectarismo político, me alegra comprobar que todavía hay gente que dice lo que le da la gana, sin preocuparse de a quién puede molestar o que le tachen de fascista, un apelativo que aquí se utiliza con demasiada facilidad e independientemente de la ideología por la derecha y la izquierda más excluyentes, por no alinearte donde se supone que te corresponde. Suelen ser personas que vivieron la dictadura y la transición democrática, por lo que valoran por encima de todo el pluralismo político y la libertad de expresión. Es el caso de Inocencio Arias, diplomático y portavoz de Exteriores con gobiernos de UCD, el PSOE y el PP, y que ha visto lo que se mueve entre bambalinas no sólo en nuestro país, sino en buena parte del mundo. Y autor de un libro notable, “Esta España nuestra” (Plaza y Janés), con el que se puede estar o no de acuerdo, pero donde uno encuentra una voz lúcida e independiente que habla desde el conocimiento y la experiencia. Se trata además de un libro ecléctico, pues siendo un ensayo, nos encontramos en él tanto un diccionario político personal como un relato de ficción sobre qué hubiera pasado en España si la República hubiese ganado la Guerra Civil. La libertad de la creación llevada también al plano formal. Inocencio Arias no deja títere con cabeza, pero su crítica la hace desde la ironía y la elegancia, abordando los temas políticos más candentes, desde la nueva Guerra Fría al problema de Cataluña, la relación con Marruecos o el papel de la Corona, aunque también hay espacio para la memoria personal y la confidencia con el lector, al que le da la sensación de estar hablando con un amigo mientras recorre las páginas. A Inocencio Arias le preocupa que tengamos el paro juvenil más alto de Europa, la deuda pública que heredarán esos mismos jóvenes, que los partidos mayoritarios sean incapaces de ponerse de acuerdo en la elección de los órganos judiciales o en otros temas importantes donde debería imperar el sentido de Estado. En plena batalla electoral, hay quien se apropia de la bandera, el himno e incluso la historia para excluir al contrario dentro de la confusión reinante. Este libro ofrece la visión de un intelectual comprometido al que le duele lo que le ocurre a su país, por el que ha trabajado toda la vida, y que nos ayuda a comprender hacia dónde va o debería ir esta España nuestra.

IDEAL (La Cerradura), 9/07/2023

lunes, 3 de julio de 2023

Celuloide

En una sociedad en la que los candidatos a la presidencia del Gobierno dan más explicaciones en un programa de televisión como "El Hormiguero" que en el Congreso, no debe extrañarnos que, en Granada, una banda de estafadores haya engañado a una vecina haciéndose pasar por Brad Pitt. ¿Qué puede ser mejor que casarnos con nuestro personaje preferido? No con el actor de carne y hueso, por supuesto, sino con el Aquiles de “Troya”, pongamos por caso, mejor que con el cazador de nazis de “Malditos bastardos”. La confusión entre realidad e irrealidad es algo común entre nuestros políticos, que empiezan actuando y terminan convirtiéndose en un personaje, a veces nacido de su propia imaginación y otras de la de su partido. Por eso nunca mienten, sino que cambian de opinión para adaptarse a las circunstancias. Le pasó a Pedro Sánchez antes de verse obligado a pactar con Podemos, pero también les ocurre a los candidatos del PP con Vox en comunidades autónomas como Valencia, Islas Baleares o Extremadura, pues a la hora de la verdad no se trata de los principios personales ni del partido, sino de cuotas de poder. Y es que la verdad parece haber desaparecido no sólo de nuestro pensamiento, sino de nuestro vocabulario, y una vez convertida en máxima universal que una imagen vale más que mil palabras, lo único decisivo es lo que aparezca en nuestra cuenta de Instagram, aunque se trate de una fotografía retocada con Photoshop. Nada es más importante que unos glúteos perfectos o unas abdominales como las que lucía Brad Pitt comandando a los aqueos, y ésa es otra explicación de por qué algunos de los aspirantes al Gobierno dedican más tiempo a hacer flexiones que al estudio de la economía o los idiomas. Total, si para eso ya tenemos a los asesores y a los intérpretes. ¿Veremos pronto a especialistas en la política? En uno de los papeles que más me gustan de Brad Pitt, en la película “Érase una vez en Hollywood”, de Quentin Tarantino, el actor interpreta precisamente a un especialista capaz de cambiar la historia y evitar en la ficción la muerte real de Sharon Tate, la mujer de Roman Polanski. Porque van a necesitar desdoblarse entre mítines, entrevistas y programas de televisión. Luego llegará la realidad del 23 de julio, donde se encontrarán con los electores y consigo mismos. No sé si un programa electoral equivale a una promesa de matrimonio, pero habrá actores y actrices en el próximo Parlamento. Verdaderas estrellas de celuloide.

IDEAL (La Cerradura), 2/07/2023

lunes, 26 de junio de 2023

Subterráneos

Sorprende que todavía existan discursos racistas contra la inmigración en los países europeos, y concretamente en España, pues quienes los proclaman en plena campaña electoral no se dan cuenta de la sociedad en que viven, con un alto porcentaje de la población que es marroquí o subsahariana, de países del Este, de China o de América Latina. Es completamente normal, y si hay quien se niega a ver la evidencia en ciudades como Granada, para comprender el futuro presente sólo tiene que darse una vuelta por Madrid o Melilla o Francia. Es una población que trabaja en muchos casos de manera subterránea para el resto de la sociedad y las sucesivas hordas de turistas internacionales a los que no les hacemos ascos y pretendemos desplumar. Se nota precisamente en la hostelería, donde en las cocinas y en las barras ya se hablan otros idiomas y no predomina el español de puertas adentro, sino el árabe, para hacer trabajos que ya no quieren los nativos, que aspiran al parecer a otras actividades más contemplativas como las pantallas. Pero también hay estudiantes que sacan un dinero extra y enriquecen su currículum con otro tipo de experiencias, aunque cada vez sean menos. Según informaba Mercedes Navarrete en IDEAL, cubrir determinados empleos es un problema generalizado en España. Y en Granada, camareros, cocineros, peones agrícolas, trabajadores de cuidados a domicilio, albañiles, médicos de Familia, enfermeros y médicos especialistas son las plazas donde hay más vacantes, según el Informe del Mercado de Trabajo 2023 publicado por el SEPE. Una provincia donde, sin embargo, hay actualmente 76.589 personas en el paro. Al parecer, son los desacuerdos en las condiciones laborales por salarios, horarios y tipos de jornada, las carencias formativas y la falta de especialización las causas de esta contradicción, que quizá revele un problema más profundo, donde la formación no casa con nuestro modelo productivo, más interesado en la pandereta que en la investigación. ¿Lo solucionarán los políticos de la oposición parodiando Verano Azul y el presidente del Gobierno programas de entrevistas con sus ministros? ¿Habrá una política sumergida, como ocurre con la economía? Lo subterráneo a veces emerge a la superficie, y ojalá se trate de una sociedad más integradora. No obstante, los expertos aseguran que, dentro de pocos años, el 80% del trabajo será desarrollado por máquinas. ¿Podría ganar unas próximas elecciones Robocop? No sabemos quiénes viven en la superficie y quiénes en el sótano, pero alguien tendrá que hacer el trabajo sucio, que no tiene que ser necesariamente artificial ni insustancial.

IDEAL (La Cerradura) 25/06/2023

lunes, 19 de junio de 2023

El futuro pasado

A pesar de la inteligencia artificial, el futuro podría ser el pasado. Impera el radicalismo político, el nacionalismo se hace fuerte dentro de la Unión Europea, en España podría haber un gobierno del PP y Vox. Las series –las novelas de hoy, según Bret Easton Ellis- hablan de realidades paralelas, de viajes en el tiempo, de vivir en otros mundos que se encuentran en éste, donde nos atrapan monstruos que nacen de nuestro interior. Puede que en España el ministerio de Igualdad se transforme en el ministerio de la Familia y la violencia de género en intrafamiliar, que se niegue el cambio climático, que se privaticen servicios sociales básicos, la sanidad y la educación, si no desaparecen. En el futuro pasado imperará la ley del más fuerte y empuñaremos armas como en USA para defendernos de los peligros reales o imaginarios. La legión española patrullará por las calles y la cabra presidirá los desfiles y quizá alguna mesa, si es que no se halla condimentada en el plato. Porque si uno atiende a la batalla mediática desatada en esta campaña electoral ya permanente, con la mayoría de las cabeceras informativas perfectamente alineadas en bandos, España va a votar entre dos bloques y dos modelos de sociedad y éstas van a ser las elecciones más decisivas de la democracia. ¿A qué nos sonará todo esto? Es como si viviéramos en un bucle temporal, y aunque nos apresuremos a decir que la Guerra Civil, la dictadura y la transición son cosa del pasado, a falta de otros argumentos enarbolamos las banderas que se tiñeron con la sangre de nuestros abuelos. Qué país más cansino y carpetovetónico. Como si efectivamente estuviéramos rodeados de muertos vivientes que no se comen a nadie, sólo el tesoro público, pero encabezan las listas electorales después de haberse comido, eso sí, a sus contrincantes. Todo para poder obtener un escaño en el parlamento y seguir con la gresca durante al menos otros cuatro años. ¿Y dónde está el modelo de país o de sociedad? En las hemerotecas. Si al menos acudiéramos a ellas con humildad y espíritu crítico e hiciésemos una lectura reflexiva, ya adelantaríamos mucho. Pero no tenemos tiempo. Van pasando los días y los demagogos los consumen contando el tictac del reloj que corre en sentido inverso, cuando no mostrando sus miserias en TikTok. Los bloques ya pueden verse en los ayuntamientos y al parecer no ha pasado nada nuevo. Sólo lo de siempre: trifulcas, amenazas y alguna torta. Mejor con pan.

IDEAL (La Cerradura), 18/06/2023

lunes, 12 de junio de 2023

Cábalas

Quizá sea una cuestión de trascendencia política, pero resultan algo ridículas las quejas de tertulianos y periodistas sobre la fecha de las próximas elecciones generales del domingo 23 de julio. Que si nos van a fastidiar las vacaciones, que si los trámites del voto por correo son engorrosos, que si nos vamos a asfixiar en los colegios electorales, que si ese día solemos estar en el chiringuito… “Es el peor día posible para unas elecciones”, afirman categóricamente, aunque no creo que piensen lo mismo las generaciones que no pudieron votar durante la dictadura y que apreciarán que se valore su opinión para algo por lo menos una vez cada cuatro años. “En mi casa ni eso”, dirán algunas personas, que tampoco podrán elegir el lugar de veraneo. Estamos acostumbrados a que nos lo den todo masticado, y a mucha gente le gustaría poder votar con el móvil para luego tuitear alguna simpleza o compartir con sus seguidores alguna foto sacada en el baño, esos contrasentidos de la intimidad artificial, que no la inteligencia. Con el móvil abrimos la puerta del garaje o de la casa, navegamos, trabajamos y compramos, e incluso hablamos por teléfono, con lo que basta con piratearle a uno el terminal para borrarlo de la existencia. Menuda crisis de ansiedad nos causa no poder consultar el aparato cada dos minutos y deslizar el dedo por la pantalla como si fuera la piel de la que parece ser nuestra verdadera pareja. Pues algo así les provoca a muchos tener que ir a votar recurriendo a un procedimiento tan analógico como introducir un trozo de papel en una urna. Algunos partidos temen la abstención y otros la celebran, y hay quien le atribuye al maquiavélico Pedro Sánchez superpoderes, pues cree que el presidente ha tenido en cuenta las costumbres de todos los españoles. Según los datos del CIS (si resultan creíbles), más de la mitad de la población española no piensa o no puede irse de vacaciones, y de la otra mitad habrá quien las cancele por la subida de precios, que no tiene mucho que ver con la intención de voto. Pero más de la mitad de la mitad que sí veraneará tiene previsto irse a la playa, y no creo que afecte mucho a sus costumbres la decisión del presidente del Gobierno, que quizá sólo quiera asegurase el voto de la mitad de la mitad de la otra mitad. Algo así. Porque, para algunos ciudadanos, votar en el mes de julio será como decidirse entre Karl o Groucho Marx.

IDEAL (La Cerradura), 11/06/2023

lunes, 5 de junio de 2023

Plebiscito

No se le puede negar al presidente Pedro Sánchez su capacidad para volver locos a políticos y periodistas, que apenas han tenido tiempo de digerir la debacle electoral en las municipales y autonómicas de los partidos en el Gobierno para que ya tengan que pensar en las elecciones de julio. Hasta a Alberto Núñez Feijóo le han fastidiado las clases de inglés que tenía previstas, por lo que si llega a convertirse en presidente será chapurreando espanglish como ha sido tradición en los presidentes del PP, aunque al parecer José María Aznar hablaba una especie de mejicano cuando iba a fumar puros a USA con George Bush Jr. Pedro Sánchez podría haber previsto incluso las elecciones locales y autonómicas como una primera vuelta de las generales para que la gente desahogara parte de su hartazgo y meditase un poco más en la segunda vuelta. Si fuera sí, Pedro y sus asesores se habrían estudiado bien “El príncipe” de Maquiavelo, pero no sé si todo cuela en sociedades democráticas y superficiales como la nuestra. Al PSOE le falta un discurso claro y una idea de España, que PP y Vox sí tienen, aunque esté anclada en el pasado. Pero un ancla es un ancla, y el único argumento no puede ser enarbolar la bandera del miedo a la derecha. El partido socialista se ha visto lastrado en su acción de gobierno por Unidas Podemos y compañía, que ya se precipitan hacia la insignificancia electoral. La gente parece haberse hartado de los experimentos y, si Ciudadanos ha desaparecido, lo mismo podría pasar con el partido morado, como ha ocurrido en el Ayuntamiento de Granada, donde el bipartidismo es un hecho y el tercero en discordia es Vox, tan cercano a nivel institucional con el PP que va a costar diferenciarlos. Esa es la esperanza de Pedro Sánchez, que el voto de la izquierda se concentre en el PSOE, y que si no logra mantenerse en el Gobierno al menos obtenga un buen número de escaños para aguantar en la oposición y volver antes o después al poder. Aquí en Granada, debemos celebrar que Marifrán Carazo sea la primera mujer que gana la alcaldía, y ojalá pueda consolidar un modelo de ciudad universitaria y cultural sin convertirse en satélite de Málaga y Sevilla. Con que lograra mejorar las conexiones aéreas y ferroviarias de la provincia y sacarla de su aislamiento, podría pasar a la historia. Por el momento, nos dirigimos cuesta abajo y sin frenos hacia unas nuevas elecciones. En patinete.

IDEAL (La Cerradura), 4/06/2023

lunes, 29 de mayo de 2023

Racistas

Ha tenido que ser un jugador de fútbol quien diga que España es un país racista para que todos los portavoces políticos se pronuncien sobre el tema. Concretamente ha sido Vinicius, que hoy es el delantero estrella del Real Madrid, y que sin embargo ha sufrido menosprecios en los campos de fútbol y en la prensa deportiva desde que el equipo que preside Florentino Pérez lo fichara cuando el jugador apenas tenía dieciocho años. Al presidente se le valoró desde el principio su ojo clínico para fichar a jóvenes talentos, pero Vinicius sufrió lo que muchos inmigrantes cuando llegan a España jueguen o no al fútbol. Los racistas en cuestión se han apresurado a destacar el contexto deportivo, donde al parecer es común que te llamen mono, negro o indio si no te han dado antes un buen par de patadas o te han roto el tobillo o la espinilla. Pero si uno se fija un poco se dará cuenta de que a muchos inmigrantes se les trata con la punta del pie fuera de los terrenos de juego, en el colegio o cuando se suben a un autobús, no digamos cuando piden trabajo, pues siempre habrá quien les mire de arriba abajo o de abajo arriba o detrás de sus cabezas o incluso les pregunten por qué se han venido de su país, esas gilipolleces que en España se escuchan todavía en algunos mítines electorales, precisamente de los partidos que se apresuran a negar que España sea un país racista. Menos mal que las elecciones se celebran hoy. España es un país racista y machista. Nos viene de nuestra deseducación, aunque ahora nos pese. Pero se nos nota, sobre todo a los que sólo se lavaron la cara con la transición democrática. Y basta con que un español salga a Europa para que se sienta un poco raro, tal vez como los trabajadores o inmigrantes que acuden a nuestro país y que durante meses sufren una especie de trance, la displicencia con que les tratan los herederos de ese imperio donde no se ponía el sol, como cantaban Los Nikis. Este sería un buen cántico para los hinchas de los campos de fútbol, “El imperio contraataca”, con lo que quizá habría un poco de humor en las canchas de un juego que hay quien se toma tan en serio para tener que insultar al contrario. Mientras tanto, Vinicius, ojalá te sigas hinchando de regatear y marcar. Tu denuncia del racismo ha sido un gol por toda la escuadra.

IDEAL (La Cerradura), 28/05/2023

lunes, 22 de mayo de 2023

Viviendas

En un país que sigue explotando el turismo, las ciudades se están convirtiendo en parques temáticos donde vivir puede resultar desagradable o imposible si tenemos en cuenta los precios de la vivienda, ya sea en propiedad o en alquiler. Comprar un apartamento en el centro de ciudades como Málaga o Granada es una quimera, porque quienes los tienen en propiedad los dedican al alquiler turístico y el nuevo sueño de la carcundia andaluza es ser funcionario y rentista, gestionar el patrimonio mientras se comparten las terrazas de los bares con ese rebaño al que ordeñar en cualquier época del año y que va renovándose gracias a las leyes de la oferta y la demanda. Así, aunque en la superficie brille el ocio y la alegría efímera, nuestras ciudades se van convirtiendo en cementerios donde pronto se montarán también mercadillos y barras de bar para situar la vida en mitad de la muerte o viceversa. Es un modelo que va imponiéndose en las capitales, empezando por Madrid, donde se han triplicado o cuadriplicado los precios de las habitaciones de hoteles y ya es casi imposible ir un fin de semana, y donde los trabajadores de cualquier ámbito, incluidos los de la administración, deben compartir piso si quieren sobrevivir, pues ni siquiera en las afueras encuentran ya alquileres que no se coman más de la mitad de su sueldo. Es un disparate que no sé si arreglará la Ley por el Derecho a la Vivienda aprobada por el Parlamento, pero algo habrá que hacer, pues el grueso de la población no está de paso en las ciudades, sino que estudia y trabaja en ellas, aunque a veces parezca una tarea imposible. En ese contexto y en plena campaña electoral, resulta lamentable que en el Congreso y el Senado no se debata sobre los topes al alquiler, los grandes tenedores, las zonas tensionadas o los desahucios, sino sobre las listas de Bildu. Los antiguos terroristas no están moralmente legitimados para ocupar un cargo público, pero tampoco la demagogia política parece tener límites. Lo peor es cuando contamina a los propios medios de comunicación, cuyo deber es fomentar el pluralismo y la opinión pública libre, y comprobar cómo hasta algunos buenos periodistas se han convertido en meros papagayos que no paran de repetir el mismo discurso vacío. ¿Y dónde están los argumentos para votar en tu municipio o en tu comunidad? Quizá nuestros políticos deberían renovarse a la misma velocidad que el mercado inmobiliario. Cada seis meses, un nuevo turno. Por una política y vivienda dignas.

IDEAL (La Cerradura), 21/05/2023

lunes, 15 de mayo de 2023

Flamencos

Debe de ser una casualidad, pero casi al mismo tiempo ha aparecido el flamenco en los semáforos y en los planes de estudio de la Junta de Andalucía. “Antes de cruzar, debes aprender a cantar y a bailar”, parecen decirnos la bailaora y el guitarrista, que por lo visto se llaman Macarena y Paco y son obra de un artista sevillano que ha reclamado al Ayuntamiento de Granada una compensación por competencia desleal y una indemnización por daños y perjuicios. Es lo que suele ocurrir cuando se gasta en chorradas el dinero público, y no creo que el nivel cultural y político mejore con el aumento de horas lectivas en asignaturas como las matemáticas, la lengua, el inglés e incluso el flamenco, que será una asignatura optativa que impartirán los profesores de música. De hecho, lo que estaría bien sería aumentar las horas de música y otras materias que fomenten la creatividad y la comprensión lectora de los alumnos, que ahora se ve reducida a la extensión de un tuit o un mensaje de WhatsApp. Tampoco estaría mal multiplicar exponencialmente las horas de filosofía, historia, literatura y lenguas clásicas, haciendo un programa único para todo el Estado, donde se incluyen las comunidades autónomas, para fomentar una cultura y una idea de país, eso de lo que hablan los partidos políticos durante la campaña electoral y que se les olvidará en cuanto se celebren las elecciones. Las identidades locales y autonómicas están bien, pero siempre que confluyan en algún sitio, en la unidad desde la diversidad, que es uno de los lemas de la Unión Europea. Sería otro de los contenidos a estudiar para ahorrarnos la actual deriva de los nacionalismos, que nos recuerdan todos los fantasmas del siglo veinte, muy presentes por desgracia en la guerra de Ucrania. La educación es algo tan básico que da un poco de vergüenza hablar del tema, tal vez porque los planes de estudios han ido sufriendo una simplificación y depuración tal que han pasado de libro de texto a resumen y de ahí a chuleta, un término también desfasado, como me comentó el otro día una alumna que no dudaba en hacer un examen con la inestimable ayuda del móvil. Lo que no sabemos es si la devaluación educativa responde a un plan preconcebido para que cada vez haya una población más analfabeta o de si se trata de mera incapacidad. Si vamos a terminar educados y gobernados por algoritmos y la inteligencia artificial, quizá habría que llamar a la resistencia.

IDEAL (La Cerradura), 14/05/2023

lunes, 8 de mayo de 2023

Ciudades

Como los seres humanos suelen tener un doble que desconocemos, las ciudades tienen hermanas secretas que a veces se encuentran y confraternizan, como ocurrió con Granada y Aix en Provence allá por 1979. Un aniversario que en la ciudad francesa se celebra con cariño, tal vez porque son conscientes de que la tradición y la historia son algo más que una marca, que merecen respeto y una vista más larga que la próxima cita electoral. Son lugares donde uno no nace o vive por casualidad, y eso es algo que tienen en común también las dos ciudades, ser cuna de arte y cultura. ¿Qué es lo que te lleva a radicarte aquí? “Hemos venido a aprender que hay una luz a nuestras espaldas, que es menester que nos volvamos, liberándonos de los lazos que nos atan, para mirarla de frente, y que nuestro cometido antes de morir consiste en intentar, a través de todas las palabras, nombrarla”, escribió Albert Camus. Algo que resulta especialmente sencillo en Aix en Provence, pues toda la ciudad te invita al ocio y a la contemplación, desde el Cours Mirabeau y la fuente del Rey René hasta la fuente de la Rotonda y de allí, subiendo por la rue Spariat y la rue Bédarriedes y la rue Maréchal Foch hasta la plaza del Ayuntamiento y la Catedral de Saint Sauveur, un centro histórico que está jalonado de tiendas, restaurantes y bares que ocupan los bajos de los palacetes de una de las burguesías más ricas de Europa. Tampoco eso ha cambiado en una ciudad que vive del turismo y de la universidad, como ocurre en Granada, y cuya mayor industria sigue siendo el patrimonio histórico y cultural, que ejercen una atracción para los estudiantes, profesores y artistas que acuden a ella y que encuentran en estas ciudades a sus maestros, vivos o muertos. Como en Aix en Provence puede seguirse el curso del agua y de las fuentes en el Cours Mirabeau, en Granada puede recorrerse paralelamente el cauce del Darro hasta la fuente del Avellano, acompañado por las voces de algunos poetas contemporáneos. El tiempo (el agua como símbolo del tiempo) y el paisaje son dos constantes en nuestra vida, como las ciudades, los escenarios donde se determina nuestro carácter. Pero vivir en Aix en Provence o en Granada es un privilegio. Su historia traza líneas invisibles en nuestra existencia, como cuando las recorremos dando un paseo acompañados, sin saberlo, por los pasos de tantas personas que los han dado antes que nosotros.

IDEAL (La Cerradura), 7/05/2023

lunes, 1 de mayo de 2023

Privilegios

No sé si tiene sentido que en un Estado laico la Iglesia católica y demás confesiones religiosas disfruten de exenciones en el pago de impuestos, ni que sigan en vigor los Acuerdos negociados en Roma y aprobados por las Cortes en 1979. Tampoco que haya profesores de moral católica y capellanes en cárceles, cementerios, universidades y hospitales pagados por el Estado. Y quizá no habría que celebrar el día de la Cruz o la Semana Santa, aunque luego agradezcamos disponer de unos días de descanso lo más alejados posible de sevillanas y procesiones. “¡Huyamos!”, habrá exclamado mucha gente este fin de semana, mientras que otra se disponía a sacar del armario los trajes de gitana y el sombrero cordobés. No ganamos para tanta fiesta en un país presuntamente asolado por la crisis económica, pero donde no dejamos de celebrar eventos gastronómicos y culinarios y el mayor mérito consiste en obtener una estrella Michelín. No se la darán sin embargo a los seis restaurantes chinos y cuatro “shawarmas” que han cerrado en el centro de Granada, donde la policía ha encontrado kilos de comida caducada o “animales en salmuera que no reconocían los veterinarios municipales”, según informaba Sergio González Hueso en Ideal, lo cual nos acerca más al género distópico de Pesadilla en la Cocina, donde aparecen cocineros educados en el Mein Kampf. Pero también ocurre en restaurantes españoles de comida tradicional, donde la presión por ofrecer una tapa con la consumición choca con la de cuadrar las cuentas. La verdadera religión española parece ser la hostelería, por lo que también habría que aplicarles a bares y restaurantes la exención del IBI. Hay quien no va a misa los domingos, pero no perdona acudir al bar del barrio todos los días, cuya barra suele convertirse en un confesionario y donde algunos camareros practican desde el perdón de los pecados hasta la extremaunción con los clientes más pesados, esos que no se van ni aunque rocíes la barra no con agua consagrada, sino hirviendo. “¡Se puso a gritar como la niña del Exorcista!” Pero ¿quién acumula más patrimonio inmobiliario? No se entiende la preocupación por aprobar una nueva ley de la vivienda y al mismo tiempo la de prolongar los privilegios de quienes tienen el interés en el otro mundo pero las posesiones en éste. Tal vez sean buenos los duelos con pan, como aseguraba Sancho, aunque no todo consista en llenarse la panza. Siguiendo con los refranes, el Gobierno con el IBI y todas las iglesias se ha topado.

IDEAL (La Cerradura), 30/04/2023