tag:blogger.com,1999:blog-48522169689798607472024-03-18T09:38:11.047+01:00Blog de José María Pérez ZúñigaJosé María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.comBlogger571125tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-3535059468710092802024-03-18T09:37:00.000+01:002024-03-18T09:37:11.139+01:00Apariencias<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: arial;">Deprime comprobar cómo
nuestros políticos y los principales partidos, que se supone que representan a
la mayoría de los españoles, son incapaces de guardar la compostura ni siquiera
en el aniversario del 11-M, donde lo único importante debería ser el recuerdo
de las víctimas. También la responsabilidad de los terroristas yihadistas,
aunque a estas alturas la Fundación FAES, personajes turbios como José María Aznar
y algunos miembros del PP todavía la pongan en duda. Deberían recordar que
precisamente fueron los mensajes sobre la intoxicación informativa que
circularon por las redes sociales los que propiciaron un cambio de gobierno. Ni
José Luis Rodríguez Zapatero, el candidato por el que nadie apostaba en el
PSOE, terminaba de creérselo. Pero lejos de aprender de los errores, los
partidos políticos y sus portavoces no han dejado de mentir desde entonces, de
intoxicar la vida pública, de crear bandos, rencillas, maquillar la realidad e
incluso las leyes, sin que quede un resto de dignidad política, allá donde se
mire. Y eso en un contexto internacional donde se habla de la tercera guerra
mundial, de una nueva glaciación en Europa porque la corriente circular del
Atlántico está deteniéndose, del apocalipsis nuclear o climático. ¿Y a qué se
dedican los que tienen responsabilidades políticas? A competir sobre quién es
más corrupto, quién se ha llevado más comisiones por la venta de mascarillas
cuando la gente estaba muriéndose en la calle o encerrados en sus casas, de una
manera mucho más silenciosa, eso sí, que la provocada por las bombas en la
estación de Atocha. “Y tú más”. Tu novio, tu ayudante, tu colega, tu mujer, tu
presidenta autonómica o tu presidenta del Congreso, tu amigo capo del
narcotráfico o tu socio traidor a la patria y malversador. Pero ¿quién no
malversa el caudal público o el crédito político? Los rifirrafes entre Pedro
Sánchez y Alberto Núñez Feijóo provocan ya más repugnancia que vergüenza ajena.
Fraude, facturas falsas, sociedades pantalla, avatares políticos… En España
vivimos una permanente distopía, pero hablamos de marisquerías y porteros de
puticlub, hombres de confianza donde los haya. En una semana en la que el
Congreso ha aprobado la ley de amnistía, los agricultores granadinos denuncian
la notificación de multas de entre 800 y 1500 euros por las manifestaciones de
febrero. Se trata de faltas graves de desobediencia, resistencia a la autoridad
o cortes de carretera. ¿A qué nos sonará esto? Tienen un espejo donde mirarse y
por eso piden también el perdón. La política debería ser algo más que una
batalla miserable de apariencias. <o:p></o:p></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="font-family: arial;">IDEAL
(La Cerradura), 17/03/2024</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-50996396289601432182024-03-12T10:28:00.000+01:002024-03-12T10:29:22.815+01:00Ministros<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">Llaman la atención las preocupaciones de nuestros ministros, en
este caso de nuestra ministra Yolanda Díaz, que piensa que es propio de
bárbaros que los restaurantes estén abiertos a la una de la madrugada. Aparte
de la Granada de los Robinsones, que alargaban la noche hasta el amanecer, yo
añoro aquellos años felices y breves en que los políticos no hablaban como
curas ni se metían en la vida de los ciudadanos, que debe ser más sagrada que
cualquier credo o ideología. ¿Además de reuniones y contratos dudosos llevarán
nuestras señorías el debate político a la hostelería? ¿Nos meteremos a las
nueve de la noche en la cama acompañados de nuestra pareja y un buen libro?
¡Oh, paraíso! Algunas costumbres europeas están bien (y no me refiero a la
interpretación del delito de terrorismo), pero no casan con el espíritu
dicharachero de los latinos, herederos de Grecia y Roma. El ocio puede ser
sinónimo de sabiduría, y sin emular necesariamente “El banquete” de Platón, algunos
de los mejores poetas de esta ciudad han dejado escritos sus versos en las
servilletas y barras de los bares. Qué obsesión tienen nuestros políticos con
ordenar la vida de la gente, mientras ellos hacen al parecer lo que les da la
gana. Si se respetan los derechos de los trabajadores, que debe ser la
preocupación de la ministra de Trabajo, no sé por qué no van a abrir los
restaurantes cuando quieran y convertirse en un templo para los insomnes. También
Franco recomendaba a los niños que se fueran pronto a la cama, y tal vez le
hubiera gustado nacionalizar el sector turístico, que fue un invento de Manuel
Fraga. “Spain is different”. Y tanto. Ni siquiera tenemos un Código Penal
propio, según Junts. A diferencia de la Comunidad de Madrid, como celebra Isabel
Díaz Ayuso, en Cataluña los restaurantes cierran pronto. ¿Tenemos otra batalla
a la vista? Y si cierran los restaurantes temprano, ¿a dónde iban a ir a hacer
sus tratos Ábalos, Koldo y compañía? ¿Directamente a la sede del ministerio de
turno? Se ve que Yolanda Díaz no conoce al pueblo español, como tampoco Carles
Puigdemont, a pesar de que su abuela era andaluza. ¡Ay, qué poco aprendemos de
los abuelos! Quizá deberíamos acuñar un nuevo eslogan para atraer a turistas de
la “upper class”. “Spain is free, Spain is amnesty”, que en español suena más
bien a anestesia. Menos mal que tenemos bares y restaurantes. Vayan si son
felices. Mejor cantar de madrugada que hacerlo de cara al sol.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 10/03/2024</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-39091952537106043462024-03-04T12:00:00.000+01:002024-03-04T12:00:02.142+01:00Ciudades temáticas<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">La
falta de imaginación política lleva a convertir las ciudades en parques de
atracciones donde exprimir el dominio público y cobrar una entrada por su
utilización, como puede ocurrir con la Plaza de España en Sevilla o con el
Paseo de los Tristes en Granada, y no quiero dar ideas. Vivimos en la
superficie de la realidad, mediática y cambiante, y a falta de una oferta
cultural sólida, lucimos el pétreo patrimonio, que mirar y admirar, aunque haya
quien opte por irse de tapas. En Granada se ha disparado el precio de los
alquileres, pues los propietarios, convencidos de su papel en FITUR, prefieren
a los turistas que a los estudiantes, y se trata de sacarle el máximo partido a
la inversión inmobiliaria. Las comunidades autónomas y los ayuntamientos,
convertidos en promotores del ocio, quieren hacer lo mismo, sólo que como
administraciones cobran tributos sobre los establecimientos turísticos o nuevas
tasas por la prestación de servicios o el aprovechamiento del dominio público. Así,
el vecino que vivía en el centro opta por irse, ya que no puede pasear
tranquilamente por las calles y plazas del que era su barrio. Benditos pueblos
del área metropolitana, donde todavía se contempla la vida con algo de relajación
(cuando no celebra el consistorio todas las fiestas del santoral) y no se
respira la contaminación que ya empieza a asfixiar en Granada. Sería mucho más
consecuente aspirar a la capitalidad turística que a la cultural. Las ciudades
andaluzas no parecen pensar en otra cosa. Además del festival de cine, en Málaga
se ha inaugurado este fin de semana la temporada de playa, que gracias al
cambio climático ya dura ocho meses, desde el mes de marzo a septiembre
incluidos. Nuestros sueños se han convertido en pesadillas y pronto viviremos
en un verano perpetuo. ¡Vacaciones! ¿Quién va a trabajar? Por mucha
inteligencia artificial que haya siempre harán falta camareros y cocineros, que
ya se aprecian mucho más que los doctores en Filosofía o en Derecho. ¿De qué
nos sirven las instituciones culturales o los museos si no es para colocar a
alguien del partido? Si Lorca levantara la cabeza de su tumba (si es que se
encuentra), quizá en vez de una pluma enarbolara un lanzallamas para purificar
todas las instituciones que llevan su nombre y que confunden la cultura con la
política. Ay, las instituciones. Se pone al frente a un títere, se cobra una
entrada y pelillos a la mar. A fin de cuentas, ya podemos bañarnos hasta el
invierno que viene, que será todavía más corto.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 3/04/2024</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-13400957494396415212024-02-26T10:01:00.000+01:002024-02-26T10:01:03.094+01:00Discursos<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">La política debería ser una actividad ceñida a la realidad, pero
los discursos suelen construirse de acuerdo con los deseos de quienes los
pronuncian y no de los problemas de los ciudadanos. Deprime escuchar a los
portavoces de los partidos analizar los resultados electorales, maquillándolos,
no reconociendo la derrota, en el caso del PSOE, como si no fuera un partido de
Galicia o de España, sino de otro planeta quizá. Nuestros políticos comienzan
por no reconocer los errores y terminan enajenados, viviendo en otra realidad
que al parecer es distinta a la de sus votantes. “Es que no entiendes la
política”, te dicen. Pero con tantas contradicciones resulta imposible. Menos
mal que para aclararlas está la ley, ese mínimo común que permite la
convivencia. Y por eso en democracia existe la separación de poderes y la
judicatura. Sin embargo, llegados al punto de interpretar la realidad según los
propios deseos, nos estamos acostumbrando a negar los principios democráticos,
y ya es demasiado común escuchar a políticos, contertulios y columnistas con
poca formación la idea peregrina de que la soberanía popular está por encima de
todo, incluyendo las leyes. Porque la soberanía popular es un poder constituido
y las leyes se aprueban o se modifican en el Parlamento, y no es más
democrático un país en el que se permite que quien las vulnere, sea Donald
Trump o Carles Puigdemont, se presente a unas elecciones, como hemos escuchado
últimamente. Eso no demuestra que exista una democracia más madura o más
fuerte, sino sólo más anárquica y analfabeta. Quien no tiene respeto por el
ordenamiento jurídico, difícilmente lo va a tener por los derechos y libertades
de los ciudadanos. Las elecciones no lo solucionan todo, y las amnistías tampoco,
por bien intencionadas que sean, cuando se confunden las iniciativas políticas
con la prevaricación. Ninguna idea legitima la malversación de los recursos
públicos, que pertenecen a todos los ciudadanos, los que están contigo y los
que no. El fin no justifica los medios en un país democrático, pues el medio es
la democracia misma, que en esencia es un procedimiento de actuación. Y el
respeto de lo público debería estar por encima de otras consideraciones. Cuando
nuestros políticos transmiten la idea de que la impunidad es legítima y todo
vale, ¿por qué no van a hacer lo mismo el resto de los ciudadanos? ¿Porque no
ostentan un cargo público? Del abuso del decreto-ley a la dictadura hay un
pequeño paso. Sobre todo cuando no tenemos claro cuáles son los principios
democráticos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 25/02/2024</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-60887631815785088072024-02-19T09:40:00.000+01:002024-02-19T09:41:38.330+01:00Batallas<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: arial;">En un contexto mundial
en el que se teme la vuelta de Donal Trump a la presidencia de Estados Unidos y
Vladimir Putin no tiene reparos en declarar en busca y captura a la presidenta
de Estonia, algunos analistas aconsejan a Europa y a países despistados como
España prepararse para la guerra. Una guerra en la que ya estamos inmersos,
pero que todavía se ve lejana en el sur de la Unión Europea. No tanto en
Alemania, que va a destinar el 2% del PIB a Defensa, algo respaldado por la
mayoría de la población. El canciller alemán, Olaf Scholz, habla de la
necesaria colaboración entre los países europeos para aumentar la producción de
armas y no depender de Estados Unidos y de la OTAN, de la que Trump puede
prescindir. Porque bajo el paraguas americano, podíamos permitirnos ser
pacifistas, pero al parecer esos tiempos se han acabado. En España, sin
embargo, esto es una quimera, cuando ni siquiera podemos dotar de medios a la
Guardia Civil, que se enfrenta en inferioridad de condiciones a los
narcotraficantes, y donde apenas se ha prestado atención y respeto a los dos
funcionarios asesinados en Barbate. ¿Podemos imaginar nuestro papel en una
guerra convencional contra los rusos? Nuestros gobernantes se declaran
contrarios a la guerra y no están dispuestos a aumentar el gasto militar,
aunque entre bambalinas se comportan como el Padrino con sus adversarios
políticos. Son capaces de aplastar a sus rivales sin ningún escrúpulo, pero no
de saltarse las normas impuestas por lo políticamente correcto. Si no fuera porque
pertenecemos a la Unión Europea y Josep Borrell es el responsable de Asuntos
Exteriores y Política de Seguridad, España sería un cero a la izquierda en la
política internacional. Ya lo somos en muchos aspectos, porque aquí nos van
más las batallas de mentiras y los estadistas brillan por su ausencia. Nuestras
guerras son más modestas, y en Granada la batalla se sitúa en la Zona Norte,
donde los trabajadores de la Rober han decidido suprimir el paso de las líneas
5, N5 y N6 en el tramo entre Joaquina Eguaras y Sánchez Cotán por el
lanzamiento de piedras contra los autobuses. La alcaldesa ha pedido refuerzos
para proteger a los conductores, mientras el PSOE, por boca de Paco Cuenca,
señala que “hay que reducir a los agresores, que están muy identificados”. ¿No
somos capaces de garantizar los servicios públicos? Según Ambrose Bierce, una
batalla es el método de desatar con los dientes un nudo político que no se
podía deshacer con la lengua.<o:p></o:p></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="font-family: arial;">IDEAL
(La Cerradura), 18/02/2024</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-33345480613113746042024-02-12T10:25:00.004+01:002024-02-12T10:25:57.441+01:00Solidaridad<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: arial;">Puede que lo que no ha
unido la política logre hacerlo la naturaleza. Ya se sabe que a la fuerza
ahorcan, y quizá la sequía fomente la necesaria solidaridad entre las
comunidades autónomas, e incluso una idea de país, hasta ahora fragmentada o
inexistente. Los presidentes de Andalucía y Cataluña hablan ya abiertamente de
trasvases de agua, aunque sorprende que haya que llegar a una emergencia para
que se tomen decisiones. Hace veinte años la comunidad catalana se opuso a compartir
el agua del Ebro con Aragón, lo que hoy reclama con urgencia. Quizá durante
este tiempo los dirigentes catalanes, como tantos de otras partes, se hayan
preocupado de otras cosas. Y resulta lamentable oír cómo muchos se escudan
ahora en el cambio climático (negado hasta que se ha convertido en un hecho
irreversible, aunque algunos sigan hablando de “dogmatismo ambiental”) cuando
han estado ocupados en promover políticas identitarias y no en resolver
problemas prácticos, que es lo que deberían hacer los responsables
institucionales: gestionar bien los recursos públicos. ¿Cómo no hay una
coordinación entre todas las administraciones territoriales en un tema tan
sensible para los ciudadanos? ¿Cómo no hay un nuevo plan hidrológico a nivel
nacional? ¿Hay que salir a la calle y cortar las carreteras, como han hecho esta
semana los trabajadores del campo en Granada? Los fenómenos climáticos
extremos, la sequía y la subida de precios están arruinando al sector. Y, sin
embargo, a pesar de las molestias causadas, hay mucha gente que ha mostrado
comprensión por las protestas de los agricultores, que a fin de cuentas son
quienes más conectados están con la tierra, y prestan un servicio público
esencial. La mayoría son trabajadores autónomos, que hacen lo que pueden para
que sus explotaciones sean eficientes desde el punto de vista medioambiental y
económico, pero no pueden competir con los grandes grupos empresariales ni con
la importación de productos de otros países que no cumplen con las exigencias
normativas de la Unión Europea. Sin embargo, el miedo de nuestra clase política
es que la extrema derecha capitalice el malestar popular y obtenga buenos
resultados en las próximas elecciones. ¿No sería mejor trabajar para cambiar un
modelo productivo obsoleto y hacer políticas ecológicas a largo plazo? La Unión
Europea, que subvenciona el sector, no es el enemigo, sino un interlocutor
necesario. La llamada agenda verde es ya una prioridad, pero debe suponer algo
más que ayudas o restricciones al sector agrario. La solidaridad empieza por
una política nacional y europea para una gestión óptima de la tierra y el agua.<o:p></o:p></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="font-family: arial;"> IDEAL (La Cerradura), 11/02/2024</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-82860531193487677862024-02-05T10:10:00.001+01:002024-02-05T10:11:05.480+01:00Politosfera<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">Nuestros
políticos parecen convencidos de que hay que dividir a la población en dos
bandos, y utilizan un lenguaje populista, términos como fachosfera o
sanchosfera, de los que se hacen eco los medios de comunicación. No son
insultos, nos dicen, sino una descripción de la realidad. La realidad es que en
2023 ha subido un 7,3% el precio de los alimentos y que ha bajado el poder
adquisitivo de las familias españolas. La realidad es que Black Rock, el mayor
fondo financiero del mundo, ha adquirido el 20% de Naturgy, y es el primer
accionista de Repsol y Enagás, del Banco Santander y BBVA, y el segundo de
Iberdrola y Redeia, antigua Red eléctrica, entidades que han ganado un 23% más
en 2023, y que son los que mandan. La realidad es que nuestra clase política
vive en la superficie del lenguaje y en una campaña electoral permanente, y que
sus expectativas no pasan de las elecciones gallegas y europeas. Unos y otros
hablan de destruir el Estado, pero no nos ofrecen un proyecto común donde todos
puedan sumarse, incluso los partidos nacionalistas e independentistas a los que
el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, les ha perdonado esta semana sus
pecados. Porque lo del Congreso de los Diputados parece, sí, una historia
bíblica. Siete votos que son como treinta monedas de plata. Los que exigen la
ley de amnistía han votado en su contra, aunque el presidente les absuelva de
palabra. ¿Dónde queda la separación de poderes? Las teorías de las
confabulaciones judiciales nos llevan a calcar los discursos de Trump, Putin
(ay, Carles Puigdemont) o Netanyahu. Del Gobierno se valora más que baje el IVA
para los alimentos básicos y la luz y el gas, que bonifique el transporte
público, se revaloricen las pensiones o se aumenten las ayudas al desempleo. Es
un lenguaje más sensato, y que entienden mucho mejor los ciudadanos. Como
entenderían también un pacto político por el agua. No tenemos que hacer un
referéndum para saber que lo que más le importa a la gente ahora mismo en
Cataluña es la declaración de emergencia por sequía en Barcelona y Gerona. Lo
mismo puede ocurrir en breve en Andalucía y en Granada, donde los embalses
están a un 23,5% de su capacidad. Los ciudadanos viven en la realidad, aunque
miren al cielo. Nuestros representantes no parecen de este mundo y sólo miran
la politosfera, esa capa externa y frágil que recubre el Estado social y
democrático de Derecho y que algunos están empeñados en quebrar.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 4/02/2024</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-79710735507477718102024-01-29T10:49:00.001+01:002024-01-29T10:50:07.111+01:00Deseducar<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">No
sé si serán efectivas las medidas que anuncia el Gobierno para potenciar la
comprensión lectora y las habilidades matemáticas de nuestros escolares, pero
me da la impresión de que la distancia que empieza a haber entre profesores y
alumnos es casi tan grande como la que existe entre políticos y ciudadanos. Y
aunque a diferencia de parte de nuestra clase política los docentes se
esfuerzan en tender puentes con su auditorio, a veces parecen hablar lenguajes
diferentes, más allá de que unos puedan ser nativos digitales y otros
analógicos, esas clasificaciones que gustan tanto pero que suenan a distopía. Alberto
Núñez Feijóo ha anunciado una selectividad única para las once comunidades que
gobierna el PP, pero lo raro es que no lo sea para todas las comunidades
autónomas, que tienen competencia para fijar un 40% de los contenidos de los
libros de texto. ¿Por qué no estudian lo mismo los adolescentes de Andalucía,
Madrid, Cataluña o País Vasco? Y no sé qué pudiera ser mejor (o peor), que se
atienda a las inquietudes culturales de cada territorio o al discurso único que
se nos pueda pretender imponer desde el Gobierno o desde un partido, pues aquí
en España hemos confundido la tarea de gobernar con los intereses de las
formaciones políticas. A la gente le suena bien que los ciudadanos tengan los
mismos derechos y libertades independientemente de dónde vivan, pero aún les
sonaría mejor que existiera un pacto de Estado para prestar en las mismas
condiciones los servicios públicos esenciales, no sólo la educación, sino
también la sanidad y los servicios sociales, que están cedidos a las
comunidades autónomas. No se trata de que todas las autonomías los presten de
la misma forma si están gobernadas por un mismo partido, sino que la calidad
del servicio y el nivel de acceso de los ciudadanos sean razonablemente
parecidos con independencia del color del gobierno y de la renta de la
comunidad donde vivan. Algo que resulta improbable si uno atiende a los
discursos de algunos dirigentes autonómicos, cargados de odio no sólo para el
inmigrante extranjero, sino también hacia el nacional, aunque hubiera podido
ser su abuelo. La educación, siendo un derecho de todos, actualmente está sólo
al alcance de algunos. De los que, a pesar de la miopía política y la
sobreabundancia de información sin filtros en medios y redes sociales, son
capaces de labrarse un criterio propio. Increíblemente, en el año 2024, entre la
inteligencia artificial y tanto dirigente “fake”, hablar del desarrollo de la
personalidad humana parece una quimera.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 28/01/2024</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-65065142418964762842024-01-22T11:40:00.002+01:002024-01-22T11:40:26.047+01:00Realidad distorsionada<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">El concepto de realidad de nuestros políticos es tan voluble que,
de hacerles caso, andaríamos dando saltos, como Indiana Jones en la película
“En busca del arca perdida”, esquivando flechas a medida que se nos van
hundiendo los pies, perseguidos por una piedra gigante construida con globos
sonda informativos. Si todos los recursos económicos gastados en organizar una
cumbre como la de Davos se destinaran a reducir la tasa de pobreza infantil,
por ejemplo (en España es del 27,8%, según Unicef), esta desaparecería. Pero
cuando uno escucha a los líderes mundiales no tiene la sensación de que quieran
solucionar nada, sino justificarse a sí mismos, ese papel que va cambiando
según quién sea el interlocutor. La cara parece un holograma con otro peinado o
abrigo, aunque lo que se ha transformado es la personalidad y el discurso, más
cínico, lisonjero o empalagoso según los casos, el de un idealista o el de un
dictador, el de un progresista o el de un retrógrado, incluso el de un adalid
de la socialdemocracia europea, que se disuelve sin embargo si las
instituciones o las normas contradicen sus intereses. Deben sentir confusión
los letrados del Congreso y los jueces y magistrados cuando escuchan a algunos
de nuestros políticos decir que sus dictámenes y sentencias son meras opiniones.
Pero la diferencia entre la política y el derecho, entre la opinión y la
información, entre la demagogia y la ciencia, es que los expertos aprenden
precisamente a distinguirlos, y por eso se acude a ellos, para emitir informes técnicos
o sentencias. Sin embargo, desde la política se hace lo posible por contaminar
estos ámbitos y desprestigiarlos, empezando por el Tribunal Constitucional o el
Consejo del Poder Judicial y los procedimientos legislativos en el Parlamento,
lo que revela el poco respeto que tienen los partidos por las instituciones y
la Constitución española, que unos y otros dicen defender, aunque luego
prefieran gobernar a golpe de decretos-leyes. Se trata de hacer lo que uno
quiere en cualquier circunstancia, por encima de todo y de todos. Y luego los
escuchas afirmando que estamos poniendo en peligro la democracia. Se nos saltan
las lágrimas de risa y las carcajadas se oyen hasta en Suiza, desde donde nos
avisan del fin del mundo quienes no hacen más que teclear el botón de la
estupidez masiva. Nuestros líderes suelen confundir la verdad y la realidad, la
mentira y la irrealidad, no necesariamente en ese orden y con las mismas
proporciones. Por eso existen las leyes. No se las salten.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 21/01/2024</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-66553997405871811362024-01-15T10:12:00.000+01:002024-01-15T10:12:07.190+01:00Cenizas<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">Me imagino al fantasma de la mujer cuyas cenizas se han encontrado
en una urna funeraria en la calle, cerca del Hospital de la Inmaculada, quejándose.
“¡Es que os olvidáis hasta de enterrarme!” Parece un capítulo de la serie “A
dos metros bajo tierra”, en la que una familia regenta una funeraria y todos
los días se enfrenta a las vicisitudes de la muerte. Si los cementerios se
encontrasen en el centro de las ciudades quizá recordaríamos que tenemos un
tiempo limitado y lo perderíamos menos. Ojalá se lo recordaran a nuestros
políticos antes de hablar en el parlamento. “¡Memento mori!”, les susurraban a
los emperadores romanos. “Recuerda que morirás”. “Los muertos viajan deprisa”,
decían en una película fantástica. Pero no lo harán en Granada, que según Paco
Puentedura va a ser la segunda ciudad con el autobús más caro, sólo superada
por Barcelona, al menos mientras siga en España. Son dos ciudades que tienen
más en común de lo que parece: la contaminación, la sequía, el transporte
público, el turismo y ediles irreconciliables. ¡Cómo me gustaría que hubiera un
proyecto de ciudad en el que participaran todos los grupos políticos! Y eso que
en Granada no ha aparecido aún ningún partido independentista, aunque sí hay
quien defiende la existencia del reino nazarí y la independencia de Andalucía
oriental. Lo que nos faltaba. Ya nos veo encabezando la liga independentista e
invitando a Carles Puigdemont a vivir en la Alhambra. Si los muros del castillo
rojo hablaran contarían historias de fantasmas y fantasmones, que se confunden
con facilidad en nuestra vida política. No sé si lo del olvido de las cenizas
de la pobre mujer tendrá que ver con la subida de las tarifas del cementerio de
San José en 2024. Menudo compromiso es morirse, y encima resulta caro. Menos
mal que muerto ya no te enteras de nada. ¿O acaso sí? Las colas de
reclamaciones suelen estar llenas de zombis, mareados por la administración, y
no digamos los congresos de los partidos, donde los líderes pretenden pastorear
la voluntad de los afiliados y a través de ellos la de los ciudadanos, a los
que nos llaman pueblo o gente o incluso hermanos sólo cuando les conviene. Que
se lo digan a Pablo Iglesias, capaz de cargarse la izquierda española porque
Yolanda Díaz le lleva la contraria. O a Pedro Sánchez, especie de ave fénix
según sus libros, un superviviente de su propio partido. Ojalá seamos capaces
de resurgir de tantas cenizas políticas. Como videntes, vemos fantasmas y
cenizos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 14/01/2024</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-76314654330120388562024-01-08T11:44:00.004+01:002024-01-08T11:47:27.634+01:00Agua<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">En Andalucía no “hay riesgo de lluvias”, como suelen decir los
meteorólogos, sino de sequías. Y pasado ya uno de los años más cálidos de la
historia, no va a ser el cielo azul el símbolo de la alegría, sino el
encapotado y, a ser posible, seguido de un chaparrón. Son las carencias
colectivas las que nos recuerdan la necesidad de que exista solidaridad entre
las comunidades autónomas, y recién estrenado el 2024 son Andalucía y Cataluña las
que tienen que afrontar los problemas de la sequía. Nuevos cortes y buques
cisterna son algunas de las soluciones que se oyen en Sevilla y en Barcelona. ¿Podrían
recibir agua de otras comunidades autónomas? ¿De quiénes son los recursos
naturales que hay en la península ibérica, de todos los españoles o de cada
comunidad autónoma, con permiso de Portugal? Según el artículo 128 de la
Constitución española, “toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea
cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”; y el artículo
50 del Estatuto andaluz señala que le corresponde a la Junta la competencia
exclusiva sobre los “recursos y aprovechamientos hidráulicos, canales y
regadíos, cuando las aguas transcurran por Andalucía”, además de las aguas
subterráneas. Pero, fuera de las leyes, quizá la respuesta no sea la misma en
momentos de abundancia que en los de necesidad. Las urgencias políticas no
suelen coincidir con las urgencias medioambientales, y hemos tenido que sufrir
una pandemia para que haya existido una colaboración eficiente entre todas las
administraciones territoriales españolas. Los embalses en peor situación son
los de las cuencas del Guadalquivir (al 19,3% de su capacidad), Segura (18,9%),
Cuencas Mediterráneas Andaluzas (18,8%), Cuencas Internas de Cataluña (16,8%) y
Guadalete-Barbate (14,5%). En algunos municipios catalanes el consumo humano de
agua está limitado a 210 litros por habitante y día, y se ha prohibido regar
parques y jardines, lavar coches o llenar piscinas con agua potable. En
Andalucía, en localidades como Vélez Málaga y Rincón de la Victoria se corta el
agua entre las once de la noche y las siete de la mañana, y la Junta ya prevé
utilizar buques cisterna para abastecer a la población de la Costa del Sol en
Málaga o el Campo de Gibraltar en Cádiz. En Granada, se han celebrado las
primeras nevadas en la sierra y no tanto la subida del recibo del agua. En 2024
ya no queremos buen tiempo, sino que las nubes empañen nuestro horizonte. “Amenaza”
cielo azul, que no nublado. La lluvia será el símbolo de la alegría.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: arial;"><i>IDEAL (La Cerradura), 7/01/2024</i></span></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-14030765883476550642024-01-01T13:02:00.000+01:002024-01-01T13:02:16.746+01:00Resúmenes<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">Esta
semana los medios de comunicación nos han ofrecido resúmenes de todo tipo, “lo
mejor” del cine, de la música y la literatura, o han destacado los “hitos” de
nuestra vida pública, que sigue digiriendo los resultados de las elecciones
generales. Uno no comprende la historia hasta que echa la vista atrás, pero nos
inquieta lo que ocurre en España y fuera de ella, pues los conflictos crecen en
vez de desaparecer, en Europa y a nivel mundial, con una guerra fría entre
Estados Unidos y China. De hecho, FundéuRAE ha elegido “polarización” como
palabra del año, que aparte de ser una de las más feas del diccionario hace
referencia al enfrentamiento civil en el escenario político, aunque la RAE la
defina como “acción y efecto de polarizar o polarizarse”, que sería orientarse
en dos direcciones contrapuestas y suena a congelarse o alienarse o idiotizarse.
¿Quién se atreve a hacer un buen pronóstico para 2024? Mientras brinde esta
noche por el nuevo año, la gente tocará madera y se dirá aquello de “virgencita,
que me quede como estoy”, o “más vale malo conocido que bueno por conocer”, que
es como ser más Sancho Panza que Quijote. Pedro Sánchez habla de una
“polarización asimétrica”, de la que culpa al PP y a Vox, pero es más bien un
ejemplo de la acción de polarizar, pues para entenderse hay que empezar por no
culpabilizar a nadie. ¡Cuánto ganaríamos como país y como personas si en vez de
sumar palabras al diccionario restásemos algunas como pecado y culpa! Los
traumas infantiles crean más dictadores que las malas políticas, aunque los
malos políticos no suelen tener cargo de conciencia. En términos legales, sin
embargo, no hay mejor resumen del año que los Presupuestos Generales del
Estado. El Gobierno acaba de aprobar la prórroga para 2024 de los de 2023, ya
que no ha tenido tiempo de elaborar las nuevas cuentas anuales. ¿No cambiamos
de año entonces? En Granada, los nuevos presupuestos supondrán la subida del
precio del autobús, del canon de agua, la tasa de basura o el IBI, lo que ha “polarizado”
bastante al personal. ¿Apuntaremos entre nuestros buenos propósitos ir siempre
andando? Granada es una ciudad pequeña, pero tiene un nivel muy alto de
contaminación y los atascos en la circunvalación son permanentes. ¿Y si bonificáramos
el transporte público? En el resumen de 2023 eliminaremos los fragmentos que
van contra nuestras convicciones y lo achacaremos a la falta de tiempo. Ojalá
ensanchemos nuestro pensamiento y nuestro espacio político en 2024.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 31/12/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-521138979444071202023-12-28T10:24:00.000+01:002023-12-28T10:26:18.987+01:00Fantasmas<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">El
señor Sánchez esperaba sentado en el sillón del Gobierno a que terminasen los
preparativos de la cena de Nochebuena. Se sentía un poco melancólico, como
solía ocurrirle en estas fechas. Su exsocio, Pablo Iglesias, que estaba muerto
políticamente –el propio Sánchez había firmado su acta de defunción- se
materializó ante él. “¡Feliz Navidad!”, le dijo jovialmente. “Bah”, contestó
Sánchez. “¡Paparruchas!” “¿Las Navidades paparruchas?”, exclamó Iglesias. “No
habrás querido decir eso, ¿no?” “Sí he querido decirlo”, respondió Sánchez.
“¡Feliz Navidad! ¿Qué motivos tienes para ser feliz? Eres bastante pobre”.
“Vaya, vaya”, replicó alegremente Iglesias. “¿Y qué motivos tienes para estar
triste? Eres bastante rico”. “¡Bah!”, dijo Sánchez, “¿qué es para ti la Navidad
sino la época de pagar facturas y no tener dinero, la época en que uno se
encuentra un año más viejo y ni una hora más rico, la época de hacer balance y
descubrir que doce meses de trabajo han resultado estériles y que el país está
prácticamente en quiebra?” “Aún tienes tiempo de enmendarte”, le advirtió
Iglesias. “¡Hoy te visitarán tres fantasmas!” “¿Además de ti?”, contestó
Sánchez irónicamente. “¡Paparruchas!” Pero no había terminado de hablar cuando
un fantasma cachas y barbudo hizo desaparecer a Pablo Iglesias y dijo: “Soy el
fantasma de las Navidades pasadas. ¿Quieres guerra?” Fue cosa de treinta
segundos, pues ante el estupor de Sánchez otro fantasma con gafas y el pelo
peinado hacia delante, con aire de cura, le dio una colleja al fantasma del
pasado gritando “competencias”, y aún más alto, “Cataluña”, y haciendo temblar
las paredes del Palacio de la Moncloa, añadió: “¡Independencia!” Pero el señor
Sánchez no perdía la sonrisa condescendiente. “¿Habré bebido demasiado ponche?”,
pensó. Y esta vez la aparición se transformó en el fantasma de una mujer con
cara de Blancanieves y ojos de bruja, que dijo: “Soy el fantasma de las
Navidades futuras. Vete despidiendo de la presidencia del Gobierno”. “¡Coño!”,
exclamó el señor Sánchez, “si eres clavada a Isabel Díaz Ayuso”. “Te has cavado
tu tumba política”, dijo el fantasma que en verdad tenía toda la cara de la
presidenta de la Comunidad de Madrid. Y en ese momento se derrumbaron las
paredes del palacio, se abrió el suelo y el señor Sánchez se vio cayendo hacia
un agujero en cuyo fondo había un ataúd –esto sí le dio miedo- que tenía la
forma de un mapa de España. “¡No, no, de España, no!”, gritaba. Se pegó un buen
porrazo y la tapa se cerró sobre su cabeza. Fue entonces cuando se despertó.
Feliz Navidad.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 24/12/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-72917579218060376842023-12-18T10:11:00.001+01:002023-12-18T10:11:22.655+01:00Pantallas<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">La
limitación del uso del móvil en las escuelas puede verse como una prohibición y
una intrusión en la intimidad, pero también como una liberación para miles de
adolescentes que sufren trastornos de ansiedad, insomnio o irritabilidad por
vivir en una especie de frenesí digital. De hecho, los resultados del informe
PISA sobre nuestro sistema educativo serían mucho mejores si las pantallas
desaparecieran de las clases. Primero hay que asentar las capacidades básicas
de los alumnos, luego podemos utilizar las nuevas tecnologías para
desarrollarlas en el aula. Pero, para explicar, no hay nada mejor que una
pizarra. La educación es una forma de comunicación y los profesores tienen que
tender puentes con su auditorio, puentes que saltan por los aires si los
destinatarios del mensaje están absortos en una pantalla. Sólo hay que fijarse
en los restaurantes, donde nada resulta más penoso que ver a una pareja que no
habla, sino que teclea. En el colegio, en el instituto e incluso en la
universidad esto es una desgracia. La simplificación de los mensajes se nota en
todo tipo de discursos. Como la gente está acostumbrada a ver, nadie se molesta
en describir, matando la imaginación de los interlocutores. Es algo que se nota
ya incluso en los libros, de una pobreza descriptiva lamentable. Escritores que
narran para espectadores, como si la novela fuera una serie o una película,
escrita como un guion, con sobreabundancia de diálogos y ausencia de imágenes. La
sobreestimulación audiovisual y auditiva hace que nuestros niños y no tan niños
sean incapaces de concentrarse durante cinco minutos en algo concreto, ya sea
la lectura o hacer un ejercicio, lo que a muchos les supone un suplicio. Pero
la solución no es eliminar los exámenes para evaluar las competencias, sino
desarrollar las competencias. Esto resulta evidente para la mayoría de los
pedagogos, por lo que uno no entiende la obstinación de las administraciones en
lo contrario, a no ser que haya un plan preconcebido para crear autómatas. ¿No
queremos que nuestros jóvenes piensen por sí mismos y se desarrollen
plenamente? No se trata de prohibir, sino de acompañar en el aprendizaje de una
manera consciente. Si entre nuestros jóvenes abundan la depresión, las
agresiones y las autolesiones, que nos resultan inexplicables, quizá tenga algo
que ver el uso abusivo de los móviles. Ya sabía George Orwell que las pantallas
serían omnipresentes y vigilantes allá por 1949, cuando publicó “1984”. “Guerra
es paz, libertad es esclavitud, ignorancia es fuerza”, son los lemas de las tiranías
y las pantallas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 17/12/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-37895590635215718922023-12-11T11:42:00.000+01:002023-12-11T11:42:02.687+01:00Espías<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">Mientras
el CNI expulsa del país a dos agentes de la CIA, los porteros de las discotecas
de Granada se enfrentan a jóvenes imitadores de James Bond o Jason Bourne, que
llevan pistolas de aire comprimido. Uno comprende que algunos adolescentes
confundan la realidad con la ficción, pero no tanto que lo haga la ministra de
Defensa, Margarita Robles, quien afirma que el incidente con los espías
norteamericanos “no afecta al núcleo fundamental en las relaciones de dos
países que son aliados y amigos”. Bueno, no tanto. Si espías a tu aliado y
amigo es porque no confías en él. La CIA estaba pagando a dos miembros del CNI
para que les facilitaran información clasificada como secreta. ¿Y qué pasará
con los espías españoles? Si estuviéramos en una película, ya habrían sido
silenciados para siempre, o como mucho se les hubiera dado la oportunidad de
quitarse estoicamente de en medio para salvar el honor y la integridad, si es
que todavía se estila eso. Pero en un Estado de derecho uno debe acudir al
Código Penal, que en su artículo 584 (delito de traición) establece una pena de
6 a 12 años para “el español que, con el propósito de favorecer a una potencia
extranjera, asociación u organización internacional, se procure, falsee,
inutilice o revele información clasificada como reservada o secreta,
susceptible de perjudicar la seguridad nacional o la defensa nacional”. ¿A qué
nos sonará esto? Quizá la administración americana quiera saber como los
ciudadanos españoles lo que se habla y lo que se pacta entre el Gobierno
español y Junts. ¿Cómo se pueden llevar en secreto en un sistema democrático
las negociaciones para un pacto de gobierno? ¿Y por qué hay que gastar dinero
público para que se realicen en el extranjero? ¿Para qué tenemos el Parlamento?
Si aquí en España ni los partidos políticos ni sus dirigentes se fían unos de
otros, es difícil que lo hagan nuestros presuntos amigos y aliados, que deben
pensar aquello de que, a nuestros enemigos, cuanto más cerca, mejor. Quizá
tengan algo que ver los gestos chulescos a los que se han acostumbrado los
presidentes españoles, como José Luis Rodríguez Zapatero ante la bandera norteamericana
o Pedro Sánchez en viaje diplomático a Israel, país que facilita tecnología
punta a otros países para los trabajos de espionaje, como el famoso programa
Pegasus. ¿Filtrarán los israelíes las conversaciones entre el PSOE y Junts como
venganza? Si aún viviera Francisco Ibáñez, quizá pudieran explicarnos los
secretos de nuestra democracia Mortadelo y Filemón.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 10/12/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-26258985870623802862023-12-04T09:07:00.000+01:002023-12-04T09:07:06.145+01:00A morder<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">La
gente está que muerde. Por el precio del aceite, por ejemplo, como ese hombre
que salió corriendo con una garrafa de cinco litros y les clavó los dientes a
los guardas del supermercado, según informaba esta semana IDEAL. O como ese
aficionado al fútbol que mordió a los policías que lo detuvieron en Iznalloz,
nos contaba Carlos Morán, aunque por lo visto el chaval no tenía hambre de
aceite, sino de cocaína. Me sorprende lo de los bocados, pero no tanto si uno
atiende a la actualidad política. “Salid a morder”, dicen todavía algunos
entrenadores de fútbol. Pero es que claro, en nuestra hermana Argentina han
elegido presidente a un tipo, Javier Milei, que iba a los mítines con una
motosierra; y en Países Bajos a otro, Geert Wilders, que parece el hermano
pequeño del conde Drácula, el general Pinochet según la película de Pablo
Larraín. Que gobierne la extrema derecha no es un dato que ya nos sorprenda en
Europa. En Italia manda Giorgia Meloni; en Hungría, Viktor Orbán; en Finlandia
y Suecia, formaciones extremistas son parte del gobierno; en Francia, Le Pen
aventaja en las encuestas a Emmanuel Macron, y Alternativa por Alemania es ya
la segunda fuerza en intención de voto en el país germano. Por no hablar de España, donde Vox forma parte
de los gobiernos autonómicos de Aragón, Murcia, Comunidad Valenciana, Castilla
y León y Extremadura. Y, sin embargo, esto no es lo más llamativo, porque el Gobierno
de España no existiría sin la colaboración necesaria de Carles Puigdemont, que
está más a la derecha que la extrema derecha (fuera de España), y que ya ha
avisado a Pedro Sánchez de que votará junto al PP una moción de censura si no
cumple lo pactado. No han leído “Fausto”. (En fin, no han leído a secas, aunque
les escriban libros que luego firman.) Lo que más asombra es la indignidad.
Admitir que te chantajean e intentar explicar que eres una persona con
ideología, el paladín del progreso y de una izquierda irreconocible. Todo sea
por la familia. Así que no sorprende tanto que haya gente que muerda a la
policía. Ni que en las próximas elecciones europeas el Parlamento se oscurezca.
“No se negocia con secuestradores ni con terroristas”, decía en 2009 Mariano
Rajoy. Lo dicen los artificieros cuando la bomba está a punto de estallar. La
incongruencia política sólo alimenta el desencanto y la ira. Ese es el legado
que dejan los oportunistas. Gente mordiendo en el Congreso y en la calle.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 3/12/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-49384660529154059272023-11-27T10:00:00.006+01:002023-11-27T10:02:34.980+01:00Instituciones<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">Se ha echado de menos en el discurso de investidura de Pedro
Sánchez que haga la manida afirmación de que va a gobernar para todos los
españoles en vez de levantar muros, que ya sabemos que terminan derribados. ¿Sólo
va a gobernar para los suyos y contra la mitad de España que no acepta una
amnistía pactada con el único objetivo de mantener el poder? También se echa de
menos que Alberto Núñez Feijóo condene los ataques a la sede del PSOE y se
dedique a hacer política desde la inteligencia, pues el PP controla el Senado,
la mayoría de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos. Quizá
pudiéramos pedir a ambas partes respeto por las instituciones, que no deberían
tener ideología, aunque vivamos en un país acostumbrado a que cada cual haga de
su capa un sayo, desde el mundo político y empresarial a la cultura. Necesitamos
estadistas y no oportunistas, gestores y no padrinos mafiosos. Pero abundan
estos últimos, que creen en el sectarismo y en la humillación del contrario. Los
cargos públicos, sin embargo, no son propiedad de nadie, y mucho menos el
dinero público, que es lo que más duele a los ciudadanos que sufren para pagar
impuestos. Que no se condene a un malversador no lo aceptará nunca quien ha
tenido que pedir un préstamo para pagar una declaración del IRPF o del Impuesto
sobre Sucesiones y Donaciones. ¿Por qué unos sí y otros no? Esa es la cuestión.
No todo tiene un precio, y hasta Maquiavelo puede terminar escaldado, porque no
se puede enfrentar a la población, ni siquiera como juego político. Esto no es
un juego, aunque se lo parezca a algunos de nuestros dirigentes y a otros que
aspiran a serlo. Confundir a la persona con el puesto es lo que pervierte las
instituciones del Estado, que sostiene el sistema democrático. Lo aprendieron
Alfonso Suárez y el rey Juan Carlos I, también Santiago Carrillo, que
personificaron la Transición. No sé lo que habrá aprendido Irene Montero, que
abandona el ministerio de Igualdad sin reconocer errores y dando una pataleta,
ni lo que estarán aprendiendo Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, que están
llamados a entenderse, aunque no quieran. Porque la otra posibilidad es que la
confrontación que escenifican en el Congreso se convierta en una realidad, y
las protestas en las calles en una batalla campal. Hay que hacer política para todos,
en el Gobierno y la oposición si, más allá de las personas, queremos que
sobrevivan las instituciones democráticas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 26/11/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-7962738496688413722023-11-20T12:03:00.000+01:002023-11-20T12:03:29.355+01:00San Pedros<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">Estábamos
preocupados por la quiebra de España y resulta que lo que va a caerse es la
Alhambra por culpa del Tajo de San Pedro. Un cortado de 65 metros de alto cuyo
vértice se encuentra ya a 22 de la Torre de la Alcazaba. ¿Se tratará, después
de todo, de una metáfora sobre la deriva del país? La erosión, la lluvia y los
movimientos sísmicos acercan el temible tajo a la colina de la Sabika, del
mismo modo que los terremotos políticos han logrado que San Pedro Sánchez
vuelva a la Moncloa. Pues la cosa va de santos y creyentes. De estar por encima
del derecho positivo, de la mentira y la verdad, conmigo o contra mí. Cuenta la
leyenda que la existencia del tajo se debe a la explosión de un polvorín, que
es en lo que se ha convertido el Congreso, aunque nadie puede negar la
legitimidad de un Gobierno sustentado en el voto favorable de 179 diputados y
la disciplina de partido. ¿Quién osa levantar la voz? Lamentablemente, el autoritarismo
nos ha adelantado ahora en España por la supuesta izquierda, donde parece haber
más creyentes que en el Vaticano. Y el milagro de los panes y los peces lo ha
logrado con siete votos Carles Puigdemont. Si fueran sólo treinta monedas de
plata lo que va a recibir a cambio, no les dolería tanto el bolsillo a todos
los españoles. Qué alegría poder pagar las facturas a cargo de los presupuestos
del Estado. Los expertos tratan de consolidar el terreno del tajo de la
Alhambra con bacterias que forman un conglomerado de arcilla, que es lo que asemeja
la mayoría parlamentaria, amenazada por una legislatura inestable. ERC y Junts
no se soportan, como tampoco Bildu y el PNV, pero he aquí que catalanes y
vascos se han unido a los canarios con la argamasa de Sumar que, en la persona
de Yolanda Díaz y traicionando a Podemos, le da unos besos a San Pedro Sánchez
dignos del padrino. Hay que escribir otro manual, que podría titularse “Breviario
de posturas e imposturas”. Una mezcla de “Cincuenta sombras de Grey” con
meditación y autoayuda, que tal como anda el mundo editorial seguro que tendría
mucho éxito. Va a ser curioso ver cómo se gestiona una política interior
interesada con otra exterior contradictoria y casi inexistente, encabezada
quizá por Puigdemont. Los equilibrios políticos son milagrosos e inexplicables.
Espero que el Tajo de San Pedro no haga caer la Alhambra. San Pedro Sánchez ya
ha demostrado que es capaz de cualquier cosa.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 19/11/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-23501082724796235492023-11-14T18:33:00.002+01:002023-11-14T18:33:14.606+01:00Las dos Españas<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">Resulta
grotesco asomarse a la actualidad política española y ver la batalla campal a
la puerta de la sede del PSOE en Madrid, oír las llamadas a dinamitar el Estado
de Derecho. Viajamos en el tiempo sin que la vergüenza asome a la cara de los
hijos y los nietos de los que murieron en la Guerra Civil. Hay quien aspira, de
hecho, a que haya otra guerra, y la libra en las redes sociales y en las calles
de la capital de España, que se está volviendo un lugar desagradable para vivir,
pues ha perdido la alegría y el espíritu de solidaridad y acogida que la
caracterizaban, gobernada por unos dirigentes que, a la izquierda y a la
derecha, no parecen tener verdadero interés en la ciudad, la comunidad o el
país. Estando en el gobierno o en la oposición, los dos bloques son incapaces
de llegar a acuerdos, pero se reprochan mutuamente que para gobernar en el
ámbito estatal, autonómico o local tengan que apoyarse en los extremos. ¿Cabe
otra posibilidad si entre los dos grandes partidos no hay entendimiento? ¿Les
puede más el renacido odio de sus padres y abuelos? Pedro Sánchez se apoya en
los partidos independentistas, nacionalistas y regionalistas porque no tiene
otro remedio. Alberto Núñez Feijóo y sus barones se apoyan en Vox porque no
tienen más remedio. Todos se detestan e interpretan el derecho según les
conviene. En realidad, no respetan las instituciones que representan, ni la
Constitución, ni al Rey ni al Estado. Es tal el esperpento que ha convertido a
Puigdemont el prófugo en un árbitro que exige para formar gobierno una amnistía
que supone que el Estado (que incluye al PP, al PSOE, a Pedro Sánchez, a
Alberto Núñez Feijóo y al Gobierno de Mariano Rajoy, al Parlamento, al Rey y al
poder judicial) se equivocó cuando aplicó las leyes vigentes y el artículo 155
de la Constitución. Es normal que la gente se manifieste por las calles de
Granada y Madrid para expresar lo que piensa. Lo que no es normal es que esas
manifestaciones acaben en violencia que es espoleada y no condenada por
determinados dirigentes y partidos políticos. Se ve que por muchas leyes que
aprobemos al respecto, en España no hay memoria. Lo que hay es una rabia
visceral que no va a borrar una ley de amnistía por mucho que nos empeñemos. Sobre
todo, cuando su objetivo no es resolver los problemas que llevan enquistados
tanto tiempo, sino los beneficios personales de Sánchez y Puigdemont.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 12/11/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-37334883956195242152023-11-06T10:50:00.001+01:002023-11-06T10:50:07.484+01:00Plurinacionales<p class="MsoNoSpacing" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="font-family: arial;"><span style="line-height: 200%;">En
España, a mucha gente le molesta que se hable de nación de naciones o de
monarquía plurinacional, pero son términos más comunes en nuestra historia y en
nuestra literatura de lo que pueda parecer a primera vista. Forman parte de ese
conjunto de temas que actualmente no se abordan sin algún tipo de censura o
autocensura, como Transición, monarquía, dictadura y Guerra Civil, y que
demuestran la fragilidad de nuestra aún joven democracia. También es verdad
que, en nombre de la democracia, se han utilizado y mezclado conceptos y
pervertido su sentido por causas finalistas, como autogobierno, derecho a
decidir, autodeterminación, respeto a las minorías, condiciones de la
democracia, y que en muchos casos escapan a la idea de democracia misma. Y los
términos nación o nacionalidad, claro, en según qué contextos vacíos de
contenido. Al parecer, algunos de los problemas que ha tenido nuestro Estado
siguen enquistados, y no somos capaces de reconocer y aceptar las diferencias
del otro. Sin embargo, casi nadie duda ya de las bondades de nuestra
pertenencia a la Unión Europea, que tiene entre sus lemas fundamentales la
unidad desde la diversidad, y que recoge en sus tratados fundacionales el
reconocimiento de los hechos diferenciales y las singularidades políticas y
fiscales de algunos territorios españoles que, por cierto, no se encuentran
solamente en el continente europeo, caso de Canarias o de Ceuta y Melilla.</span><span style="line-height: 200%;"> Hay que recordar que dentro del marco
constitucional vigente hay territorios con un estatus jurídico propio, tanto
desde el punto de vista de sus instituciones como, fundamentalmente, desde el
punto de vista fiscal. Así podríamos distinguir entre las comunidades autónomas
de régimen común de los territorios forales, País Vasco y Navarra, con convenio
y concierto propios pactados con el Estado. Es decir, dentro de la Constitución
española de 1978 ya están reconocidas las singularidades territoriales de una
manera específica. ¿Podría tener Cataluña un tratamiento especial, como País
Vasco y Navarra? Yo creo que sí, pero también Andalucía, Galicia o Baleares. Porque,
¿les van a condonar parte de la deuda pública a todas las comunidades autónomas,
como al parecer ha pactado para Cataluña el ministro de la Presidencia en
funciones, Félix Bolaños, con Oriol Junqueras mientras esperan el sí de
Puigdemont? ¿No será mejor aprobar un nuevo sistema de financiación del que se
beneficien todas las autonomías? Nuestros políticos ganarían mucho si
explicaran los problemas reales del país a los ciudadanos sin recurrir a la
demagogia y los afrontasen más allá de la propia conveniencia. Ese es el peor
nacionalismo. <o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNoSpacing" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 5/11/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-15241920388790408492023-10-30T09:19:00.002+01:002023-10-30T09:19:22.162+01:00En lata<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">Nos apretamos en el autobús, mientras el conductor deja que siga
subiendo gente. Es una ruta concurrida en el área metropolitana, y se ve que todos
tenemos prisa por llegar a trabajar. Aunque la realidad es que no veo nada. La
maraña de cuerpos es prácticamente impenetrable. Mi vecino de asiento ha optado
por echarse un sueño con la cabeza sobre las rodillas, lo que ha aprovechado
otro que iba de pie en el pasillo para apoyarse sobre su espalda y poner la
cabeza casi junto a la mía, que mantengo rígida para evitar el contacto con el
pasajero de delante y el de atrás, que no sé por qué se inclina también hacia
mí, como si todos personificasen la amenaza de un futuro catastrófico. ¿Dónde
está la distancia de seguridad? ¿Dónde están las mascarillas? Como una letanía
se suceden las toses y los estornudos, esa especie de solidaridad que inunda a
la muchedumbre cuando comparte espacios reducidos, y como aquí no hay motivos
para aplaudir, el mimetismo consiste en que se acompasen carraspeos y
expectoraciones y los cuerpos al balanceo del vehículo, lo que hace que unos
nos echemos encima de otros, rozándonos, tocándonos, contaminándonos, miembros
de una única familia unida por virus de toda índole. Será la razón por la que
cuando llegamos al centro y las puertas por fin se abren, somos expulsados como
si saliéramos del útero materno y la necesidad de respirar haga que nos
traguemos ansiosamente los gases de la contaminación que rodea el Palacio de
Congresos. Ni siquiera me da tiempo a pensar si habrán tomado nota de esto los participantes
en las sucesivas cumbres políticas y empresariales que han visitado la ciudad
últimamente, pues vuelvo a ser arrastrado por la corriente, esta vez con
codazos y empujones que casi me hacen añorar los bostezos y los alientos
retestinados que flotaban en el autobús, porque ya sólo faltan diez minutos
para las ocho de la mañana. ¿No se iba a acabar el mundo? ¿No iba tan mal
España? ¿Adónde va la gente con tanta prisa? En contra de mis pronósticos la
marea humana desemboca en una cafetería, donde en menos de cinco minutos devora
medias tostadas de aceite y tomate, cafés, cola caos y churros antes de volver
a salir en estampida, ahora sí, cada uno por su lado, hacia la puerta de las
respectivas oficinas. Ya se les echa de menos. Llueve y han bajado las
temperaturas. Nos hemos quedado solas, pero con el mismo resfriado, las demás
sardinas y yo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 29/10/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-49059078434423862472023-10-24T13:02:00.001+02:002023-10-24T13:02:03.740+02:00Sensacionalismo<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">Entre tantas informaciones sobre las muertes en Israel y Gaza que
nos sobrecogen estos días, me llama la atención la de Álvaro Prieto, un
adolescente cordobés que, por lo que leemos en la prensa, sólo quería volver a
casa, pero murió electrocutado en el techo de un tren. Un chaval cuya mayor
preocupación en ese momento era probablemente la de llegar cuanto antes. TVE se
apresuró a emitir las imágenes del cadáver, confundiendo la información con el sensacionalismo.
No es de extrañar la psicosis que hay entre la población por miedos a atentados
terroristas cuando apenas logramos distinguir entre los bulos que se propagan
por las redes sociales y la información amarilla de los medios pretendidamente
serios. Se blindan embajadas y se vigila la celebración de actos religiosos. La
gente se encuentra coches de policía en las calles y en la puerta del edificio,
y quizá también se vigilen los accesos a internet. ¿De quién nos fiamos? Si
haces caso a algunos mensajes de WhatsApp, deberíamos quedarnos en casa, evitar
el transporte público y los lugares de interés, pues España estaría en un nivel
de alerta 5, temiendo un atentado inminente. Un bulo para que nos encerremos y
esperemos el advenimiento de algún gran líder con unas abdominales tan
cuadriculadas como su cerebro. Pero es que tampoco podemos mirar el tiempo. De
las olas de calor hemos pasado a la ola de frío, al viento que causa que se
caigan árboles, fachadas o una farola en la Avenida de la Ilustración (menuda
metáfora) de Granada. No me extraña que los adolescentes españoles estén
deprimidos, pues si a la actualidad catastrofista cotidiana suman el cambio
climático, la nueva guerra fría con China y la tan repetidamente anunciada
hecatombe nuclear, uno sólo puede aspirar a quitarse de en medio o asolar el
barrio de los Pajaritos con una macrofiesta en la que profetas beodos vayan transmitiendo
la buena nueva del fin del mundo de ventana a ventana. Joder, se dicen, si es
que no nos dejan ni pasear por el parque. Parece una plaga bíblica, de la que
siempre podemos culpar a los judíos, o a los “jodíos”, como circula en otro
mensaje de WhatsApp donde se nos ilustra sobre el origen sefardí de la mayoría
de los apellidos españoles. Creo que figuraba Sánchez, pero estoy casi seguro de
que no salía Belarra. En la Unión Europea alucinan con la posición del Gobierno
de España, que nadie conoce, y eso que lo forman veintitrés miembros. ¿Quién es
antisemita? La desinformación es hoy lo importante.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 22/10/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-51115736737978826192023-10-16T10:21:00.000+02:002023-10-16T10:21:48.699+02:00Hostilidades<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">Si
no estamos de acuerdo en las cuestiones esenciales, será difícil pactar en las
accesorias. Lo importante son los delitos de lesa humanidad y tener claro que
el asesinato nunca está justificado, lo cometa Hamás o Israel. Pero si crees
que la ideología puede justificar la muerte, es que estarías dispuesto a
asesinar también por una “causa justa”. La tibieza de algunos de nuestros
políticos al condenar el terrorismo de Hamás (o el de Putin) los descalifica,
porque los derechos humanos son incuestionables. Tal vez el problema radique en
la misma tibieza con la que nos hemos acostumbrado en España al hablar del
terrorismo de ETA, probablemente porque la voluntad de Bildu parece ahora
imprescindible para formar gobierno. Pero una cosa es la “normalización
política” u otros eufemismos en el País Vasco y España y otra no condenar a los
asesinos que siguen sin arrepentirse de lo que hicieron. La realización de un
documental sobre Josu Ternera puede ampararse en el derecho a la información,
pero otra cosa es ir a verlo sin que las declaraciones de un terrorista confeso
te repugnen moralmente, aunque no le repugnen a un periodista con pocos
escrúpulos ni a la dirección de un festival de cine que lo proyecta como si
fuera un acontecimiento. Se ha normalizado la infamia, hasta el punto de que
podemos ver en un informativo y casi en directo el asesinato de unos jóvenes
israelitas que celebran una fiesta justo antes del ataque terrorista. Nos falta
tiempo para compartir tanta muerte en las redes, y los medios se contentan con
convertirse en altavoces sensacionalistas, pues no pueden competir con la
inmediatez irreflexiva. Así que nos describen las escenas de una manera macabra,
como si no las estuviéramos viendo. El hecho de que millones de personas
compartan los mismos vicios no convierte esos vicios en virtudes, como el hecho
de que compartan muchos errores no convierte los errores en verdades, ni el
hecho de que compartan las mismas formas de patología mental no hace que esas
personas estén cuerdas, diría Erich Fromm. Ante el horror de lo que ocurre en
Gaza, la crispación política en la celebración del Día de la Hispanidad resulta
ridícula, pero también sintomática de una sociedad en la que la difusión de la
negatividad, la desconfianza, la hostilidad y la polarización es algo
cotidiano. En ese sentido, la diferencia estriba únicamente en el grado de
violencia, física o verbal que se utiliza. La política puede ser social o
tóxica, liberadora o asesina. <o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 15/10/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-11328531592915431342023-10-09T10:41:00.000+02:002023-10-09T10:41:58.417+02:00Soberanías<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">No
sé si las prioridades de los líderes europeos que se han reunido esta semana en
Granada son las mismas que las de los ciudadanos que han visto alteradas sus
costumbres (ojalá que sí), pero aunque no todos hayan podido disfrutar de un menú
de 300 euros sí han tenido la tranquilidad de disponer de un policía en cada
esquina. En la esquina de cada calle, y también acompañándote por las aceras o
cuando conducías el vehículo por la autovía. Cinco mil policías, sin contar
robots y drones. ¡Menudo atasco! Uno ya sabía que cuando hay retenciones en
alguna rotonda es porque un policía local está dirigiendo el tráfico, pero
hemos sumado a los nacionales y a los guardias civiles, por lo que la
tranquilidad era doble e incluso triple. Hay también quien se ha llevado un mal
rato, como ese hombre en busca y captura al que no se le ocurrió otra cosa que
colarse en el metro, pero si no tienes nada que esconder tampoco sufres
demasiado. A la gente le da miedo la autoridad porque tiene cargo de conciencia,
pero sólo debe aprender de nuestros representantes públicos, que cuando dan un
discurso tiran de Federico García Lorca y de la historia hasta convertirlos en
lugares comunes, porque ellos no tienen cargo de conciencia de ninguna clase.
El cargo, sí; la conciencia, quién sabe. El caso es que entre los líderes
europeos estaba Vjosa Osmani, la presidenta de la autoproclamada República de
Kosovo, que no ha sido reconocida por España, pero no estaban el presidente de
la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ni la alcaldesa de Granada, Marifrán
Carazo, que deberían haber sido los anfitriones del acto. Hace bien el
presidente en funciones en reunirse con todos sus colegas europeos, pero lo
haría fetén si hiciera lo mismo con todos los líderes políticos españoles,
presidentes o no, pues tiene que formar gobierno. Ya sabemos que sí negocia con
Carles Puigdemont, pero ¿por qué no se reúne con Alberto Núñez Feijóo o incluso
con Santiago Abascal, cuando sí recibe con los brazos abiertos a Giorgia Meloni
o a Viktor Orbán? Si uno de los objetivos de esta cumbre era ampliar la UE y
“mejorar la soberanía europea”, ¿no habría que empezar por mejorar la soberanía
española? Ay, cómo me gustaría que se cumpliesen los mandatos constitucionales
no sólo para empoderar a una parte del pueblo, sino a todos los ciudadanos que
se identifican con España y con una idea federal y democrática de Europa. Hay
que integrar, no disgregar.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 8/10/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4852216968979860747.post-83451109109543921822023-10-02T10:50:00.002+02:002023-10-02T10:50:31.141+02:00Convivencia<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">Si
hubiera acuerdo sobre un par de cuestiones básicas, España sería mucho más
agradable, y quizá escalase puestos en esas encuestas sobre la felicidad que
tanto gustan en los países presuntamente desarrollados. Habría que empezar por
el Congreso, donde nuestros diputados, más allá del reglamento, deberían
cumplir unas reglas de educación mínimas, evitando los insultos y las
pataletas, que no se admiten ni en las guarderías. “Esto no es un patio de
colegio”, ha gritado esta semana la presidenta, Francina Armengol, en la
fallida sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo, al que no se ha dignado
a replicar Pedro Sánchez. Nos quejamos del infantilismo de la sociedad, pero qué
decir de nuestras señorías, que se apodan a sí mismas y se comportan como
jabalíes, de lo que ha ejercido al parecer el designado portavoz del PSOE,
Óscar Puente, si atendemos a la prensa. ¿Tendrán que aprobar (si son capaces de
llegar a un acuerdo) una ley específica para regir su comportamiento, como la
que acaba de entrar en vigor sobre el maltrato animal? El maltrato es más bien
social, una zafiedad y una pobreza intelectual que irradia el parlamento e
irresponsablemente transmiten los medios de comunicación, donde el análisis reposado
está siendo sustituido por la opinión sectaria, las noticias por el
sensacionalismo, y donde cada vez es más difícil encontrar una información
meramente objetiva. Esa mala baba inunda las ediciones digitales y las ondas
desde por la mañana temprano, por lo que no es de extrañar que la gente tienda
a taparse los oídos, a que crezca el porcentaje de abstención en las
elecciones, a que para informarse dejen de lado los medios tradicionales para
acudir a otras plataformas que, en un círculo vicioso, fomentan la ignorancia y
el populismo. Es lo que ocurre cuando las instituciones no cumplen su función ni
los que antes llamábamos responsables públicos. ¿A qué han acudido los
diputados al Congreso esta semana? ¿Ése es el respeto que tienen por las
instituciones democráticas, por los ciudadanos a los que representan y por sí
mismos? Visto lo visto, efectivamente tendría que haber unas nuevas elecciones.
Pero dada la incapacidad mostrada, si quedara un poco de dignidad en los
partidos ningún candidato debería repetir en otra convocatoria. Y tampoco los
diputados, que no tienen libertad para votar y ni siquiera para decir lo que
piensan. Ustedes no cumplen con la voluntad popular ni con la de las bases. Así
que dedíquense a otra cosa. No hacen faltan indultos ni amnistías. Hagan listas
nuevas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right; text-indent: 35.45pt;"><i><span style="line-height: 200%;"><span style="font-family: arial;">IDEAL (La Cerradura), 1/10/2023</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></i></p>José María Pérez Zúñigahttp://www.blogger.com/profile/15412707741232684829noreply@blogger.com0