Ante el ruido ambiental, antes o después llega la tentación
de incomunicarse, de no ver la televisión ni escuchar la radio, de no leer
periódicos y renunciar a los canales de noticias. Es lo más sensato, según
Enrique, mi peluquero, que habla con más gente que yo. De hecho, además de
pelar a medio barrio, no hace otra cosa en todo el día. “Lo mejor es no saber
nada. Los clientes me dicen que estoy desinformado. ¿Y qué? ¿Es mejor conocer
cómo te toman el pelo los políticos, como hicieron en la pandemia? Desde
entonces, tengo un resfriado permanente. ¿O enterarte del número exacto de
cargos públicos implicados en el caso Koldo? ¿O de que la Unión Europea quiere
librarse de los inmigrantes, mandándolos a otros países? ¿O de que Vladimir
Putin y King Kong están dispuestos a empezar la tercera guerra mundial?” “Pues
estás mejor informado de lo que parece”, le digo. “Pero el presidente de Corea
del Norte se llama Kim Jong-un”. “¡Ese! ¡Si es que me lo cuentan los clientes!
¡A mí qué me importa que la Italia de Meloni haya hecho el primer traslado de
migrantes irregulares a Albania! ¡O que el Tribunal Supremo haya imputado al
fiscal general del Estado! Aunque preferiría no enterarme. Si cae una bomba
nuclear, me pillará trabajando. Y si cae, será por culpa de quienes nos
gobiernan, que no están en lo que tienen que estar. Seguro que ellos sí
celebran la Navidad”. “¿La Navidad?” “Yo es que no puedo celebrarla, sólo libro
los días 25 y 1. Las fiestas son para quienes no trabajan”. Se trata de una
lógica aplastante, así que yo asiento. Si uno puede renunciar a las malas
noticias, estará de mejor humor durante todo el día. Y si además puede
renunciar a las comidas familiares, donde se sacan casi tantos trapos sucios
como en las peluquerías, también. “Por no hablar del tiempo”, continúa, “que
siempre es un recurso recurrente. Tú le preguntas al alguien sobre si va a
llover, ¿y qué hace? ¡Sacar el móvil y mirar la aplicación del tiempo! No mira
al cielo, sino la pantalla. Y te dice que va a ser muy bueno, soleado durante todo
el día. ¡Pero si tú estás viendo por la ventana que está lloviendo! Pues así es
todo. ¡Los políticos son expertos en hacer lo blanco negro! Y si te descuidas,
te quitan la ventana y el resto del mobiliario, como pasa en muchas comunidades
de la ciudad”. “¿La ventana?”, pregunto. “Tú estás desinformado”, sentencia.
IDEAL (La Cerradura), 20/10/2024