A
la vista de las fotografías que ocupan los medios, quien gobierna la Casa
Blanca no es Donald Trump ni Elon Musk, sino X, el niño (iba a decir pobre) al
que le ha tocado ser el hijo de un magnate de las redes sociales. Al parecer,
el factótum de Trump no tiene mucha imaginación para la onomástica, y ha
preferido que su hijo tenga nombre de robot, de algoritmo o el de nadie. Podría
ser una metáfora sobre el ciudadano del futuro, gobernado por máquinas o por
seres humanos descerebrados, algo semejante. El caso es que X (abreviatura de X
Æ A-Xii), con abrigo, camisa y jersey, vestía más elegantemente que su padre,
que no se había quitado la gorra en el Despacho Oval. Y quizá fuera también
preferible que él tomase las decisiones, aunque sólo tenga cuatro años. De hecho,
Trump ha declarado que X es “un individuo con alto coeficiente intelectual”.
Cuánta humanidad revelan estas palabras. Tanta como comprar Groenlandia,
anexionar Canadá a Estados Unidos, hacer un resort en la franja de Gaza, acabar
con la inmigración y los programas que perseguían la diversidad, la equidad y
la inclusión, o conseguir la paz en Ucrania contentando al invasor, que es
Rusia. Con estos amigos para qué queremos enemigos, piensan los países europeos
que forman parte de la OTAN, pero a los que no se les ha consultado sobre el
fin de la contienda. En la fotografía, Trump parece prestarle más atención a X
que a Musk, que estaba hablando sobre desmantelar en USA la burocracia, que
confunde con democracia, y ya tiene acceso a las bases de datos de las agencias
gubernamentales y al sistema de pagos del Tesoro norteamericano. En España,
mientras tanto, no somos muy conscientes de la que se avecina y, aunque alertamos
ya electoralmente de los peligros de Trump, nos dedicamos a discutir sobre la
tributación del salario mínimo. Todos los ciudadanos deberían presentar la
declaración del IRPF, lo que no tiene nada que ver con tributar más o menos,
que para eso están el mínimo personal y familiar, las cuotas y las deducciones
estatales y autonómicas (por cierto). ¿Nuestra clase política va a hacer frente
a Donald Trump? ¿Vamos a votar a un partido español u otro por eso? No estoy
seguro de que fueran capaces ni de educar a X, teniendo en cuenta la poca
pedagogía que practican. ¿Sabrá Elon Musk que, en el Evangelio, X (Cristo) es
la letra más sagrada? Mejor creer en un símbolo que en una incógnita.
IDEAL (La Cerradura), 16/02/2025