Mientras
se discute la reducción de la semana laboral, 242.000 personas se han quedado
sin trabajo en España durante el mes de enero, 3.855 sólo en Granada, según
informaba Mercedes Navarrete en IDEAL. Sin embargo, nunca ha habido tantos
afiliados a la Seguridad Social, y como siempre hay quien ve el vaso medio
lleno y quien lo ve medio vacío. También hay quien directamente se lo ha
bebido. Los empresarios destacan que es la mayor destrucción de empleo en los
últimos 16 años, y que en Granada a las empresas cada vez les resulta más
difícil mantener sus plantillas o contratar a trabajadores por medidas como la
subida del Salario Mínimo Interprofesional, la reducción de jornada o las
nuevas subidas de las cotizaciones, que son, sin embargo, aplaudidas por los
sindicatos, que demandan mejorar la calidad del empleo y los servicios públicos
para procurarlo. En Granada, que depende de la agricultura, el comercio y la
hostelería, gran parte del empleo es estacional, y por tanto, inestable. Finalizadas
las campañas agrícolas y navideñas, muchos trabajadores con contratos
temporales se van a la calle. ¿Se puede cambiar el modelo productivo? Con esta
realidad, parece una quimera hablar de una economía basada en la inteligencia
artificial o en la actividad cultural, buques insignia de una ciudad que anda
sin embargo en la miseria, a pesar del relumbrón de los premios Goya. Con 3,3
millones de euros se pueden financiar muchos servicios sociales. “No sus
preocupéis, que no pasa nada. Que son los premios Goya. Y vamos a ver a Richard
Gere, y a Bardem y la Penélope, y van a cantar los Morente. Y vamos a estar muy
agustico y salimos por la tele”, decía un lector en la edición digital del
periódico. Quizá haya que prestar atención a los comentarios de las noticias y
no sólo a los titulares que nos ofrece la alfombra roja. Esta semana también se
ha rodado en el mirador de San Nicolás un episodio de la serie “The Walking
Dead”, por lo que hemos podido ver por el Albaicín a los muertos vivientes,
además de los habituales muertos de hambre, que piden limosnas a los turistas.
Vaya, me ha salido la malafollá granaína. Con la alegría que da presumir de
ciudad en las pantallas nacionales y de todo el mundo. Y es que el trabajo
puede ser una bendición o una maldición, y sólo le preocupa a quien no lo
tiene. A falta de pan, demos al pueblo el circo. Así cayó el Imperio Romano,
que asoma bajo las calles de Granada.
IDEAL (La Cerradura), 9/02/2025