martes, 26 de agosto de 2025

Fuegos

Mientras arde media España, el Gobierno y las comunidades autónomas se dedican a quemar al personal con acusaciones y reproches, como si quisieran demostrar una vez más que es un error descentralizar competencias y duplicar las administraciones cuando quienes las gobiernan son incapaces de asumir la responsabilidad. Acusamos al otro de incompetente, pero no ejercemos nuestras funciones, como si quisiéramos que ardiese también el Estado de las autonomías. Pero el problema no es que existan muchas administraciones territoriales, sino que los partidos y las personas que las gobiernan no piensen en el interés público. La descentralización tiene sentido si contribuye a mejorar los servicios de los ciudadanos, pero la mayoría de los ayuntamientos de España no tienen planes de prevención de incendios, como tampoco las comunidades autónomas, y el Gobierno central no ha fijado los objetivos comunes que se deben desarrollar según competencias. Esta semana, sólo en Granada se han sofocado incendios en Benamaurel, en el barrio de San Miguel y en la Sierra de Parapanda, este último provocado por la negligencia de dos hombres a los que no se les ocurrió otra cosa que encender una fogata. Galicia, Asturias, Castilla y León y Extremadura se han llevado la peor parte. El abandono del medio rural es la principal causa de que se hayan quemado en lo que va de verano 350.000 hectáreas en España. Que vayan desapareciendo las actividades agrícolas y ganaderas que antes mantenían nuestros bosques. El cambio climático ha aumentado sin duda el riesgo de incendios, pero me gustaría ver a nuestros dirigentes reunirse para resolver problemas concretos, no anunciando grandilocuentes pactos de Estado que sólo sirven para dar un titular de prensa. Si las comunidades autónomas han asumido las competencias, deben ser ellas las que lideren y coordinen las actuaciones de diputaciones y ayuntamientos. No puede ser que cada vez que haya una catástrofe lo que se revele sea la deslealtad institucional y el partidismo. A este paso, me imagino que en un futuro próximo los únicos que votarán serán los militantes de esos partidos. Me acuerdo de Eduardo Galeano. “No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y hay gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende”. Qué bueno sería que nos encendiese la política sin que nos queme.

IDEAL (La Cerradura), 24/08/2025

martes, 19 de agosto de 2025

Con la Iglesia hemos topado

Me alegra que la Conferencia Episcopal Española defienda los derechos humanos. Es lo mínimo exigible a cualquier institución con un papel social en el Estado democrático. “Un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano”, ha dicho el arzobispo de Tarragona Joan Planellas. Eso por añadidura. Pero son los ciudadanos los que no deberían ser xenófobos, algo incompatible con la civilización y el sentido común, o con los seres humanos a secas. Que la Iglesia católica y otras organizaciones sociales estén exentas de pagar impuestos o reciban ayudas del Estado (entre otras cosas, porque muchos católicos rellenan la correspondiente casilla en la declaración del IRPF) tiene todo el sentido, precisamente por realizar labores sociales o de ayuda a los necesitados. Lo que no lo tiene es que las reciba un partido político como Vox, que no sé si merece esa denominación, pues sus planteamientos son contrarios a los valores democráticos. En la democracia no cabe todo. A pesar de lo que se dice, eso no hace una democracia más grande, sino más pequeña. Lo estamos viendo en USA, con un “terminator” dispuesto a asaltar el Capitolio si no es él quien gobierna. Podemos verlo en España, donde también abundan los desengañados de la política. Y aquí entra la responsabilidad de los grandes partidos, que con su destrucción sistemática de la educación y los servicios sociales están abonando el camino para los antisistema. Hay muchas formas de entender el cristianismo –y ahí tenemos a Santiago Abascal, luciendo crucifijos y medallas de la Virgen, que en contacto con su piel deben echar humillo-, pero sólo una básica de entender el Estado social y democrático. O se defienden los derechos humanos y las libertades públicas o no. Es lo que hace posible la convivencia, independientemente de las creencias o la ideología de cada uno. Y resulta curioso que haya sido la Iglesia católica la que lo haya dicho tan claro. ¿Dónde están nuestros políticos? ¿Qué hace el PP apoyando mociones xenófobas en Jumilla o en los parlamentos autonómicos? ¿Y dónde está el PSOE que no siga a pie juntillas las decisiones del líder carismático? No veo respuestas contundentes de los demócratas contra las propuestas radicales. Quizá porque los partidos sólo están pendientes de la intención de voto. “A los temporeros se les pagan las horas extras y se les da de alta en la Seguridad Social”, ha dicho en su homilía el cura de Valdepeñas. Pues va a resultar que la política ya no se hace en el Parlamento, sino en las iglesias.

IDEAL (La Cerradura), 17/08/2025

lunes, 11 de agosto de 2025

Integración

Si hay un tema que revela nuestras contradicciones es la inmigración. En un mismo día, puedes leer en el periódico la noticia del apaleamiento de un ciudadano de origen senegalés, otra sobre el desembarco de una patera en una playa de Castell de Ferro o de la reapertura de una tienda en Sorvilán gracias a la iniciativa de una joven ecuatoriana. Aquí se revela lo mejor y lo peor del ser humano. Lo peor, ver a un Geyperman dedicándose a placar a personas medio ahogadas en la playa y a retenerlas hasta que llegue la Guardia Civil. O los que se aprovechan de los sin papeles que viven en la calle y tratan de buscarse la vida. Le pagamos poco o nada para que limpien la casa y como se queja le damos una paliza con una barra de hierro y le azuzamos al perro para que lo aterrorice, le muerda o las dos cosas. La localidad alpujarreña de Sorvilán, sin embargo, vuelve a tener una tienda de comestibles gracias a Anggy, una ecuatoriana de 35 años, y a las subvenciones del Ayuntamiento de Sorvilán y de la Diputación de Granada para darle vida a la España vacía. Es un buen ejemplo de cómo las administraciones públicas pueden actuar coordinadamente para fomentar una idea de país. Y para que exista una inmigración ordenada. No es el caso de Anggy, que lleva ya muchos años en España y está casada con un sorvilanero, pero a muchos inmigrantes les encantaría poder repoblar algunas de las aldeas y pueblos que han sido abandonados. Gracias a la inmigración, España ha alcanzado este año los 49,3 millones de habitantes, 650.000 de los cuales son extranjeros recién llegados. Dos de cada diez personas empadronadas en España han nacido en otro país, y como el resto aspiran a trabajar, cotizar a la Seguridad Social, pagar impuestos y beneficiarse de los servicios públicos. Y las administraciones deben facilitar la integración. Lo contrario que ha hecho el Ayuntamiento de Jumilla, en Murcia, que ha prohibido el uso de las instalaciones municipales para la celebración del final del Ramadán a una parte importante de la población, que es musulmana. Aunque en España exista la libertad religiosa y de culto. La integración pasa por la solidaridad y la educación. Al tipo que retuvo a un inmigrante en Castell de Ferro clavándole una rodilla en la espalda para inmovilizarlo sobre el suelo, le vendría bien pasar unos días encerrado en el CATE de Motril. Quizá, rodeado de inmigrantes, aprendiera a valorar los derechos humanos.

IDEAL (La Cerradura), 10/08/2025

lunes, 28 de julio de 2025

Cabezas

Las llamadas de la extrema derecha a tomar Torre Pacheco “para recuperar” España darían risa si no provocaran exclusión y violencia y revelaran el bajo nivel cultural de parte de nuestros votantes más jóvenes, dispuestos a apoyar a Vox, el partido que más crece en las encuestas. Aquí no valen las medias tintas. O se defienden los derechos humanos y las libertades públicas por encima de cualquier prejuicio o no. El PP, al ponerse de perfil, sólo alienta a que le adelanten por la derecha. Si a eso le sumamos la crisis de la clase media, los problemas de la vivienda y para encontrar trabajo y los casos de corrupción a un lado y otro del arco parlamentario, nos encontramos con algunas de las razones que llevan a que los ciudadanos apoyen las opciones más extremas. PSOE y PP están cavando su tumba electoral, y si no aparecen otros líderes con sentido de Estado y capaces de llegar a acuerdos, lo que acaso esté en peligro sea el propio sistema democrático. La gente tiene la sensación de que se está jugando con la idea de España, por lo que está dispuesta a romper la baraja. Cualquier problema vecinal puede plantearse desde una óptica demagógica y aprovechar para despertar el odio al inmigrante. Quizá haya que invertir más en educación y en políticas sociales que amenazar con deportar a nadie. Cuando los presuntamente moderados copian a los radicales, los ciudadanos eligen a los radicales. ¿Quién tiene una idea de España? Si los dos grandes partidos no dan un giro a sus propuestas y empiezan a hablar de solidaridad entre las comunidades autónomas, de la prestación de los mismos servicios públicos en todo el territorio español y de la limpieza de las instituciones y de sus propias organizaciones, van a ser barridos del mapa. Porque los radicales llaman a cortar cabezas, pero hay otras cabezas visibles que cortar. Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo deberían dejar paso a otros líderes menos quemados en la hoguera de las vanidades políticas, pues sólo han fomentado el enfrentamiento y la pesadilla de las dos Españas. Pero no hay versos sueltos en el PSOE y el PP, partidos que no parecen ser hijos de la transición, sino de una dictadura orgánica sólo preocupada por el mantenimiento del poder y del tráfico de influencias. No vale con apelar al miedo a la ultraderecha. A falta de buenas cabezas políticas, ya son muchos los que las prefieren rapadas. Nos conformaríamos con que las tuvieran redondas y no cuadradas.

IDEAL (La Cerradura), 27/07/2025

lunes, 30 de junio de 2025

Bichos y flautistas

Mientras las cloacas del Estado siguen vomitando corruptelas, por las alcantarillas de Granada salen cucarachas y ratas que inundan el Camino Bajo de Huétor y el Realejo. Convivimos con los bichos, que sólo de vez en cuando asoman la cabeza. Se alimentan cuando no los vemos, y algunos no se conforman con las sombras, sino que invaden las despensas de las casas y de los ministerios. ¿Tendremos a algún flautista de Hamelín esperando su oportunidad? No se ven muchos flautistas en la oposición, aunque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se empeñe en dar la nota en las cumbres europeas y de la OTAN. En los solos no se puede desafinar, pero entre gallos anda el juego. ¿Quién necesita una cuestión de confianza si puede batirse en duelo con Donald Trump? Estaría bien si lo hicieran con revólveres de plástico comprados a su colega chino, pero no cuando son las empresas españolas las que pagarán ese ego desmedido en forma de aranceles. Lo que estarán sudando los diplomáticos. ¿Se puede arreglar tanto entuerto? No lo cree el expresidente Felipe González, que ha afirmado que no votará al PSOE si Pedro Sánchez sigue siendo candidato, que ya ha dicho que lo será. Total, si niego la realidad, ¿por qué no voy a seguir tocando la flauta? No sé cuántos españoles estarían dispuestos a seguirlo como en el cuento y despeñarse hasta el mar, aunque hay quien espera verlo sentado en el banquillo. La UCO y la Guardia Civil no dan abasto, y esta semana 80 agentes han participado en la detención de una banda de atracadores que operaba en Granada. Pero hay mucho bicho suelto aún. Preferimos la delincuencia que se ve a la que no se ve, pero que va horadando el sistema democrático. En el cuento de los hermanos Grimm el flautista se compromete a librar a la ciudad de ratas a cambio de una suma de dinero. Como los habitantes no le pagaron la suma convenida, el día 26 de junio volvió y se llevó con su melodía a todos los niños. ¿Quién secuestra la voluntad del pueblo en nuestra democracia? Tenemos unos líderes tan extasiados en la contemplación de lo que creen que son que nunca se comportan como deberían ser. Se dedican a exterminarse unos a otros. Por eso Donald Trump exige una contribución del 5% del PIB de los países miembros a la OTAN. Se ve que hay pocos misiles para tanto bicho. Pero preferimos la música de los flautistas que el estruendo de las armas.

josemariaperezzuniga.blogspot.com

lunes, 23 de junio de 2025

Lomos y pieles de asno

Sería bueno que en las carreteras políticas pudieran utilizarse lomos de asno como los que va a poner en algunas calles el Ayuntamiento de Granada. Se trata de badenes para evitar que los conductores hagan carreras temerarias, como al parecer ocurre en algunos barrios. Pero no hay lomos de asno que eviten el suicidio político de Pedro Sánchez y sus socios de gobierno. Los ciudadanos no olvidan, y con sus excusas de padrino compungido el presidente del Gobierno está condenando al PSOE y a la izquierda española. Es un insulto a los votantes decir que no se convocan elecciones porque van a ganar PP y Vox, un argumento de dictadorzuelo salido de la TIA de Mortadelo y Filemón. El convencimiento de no contar actualmente con el respaldo de la mayoría de los españoles debería ser una razón inexcusable para convocar elecciones anticipadas. Si es que uno cree en la democracia y no se imagina como un líder ungido por el favor divino, caso de Franco y ahora de Donald Trump, a los que Sánchez no querrá parecerse. No se puede trasladar la responsabilidad a la oposición para que presente una moción de censura. La exigencia ética mínima exige una convocatoria de elecciones o una cuestión de confianza. Si de verdad se quiere “resetear” la legislatura, como ha dicho Yolanda Díaz, ése es el procedimiento, no hay otra forma de reparar el daño causado por los corruptos, que llega hasta Huétor Vega. Y Díaz lo tiene bastante fácil, casi tanto como pulsar el botón del disco duro para borrar todos los datos, que es lo que le gustaría hacer a más de uno. Lástima que una amnistía no equivalga a una amnesia, pensarán. Ésos son los “lomos de asno” que contempla la Constitución española. En el cuento “Piel de asno”, de Charles Perrault, un rey tenía un asno maravilloso cuyos excrementos eran monedas de oro, que es como entendían al parecer la política José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García. Y si uno escucha sus grabaciones, la manera en la que hablaban de las mujeres, por ejemplo, no es muy difícil hacerse una idea de la altura moral de los personajes. Pero si se entiende el ejercicio del poder político como una guerra, alguien tiene que hacer el trabajo sucio. “No simules lo que no eres, si pasar vergüenza no quieres”, nos dice el cuento de Perrault, donde la princesa debe disfrazarse para huir del rey. Demasiadas pieles de asno para tan malos políticos.

IDEAL (La Cerradura), 22/06/2025

lunes, 16 de junio de 2025

Evaluaciones

Nuestra realidad política y social no puede ser más contradictoria, pues vivimos en un país que bate récords de llegada de turistas, donde se espera una ocupación hotelera del cien por cien y no se puede hacer una reserva en casi ningún restaurante, donde crece la economía y una parte de la población vive como si no existiera el mañana desconectada de la política. A pesar de esos silencios que se han convertido ya en un clamor popular para esa otra parte de la sociedad que vive con una sensación de caos político y desastre nacional. En época de exámenes de fin de curso, habría que evaluar también a nuestros cargos públicos, más allá de las elecciones que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se niega a convocar. Porque las citas electorales parecen haberse convertido en una panacea para algunos políticos, que se sienten legitimados para hacer lo que les dé la gana en un plazo de cuatro años. ¿Quién se acuerda del programa electoral? Una vez perdido el respeto al Parlamento y a los procedimientos legislativos, de los decretos leyes pasamos a las líneas rojas o azules, a tratar de justificar con el conflicto la mala gestión política y administrativa. Las andanzas de Leire Díez, Víctor de Aldama y el teatro mediático en el que se les da eco a estos personajes contamina la vida pública. Y ahora, Santos Cerdán. El también secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no ha dado ninguna explicación convincente, y debe asumir su responsabilidad por la actuación de los secretarios de organización de su partido. Los actos de contrición pueden estar bien para el confesionario, pero no les bastan a los ciudadanos, hartos de esta especie de la fauna ibérica que se alimenta en las cloacas del Estado, un cliché entre nuestra clase política, en el Gobierno y en la oposición. Pero si la legalidad se cuestiona, si se imputa al propio fiscal general del Estado y otro hecho tan grave se nos cuenta como una guerra judicial, ¿qué van a pensar los ciudadanos? Las noticias sobre las batallas campales que se producen en las calles de Estados Unidos nos pueden dar una idea de adónde nos conducen la demagogia y el nulo respeto por el Estado de derecho. Si nuestros políticos sólo aciertan a hablar de cloacas pero son incapaces de tomar decisiones para limpiarlas, no es extraño que los ciudadanos los imaginen como anguilas que viven en un lodazal. Me acuerdo de un viejo profesor que exclamaría: “Ustedes no llegan ni al cero absoluto”.

IDEAL (La Cerradura), 15/06/2025