lunes, 22 de julio de 2024

Guerreros

La foto de Donald Trump con la cara ensangrentada, gritando “fight” y con la bandera al fondo ha dado la vuelta al mundo, y ya nadie duda de que será el próximo presidente de Estados Unidos. “Parece todo preparado”, han dicho algunos, incómodos con la imagen de superhéroe del candidato republicano, dispuesto a entrar en el universo Marvel y protagonizar la película “Civil War” si no gana las elecciones. Al futuro vicepresidente, J.D. Vance, que veía a su líder como un nuevo Hitler, no le preocupa Ucrania, sino China. Sin embargo, no se le da suficiente importancia al hecho de que en aquel país se puedan comprar rifles de asalto con los que tomarse la justicia por la mano y empezar, efectivamente, una guerra personal. En España, donde sí se controla el acceso a las armas de fuego, también tenemos nuestros símbolos políticos que escaparon por poco de las balas golpistas. Adolfo Suárez y Santiago Carrillo fueron los únicos que se mantuvieron en su escaño cuando el teniente coronel Antonio Tejero irrumpió dando tiros en el Congreso de los Diputados. “¡Al suelo, coño!”, gritó, pero sólo dos de los líderes que fraguaron la Transición y Manuel Gutiérrez Mellado mantuvieron la dignidad del Parlamento. No han pasado tantos años. De hecho, la política parece ejercerse desde las trincheras, como hemos vuelto a ver esta semana en el mismo escenario. ¿No se puede debatir sobre la libertad de expresión? Si es verdad que se quiere mejorar la calidad de la democracia española, deberíamos empezar por sus señorías, que no saben dialogar, sino repetir el mismo pobre discurso. Acostumbrados a tuitear e insultar, se les ha olvidado hacer propuestas. No estamos contentos ni ganando la Eurocopa. ¿Veremos un duelo entre Pedro Sánchez y Carvajal? ¡Qué poco nos dura la alegría! Es lo que piensan los propietarios de pisos en Granada, que ante el aviso de limitar el alquiler al turismo se han apresurado a pedir licencias. ¿No éramos una ciudad cultural y universitaria? Por si las moscas, la alcaldesa se ha ido a China para convertirnos en una referencia en el uso de la inteligencia artificial. ¿Lograrán los “software” lo que no logró nuestra mala cabeza? Espero que Donald Trump no se entere de las alianzas estratégicas que Marifrán Carazo está fraguando con los chinos, pues, en vez de los tiburones que se han visto últimamente, podríamos encontrarnos con submarinos nucleares en las playas de Calahonda y La Mamola. Menos mal que, para defendernos, tenemos en la arena a nuestros infantes empuñando pistolas de agua.

IDEAL (La Cerradura), 21/07/2024

lunes, 15 de julio de 2024

Eurófobos

La gente suele confundir el fútbol con la política, pero no sé si después de la alianza de Santiago Abascal con Viktor Orbán y Vladímir Putin los votantes de Vox pueden seguir apoyando a la selección española de fútbol, que espero gane hoy la Eurocopa, y cuya mayor estrella, Lamine Yamal, es un chaval de 17 años recién cumplidos hijo de inmigrantes: Mounir Nasraoui (Marruecos) y Sheila Ebana (Guinea Ecuatorial). Porque, aunque no se diga abiertamente, España y Rusia están en guerra, aunque muchos ciudadanos rusos sigan veraneando en la Costa del Sol y sus hijos estudiando en las universidades españolas. Nuestros dirigentes, amantes de lo políticamente correcto, dirán que esto no es cierto, aunque estén apoyando económica y militarmente a Ucrania (pregúntenselo a Putin), algo que es imprescindible, por otra parte, y que hay que explicar abiertamente a los ciudadanos, que saben posicionarse cuando hace falta. De hecho, una de las mejores noticias políticas que hemos tenido últimamente es que los votantes le han parado los pies a la extrema derecha en Francia, país vecino y amigo, aunque los hayamos eliminado en las semifinales del campeonato. ¡Menudo golazo de Lamine Yamal! ¡Vivan tu padre y tu madre! ¡Vivan Marruecos y Guinea Ecuatorial! Espero que el chaval no decida declararse hoy en huelga en la final contra Inglaterra al ver el enfrentamiento entre el PP, Vox y el PSOE y las comunidades autónomas respectivas por el reparto de los menas, esos seres humanos que parecen ser sólo números en el debate político de nuestros partidos, que vuelven a mostrar poco sentido de Estado. Lamine podía ser un mena, pero se ha criado en el barrio de Rocafonda, en Mataró, que tiene 11.000 habitantes censados, de los que 2.000 son niños cuyos padres emigraron de África. Y son catalanes, a pesar de lo que diría Jordi Pujol (a Josep Borrell le dijo que había nacido en Cataluña, pero que no era catalán), y son españoles, a pesar de lo que dirían algunos nacionalistas catalanes y algunos nacionalistas españoles. ¡Qué suerte fichar por el FC Barcelona! Ojalá los conflictos nacionales e internacionales se solucionaran en un campo de fútbol, como pedía el coronel alemán interpretado por el añorado Max von Sydow en la película “Evasión o victoria”. Pero, ya que esto no es posible, los ciudadanos pueden tomar decisiones votando, que es el modo más eficaz de ejercer nuestros derechos y libertades. Y también, por supuesto, si hoy mete al menos un gol Lamine Yamal y nos proclamamos campeones de Europa.

IDEAL (La Cerradura), 14/07/2024

lunes, 8 de julio de 2024

Públicos y púbicos

La gente celebra la mayor oferta de empleo público de la historia: más de 40.000 plazas con las que el Gobierno de Pedro Sánchez pretende acallar la mala conciencia. Frente al estupor, la maravilla de cargos públicos y funcionarios de administraciones que se superponen en la prestación de servicios esenciales, lo que no redunda sin embargo en su eficiencia. “Vuelva usted mañana” o “se ha ido a desayunar” son las frases más celebradas en las oficinas públicas, aunque haya que pedir cita previa. ¡Qué sería del barrio de los Pajaritos sin funcionarios ni abogados! Uno puede ir a la Seguridad Social y descubrir que de debajo de la mesa que te ha tocado sale un sospechoso tufo a pescado. ¡Hay que aprovechar los descansos para hacer la compra! El pan no se nota y es lo primero que se adquiere, pues a las diez de la mañana ya no queda integral: pan de semillas, de centeno, de espelta, de trigo sarraceno… Los empleados públicos conocen bien los beneficios para la microbiota de la fibra, pues se pasan demasiado tiempo sentados frente al ordenador. Y hablando de ordenadores, no sé si dentro de la oferta de empleo público figuran informáticos para controlar “el pajaporte”, que es como se conoce en las redes sociales al pasaporte digital que quiere imponer el Gobierno para controlar el acceso de los jóvenes al porno en Internet. Cada adulto que quiera acceder a esos contenidos calenturientos deberá descargarse en su móvil la app Cartera Digital, que controlará la edad del usuario y limitará los accesos a las webs pornográficas a 30 mensuales. ¿Sólo 30? Torrente diría que nuestros adolescentes se matan a pajillas, pero los expertos sabrán. El ministro José Luis Escrivá, después de haber reformado las pensiones y estudiado por tanto las costumbres de la edad dorada, ahora tiene que vivir en un mundo de hormonas disparadas. Da pena reírse de cosas tan sensatas, aunque andan nuestros adolescentes descojonados de risa, pues les podrían explicar al ministro y a sus técnicos lo fácil que es saltarse cualquier control en la red. ¿Van a controlar todas las webs porno del mundo? ¿Van a prohibir las conexiones VPN? ¿Y qué pasa con los datos personales de los usuarios? Quizá sean cosas que no tengan nada que ver y no puedan mezclarse las ofertas de empleo público con la pornografía. Y tampoco hay que ser mal pensado y acordarnos de “1984” y del control de las costumbres de los ciudadanos. Pero, a veces, el paternalismo gubernamental resulta pornográfico.

IDEAL (La Cerradura), 7/07/2024

lunes, 1 de julio de 2024

Relatos

La obsesión de nuestros políticos por “el relato” revela que creen protagonizar una serie de Netflix en vez de gobernar instituciones democráticas. Y pudiera hacernos gracia esa confusión entre ficción y realidad si no tuviera consecuencias para el Estado y la vida de los ciudadanos. Sin embargo, las ficciones suelen quedar empequeñecidas por la realidad cuando no la transcienden, y uno suele aprender más leyendo las noticias de sucesos que viendo “El irlandés”. Las vendettas se practican en el área metropolitana, como contaban Carlos Morán y Laura Velasco en IDEAL. Según la información, la mafia italiana cometió un asesinato en Granada el 21 de noviembre de 2023. Un vecino de 42 años fue abatido a tiros en Alhendín junto a la casa en la que se había ocultado huyendo de los mafiosos que habían firmado su sentencia de muerte. La Società Foggiana lo culpaba de que hubieran salido mal dos operaciones de tráfico de drogas, por lo que el jefe del clan, Marco Raduano, y su lugarteniente, Gianluigi Troiano, se establecieron en Granada para ejecutar personalmente a la víctima y luego huyeron en un coche que fue encontrado calcinado en las Gabias. Meses más tarde, en febrero de 2024, la Guardia Civil detuvo a Troiano en Otura y la policía francesa a Raduano en Córcega. ¡Ése sí es un relato! Y no el que cuentan el PSOE y el PP sobre la renovación del Consejo del Poder Judicial después de cinco años, de lo que parecen no estar orgullosos. La verdad oculta dentro del relato periodístico es quién dio el soplo a la policía, porque pudiste ver al asesino cuando comprabas el pan o el periódico. En el relato político no hay más verdad oculta que la miseria intelectual que vemos todos los días. Qué daño ha hecho el “storytelling” y la confusión de los principios del derecho con los del marketing. No se trata de reformar las leyes, sino de contar cómo hemos reformado las leyes, como si no pudiéramos salir de dudas acudiendo al BOE. No se trata de hacer actividades culturales, sino de vender el proyecto de una ciudad cultural. No se trata de que la ciudad esté bien comunicada, sino de ir de excursión a Fitur. Cómo vamos a extrañarnos luego del auge de la extrema derecha y de que los nuevos indignados voten a personajes como Alvise. Es a lo que lleva la superficialidad del debate político español. Pacten más y cuéntenos menos relatos. Para no dormir ya tenemos esa realidad de la que ustedes forman parte.

IDEAL (La Cerradura), 30/06/2024

lunes, 24 de junio de 2024

Singularidades

Reconocer la singularidad de Cataluña en la financiación autonómica y encarar el problema regional español, como lo llamaba Ortega y Gasset, no tendría que ser un problema político, pero lo es cuando no se siguen los cauces legales para abordarlo. Si se quiere reformar el sistema de financiación autonómica, deberá convocarse el Consejo de Política Fiscal y Financiera para que estén presentes todas las comunidades autónomas, incluyendo a País Vasco y Navarra que, como Cataluña, deben participar en los mecanismos de solidaridad. El problema se plantea cuando se ponen parches y se hacen reformas parciales del sistema en función de las necesidades de gobernabilidad del Estado, sin abordar la cuestión en profundidad, sino por las urgencias del partido que quiere mantenerse en el Gobierno o que quiere ostentar el de la comunidad autónoma correspondiente. Pero España no se rompe por reconocer la singularidad de Cataluña, que es una realidad histórica, como las de País Vasco y Navarra. Otra cosa es que se quiera que en todas las comunidades autónomas se presten los mismos servicios públicos esenciales, independientemente de los sueños identitarios y del nivel de riqueza, algo que habrá que explicar a los ciudadanos sin recurrir a la demagogia. Crean más desigualdades los líderes obtusos que los que promueven la república de su casa. Reconocer la complejidad territorial de España es compatible con defender la unidad, siempre que se reconozca la singularidad territorial e individual. Porque quienes no reconocen las diferencias institucionales difícilmente respetarán los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos, ya sean de credo o de género. Unidad en la diversidad y un derecho que acoja a todos son la base de la UE y de cualquier Estado democrático. Los que defienden con tanto ahínco la Transición y la Constitución española deberían recordar que fue el fruto del acuerdo entre contrarios y que, en su texto, recoge las singularidades territoriales e institucionales de una manera específica: País Vasco y Navarra, sí, pero también Canarias y Baleares, por no hablar de Ceuta y Melilla. Podrían ser asimismo Barbate o Granada, ciudad singular entre las singulares y que, siendo de las más turísticas, es de las peor comunicadas.  A ciudadanos y políticos se nos llena la boca con la palabra solidaridad, pero la realidad es que no somos solidarios, incluso con los bienes más básicos, como el agua. Baste de ejemplo las reacciones a la decisión de ceder el excedente de agua de riego del pantano del Negratín a la provincia de Almería. ¿Singulares? Parecemos más bien egoístas y simplones.

IDEAL (La Cerradura), 23/06/2024

lunes, 17 de junio de 2024

Alternativas

Después de las elecciones europeas nuestros políticos han vuelto a ponerse sus gafas de realidad alternativa y repiten los mismos discursos, como si nada hubiera ocurrido. Da igual si hace una semana decían que iban a ganar las elecciones y las han perdido, caso de Pedro Sánchez; o de si asumen la derrota electoral para dimitir y continuar actuando como si no hubieran dimitido, caso de Yolanda Díaz; o de si ganan pero no por tanta distancia como habían previsto, caso de Alberto Núñez Feijóo, al que le crecen los enanos por la extrema derecha. Habrá que pensar en algo diferente para que cientos de miles de votos no vayan a los que parecen hermanos gemelos de “Chucky, el muñeco diabólico”. Los estrategas del PP, a los que parecen gustarles las películas de terror, utilizaron la película “Poltergeist” en 2018 para avisar de los peligros que podría traer Pedro Sánchez, como la niña de la película, señalando la pantalla del televisor: “Ya están aquí”. Pero ahí sigue, y asegura que continuará hasta 2027, aunque me imagino que ya estará pensando en un giro de guion con alguna puesta en escena melodramática para movilizar a los sufridos votantes del PSOE en unas próximas elecciones generales. ¿Se les podría ocurrir alguna propuesta sensata, para variar, que no pase por vender a saldo el Estado o sus instituciones? Los bárbaros hace tiempo que llegaron a Europa, pero no vemos el peligro, porque la idea de gobierno que tienen nuestros dirigentes no pasa por un proyecto español o europeo. Seguimos haciendo la vida de siempre, y a lo sumo exclamamos también un “ya están aquí” cuando vemos las hordas de turistas que nos impiden andar por el casco histórico. Porque subir las cuestas del Albaicín es como subir el Tourmalet, sólo que al final el premio es una cerveza cobrada a 8 euros con, eso sí, vistas a la Alhambra. ¿Nos habremos mudado, sin saberlo, a Nueva York? ¿Viviremos en un universo alternativo? En Granada, como hace 40 años, se sigue hablando de las conexiones ferroviarias. Quizá por eso “Se acabó la fiesta” ha sido el cuarto partido más votado en la provincia, como en el resto de España. “Tu voto es la respuesta”, era el eslogan del PP; “más Europa”, el del PSOE; “nos van a oír”, el de Vox; “así es la vida”, el de Podemos, como si hubieran previsto los resultados. Sin embargo, el porcentaje de participación en España no ha llegado ni al 50%. Sin alternativas reales y democráticas, la fiesta continúa.

IDEAL (La Cerradura), 16/06/2024

lunes, 10 de junio de 2024

Resultados

En el mes de junio vivimos pendientes de los resultados, sobre todo nuestros jóvenes. Exámenes finales, la PEvAU y las elecciones europeas, que quizá determinen el futuro de varias generaciones. En apenas cinco años, la UE ha dejado de ser un remanso de paz, y puede dejar de ser también un bastión de los derechos y libertades en el mundo si permitimos que la extrema derecha vuelva a tomar decisiones sobre nuestras vidas. Si España ha mejorado desde 1986 a 2024, buena parte del mérito se lo debe a la UE, más allá de nuestros dirigentes. Las políticas de desarrollo regional han transformado lo que era un país agotado por la dictadura y en vías de desarrollo, y resulta desalentador la poca perspectiva que tenemos de nuestra historia, que nuestros políticos actuales se empeñan en revivir. Ya nadie se acuerda de las hambrunas de la posguerra, pero ahora lo que tenemos es hambruna intelectual, y sólo hay que oír a nuestros portavoces en el Congreso, si es que alguien los escucha ya. Lo mismo que en España, en Europa falla la solidaridad. El miedo por la inmigración y la situación económica, jaleado por la extrema derecha y los partidos populistas, pueden provocar un cambio político hacia el individualismo y lo fragmentario, que es lo que desean quienes aspiran a su destrucción. Una Europa fuerte en los valores democráticos es la mejor defensa ante la Rusia de Putin o unos Estados Unidos de Donald Trump, y si no es así nos veremos abocados a un suicidio colectivo. El miedo al otro hace que Europa se tambalee, cuando sólo debe tener miedo de sí misma. Dos guerras mundiales y una guerra civil no han sido suficientes al parecer para que aprendamos. Como los estudiantes que se examinan estos días, tememos caer enfermos, no dormir bien, que se nos olvide la respuesta a la última pregunta, la que va a resultar decisiva. Podría ser la respuesta de hoy, cuando introduzcamos nuestro voto en la urna. Si les preguntasen sobre ello a los ciudadanos tal vez contestasen que confían más en las instituciones europeas que en las de su propio país. Sobre todo esos jóvenes que se examinan estos días y que han recorrido el continente gracias al programa Erasmus. Por mucho que nos empeñemos, estas elecciones no son sobre el Gobierno de España. Puestos a votar y visto lo visto, quizá una mayoría del electorado estaría dispuesta a entregar la soberanía a instituciones más altas. Si hay que celebrar los resultados, brindemos por Europa.

IDEAL (La Cerradura), 9/06/2024