domingo, 26 de mayo de 2019

Seguridad


Mientras en el parlamento español algunos diputados patalean y abuchean en la sesión de inicio de la legislatura porque otros han prometido el cargo como “presos políticos” (¡si estaban en el Congreso!), las compañías baten récords en las ventas de alarmas dando a entender que la seguridad de nuestras casas es puro milagro. Quizá habría que demandar a estas empresas por publicidad engañosa y exigir a nuestros diputados un examen de educación básica. Vivimos en un país en el que se abusa de alertar de catástrofes imaginarias, y por eso pueden convertirse en algo real. Lo es que las Cortes españolas sean un gallinero, aunque parte del hemiciclo presuma de valentía. Pero lo valiente sería lograr que la nuestra sea una democracia firme, sensible a todas las tendencias políticas. ¿Dónde deben expresarse todas las opiniones, gusten o no, si no es en el parlamento? Falta educación y nos sobran alarmas, compañías de seguridad y partidos de extrema derecha y de extrema izquierda, en España y en Europa. En nuestras ciudades se nota menos, y uno puede sorprenderse por las coincidencias de los programas de Unidas Podemos y Vox en sus propuestas para Granada, con candidatos que viven, sin embargo, en universos paralelos que discurren por una y otra orilla del río Darro. Quizá por eso haya quien quiera crear pasarelas que vayan de una a otra realidad. Pero la gente, independientemente de su ideología, suele coincidir en lo básico, que es vivir tranquila, y estaría bien que políticos y partidos tuvieran esa actitud, en el ayuntamiento y en los parlamentos español y europeo. Porque, en el fondo, un continente no se diferencia tanto de una ciudad, ni los países de los barrios. Aunque me imagino que si redescubriéramos el Darro no podríamos navegar por él hacia otra parte. Sin embargo, todos los europeos bebemos la misma cultura y agua, y quizá podamos profundizar más en la vida que tenemos que cambiarla, disfrutar también de la profundidad y de las corrientes de nuestra existencia cotidiana. Las encuestas pronostican que hoy las urnas no darán en Granada una mayoría clara a ningún partido, y que será necesario pactar. Y cómo me gustaría ver a partir de mañana a los candidatos trabajando juntos por la ciudad, la gobierne quien la gobierne. Incluso me gustaría ver al menos a siete partidos gobernándola, rescatando las mejores propuestas de cada uno, y convirtiéndolas en realidad. Qué bueno sería poder vivir así en Granada, en España y en Europa. Entre gente tranquila, responsable y civilizada.
IDEAL (La Cerradura), 26/05/2019

domingo, 19 de mayo de 2019

Ciudad


La ciudad es algo más que nuevos corredores verdes, otro anillo para la circunvalación, una tasa turística o un lavado de cara de los barrios. La ciudad son las personas y, sobre todo, los jóvenes, que estudiando en Granada y en una de las mejores universidades de España, tendrán que hacer las maletas para emigrar, mientras su lugar en la sociedad local será ocupado por inmigrantes menos cualificados, pero dispuestos a alimentarse de las migajas-desechos de esta ciudad. Así, nuestros jóvenes estudian en un paraíso universitario que, sin embargo, no puede garantizarles una vida digna. Son dignos mientas hacen su carrera, pero luego son mano de obra tan barata que no podrán pagar un alquiler, ser independientes, desarrollarse en un mundo hecho para adultos egoístas. ¿Quién habla de los jóvenes en esta campaña? Al parecer, el perfil del votante decisivo en una ciudad tan conservadora como la nuestra ronda los 60 años, y quizá por eso a ellos dirijan sus mensajes los partidos que miran más al pasado que al futuro, como el PP, Cs y Vox que, juntos, sumaron más votos que el resto de los partidos en las pasadas elecciones generales. Sin embargo, muchos jóvenes no se molestarán en votar. “No creo en las propuestas de los partidos”, “la política no me interesa”, suelen contestar. Pero hay una gran mayoría que sí va a votar. Lo hicieron en las pasadas elecciones generales, y yo los vi haciendo cola durante horas en las oficinas para el voto por correo. Espero que también lo hagan en las municipales. Porque Granada es una ciudad de la que uno siempre se quiere ir y a la que siempre se quiere volver. Como en el poema de Kavafis. “Dices: Iré a otra tierra, hacia otro mar/, y una ciudad mejor con certeza hallaré./ Pues cada esfuerzo mío es aquí un fracaso/ y sepultado está mi corazón”. Y luego: “No hallarás otra tierra ni otro mar./ La ciudad ha de ir siempre en pos de ti. En las mismas callejas/ errarás. En los mismos suburbios llegará tu vejez./(…) Pues la ciudad te espera siempre. Otra no busques”. Ojalá pueda seguir siendo la ciudad de nuestros jóvenes. Para ello, los programas de los partidos deben llenarse de proyectos que tengan más que ver con las personas y menos con las obras públicas. Y para que nuestros políticos no tengan que decir también los dos últimos versos del poema de Kavafis: “En todo el universo destruiste cuanto has destruido/ en esta angosta esquina de la tierra”.
IDEAL (La Cerradura), 19/05/2019

domingo, 12 de mayo de 2019

Cabezas


Pues resulta que el candidato a la alcaldía de Granada más conocido en España lo es por haber perdido la cabeza; pero ahí sigue, tan contento, aunque continúe convencido, como Cesare Lombroso –criminólogo y médico del siglo XIX-, de que en la fisonomía podemos encontrar las virtudes del político y tal vez –como aseguraba el italiano- del delincuente. Mientras, dada la confusión programática, entre una ciudad “grande” o “elegida” o, tal vez, francamente jodida, hay quien busca al mejor alcalde granadino del siglo XX. ¿Se habrá sentado en el banquillo de los investigados? ¿Habrá concedido licencias a cambio de pisos? ¿Se habrá construido un piso a base de conceder licencias? ¿Dispondrá de 522.000 euros para afrontar la multa que pueda pedirle la fiscalía por prevaricación y tráfico de influencias? ¿Tendría asimetrías craneales, orejas puntiagudas, pronunciados arcos superciliares? Como terapia del delito, Cesare Lombroso prescribía: “En realidad, para los criminales natos adultos no hay muchos remedios: es necesario o bien secuestrarlos para siempre, en los casos de los incorregibles, o suprimirlos, cuando su incorregibilidad los torna demasiado peligrosos”. No sé yo. ¿Cómo impedir que se presenten a las elecciones municipales? Atendiendo a su pasado inmediato, algunos deberían recorrer para atrás el paso de peatones hacia el consistorio, pero se ve que no tienen vergüenza. ¿Quién la necesita para gobernar? Al menos, tres de los candidatos y candidata a la alcaldía de Granada tienen entre sus propósitos acabar con la corrupción en el Ayuntamiento. ¿Alguien puede negarla? Únicamente quien haya podido beneficiarse de ella, aunque sólo sea para convertirse en candidato, mientras sus compañeros de bancada van desfilando hacia el juzgado. Esta semana la campaña ha comenzado con la pegada de carteles de los partidos, que ya resulta bastante ridícula desde el punto de vista ecológico y mediático, salvo para Vox, que ha tenido que optar por el boca a boca, como explicaba Onofre Miralles –lo mejor que tiene este partido- después de la decisión de la Junta Electoral. ¿Podríamos hacer un intercambio de cromos en las candidaturas? Si Cesare Lombroso levantase la cabeza, lo mismo no le duraba mucho sobre los hombros. ¿Qué se pierde primero, la cartera o esa parte del cuerpo humano que se cree responsable de todas las demás partes? Tratándose de Granada, y sin necesidad de ningún estudio pseudocientífico, tenemos bastantes papeletas para que nos la roben. Y si no es de primeras, ya quedarán un par de candidatos en algún asador para ofrecerle la suya el uno al otro en bandeja. Pero ¡qué gran cabeza!

IDEAL (La Cerradura), 12/05/2019

domingo, 5 de mayo de 2019

Sevillanas


Para bailar bien unas sevillanas hay que enfrentar el envite como algunos políticos la campaña electoral: ligeramente entonados. Con las manos en la cintura o alzadas sobre la cabeza uno da un pasito a la derecha, otro a la izquierda, mira retadoramente a su pareja y da el primer cruce. Increíblemente, hemos pasado sólo la primera prueba y aún nos quedan otras elecciones, así que vamos con la segunda. Un ligero taconeo y una vuelta sobre sí mismo. Luego otra miradita a la pareja, tres pasos para delante y tres pasos atrás, y otra vuelta, que ahora vienen las municipales y autonómicas. Quizá, a estas alturas del baile, andemos algo mareados. Pero no importa. Si uno mantiene el equilibrio, eso se arregla con otro paso, y una vuelta lenta, cogiendo a nuestra pareja por la cintura y prometiéndole nuestro amor para los próximos cuatro años. Así que vamos con la tercera. Taconeamos de perfil, primero a la derecha y luego a la izquierda, que ya no hay partidos de centro, y nos cruzamos. Otra vuelta sobre nosotros mismos y afrontamos otros cuatro cruces, taconeando alternativamente con nuestra pareja. Ya vamos con la cuarta, que es la que uno siempre se olvida, pero, llegados a este punto, los pasos son lo de menos. Lo fundamental es seguir mirando a la pareja mientras improvisamos. Y cuidando las maneras. Porque hay quien se pone tan flamenco que parece Falete. Así que, para evitar tentaciones y excesivos amaneramientos, basta con imaginarse a los candidatos con un clavel en la oreja. Desde Pedro Sánchez a Santiago Abascal, o de Paco Cuenca a Sebastián Pérez. Lo mismo hasta se ponen la flor en la boca. Pero nosotros a lo nuestro, que ya vienen los cuatro cruces con los que culminaremos el baile. Y aquí hay que ser torero. Si el equilibrio y el fino nos lo permiten, hincaremos la rodilla en el suelo al rebasar a nuestra pareja antes de girar sobre nosotros mismos e hincar la rodilla de nuevo para girar sobre nosotros mismos e hincar la rodilla de nuevo para girar sobre nosotros mismos y… ¡Catapún! Ya hemos chocado con nuestra pareja, salidos despedidos y derribado la barra con las bebidas o la mesa electoral, que después de tantas semanas de dimes y diretes nos parecen lo mismo. Pero es que estamos en el mes de mayo, que en Granada y España ha empezado con las fiestas del Trabajo, de la Cruz y de la Democracia. Y hay mezclas que matan. ¡A bailar!
IDEAL (La Cerradura), 5/05/2019