jueves, 28 de diciembre de 2023

Fantasmas

El señor Sánchez esperaba sentado en el sillón del Gobierno a que terminasen los preparativos de la cena de Nochebuena. Se sentía un poco melancólico, como solía ocurrirle en estas fechas. Su exsocio, Pablo Iglesias, que estaba muerto políticamente –el propio Sánchez había firmado su acta de defunción- se materializó ante él. “¡Feliz Navidad!”, le dijo jovialmente. “Bah”, contestó Sánchez. “¡Paparruchas!” “¿Las Navidades paparruchas?”, exclamó Iglesias. “No habrás querido decir eso, ¿no?” “Sí he querido decirlo”, respondió Sánchez. “¡Feliz Navidad! ¿Qué motivos tienes para ser feliz? Eres bastante pobre”. “Vaya, vaya”, replicó alegremente Iglesias. “¿Y qué motivos tienes para estar triste? Eres bastante rico”. “¡Bah!”, dijo Sánchez, “¿qué es para ti la Navidad sino la época de pagar facturas y no tener dinero, la época en que uno se encuentra un año más viejo y ni una hora más rico, la época de hacer balance y descubrir que doce meses de trabajo han resultado estériles y que el país está prácticamente en quiebra?” “Aún tienes tiempo de enmendarte”, le advirtió Iglesias. “¡Hoy te visitarán tres fantasmas!” “¿Además de ti?”, contestó Sánchez irónicamente. “¡Paparruchas!” Pero no había terminado de hablar cuando un fantasma cachas y barbudo hizo desaparecer a Pablo Iglesias y dijo: “Soy el fantasma de las Navidades pasadas. ¿Quieres guerra?” Fue cosa de treinta segundos, pues ante el estupor de Sánchez otro fantasma con gafas y el pelo peinado hacia delante, con aire de cura, le dio una colleja al fantasma del pasado gritando “competencias”, y aún más alto, “Cataluña”, y haciendo temblar las paredes del Palacio de la Moncloa, añadió: “¡Independencia!” Pero el señor Sánchez no perdía la sonrisa condescendiente. “¿Habré bebido demasiado ponche?”, pensó. Y esta vez la aparición se transformó en el fantasma de una mujer con cara de Blancanieves y ojos de bruja, que dijo: “Soy el fantasma de las Navidades futuras. Vete despidiendo de la presidencia del Gobierno”. “¡Coño!”, exclamó el señor Sánchez, “si eres clavada a Isabel Díaz Ayuso”. “Te has cavado tu tumba política”, dijo el fantasma que en verdad tenía toda la cara de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Y en ese momento se derrumbaron las paredes del palacio, se abrió el suelo y el señor Sánchez se vio cayendo hacia un agujero en cuyo fondo había un ataúd –esto sí le dio miedo- que tenía la forma de un mapa de España. “¡No, no, de España, no!”, gritaba. Se pegó un buen porrazo y la tapa se cerró sobre su cabeza. Fue entonces cuando se despertó. Feliz Navidad.

IDEAL (La Cerradura), 24/12/2023

lunes, 18 de diciembre de 2023

Pantallas

La limitación del uso del móvil en las escuelas puede verse como una prohibición y una intrusión en la intimidad, pero también como una liberación para miles de adolescentes que sufren trastornos de ansiedad, insomnio o irritabilidad por vivir en una especie de frenesí digital. De hecho, los resultados del informe PISA sobre nuestro sistema educativo serían mucho mejores si las pantallas desaparecieran de las clases. Primero hay que asentar las capacidades básicas de los alumnos, luego podemos utilizar las nuevas tecnologías para desarrollarlas en el aula. Pero, para explicar, no hay nada mejor que una pizarra. La educación es una forma de comunicación y los profesores tienen que tender puentes con su auditorio, puentes que saltan por los aires si los destinatarios del mensaje están absortos en una pantalla. Sólo hay que fijarse en los restaurantes, donde nada resulta más penoso que ver a una pareja que no habla, sino que teclea. En el colegio, en el instituto e incluso en la universidad esto es una desgracia. La simplificación de los mensajes se nota en todo tipo de discursos. Como la gente está acostumbrada a ver, nadie se molesta en describir, matando la imaginación de los interlocutores. Es algo que se nota ya incluso en los libros, de una pobreza descriptiva lamentable. Escritores que narran para espectadores, como si la novela fuera una serie o una película, escrita como un guion, con sobreabundancia de diálogos y ausencia de imágenes. La sobreestimulación audiovisual y auditiva hace que nuestros niños y no tan niños sean incapaces de concentrarse durante cinco minutos en algo concreto, ya sea la lectura o hacer un ejercicio, lo que a muchos les supone un suplicio. Pero la solución no es eliminar los exámenes para evaluar las competencias, sino desarrollar las competencias. Esto resulta evidente para la mayoría de los pedagogos, por lo que uno no entiende la obstinación de las administraciones en lo contrario, a no ser que haya un plan preconcebido para crear autómatas. ¿No queremos que nuestros jóvenes piensen por sí mismos y se desarrollen plenamente? No se trata de prohibir, sino de acompañar en el aprendizaje de una manera consciente. Si entre nuestros jóvenes abundan la depresión, las agresiones y las autolesiones, que nos resultan inexplicables, quizá tenga algo que ver el uso abusivo de los móviles. Ya sabía George Orwell que las pantallas serían omnipresentes y vigilantes allá por 1949, cuando publicó “1984”. “Guerra es paz, libertad es esclavitud, ignorancia es fuerza”, son los lemas de las tiranías y las pantallas.

IDEAL (La Cerradura), 17/12/2023

lunes, 11 de diciembre de 2023

Espías

Mientras el CNI expulsa del país a dos agentes de la CIA, los porteros de las discotecas de Granada se enfrentan a jóvenes imitadores de James Bond o Jason Bourne, que llevan pistolas de aire comprimido. Uno comprende que algunos adolescentes confundan la realidad con la ficción, pero no tanto que lo haga la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien afirma que el incidente con los espías norteamericanos “no afecta al núcleo fundamental en las relaciones de dos países que son aliados y amigos”. Bueno, no tanto. Si espías a tu aliado y amigo es porque no confías en él. La CIA estaba pagando a dos miembros del CNI para que les facilitaran información clasificada como secreta. ¿Y qué pasará con los espías españoles? Si estuviéramos en una película, ya habrían sido silenciados para siempre, o como mucho se les hubiera dado la oportunidad de quitarse estoicamente de en medio para salvar el honor y la integridad, si es que todavía se estila eso. Pero en un Estado de derecho uno debe acudir al Código Penal, que en su artículo 584 (delito de traición) establece una pena de 6 a 12 años para “el español que, con el propósito de favorecer a una potencia extranjera, asociación u organización internacional, se procure, falsee, inutilice o revele información clasificada como reservada o secreta, susceptible de perjudicar la seguridad nacional o la defensa nacional”. ¿A qué nos sonará esto? Quizá la administración americana quiera saber como los ciudadanos españoles lo que se habla y lo que se pacta entre el Gobierno español y Junts. ¿Cómo se pueden llevar en secreto en un sistema democrático las negociaciones para un pacto de gobierno? ¿Y por qué hay que gastar dinero público para que se realicen en el extranjero? ¿Para qué tenemos el Parlamento? Si aquí en España ni los partidos políticos ni sus dirigentes se fían unos de otros, es difícil que lo hagan nuestros presuntos amigos y aliados, que deben pensar aquello de que, a nuestros enemigos, cuanto más cerca, mejor. Quizá tengan algo que ver los gestos chulescos a los que se han acostumbrado los presidentes españoles, como José Luis Rodríguez Zapatero ante la bandera norteamericana o Pedro Sánchez en viaje diplomático a Israel, país que facilita tecnología punta a otros países para los trabajos de espionaje, como el famoso programa Pegasus. ¿Filtrarán los israelíes las conversaciones entre el PSOE y Junts como venganza? Si aún viviera Francisco Ibáñez, quizá pudieran explicarnos los secretos de nuestra democracia Mortadelo y Filemón.

IDEAL (La Cerradura), 10/12/2023

lunes, 4 de diciembre de 2023

A morder

La gente está que muerde. Por el precio del aceite, por ejemplo, como ese hombre que salió corriendo con una garrafa de cinco litros y les clavó los dientes a los guardas del supermercado, según informaba esta semana IDEAL. O como ese aficionado al fútbol que mordió a los policías que lo detuvieron en Iznalloz, nos contaba Carlos Morán, aunque por lo visto el chaval no tenía hambre de aceite, sino de cocaína. Me sorprende lo de los bocados, pero no tanto si uno atiende a la actualidad política. “Salid a morder”, dicen todavía algunos entrenadores de fútbol. Pero es que claro, en nuestra hermana Argentina han elegido presidente a un tipo, Javier Milei, que iba a los mítines con una motosierra; y en Países Bajos a otro, Geert Wilders, que parece el hermano pequeño del conde Drácula, el general Pinochet según la película de Pablo Larraín. Que gobierne la extrema derecha no es un dato que ya nos sorprenda en Europa. En Italia manda Giorgia Meloni; en Hungría, Viktor Orbán; en Finlandia y Suecia, formaciones extremistas son parte del gobierno; en Francia, Le Pen aventaja en las encuestas a Emmanuel Macron, y Alternativa por Alemania es ya la segunda fuerza en intención de voto en el país germano.  Por no hablar de España, donde Vox forma parte de los gobiernos autonómicos de Aragón, Murcia, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Extremadura. Y, sin embargo, esto no es lo más llamativo, porque el Gobierno de España no existiría sin la colaboración necesaria de Carles Puigdemont, que está más a la derecha que la extrema derecha (fuera de España), y que ya ha avisado a Pedro Sánchez de que votará junto al PP una moción de censura si no cumple lo pactado. No han leído “Fausto”. (En fin, no han leído a secas, aunque les escriban libros que luego firman.) Lo que más asombra es la indignidad. Admitir que te chantajean e intentar explicar que eres una persona con ideología, el paladín del progreso y de una izquierda irreconocible. Todo sea por la familia. Así que no sorprende tanto que haya gente que muerda a la policía. Ni que en las próximas elecciones europeas el Parlamento se oscurezca. “No se negocia con secuestradores ni con terroristas”, decía en 2009 Mariano Rajoy. Lo dicen los artificieros cuando la bomba está a punto de estallar. La incongruencia política sólo alimenta el desencanto y la ira. Ese es el legado que dejan los oportunistas. Gente mordiendo en el Congreso y en la calle.

IDEAL (La Cerradura), 3/12/2023