lunes, 28 de agosto de 2023

Saudíes

Mientras hacen contratos millonarios a los futbolistas europeos, los saudíes bombardean y mutilan a los emigrantes que llegan a sus fronteras. La tolerancia con este país que produce petróleo al mismo ritmo que vulnera los derechos humanos, debería causar náuseas en Occidente. Pero no, su liga de fútbol atrae a los espectadores que han caído en la misma trampa que los jugadores-mercenarios que han acudido corriendo a aquel país porque no tienen otra conciencia que el dinero. Lo mismo podemos decir de los gobiernos de los países democráticos que cuidan las relaciones con una dictadura retrógrada que controla el mercado del petróleo y que es el principal cliente de la industria armamentística española. Se critica a Putin, que se ha cargado al último traidor, pero no al príncipe heredero Mohamed bin Salmán, que ordenó el asesinato y descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi. Los saudíes invierten en fútbol, golf, tenis y fórmula 1, que hacen las veces del Coliseo romano antes de la caída del imperio. Quieren organizar la Copa del Mundo de 2034, y allí acudirán también las selecciones de fútbol, representadas por personajes como Luis Rubiales, que aún no entiende por qué tiene que dimitir, total, si sólo se tocaba los cojones y trataba a las mujeres como objetos en público y en privado. La corrupción en el deporte es un síntoma de la corrupción empresarial y política. Es la doble moral de la que hacen gala los saudíes, que no se quitan de la boca la palabra de Dios mientras pisotean lo que predican, lo cual no debería importarnos en un mundo que dejó de ser medieval, pero sí que se vulneren los derechos humanos. Sin embargo, nuestros políticos, como nuestros futbolistas, se comportan como vasallos. Y eso sí debería preocuparnos. Porque están humillándose en nuestro nombre ante sátrapas que no deberían tener ningún espacio en nuestras instituciones políticas o deportivas, en nuestros medios de comunicación, en nuestras empresas, ni siquiera como patrocinadores. Ese dinero está manchado por la sangre de las mujeres y niños que son tiroteados en las fronteras de la opulenta y autoritaria Arabia Saudí, y de las propias mujeres saudíes, que viven sometidas dentro de su país y no pueden protestar como aquí cuando se vulneran su intimidad y sus derechos, por que no los tienen. Sin embargo, lo que nos preocupa es quién va a ser el próximo títere que acompañará a jugar en el desierto a Benzema y Cristiano Ronaldo. Que se los traguen las arenas del nuevo circo mundial.

IDEAL (La Cerradura), 27/08/2023

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