martes, 19 de agosto de 2025

Con la Iglesia hemos topado

Me alegra que la Conferencia Episcopal Española defienda los derechos humanos. Es lo mínimo exigible a cualquier institución con un papel social en el Estado democrático. “Un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano”, ha dicho el arzobispo de Tarragona Joan Planellas. Eso por añadidura. Pero son los ciudadanos los que no deberían ser xenófobos, algo incompatible con la civilización y el sentido común, o con los seres humanos a secas. Que la Iglesia católica y otras organizaciones sociales estén exentas de pagar impuestos o reciban ayudas del Estado (entre otras cosas, porque muchos católicos rellenan la correspondiente casilla en la declaración del IRPF) tiene todo el sentido, precisamente por realizar labores sociales o de ayuda a los necesitados. Lo que no lo tiene es que las reciba un partido político como Vox, que no sé si merece esa denominación, pues sus planteamientos son contrarios a los valores democráticos. En la democracia no cabe todo. A pesar de lo que se dice, eso no hace una democracia más grande, sino más pequeña. Lo estamos viendo en USA, con un “terminator” dispuesto a asaltar el Capitolio si no es él quien gobierna. Podemos verlo en España, donde también abundan los desengañados de la política. Y aquí entra la responsabilidad de los grandes partidos, que con su destrucción sistemática de la educación y los servicios sociales están abonando el camino para los antisistema. Hay muchas formas de entender el cristianismo –y ahí tenemos a Santiago Abascal, luciendo crucifijos y medallas de la Virgen, que en contacto con su piel deben echar humillo-, pero sólo una básica de entender el Estado social y democrático. O se defienden los derechos humanos y las libertades públicas o no. Es lo que hace posible la convivencia, independientemente de las creencias o la ideología de cada uno. Y resulta curioso que haya sido la Iglesia católica la que lo haya dicho tan claro. ¿Dónde están nuestros políticos? ¿Qué hace el PP apoyando mociones xenófobas en Jumilla o en los parlamentos autonómicos? ¿Y dónde está el PSOE que no siga a pie juntillas las decisiones del líder carismático? No veo respuestas contundentes de los demócratas contra las propuestas radicales. Quizá porque los partidos sólo están pendientes de la intención de voto. “A los temporeros se les pagan las horas extras y se les da de alta en la Seguridad Social”, ha dicho en su homilía el cura de Valdepeñas. Pues va a resultar que la política ya no se hace en el Parlamento, sino en las iglesias.

IDEAL (La Cerradura), 17/08/2025

No hay comentarios:

Publicar un comentario