domingo, 4 de enero de 2015

Propósitos de enmienda



El año 2015 ha empezado como acabó el 2014, pero es una saludable costumbre cambiar los dígitos de los relojes y calendarios, aunque sólo sea para vivir una idea momentánea de cambio y transformación. Porque con el nuevo año renovamos nuestras costumbres, aunque algunos propósitos de enmienda se repitan hasta convertirse en un hábito: los hacemos para incumplirlos inmediatamente, y así poder volver a proponérnoslos al año siguiente. Como cuando nos encontramos a ese conocido: “Te llamaré”, decimos. Y, fieles a nuestra costumbre, nunca lo llamamos. Pero volveremos a decirle lo mismo si nos lo encontramos de nuevo. La mitad de la humanidad ha dejado de fumar y de beber y la otra mitad ha empezado a correr, por lo que ahora hay millones de familias desestructuradas, persiguiendo a los fantasmas de quienes fueron, como Míster Scrooge, que prefería vivir solo. Lo mismo les ocurre a los partidos políticos, obligados a entenderse por la crisis del bipartidismo. Los misterios del amor. Porque ha tenido que venir Pablo Iglesias para revelar lo mejor y lo peor de cada uno. Y todo por llamarlos “casta”, que suena a “pasta”. Si los hubiera llamado “guapos”, saldrían en Interviú. Qué imagen más terrible la de los políticos españoles en pelotas. Pero ahí estamos los ciudadanos, que no salimos en ningún sitio, aunque nos encontremos en paños menores. Aun vestidos, me ha sonrojado el discurso navideño de algunos políticos. ¿Pues no somos el cuarto país que más ha crecido económicamente en los últimos cuarenta años? ¿Será gracias a los cuatro millones y medio de parados? Sólo habría que echarlos del país para que las estadísticas fueran un primor. Pero si sumáramos a todos los incompetentes que hay en las Administraciones públicas, también nos saldrían unos cuantos millones. Porque tenemos tres Administraciones, pero da la impresión de que sobran cinco. Y así, nos consuela saber que el alcalde de Granada y el presidente de la Diputación se quieren, y que los dos van a ser candidatos de su partido. La disciplina es una cuestión importante. Por eso, también están Paco Cuenca y Chema Rueda “en perfecta sintonía” en el PSOE, que “no contempla más alianzas que con los ciudadanos”. ¿No podríamos obviar a los partidos? Canal Sur se tragó en la retransmisión ocho uvas-campanadas, pero asombrosamente ha llegado el nuevo año a Andalucía. Y es que los políticos son a veces como los personajes de un cuento: cuando se acercan a la realidad, se convierten en espíritus. Ojalá se cumplan nuestros propósitos de enmienda.
IDEAL (La Cerradura), 4/01/2015

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