lunes, 17 de agosto de 2020

Máquinas

Ante las urgencias de todo tipo provocadas por la Covid-19, hay administraciones que están en la realidad, otras en la irrealidad y otras simplemente en la inopia. Como suele ser habitual, entre estas últimas se encuentra el Ayuntamiento de Granada, que con el auspicio surrealista de la consejería de la Junta correspondiente, para revitalizar el turismo quiere poner máquinas que reproduzcan el sonido de los pájaros y aromaticen los miradores del Albaicín. “¿What? ¿Are you crazy? ¿Es el día del turista inocente?” Se ve que no tienen mucha confianza en que sobrevivan los pájaros y los vecinos del barrio, pero quieren un barrio turístico a toda costa, aunque sea fantasmal. Pero es lo que pasa cuando se maneja dinero público. Malgastarlo no duele. Si le plantearas algo así a tu pareja, ésta haría todo lo posible para incapacitarte judicialmente por pródigo. No hay dinero para mascarillas, ni para hacer test PCR a la población, pero para comprar autómatas sí. El caso es que en mitad de una epidemia nacional, España personifica una descentralización administrativa caótica, con el Gobierno central pasándole la pelota sanitaria a las comunidades autónomas, que para eso tienen las competencias, y las administraciones locales haciendo lo que pueden, actuando sensatamente en la Puebla de don Fadrique o Busquístar, y otros espantando moscas. Por eso hay quien reclama que vuelva a declararse el estado de alarma. Más vale una sola dirección, aunque sea mala, que diecisiete decisiones autonómicas, más las decisiones de las dos ciudades autónomas y de los 8.131 municipios que tiene España. Aunque uno nunca sabe qué es peor. Resulta un milagro que este país siga unido cuando cada una de las 50 provincias (que se me olvidaban) tira para su lado, y eso que ni siquiera cuento con Cataluña y el resto de las nacionalidades históricas, que por obra de los pactos autonómicos son ahora todas las regiones españolas. ¿No se están mareando? Representa un esfuerzo hercúleo mantener un equilibrio entre tantas fuerzas e intereses contrapuestos, pero ¡bendito país! Cuando atendiendo a la actualidad uno no sabe si sería mejor recurrir a la cicuta como el maestro Séneca, abre el periódico y casi se muere de un ataque de risa al leer las noticias locales. ¿No podrían poner una máquina para gestionar el consistorio? De todos modos, creo que la mayoría de los concejales del equipo de gobierno anda de vacaciones. Tanta genialidad debe cansar un huevo. Lo lleva en la mano un jinete a lomos de un caballo en la fachada del Ayuntamiento.

IDEAL (La Cerradura), 16/08/2020

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