lunes, 19 de junio de 2023

El futuro pasado

A pesar de la inteligencia artificial, el futuro podría ser el pasado. Impera el radicalismo político, el nacionalismo se hace fuerte dentro de la Unión Europea, en España podría haber un gobierno del PP y Vox. Las series –las novelas de hoy, según Bret Easton Ellis- hablan de realidades paralelas, de viajes en el tiempo, de vivir en otros mundos que se encuentran en éste, donde nos atrapan monstruos que nacen de nuestro interior. Puede que en España el ministerio de Igualdad se transforme en el ministerio de la Familia y la violencia de género en intrafamiliar, que se niegue el cambio climático, que se privaticen servicios sociales básicos, la sanidad y la educación, si no desaparecen. En el futuro pasado imperará la ley del más fuerte y empuñaremos armas como en USA para defendernos de los peligros reales o imaginarios. La legión española patrullará por las calles y la cabra presidirá los desfiles y quizá alguna mesa, si es que no se halla condimentada en el plato. Porque si uno atiende a la batalla mediática desatada en esta campaña electoral ya permanente, con la mayoría de las cabeceras informativas perfectamente alineadas en bandos, España va a votar entre dos bloques y dos modelos de sociedad y éstas van a ser las elecciones más decisivas de la democracia. ¿A qué nos sonará todo esto? Es como si viviéramos en un bucle temporal, y aunque nos apresuremos a decir que la Guerra Civil, la dictadura y la transición son cosa del pasado, a falta de otros argumentos enarbolamos las banderas que se tiñeron con la sangre de nuestros abuelos. Qué país más cansino y carpetovetónico. Como si efectivamente estuviéramos rodeados de muertos vivientes que no se comen a nadie, sólo el tesoro público, pero encabezan las listas electorales después de haberse comido, eso sí, a sus contrincantes. Todo para poder obtener un escaño en el parlamento y seguir con la gresca durante al menos otros cuatro años. ¿Y dónde está el modelo de país o de sociedad? En las hemerotecas. Si al menos acudiéramos a ellas con humildad y espíritu crítico e hiciésemos una lectura reflexiva, ya adelantaríamos mucho. Pero no tenemos tiempo. Van pasando los días y los demagogos los consumen contando el tictac del reloj que corre en sentido inverso, cuando no mostrando sus miserias en TikTok. Los bloques ya pueden verse en los ayuntamientos y al parecer no ha pasado nada nuevo. Sólo lo de siempre: trifulcas, amenazas y alguna torta. Mejor con pan.

IDEAL (La Cerradura), 18/06/2023

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