domingo, 19 de febrero de 2017

La estirpe de Babel

Nunca le damos demasiada importancia a las palabras, aunque seamos como pensamos y como hablamos, lo que es mucho decir en un país donde nuestros políticos suelen mentir, y en una ciudad, Granada, donde “las palabras tienen un rédito que la vida niega constantemente”. Es una frase de la primera novela de Ángel Esteban, “La estirpe de Babel” (editorial Verbum), donde el amor por la palabra y la literatura es el argumento principal. De la mano de Palim VI, un inmortal inteligente y curioso, conoceremos a los grandes genios de la literatura, desde Homero a Borges, que Ángel Esteban convierte en personas de carne y hueso, en esos confidentes que nos susurran cosas esenciales al oído mientras los leemos. “La estirpe de Babel” dialoga con otros libros y otros autores, pero tiene además una lectura muy actual, pues el escritor bucea asimismo en el pasado y le hace participar al lector en los momentos más trascendentales de la historia de la humanidad. La novela está llena de citas jugosas, tanto del autor como de los escritores que recrea con devoción: “La diferencia entre un político, el que rige los destinos de la polis, y un poeta, estriba en que el poeta cuenta mentiras para descubrir verdades, y el otro las cuenta para asegurarse el poder”, nos dice Homero; y Virgilio añade: “En los últimos tiempos, la sociedad ha desarrollado tragaderas para cualquier desviación ética”. Es como si hablasen de la realidad española, y también la conversación que mantienen Goethe y Napoleón sobre el poder y la política es absolutamente contemporánea. En este sentido, el profesor universitario y el ensayista que es asimismo Ángel Esteban, favorecen al narrador, que se vuelve más profundo y convierte “La estirpe de Babel” en una lección de vida. Porque resulta un acierto situar a los genios de la literatura en los momentos más importantes de su existencia, y es excelente el análisis que hace Ángel Esteban de sus obras y de las dificultades que entraña la creación literaria. Pero además muestra un gran talento para interpretar la historia y contarla de un modo ameno y sencillo al lector, al que le gustará encontrarse a Borges en el barrio granadino del Sacromonte para realizar, al mismo tiempo, una vuelta al mundo y vivir las vidas de otros. Y así, después de leer este libro y estar con los personajes más decisivos de la historia de la literatura, podremos concluir, como Palim VI: “Nadie es mejor que nadie. Hoy soy inmensamente más rico”.

IDEAL (La Cerradura), 19/02/2017

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