domingo, 18 de octubre de 2015

Hispanos

La celebración del Día de la Hispanidad nos ha servido al menos para conocer mejor a parte de la clase política que parecía llamada a gestionar el futuro de España. Para que hagan gala de su moral y de su cultura, desde la que juzgan lo que ha ocurrido quinientos años antes con frases como “vergüenza de un Estado que celebra un genocidio”, de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; o del alcalde de Cádiz, José María González “Kichi”, que a estas alturas nos revela que “nunca descubrimos América, masacramos y sometimos un continente y sus culturas en nombre de Dios”, como si no lo hubiéramos aprendido ya de autores como Edmundo O’Gorman (“La invención de América”) o Eduardo Galiano, que hoy día, sin embargo, al hablar de “Las venas abiertas de América Latina”, donde precisamente documenta el expolio de este continente por la colonización de España, entre otros países, reniega de esa –son sus palabras- “prosa de la izquierda tradicional”. Y no porque haya dejado de ser de izquierdas, sino, simplemente, porque una cosa es lo que se piensa en 1971, cuando publicó la primera edición de ese libro, y otra lo que se piensa cuarenta y cinco años después, y no digamos cinco siglos más tarde. Lo curioso es que no hay ningún Día de la Hispanidad, sino un Día de la Fiesta Nacional, que sin embargo se conoce popularmente del primer modo no sólo en España, sino también en Hispanoamérica (y utilizo a conciencia este término y no Latinoamérica, porque para mí hispano es sinónimo de hermano y latino signo de diferencia), donde no hay empacho en celebrar el Día de la Hispanidad como tal, como se ha hecho durante años en países como Argentina o Nicaragua, que ha transformado esta celebración en un día de vindicación de la lucha indígena. Y no pasa absolutamente nada. Porque lo importante es explicar el pasado, y no enorgullecernos o avergonzarnos de él. Sino aprender. ¿No se celebra la Diada o el Carnaval de Cádiz? ¿Por qué no se va a celebrar el día nacional de España? ¡Es que vivimos en España! Y qué decir nuevamente de Willy Toledo que, al parecer, en lo único que no “se caga” es en su propia madre. Pues esta gente es la que más daño le hace a la izquierda. Las ideas se defienden desde la cultura. Y es desde la cultura –lo ha dicho en España José Mújica, exguerrillero y expresidente de Uruguay- como mejor se lucha contra la desigualdad.

IDEAL (La Cerradura), 18/10/2015

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