domingo, 18 de noviembre de 2018

Nuevos tiempos


Si tenemos que hacer caso a los eslóganes de los partidos y a las afirmaciones de los candidatos, el próximo 2 de diciembre viviremos en Andalucía una especie de resurrección para que al día siguiente –me temo- todo continúe exactamente igual. “Un tiempo que amanece”, “un tiempo nuevo”, “más Andalucía que nunca”, “ha llegado nuestro tiempo”, “Andalucía adelante”, “ahora sí…” La realidad es que en Andalucía el reloj se detuvo hace casi cuatro décadas, y por eso continúa siendo la comunidad autónoma con mayor desempleo y menor número de empresas. Sin embargo, Susana Díaz ha presentado al PSOE-A en Granada como modelo de gestión, comparándola con la del alcalde Francisco Cuenca, que quizá se tragó un par de sapos económicos cuando la escuchó, aunque no se le agriara por eso su permanente sonrisa. Y es que el optimismo de nuestros políticos parece una enfermedad congénita, aunque luego la verdad estadística te aclare que 7 de cada 10 empresas granadinas declaran pérdidas, y el 73% en Andalucía. Y también parece ser una enfermedad el cinismo, pues Susana Díaz presumió de que el AVE ha llegado ha Granada gracias a la gestión del alcalde con el Gobierno del PSOE, cuando nadie ha visto aún a ese fantasma mecánico por ninguna parte. (“Que viene el AVE”, le dicen las abuelas ahora a los niños que no quieren dormirse. Y se duermen de aburrimiento, claro.) De hecho, Granada sigue siendo una ciudad prácticamente incomunicada con el resto de Andalucía y España, y uno no puede coger, por ejemplo, un autobús para viajar por la noche de Málaga a Granada. No hay. ¿Y un tren? No hay. Si uno llega de un vuelo internacional a Málaga (porque no puede viajar desde Granada) a las diez y media, tendrá que esperar hasta el día siguiente, a no ser que pague 150 euros a un taxista o utilice el vehículo particular. Y será por eso por lo que el Gobierno central ha decidido eliminar los vehículos diésel y de gasolina para el año 2040. Como tenemos unas Administraciones públicas tan previsoras y que invierten tanto en infraestructuras, dejaremos de viajar, simplemente, porque la otra opción será ir andando. ¡Qué gran medida para frenar el cambio climático! Por eso también el Ayuntamiento de Granada, que es práctico y previsor, ha decidido que las bicicletas vayan por la calzada y no por las aceras. En Granada, ¡serán los únicos vehículos en circulación! Y los ciudadanos seremos sanos y felices, eso sí. Pues, para ser nuevos tiempos, parecen bastante viejos.
IDEAL (La Cerradura), 18/11/2018

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