La
política es como el tenis: lo importante es devolver siempre la bola, y esperar
a que el otro falle. Es lo que piensa quizá Pedro Sánchez, que va derivando la
responsabilidad en unos y en otros. Lástima que no sea Rafael Nadal. A Nadal lo
votaría sin muchos remilgos el ochenta por ciento de los españoles. Con que se
rodeara de tan buenos ministros como ha tenido de entrenadores, lo haría muy
bien. El talento le viene de familia, y se ve que él valora mejor que otros el
ejemplo de los mayores. Pero lo importante es la mentalidad, lograr que mente,
cuerpo y raqueta sean uno, visualizar para colocar luego la pelota en el lugar
exacto. Pedro Sánchez se ha ido a hablar con el Rey esta semana, y por lo visto
no le ha dicho nada bueno. El hombre no confía en Pablo Iglesias, pero tampoco
en Albert Rivera ni en Pablo Casado, por lo que sintiéndolo mucho –les dijo
primero al Rey y luego a los periodistas- lo mismo tenemos que convocar unas
nuevas elecciones. Lo malo es que quizá para entonces buena parte de los
españoles haya dejado de confiar en Pedro Sánchez, al que puede habérsele
acabado la teta del Estado, que es como parecen ver demasiados políticos las
instituciones: como una gran ubre a la que hay que ordeñar, aunque se llene con
la leche que producen los españoles. La imagen no es muy edificante, lo sé,
pero ya la utilizó Woody Allen en una película para ilustrar sus obsesiones con
el sexo: un seno gigante perseguía a un hombre por el parque, disparándole
leche. Pero es que algunos también confunden el sexo con la política. Y ahí
tenemos a Donald Trump, un engendro lácteo capaz de acabar con el mundo. Y es
que, si como cuenta Jaime Peñafiel, todavía fuera una costumbre buscar un ama
de cría en la plaza de las Pasiegas, quizá se solucionasen la mitad de los
problemas de España. Los candidatos podrían ser hermanos de leche, por lo que
no tendrían dificultades para alcanzar pactos. Mucho mejor que mamar de las
tetas del Estado. Porque la gran teta de la Seguridad Social está ya seca, y la
teta de Hacienda no se va a volver a llenar ni con otra subida de impuestos.
Total, los presupuestos vigentes los diseñó Mariano Rajoy, que ya anda
destetado. Y esta es la compleja relación entre tenis, tetas y política. Espero
que Pedro y Pablo se dignen a volver a entrar en la pista.
IDEAL (La Cerradura),11/08/2019
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