Pues
resulta que el debate más serio sobre la independencia de Cataluña se ha
producido en la prensa deportiva. Esta semana, con las prisas y los miedos, nos
han planteado el gran problema: ¿Y si el Barcelona no juega en la liga
española? Lo podían haber dicho antes. Eso sí que merece un encuentro al máximo
nivel entre el presidente del Gobierno español y el presidente del Gobierno de
la Generalitat de Cataluña, escoltados por Leo Messi y Cristiano Ronaldo.
Porque si no tenemos el gran somnífero del Barca-Madrid (con permiso del
Granada y del Atleti), sí que se joroba España. Es por eso que las elecciones
suelen convocarse los domingos, para que la gente cofunda la política con el
fútbol y se debata entre victoria y derrota. Aunque también podría ser un
empate, claro, y a ver entonces lo que vamos a hacer; en Cataluña, me refiero.
Lo suyo es que lo decidan Messi y Cristiano con una tanda de penaltis. Al fin y
al cabo, el uno es argentino y el otro portugués, y si se fastidia la liga
española se irán tan contentos a jugar a Francia o Inglaterra, países donde se
toman más en serio las cosas del comer. Porque han tenido que decirlo el presidente
del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, y el presidente de la Liga
Profesional de Fútbol, Javier Tebas, para que la gente se preocupe de verdad
por lo que está pasando en España. ¿Qué vamos a hacer sin derbis? Eso sí que es
un problema identitario, tú, no poder gritar nunca más “Hala Madrid” o “Visca
el Barça” precisamente contra el Barça o contra el Madrid. La defensa de los
colores provoca reflexiones de calado, y he leído magníficos artículos sobre
fútbol de Javier Marías o Luis García Montero, que no por casualidad son del
Real Madrid. El gran problema, en realidad –lo ha sido siempre, deben
reconocerlo de una vez-, es para los hinchas del Barcelona. A mí, personalmente
–que, por fortuna, también soy del Madrid-, la idea de que el Barcelona se
convierta en un Ajax no me incomoda, siempre que vuelva a jugar en él Johan
Cruyff. De hecho, podría llevarse a Guardiola, independentista convencido a
quien nadie conocería si no hubiera jugado primero y entrenado después a un
equipo de la liga española. ¡Ay! Para mí que esto no lo han pensado bien.
Lástima que los votos no rueden como un balón y las urnas no sean porterías.
Aunque quién sabe. Los ciudadanos, como los forofos del fútbol, a veces tenemos
sentido común.
IDEAL
(La Cerradura), 27/09/2015