La
Junta de Andalucía ha decidido bonificar en un cien por cien el Impuesto sobre
el Patrimonio, lo que además de hacer saltar de alegría a los andaluces ha
puesto de uñas a otras comunidades autónomas y concretamente a Cataluña, pues
el presidente Juanma Moreno ha animado a los empresarios catalanes a que se
vengan a vivir al sur. Lo que me llama la atención es que en el PP y en medios
afines se hayan apresurado a aplaudir la medida, cuando se trata de un partido
que tradicionalmente ha estado en contra de una descentralización excesiva y de
que los ciudadanos españoles no tengan los mismos derechos y obligaciones
independientemente de la parte del territorio donde vivan. Ese principio de
igualdad tan cacareado y mal entendido, sobre todo en materia fiscal. Pues
igualdad no es uniformidad, y si a los entes territoriales se les reconoce la
capacidad normativa para crear sus propios tributos o regular elementos
esenciales de los impuestos estatales cedidos hay que ser consecuente, aunque
se desate una batalla fiscal entre las autonomías. Algo que ocurre también
entre los países si no se le pone remedio en el marco de organizaciones
internacionales como la Unión Europea o la OCDE. En España, reconocemos la
autoridad estatal o la autonómica según el día, dependiendo de si tenemos que defender
el Estado centralizado o el federal, pero al parecer ni siquiera se deciden los
partidos políticos, que no pueden propugnar una única idea de España porque
dependen del poder de sus barones territoriales, que acuden a las elecciones
como a un refrendo personal que les otorga independencia orgánica. ¿Qué puede
hacer Alberto Núñez Feijóo ante tanto verso suelto? No mucho en realidad,
porque lo que conviene a España a nivel general puede no convenir
particularmente a Madrid o a Andalucía. Ay, la solidaridad. Pero una cosa es lo
que le conviene a la persona, como presidente o presidenta, y otra lo que
conviene al país o a la comunidad autónoma. Y se echa de menos claridad en las
propuestas políticas. Juanma Moreno, que nació en Barcelona, sí lo tiene claro:
“Le digo a los empresarios catalanes: aquí está su tierra. En Cataluña hay Impuesto
sobre Sucesiones y Donaciones. Aquí no. Allí hay Impuesto sobre el Patrimonio.
Aquí no. Y aquí no nos vamos a independizar nunca, somos orgullosa parte de
España”. Es un buen discurso. Cómo nos gustaría que nuestra clase política se
pusiera de acuerdo en los argumentos y los mantuviera a largo plazo. Como si se
tratara del patrimonio español.
IDEAL (La Cerradura), 25/09/2022