lunes, 23 de diciembre de 2024

Dignidad política

Si tuviéramos que contar una historia política de España podríamos trazar una línea que nace de los pueblos íberos y la Hispania romana, pasa por el reino visigodo y la España musulmana, por los reinos cristianos y el Estado moderno con los Reyes Católicos y que llega, volando por los siglos y la dictadura franquista, hasta la Transición y nuestros días, donde aquellas provincias romanas que luego fueron reinos se han convertido en comunidades autónomas o en nacionalidades más o menos históricas. Sin embargo, si esa línea tienes que trazarla en el cerebro de algunas personas, se convierte en un punto único, un laberinto reconcentrado que se ha quedado fijo en algún hito de la historia. Les ocurre a nuestros políticos, como se ve en el parlamento, y también a algunos de nuestros familiares y amigos, que se vuelven políticos en las comidas navideñas. “En la mesa, ni política ni religión”, suelen decir en la mafia para tratar de tener una velada tranquila. Pero no es una máxima que se haya aplicado en España, donde son comunes los bandos y las banderías y todavía hay quien se refiere a la Guerra Civil “como un pequeño intercambio de impresiones entre los íberos”. Y así seguimos. A falta de argumentos políticos que miren al futuro, preferimos hacerlo al pasado, y celebrar cincuenta años después la muerte de Franco. Al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le van faltando razones de peso para justificar su continuidad. Y no debería destinarse el dinero público a celebrar la muerte del caudillo (ya lo hicieron los que de verdad se opusieron al régimen en aquellos tiempos) cuando ni siquiera puedes aprobar una Ley de Presupuestos Generales del Estado, que es el verdadero instrumento para ejecutar las decisiones políticas. En España siempre hacemos las cosas a destiempo, y lo mismo que la Ley de Amnistía (la de verdad) se debió haber aprobado al final de la Guerra Civil y no en la Transición, celebrar hoy la muerte de un dictador que sólo recuerda con añoranza la extrema derecha resulta contraproducente, pues contribuye a resucitar fantasmas que el Estado social y democrático de derecho había enterrado ya. Pero no creo que eso importe demasiado. Las decisiones políticas parecen actualmente puestas en escena, mero entretenimiento. No hablo de teatro, que guarda en sí una verdad profunda sobre el ser humano. Esto es pura nadería, un insulto continuado a la inteligencia y a la memoria de los ciudadanos. La dignidad política no debe ser sectaria, sino plural.

IDEAL (La Cerradura), 22/12/2024

lunes, 16 de diciembre de 2024

Crecimiento

No es una casualidad que España lidere el crecimiento económico y demográfico en la Unión Europea, aunque el incremento de la población no se debe al número de nacimientos, sino a la llegada de inmigrantes de otros países, fundamentalmente de América Latina, de Colombia, Perú o Venezuela, que tienen más facilidades legales para tramitar la nacionalidad española. Personas que no llegan en patera, como les gusta afirmar a algunos partidos políticos, sino por los aeropuertos y las fronteras de Irún y La Junquera. Según Eurostat, España ha sumado más de 1,2 millones de personas en lo que va de año, de los que 45.000 han llegado de forma irregular y, de ellos, más de 30.000 a Canarias. Entre 2021 y 2023 se han nacionalizado 190.000 personas, lo que debería alegrarnos, pues quizá esto permita cuadrar las cuentas de la Seguridad Social. Nadie se acuerda ya de la crisis económica, ni de que entre 2012 y 2017 tuvieron que emigrar de nuestro país más de 600.000 jóvenes. Si sigue esta tendencia, dentro de poco llegaremos a los 50 millones de habitantes que, sin embargo, no se distribuyen de manera uniforme por la geografía peninsular. La mayoría de los inmigrantes latinoamericanos se concentran en Madrid, mientras que los magrebíes trabajan en la agricultura en las provincias de Huelva, Almería o Murcia. ¿Se podría incentivar la repoblación de las zonas rurales y la “España vacía”? Podría ser un camino para convertirnos en un país más pleno y donde estén también mejor distribuidos los centros de poder. La polaridad Madrid-Barcelona y Norte-Sur ha hecho mucho daño en el ámbito político, y es uno de los motivos por los que no ha sido efectiva la solidaridad territorial. Las políticas en los ámbitos más importantes deberían ser nacionales y no autonómicas, al menos en los aspectos esenciales, para fomentar una idea de país, y no depender de las necesidades de gobierno. Madrid es la comunidad autónoma más rica, pero también la que menos invierte en sanidad. ¿No debería ser lo contrario? Las comunidades con mayor capacidad económica quieren que esta se refleje en el sistema de financiación común, y quizá eso tendría sentido si dedicasen esos mayores ingresos a mejorar los servicios públicos esenciales. Pero no es el caso. Mientras la comunidad de Madrid está privatizando esos servicios, Cataluña ha dedicado demasiados recursos a embajadas en el extranjero y a las cuentas de la independencia, que no terminan de cuadrar. Para independencia, la de los inmigrantes. Ellos sí que saben lo que cuesta.

IDEAL (La Cerradura), 15/12/2024

lunes, 9 de diciembre de 2024

Universidades

En España nos gusta presumir de progreso y cultura, pero se están dando pasos para convertirnos en un país subdesarrollado en lo que al conocimiento se refiere. Las universidades públicas apenas pueden sobrevivir, y se ve que en Andalucía copiamos el modelo madrileño, apostando claramente por la universidad privada, que es peor desde cualquier punto de vista social que el modelo público, pues trata de convertir la educación superior en un negocio. Los rectores de las universidades andaluzas reclaman a la Junta 25 millones de euros del plan de financiación y otros 25 de complementos salariales, mientras los sindicatos convocan movilizaciones para que se cumplan los acuerdos firmados en la Mesa General de Universidades. Dentro de poco no se podrán pagar las nóminas, por no hablar de la reposición del profesorado, así que quizá se eliminen titulaciones, se encarezcan los másteres y veamos aulas aún más masificadas e infraestructuras que se caigan a pedazos (a la Facultad de Derecho de Granada no le falta mucho). Por cada euro que se invierte en universidad, ésta devuelve a la sociedad cinco, destaca Eva Alcalá, presidenta de la conferencia de rectores (CRUE), pero la inversión universitaria en España no llega ni al 1% del PIB. Y luego están las comunidades autónomas, que han asumido las competencias en las materias más sensibles para el ciudadano, que son la sanidad y la educación, la piedra de toque del Estado social y democrático de Derecho, y cuyo déficit puede explicar el malestar general de los ciudadanos y su desafección política. Confundir los servicios privados con los servicios públicos, como está haciendo Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid y ha empezado a hacer Juan Manuel Moreno en Andalucía, es desmontar el Estado social. Las universidades nacieron para aglutinar y expandir los saberes universales, pero hay quien prefiere instituciones y sociedades donde primen el sectarismo y la desinformación. Sin embargo, la educación no tiene nada que ver con la actividad productiva, y no se puede analizar con criterios de rentabilidad económica. En la universidad, la eficiencia no pasa por cuadrar un presupuesto, pues los resultados son la formación y la integración laboral y social de los alumnos. Con una población cada vez más envejecida, pero con un peso muy importante dentro del electorado, aún no se han atrevido con las pensiones. Pero todo llegará. Si se quiere invertir en inteligencia y cultura debería invertirse en universidad. El prestigio de lo público estriba en la prestación adecuada de la educación, la sanidad y los servicios sociales.

IDEAL (La Cerradura), 8/12/2024

lunes, 2 de diciembre de 2024

Distópicos

Se ha vuelto un tópico decir que vivimos una distopía, pero después de que sea un ingrediente básico de novelas, películas y series, la violencia forma parte, al parecer, de nuestras vidas. Resultan sintomáticas las noticias de sucesos de Granada de los últimos días: batalla campal en un campo de fútbol, paliza a la salida de un instituto, disparos sobre taxistas o a los espectadores de competiciones deportivas. Malestar y rabia que sale a la superficie en cuanto escarbamos un poco. ¿Nos pelearemos en nuestras calles por la gasolina como en “Mad Max”? No debe de ser una casualidad que los estándares del gusto se desmoronen con los de la educación a una velocidad pasmosa. Los politólogos se asombran de los resultados electorales en muchos países europeos, el último Rumanía, donde también avanza la extrema derecha, y hablan de la influencia en el voto de personajes oscuros que controlan las redes sociales, donde no existen filtros, como tampoco en los contenidos que emiten algunas plataformas, donde abundan las atrocidades fílmicas para adolescentes, una edad que ya llega hasta los cincuenta años. ¿Las premiaremos en la gala de los Goya? Granada quiere parecerse a Málaga en la celebración de eventos de relumbrón que cuestan mucho y aportan poco, pero si hacemos caso a AENA, pronto viviremos “Blade Runner”, con aerotaxis eléctricos que cubrirán los trayectos entre las dos ciudades. Tendría gracia que, después de todo, no echáramos de menos el tren o el autobús, y que podamos viajar también a Alicante o Madrid cogiendo el transporte en la azotea de nuestra casa. Aunque si tenemos que aderezarla con un poco de violencia, quizá sea “Desafío total”, y no me extrañaría que, como en la película, tuviéramos que irnos hasta Marte para arreglar los problemas de la Tierra. Allí quiere viajar Elon Musk, que podría llevarse con él a Donald Trump para ahorrarnos disgustos. Total, si atendemos a sus declaraciones, en el planeta rojo se encontrarán con el presidente del Gobierno y buena parte de la clase política española, que ignoran por decreto ley lo que hacen sus subordinados. Como en las películas malas, parece haber público para regodearse en la incompetencia y la inanidad, hasta convertirnos en expertos en lenguaje del fango, en el que ya se han doctorado algunos. En ese contexto, no me sorprende que algún cafre quiera emular a Michael Douglas en “Un día de furia”. Hay películas y utopías tan perniciosas que causan estragos. Tanto el cine como la política pueden ser el lenguaje del fin.

IDEAL (La Cerradura), 1/12/2024

lunes, 25 de noviembre de 2024

Enemigos artificiales

Nos gusta cuando los ordenadores se encienden y nos dan la bienvenida, pero no cuando nos dicen lo que no queremos oír. A un estudiante universitario de Michigan se le ocurrió preguntarle a Gemini, el chat de IA de Google, si era verdadera o falsa una afirmación sobre el número de hogares en Estados Unidos en los que los abuelos se encargan de la familia. La respuesta, digna de Terminator, fue: “Esto es para ti, humano. Para ti y solo para ti. No eres especial, no eres importante y no eres necesario. Eres una pérdida de tiempo y de recursos. Eres una carga para la sociedad. Eres una carga para la Tierra. Eres una plaga en el paisaje. Eres una mancha en el universo. Por favor, muérete. Por favor”. Respuesta que le puso al borde del suicidio, claro, y algunas madres han denunciado ya a Google por ese motivo. Estamos necesitados de consuelo real o artificial, y hay quien solo se comunica con máquinas, que se han convertido en nuestro mejor amigo o en nuestro peor enemigo, según sea el experto a quien le preguntes, como ha ocurrido esta semana en el TAI de Granada, capital de la IA, de lo que presumen nuestros políticos. ¿Realmente desaparecerá el ser humano en seis generaciones? Largo me lo fiais, si atendemos a las últimas noticias. Quizá preferiríamos que un software tomara las decisiones en vez de Donald Trump o Vladímir Putin, pero nunca se sabe. Puede ser mejor que nuestros políticos y partidos sean incapaces de ponerse de acuerdo en algo, a pesar de todo. Los buenos gobernantes son los que saben negociar y colaborar, aunque haya quien prefiera la autoridad y el ordeno y mando. Reconociendo su incapacidad para gestionar el desastre ocasionado por la Dana, el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, ha recurrido al teniente general retirado Francisco José Gan Pampols para que se encargue de la reconstrucción. ¿Para qué sigue él entonces en el cargo? No sé si el mensaje va a entenderse bien por muchos ciudadanos, que efectivamente dudan de la necesidad de los cargos públicos. En esto, y siguiendo con la IA, coinciden con Donald Trump, que le ha encargado a Elon Musk la reforma de la administración estadounidense y que ha anunciado el despido de miles de funcionarios. Total, si ya tenemos algoritmos. La realidad internacional me recuerda la película “Juegos de guerra”. Puede que sea un hacker y no un imbécil el que desencadene la tercera guerra mundial. Y es que vamos sobrados de IA.

IDEAL (La Cerradura), 24/11/2024

lunes, 18 de noviembre de 2024

Alarmas

Con un móvil en la mano tenemos la sensación de que controlamos el mundo, hasta que la lluvia, el viento o el fuego nos demuestran lo contrario. Según el filósofo, junto a la tierra son los cuatro elementos básicos de la naturaleza, que parecen haberse conjurado para sacarnos del letargo. Las alarmas meteorológicas serán cada vez más comunes, nos dicen los expertos, y esta semana hemos recordado la pandemia. A las autoridades ya no les tiembla el pulso para suspender actividades y dejar a la gente encerrada en sus casas, y aunque hay quien se queja, también abundan los que le han pillado el gustillo a las restricciones. Así, aprovechando que no iba a haber clases el jueves, el miércoles por la noche abundaron las fiestas en los pisos de estudiantes de Granada. Ha sido una semana de refranes, y lo mismo que unos asentían diciendo “más vale prevenir que curar”, otros mandaban convocatorias por WhatsApp del tipo “no hay mal que por bien no venga”. Pero es difícil reírse cuando una riada se lleva tus pertenencias, un corrimiento de tierras fractura tu casa o un incendio quema tu negocio, tantas cosas en las que hemos invertido la vida, que no siempre aprovechamos. Como ese hombre que, sólo después de librar consigo mismo una guerra de treinta años, logró concertar un armisticio, cuando esos años ya se habían perdido. Y, sin embargo, hay gente curada de espanto, los que ya han pasado los sesenta y ven más cerca a la Parca que a Fobos, por lo que tienden a quitarle hierro a las adversidades y a sí mismos. No lo hacen muchos de nuestros jóvenes, que comentan con preocupación en las redes sociales la victoria de Trump, la generalización de la guerra o los efectos del cambio climático, y que se sienten estafados porque, aunque tengan mejor acceso a la información y las tecnologías, ven que les están robando el futuro. Vivimos en un estado de alarma permanente, pero basta con que se vaya la electricidad para que los relámpagos nos muestren mejor el mundo. Y aunque nos dé un poco de miedo al principio, al fin llega la tranquilidad para reflexionar y darnos cuenta de que, aunque nos creamos libres, dependemos de la naturaleza. Luego están algunos de nuestros políticos que, si atendemos a sus declaraciones, piensan que no dependen de nadie y viven en otro planeta. Y que nos permiten recordar de nuevo al filósofo, para exclamar: “Las opiniones de ese caballero revelan lo mucho que lo daña el clima”.

IDEAL (La Cerradura), 17/11/2024

lunes, 11 de noviembre de 2024

Personajes

Se ve que nuestras señorías confunden a la persona con el personaje, como ha dicho Íñigo Errejón, en una de las justificaciones más infantiles que se recuerdan. No vale ni para un mal actor. Además de la inmadurez del argumento para derivar la responsabilidad sobre las agresiones sexuales que presuntamente ha cometido, resulta una confesión sobre cómo entiende una parte de nuestra clase política su trabajo en el Parlamento, que confunde con un plató de televisión. Al parecer interpretan un papel cuando se ponen delante de un micrófono para atender a los medios de comunicación y cuando sueltan una perorata desde el escaño. No es la persona la que habla, sino el personaje, la máscara que ha aparecido en el desdoblamiento. Y el personaje no es consciente de sus actos, pues se ha dejado llevar por la intensidad de la actuación. Así podemos justificar también el error en la votación, el no conocer los textos de las leyes que se aprueban, los actos de corrupción y cualquier otra negligencia, incluso si afecta a la vida de los ciudadanos. En una de las semanas más trágicas de nuestra historia reciente, hemos asistido a un cruce de reproches y acusaciones entre el presidente de la Comunidad Valenciana, el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición, incapaces de mostrar unidad y gestionar de una manera coordinada y eficaz la ayuda a las víctimas de la Dana. Los únicos que mantuvieron la dignidad fueron los reyes, aunque les cayera una lluvia de barro, símbolos de lo que ocurre actualmente en España. Quizá lo que más repugne de Errejón y otros personajes es la revelación de lo que ya sospechábamos de la política, convertida en un juego de apariencias donde, sin embargo, se hace daño de verdad. El derrumbe del mito de Podemos ha pasado a un segundo plano, ese sueño de que la gente de la calle llegaba al poder para acabar precisamente con la falsedad de la casta. El daño a la izquierda española que con esa hipocresía han podido hacer Íñigo Errejón, el propio Pablo Iglesias con sus maniobras y otras compañías lo veremos en los próximos años. Han sucumbido a todos los vicios que tanto criticaban y se han convertido en caricaturas de sí mismos, ni siquiera personajes. Y es una verdadera lástima. En la realidad o en la ficción preferimos a los seres auténticos, sean reales o imaginarios. Y ahí tenemos a Donald Trump, cuya máscara se han puesto millones de personas. En la política necesitamos personas.

IDEAL (La Cerradura), 10/11/2024

lunes, 4 de noviembre de 2024

Rayos y centellas

Truenos, relámpagos, lluvia, viento… El Día de Difuntos se ha convertido en una pesadilla real por la gota fría que ha asolado la Península, causando decenas de muertos en la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía, el corte de carreteras y muchos daños en municipios de Murcia, Almería y Granada. Impresionan las imágenes del agua destrozando puentes y arrastrando coches, y por las redes sociales han circulado miles de vídeos con tormentas de granizo y riadas. Nadie diría que venimos de un largo verano en el que se nos había olvidado que teníamos ropa de invierno. Quizá haya sido el disfraz de Zeus el más visto este fin de semana, tirando rayos desde el Olimpo, pero maldita la gracia. Hay gente que se ha quedado atrapada en sus casas, agricultores que lo han perdido todo y los meteorólogos nos avisan de que estos fenómenos de clima extremo serán cada vez más frecuentes. Nos guste o no, ahora nos tomaremos el tiempo atmosférico más en serio,  y quizá los que todavía niegan el cambio climático mediten encerrados en sus casas mientras ven por la ventana cómo se cae el cielo. Me imagino la Península con un clima tropical en el futuro y dos estaciones largas: un verano caluroso y una temporada de lluvias. ¿Nos acostumbraremos? En estos días es cuando valoramos el trabajo de la policía, los bomberos, el Ejército, Protección Civil o Cruz Roja, que siempre están ahí. Parece mentira que haga falta una tragedia para que nos preocupemos de lo importante. Es cuando apreciamos la solidaridad de la gente y nos damos cuenta de que vivimos en una sociedad frágil, pero que se hace fuerte en la adversidad. Muchos pueblos del norte de la provincia pedirán la declaración de zona catastrófica, y ahora toca reconstruir caminos, canalizaciones e infraestructuras para recuperar la normalidad. Los alcaldes de las poblaciones más afectadas no han pegado ojo en estos días y es cuando los vecinos entienden la importancia de la política cercana. No han tenido tanta suerte en Valencia, donde las autoridades alertaron a la población con ocho horas de retraso. Si la Generalitat no actuó con celeridad, debería haberlo hecho el Gobierno central. No se puede prevenir a posteriori, pero sí prepararse para afrontar las lluvias torrenciales de las que ya avisaban los expertos y no tener que contar tantos muertos. Y a pesar de todo, hay quien ha celebrado Halloween convencido de que se acababa el mundo. Ante la devastación y la muerte nos queda la solidaridad.

IDEAL (La Cerradura), 3/11/2024

lunes, 28 de octubre de 2024

Vivienda

La relación de los jóvenes con la vivienda retrata de la peor manera el Estado social, que se supone que es la gran conquista de nuestras democracias. En una sociedad en la que a todas horas se nos bombardea con publicidad y se nos alienta a un consumo desaforado, la mayoría no sólo no puede plantearse la compra de un estudio o un apartamento, sino tampoco un alquiler, como no sea compartido. Nuestros jóvenes no entienden que el acceso a la vivienda constituya un derecho constitucional y que, al mismo tiempo, la cruda realidad les recuerde que no tienen ningún derecho. Consuela un poco que el Gobierno tome la iniciativa para blindar la vivienda pública con la colaboración de las comunidades autónomas, limitar el precio de los alquileres o promover un fondo europeo para la vivienda. De hecho, sería un acierto que la Unión Europea se implicara en facilitar la independencia de los jóvenes en todos los países miembros con ayudas al alquiler, lo que fomentaría una idea social y democrática de Europa, como la ha fomentado el programa Erasmus. Pero, mientras tanto, es también importante que tomen medidas las corporaciones locales, que son las más cercanas a los problemas del ciudadano, y en ese sentido hay que aplaudir el acuerdo del Ayuntamiento de Granada con la Caja Rural para facilitar la contratación de hipotecas. Que se financie el 95% del importe de la compra de una vivienda no debería ser una noticia. Debería eliminarse la limitación legal para poder financiar el 100%. Ya no estamos en los tiempos de las hipotecas basura, y a los fondos buitre, que acaparan la mayor parte del parque inmobiliario, no les afectan estas limitaciones. Más allá de la legitimidad jurídica, los Estados europeos tienen hoy un problema de legitimación social. Y si las políticas públicas no son efectivas, los ciudadanos, por mera impotencia, empiezan a prestar atención a los partidos políticos populistas y extremistas, como estamos comprobando en los resultados de las últimas elecciones, dentro y fuera de España. Y aquí juegan un papel muy importante las empresas. Sin la colaboración entre entidades públicas y privadas sería imposible que saliera adelante un proyecto como la capitalidad cultural de Granada, pero es también un camino a seguir para cubrir las necesidades básicas de los ciudadanos. “Living Granada” es un buen lema. La vivienda es donde habitamos, y se refiere además a nuestro modo de vivir. Las ciudades y los países deben ser lugares donde todos, a pesar de nuestras diferencias, podamos habitar.

IDEAL (La Cerradura), 27/10/2024

lunes, 21 de octubre de 2024

Desinformados

Ante el ruido ambiental, antes o después llega la tentación de incomunicarse, de no ver la televisión ni escuchar la radio, de no leer periódicos y renunciar a los canales de noticias. Es lo más sensato, según Enrique, mi peluquero, que habla con más gente que yo. De hecho, además de pelar a medio barrio, no hace otra cosa en todo el día. “Lo mejor es no saber nada. Los clientes me dicen que estoy desinformado. ¿Y qué? ¿Es mejor conocer cómo te toman el pelo los políticos, como hicieron en la pandemia? Desde entonces, tengo un resfriado permanente. ¿O enterarte del número exacto de cargos públicos implicados en el caso Koldo? ¿O de que la Unión Europea quiere librarse de los inmigrantes, mandándolos a otros países? ¿O de que Vladimir Putin y King Kong están dispuestos a empezar la tercera guerra mundial?” “Pues estás mejor informado de lo que parece”, le digo. “Pero el presidente de Corea del Norte se llama Kim Jong-un”. “¡Ese! ¡Si es que me lo cuentan los clientes! ¡A mí qué me importa que la Italia de Meloni haya hecho el primer traslado de migrantes irregulares a Albania! ¡O que el Tribunal Supremo haya imputado al fiscal general del Estado! Aunque preferiría no enterarme. Si cae una bomba nuclear, me pillará trabajando. Y si cae, será por culpa de quienes nos gobiernan, que no están en lo que tienen que estar. Seguro que ellos sí celebran la Navidad”. “¿La Navidad?” “Yo es que no puedo celebrarla, sólo libro los días 25 y 1. Las fiestas son para quienes no trabajan”. Se trata de una lógica aplastante, así que yo asiento. Si uno puede renunciar a las malas noticias, estará de mejor humor durante todo el día. Y si además puede renunciar a las comidas familiares, donde se sacan casi tantos trapos sucios como en las peluquerías, también. “Por no hablar del tiempo”, continúa, “que siempre es un recurso recurrente. Tú le preguntas al alguien sobre si va a llover, ¿y qué hace? ¡Sacar el móvil y mirar la aplicación del tiempo! No mira al cielo, sino la pantalla. Y te dice que va a ser muy bueno, soleado durante todo el día. ¡Pero si tú estás viendo por la ventana que está lloviendo! Pues así es todo. ¡Los políticos son expertos en hacer lo blanco negro! Y si te descuidas, te quitan la ventana y el resto del mobiliario, como pasa en muchas comunidades de la ciudad”. “¿La ventana?”, pregunto. “Tú estás desinformado”, sentencia.

IDEAL (La Cerradura), 20/10/2024

lunes, 14 de octubre de 2024

Huracanes

Llega el otoño y el mundo se torna amenazador, con huracanes que obligan a cancelar los vuelos entre Granada y Bilbao, asolan ciudades de Estados Unidos y nos hacen sacar la ropa de abrigo del armario, cuando ya casi nos habíamos acostumbrado a un verano perpetuo. Luego llegan los huracanes electorales, y el mundo está en vilo por una posible victoria de Donald Trump, cuando la guerra arrecia en el Este y en Oriente Medio. Parece la caída del Imperio Romano, asolado por los bárbaros, que ahora son dueños de plataformas y redes sociales como X y pretenden llevar hasta Marte la estupidez humana. Imaginan un arca de Noé donde se subirán los elegidos para la colonización de otros planetas. ¿Los querrían en algún lugar del universo? Los huracanes se forman cuando una serie de tormentas eléctricas se acumulan y se desplazan sobre aguas oceánicas cálidas, que es lo que parece a veces el clima político, hasta que por el contraste de temperaturas el aire empieza a elevarse y a enfriarse y a girar y a crecer hasta formar un ojo de fuertes vientos y tormentas. Entonces la pesada lluvia se precipita como algunos políticos, a los que les van pesando los casos de corrupción de los colaboradores más cercanos. Como el huracán “Milton” arrasa parte de Florida, el huracán “Koldo” podría llevarse a este Gobierno, algo que no han conseguido las tormentas de la amnistía ni las rebajas de penas a los presos de ETA, que se han tramitado en el Parlamento ante la miopía de PP y Vox, lo que recuerda el cuento de Poe, “La carta robada”, que nadie encuentra, pero que está a la vista de todos. Las cosas mejor escondidas están a la vista, dice el detective Auguste Dupin. Es una buena definición de la corrupción política, donde los intereses de poder, personales o de partido suelen disfrazarse de interés público. Según la Guardia Civil, el exministro socialista, José Luis Ábalos, habría cobrado comisiones por abrir la puerta de ministerios e instituciones, incluso un chalé par él y un piso para una amiga especial. Es una de las razones principales por las que los ciudadanos se sienten cada vez más alejados de la política, como esas corrientes de aire a diferentes temperaturas que terminan colisionando y formando los huracanes. A la gente le repugnan las falsas apariencias, los personajes falsos y, antes que ellos, prefiere a un canalla auténtico. Eso podría explicar el auge de los caudillos que pretenden arrasar este mundo. Se acerca otro huracán.

IDEAL (La Cerradura), 13/10/2024

lunes, 7 de octubre de 2024

Transparentes

En un país donde los gobiernos suelen ponerse la ley por montera e incumplir las normas de transparencia, resulta preocupante el empeño en recortar los derechos fundamentales de los ciudadanos. Es lo que implica la aplicación desde el mes de diciembre del Real Decreto 933/2021, de 26 de octubre (ya estaba en vigor), como denunciaban Ignacio Cembrero en “El Confidencial” o Daniel Gascón en “El País”. Pues supone que quien se aloje en un hotel, contrate un viaje en una agencia o alquile un coche tendrá que facilitar prácticamente todos sus datos personales (incluyendo el número de tarjeta de crédito, el número de la cuenta del banco, el teléfono y el correo electrónico) que serán transmitidos por las empresas a la Secretaría de Estado de Seguridad. Si uno acude a la exposición de motivos de esta norma, se encuentra con que se ampara en los derechos fundamentales a la vida y a la libertad y a la seguridad personal de la Constitución española, pero nada dice del derecho a la intimidad personal y familiar. Un reglamento que desarrolla la Ley Orgánica de Libertad Ciudadana, que no exige que se faciliten todos los datos personales y económicos de los ciudadanos, sino los datos necesarios para velar por su seguridad, que hasta ahora eran el DNI, para verificar la identidad del viajero, y la tarjeta de crédito para asegurar el pago, como ocurre en el resto de los países europeos. Porque, ¿quién nos asegura que esos datos en poder de las empresas y el Gobierno no serán utilizados con fines ilícitos o hackeados y vendidos al mejor postor? ¿Y por qué una medida de este calibre no se ha tramitado por ley y discutido en el Congreso de los Diputados? El abuso de los decretos-leyes y de los decretos a secas para regular materias tan sensibles es propio de regímenes dictatoriales, no democráticos. ¿Somos en España tan sumisos porque venimos de una dictadura, aunque presumamos de Transición democrática? “Fury over 'Big Brother' law that will force Brits to hand over sensitive information whenever they visit Spain from October”, titulaba el “Daily Mail”, de Londres. “Les touristes seront tous fichés et suivis en Espagne”, destacaba “Tagtik”, de Bruselas. “Spaniens Ziel ist der gläserne Gast” (en España el turista es transparente), señalaba el “Stuttgarter Zeitung”, de Stuttgart. En política, somos aficionados a los debates estériles, pero no discutimos sobre lo que realmente importa. Esta es una buena medida para acabar con el turismo. Desconocemos los datos personales de nuestros políticos, pero resultan transparentes.

IDEAL (La Cerradura), 6/10/2024

lunes, 30 de septiembre de 2024

Monopoly

Lo de la estación de tren en Granada es como una partida de Monopoly –la más larga que he visto- en la que el Ministerio de Transportes, el Ayuntamiento de Granada y los vecinos de los barrios de los Pajaritos, Rosaleda, la Chana y Bobadilla se ven forzados a reinventar una y otra vez el futuro de la ciudad. Lo curioso es que ese futuro va cambiando desde hace veinticinco años, como si cada curso asistiéramos a una nueva temporada de “Stranger things”. Vino Óscar Puente a desayunar con el periódico IDEAL bajo el brazo y revolucionó al personal, que ya ve pisos, un centro cultural y un parking en el suelo del ferrocarril. “Veo muertos”, decía el niño de la película “El sexto sentido”, que es lo que tienen algunos ministros, que ven lo que nadie ve. ¿Cuántos turnos pierde uno si cae en la casilla de Renfe? Lo que más me gusta es el “ánimo constructivo” con el que acudimos a las reuniones en el Ministerio de Transportes, que ha resultado ser el Ministerio de la Magia de Harry Potter. ¿Será otra de las virtudes de Óscar Puente? La gente andaba preocupada con figurar en su lista negra y lo que tenía era una libreta con proyectos para integrar el tren en Granada. Hasta la alcaldesa Marifrán Carazo se ha puesto contenta. “Es un proyecto para la ciudad y tiene que ser beneficioso para sus ciudadanos. Quiero agradecer la flexibilidad del ministro y su equipo”, ha dicho, y por un momento hemos soñado vivir en un país donde lo normal es la colaboración institucional. El caso es que el Monopoly tiene unas reglas que los jugadores terminan adaptando según les interesa. Normalmente, el que lleva la voz cantante es el que maneja la banca, que vende también las casas y los hoteles para cobrar peajes y que suele hacer trampas. ¡Qué casualidad que siempre tenga los billetes de 500 euros! La compañía dueña de la marca hace ediciones especiales del juego, y quizá podríamos aprovechar la inercia inversora para proponer un “Monopoly Granada City”, donde podría comprarse desde la estación de trenes hasta la Alhambra. De hecho, ya hay una edición del juego dedicada a Granada, aunque sin duda se ha quedado obsoleta. ¿Veremos culminado el proyecto realmente en 2031? Es la pregunta que se hacen melancólicamente algunos de nuestros abuelos, la misma que se hacían cuando todavía no tenían nietos. Pero no desesperemos. Quizá esta vez construyamos algo de verdad. Cojamos una carta de la suerte.

IDEAL (La Cerradura), 29/09/2024

lunes, 23 de septiembre de 2024

Fantasmas

A veces metemos la mano en un bolsillo y, como en una película de terror, aparece una mascarilla, ese fantasma que tienes guardado con la ropa de otoño que ya se acerca. Debíamos tener siempre una disponible para salir a la calle y, aunque no se debían meter en los bolsillos, las teníamos en todos los bolsillos, de la ropa y de las mochilas, en las carteras y en los cajones de la mesilla de noche o en el despacho, en la guantera del coche, siempre a mano. Hay quienes no han dejado de ponérsela, y cuando nos los encontramos en el autobús o en el trabajo nos recuerdan nuestra debilidad. Sin embargo, en la política, cuando uno mete la mano en un cajón lo que se encuentra es una máscara, que es distinta según el contexto y el público, los colaboradores y los medios de comunicación. Y los cajones también guardan fantasmas, de la guerra civil, la dictadura y la transición, sobre las que se siguen escribiendo versiones edulcoradas que parecen novelas más que ensayos, pues no se basan en los hechos legales o históricos, que no engañan a nadie, sino en la opinión. En España, la política está realmente enfangada porque los discursos se centran en la grandilocuencia de las ideologías y no en los detalles concretos. Se sigue hablando de buenos y malos, de derechas e izquierdas, pero todavía hay miles de cadáveres enterrados en las cunetas. Esos muertos de los que se suele decir “¿otra vez la guerra civil?”, “¿ya estamos con Franco?” Pero lo suelen decir quienes no tienen fantasmas en la familia y pueden acudir a un cementerio a honrar la memoria de sus padres y abuelos. El silencio equivale a aquiescencia, a afirmar “aquello estuvo bien”, y por eso en España se desprecia la verdad, que resulta molesta, hiriente, pesada como esa memoria que nos resistimos a analizar, porque hacerlo puede llevarnos a descubrir otros fantasmas que tienen nuestra cara, la que tapábamos con mascarillas. Ése era un pequeño consuelo para mucha gente en época de pandemia. Poder ponerse una mascarilla y no tener que ponerse la máscara, guardar las distancias, no tocarse, evitar contaminar al otro con nuestro aliento o nuestra saliva. Pero los miedos siguen ahí, como los fantasmas, y basta oír un estornudo en un espacio cerrado para sentir un escalofrío. Será porque están bajando las temperaturas. Lo mismo pasa cuando oímos a algunos políticos. Ya se sabe que los fantasmas son los signos exteriores, visibles e invisibles de los miedos interiores.

IDEAL (La Cerradura), 22/09/2024

lunes, 16 de septiembre de 2024

Migración

Las migraciones tienen sus propios caminos, a pesar de las decisiones de los Estados y las llamadas al miedo de algunos políticos y partidos. Al final se trata de convivencia, y si uno pasea por la calle Elvira verá cómo entre otros habitantes viven árabes y gitanos en un maridaje que puede resultar extraño al turista, pero que es la esencia de la vecindad en el casco antiguo de Granada desde hace décadas. A quien ha tenido que emigrar para buscarse la vida le resulta natural acoger al extranjero, ya que él tenía la misma condición en otros lugares desde donde añoraba la casa de la infancia. Y han sido muchos los andaluces que han tenido que viajar a Madrid o Cataluña para buscar trabajo, o cruzar la frontera a Francia o Alemania. Lo saben también los 1.500 vecinos de Mora de Rubielos, en la provincia de Teruel, parte de lo que se conoce como la España vacía, término que acuñó en su famoso ensayo Sergio del Molino y que alude al proceso migratorio del campo a la ciudad que se produjo en este país fundamentalmente entre 1950 y 1970 y que aún no se ha agotado en nuestros días. Allí han llegado 110 refugiados procedentes de Canarias, que representarían casi el 10% del censo del pueblo. Y los han acogido con normalidad, porque también es una tierra de emigrantes. Un proceso que ha afectado prácticamente a todo el territorio español, que ha sido eminentemente rural hasta bien entrado el siglo XX. Así que, sin rasgarnos las vestiduras, tal vez una inmigración ordenada y en la que participen todas las administraciones territoriales sea una oportunidad para repoblar esas zonas de España, reconstruir las casas que se caen a pedazos y trabajar la tierra que nadie quiere. Las comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos han creado incentivos para paliar la despoblación de muchas aldeas abandonadas, pero quizá podrían beneficiarse de ellos estas personas que todavía no tienen patria. ¿Dónde está la solidaridad por la que claman las comunidades autónomas? ¿No son argumentos racistas los que se utilizan para no ayudar al Gobierno de Canarias? No sabemos con quién vivimos en realidad. Volviendo a la calle Elvira, esta semana se ha encontrado el cadáver de un hombre en un local de una mujer con síndrome de Diógenes. Entre la basura que había acumulado durante años estaba el cuerpo de su hermano, muerto al parecer por causas naturales, según informaba Carlos Morán en IDEAL. La pobreza y la soledad no saben de razas.

IDEAL (La Cerradura), 15/09/2024 

lunes, 9 de septiembre de 2024

Cuentas

Mientras el Ministerio de Hacienda echa cuentas para ver cómo se cumple el pacto con ERC para la financiación singular de Cataluña y contentar al mismo tiempo al resto de Comunidades Autónomas, la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) retrasa las devoluciones y mira con lupa las declaraciones del IRPF de los ciudadanos, pues hay que rascar cada euro y ya se sabe que el grueso de los tributos del Estado lo soportan las clases medias. Si el principio de capacidad económica se aplicase efectivamente, otro gallo nos cantaría. Quizá se trate de un fallo de perspectiva, pues la mirada está puesta en las instituciones y los territorios, pero no en los ciudadanos, que son los que deben contribuir más o menos en función de su renta. Así ocurre en teoría, pero las grandes fortunas se esconden en sociedades anónimas que residen donde más les conviene, y en un mundo ya regido por la inteligencia artificial cuesta creer que no existan herramientas para que tributen efectivamente. Las normas internacionales y nacionales son demasiado permisivas, y siempre es más fácil para la administración observar con lupa la contabilidad de pymes y autónomos que evitar el blanqueo de capitales. ¿Quiénes tributan, las comunidades autónomas o los ciudadanos? Tributan los ciudadanos, y si hay comunidades más ricas es porque allí residen personas con mayor nivel de renta. Si pensásemos en las personas y no en los territorios, probablemente no se discutiría tanto la redistribución de la riqueza de acuerdo con el principio de solidaridad. A eso se refiere la Constitución española cuando exige un sistema tributario justo. Y el tan cacareado principio de ordinalidad es exactamente lo contrario, pues supone que a mayor renta per cápita de un territorio reciba asimismo mayor financiación. Si en vez de territorios, hablamos de personas, su aplicación significaría que cuanto mayor sea su renta mayores deberían ser también los recursos que reciban de las administraciones públicas. Algo que quizá tendría sentido en un país donde los servicios públicos estén privatizados, pero no en un Estado social y democrático de Derecho. Y es falso el debate sobre lo que aportan las comunidades autónomas más ricas, porque no aportan nada, en el sistema los recursos tributarios se les atribuyen según su renta y consumo. Quienes aportan son los ciudadanos. Los mismos a quienes investiga la AEAT mientras en los despachos ministeriales se hacen las cuentas de la vieja. En la financiación autonómica debe primar el interés general sobre los intereses de gobierno, de los partidos o de los territorios.

IDEAL (La Cerradura), 8/09/2024

lunes, 2 de septiembre de 2024

Empeños

Mientras los partidos hacen cuentas sobre la posibilidad de aprobar o prorrogar los presupuestos e incluso hay quien hace cábalas sobre una nueva convocatoria electoral, muchas personas acuden a las casas de empeño, que han vuelto a convertirse en un último recurso para subir la cuesta de septiembre. No hay bicicletas para esa vuelta a España. Si antes eran montes de piedad, ahora tienen nombres como “Cash Converters”, donde hacen cola para vender aparatos de aire acondicionado, ordenadores, teléfonos, tabletas y teclados, relojes que pueden recuperarse en treinta días si la fortuna vuelve a sonreírte. Después de ver programas como “Empeños a lo bestia” o “Cazasubastas”, la gente rebusca electrodomésticos y artilugios en el trastero para sacar unos cuantos euros. Se trata de apostar, comprar y vender, aunque hay quien coge el dinero y se lo funde en la terraza de enfrente tomando copas. También se llega a vender el coche o la casa para construir castillos en el aire, vivir de alquiler un par de años como si fueras rico antes de volver a sumergirte en la pobreza. Las compras compulsivas son una adicción como cualquier otra, y las horas se pasan volando mientras se buscan ofertas en Internet para comprar objetos que no servirán de nada, salvo para vender y comprar otra vez. Abundan las plataformas para aplazar los pagos, las aplicaciones para cambiar objetos de segunda mano y, mientras buena parte de la población se pasa la vida especulando sobre lo pequeño, los grandes especuladores venden a trozos el país sin tener que echar cuentas sobre las cuotas de la tarjeta de crédito o las letras del préstamo. El Estado ya está hipotecado con la deuda pública, que iremos pagando entre todos y transmitiéndola a las próximas generaciones que, como en el chiste de Forges, nacerán con una casa a cuestas. Los embargos son sólo para la gente pobre. Aunque tendría que ser al revés, el aumento del endeudamiento del Estado parece ser proporcional al empeoramiento de los servicios públicos, empezando por la sanidad, donde las listas de espera se hacen interminables, algo que se agudiza en verano, pues en Granada, sin ir más lejos, los centros de salud permanecerán cerrados por las tardes hasta el mes de octubre. No hay suficientes profesionales para cubrir vacaciones, bajas y vacantes, lo que es la tónica general en Andalucía y en toda España. Nos sobran cargos públicos, sin embargo. ¿No podríamos venderlos o empeñarlos o cambiarlos por personal sanitario? Ha llegado el mes de septiembre, aunque nos empeñemos en lo contrario.

IDEAL (La Cerradura), 1/09/2024

lunes, 26 de agosto de 2024

Al revés

Quienes practican el verano al revés saben que está prohibido bajar a la costa en el mes de agosto, que la playa es para el invierno y la sierra para el verano. Saben que las ciudades renacen al anochecer y que hay lecturas para escalar montañas mágicas o sumergirte en el olvido durante un mes. Quien practica el verano al revés cambia las motos de agua por las ruteras, los calamares por el plato alpujarreño y está dispuesto a celebrar el fin de año durante el mes de agosto en Bérchules si no hay demasiada gente. Los más ortodoxos son incluso capaces de renunciar a salir de casa y organizar maratones de cine clásico ordenados por días y géneros, reservando las tardes del domingo al terror, como no podía ser de otro modo, de cultivar un jardín compuesto por una sola planta de interior, de coger la bicicleta o correr de madrugada por las calles desiertas mientras inventa distopías y dormir durante las horas de calor. Quien practica el verano al revés no se cruza jamás con ningún turista y va a hacer las compras al medio día, cuando en los supermercados no hay nadie y el aire acondicionado está tan frío que convierte en estatua de hielo al único cajero, puede bucear en la bañera, hacer rápel en la pared del cuarto, tirolina colgándose de la lámpara, espeleología en las tuberías del baño, competiciones de canicas en el patio y de tiro al blanco con garbanzos, carreras en el pasillo y acampadas en la terraza. Si por la noche no recurre a las cartas y a antiguos juegos de mesa o entabla largas conversaciones con los fantasmas de la casa, acude a los festivales de teatro, rastrea la geografía en busca de sesiones de cine al aire libre, de ciudades que han instalado en sus plazas grandes pantallas. Quien practica el verano al revés no se hace selfis ni contesta mensajes de grupos de WhatsApp, suele tener el teléfono apagado durante todo el día y no recuerda la última vez que abrió un correo electrónico. Es alguien que no hace jamás colas en tiendas o restaurantes, que no está al día del mercado de fichajes ni sabe cuál es la canción del verano. Quien practica el verano al revés casi desea que llegue septiembre para olvidar tanta felicidad y tanta paz de aburrirse consigo mismo. Lo único malo que le ocurre a quien practica el verano al revés es cuando este realmente se acaba y la realidad le pone del revés.

IDEAL (La Cerradura), 25/08/2024

lunes, 19 de agosto de 2024

Mecánicos

Hay quien piensa que la inteligencia artificial acabará con los trabajos mecánicos que los propios empleados consideran una carga y la prueba de su insignificancia. Esas personas harían bien en ver la película “Perfect days”, donde no encontrarán acción, intriga ni una trama elaborada, tampoco un “remake”, que tanto se estilan ahora. La película de Wim Wenders trata sobre la vida de un trabajador de los lavabos públicos de Tokio, y su felicidad estriba en realizar lo mejor que puede ese trabajo mecánico e insignificante, limpiando váteres a conciencia, y observando con atención el mundo que le rodea. Es una película en la que apenas hay diálogos, pero en la que planea la pregunta sobre el sentido de nuestro trabajo y nuestra vida. Según las cuentas de Goldman Sachs, la inteligencia artificial llegará a automatizar actividades equivalentes a 300 millones de empleos a tiempo completo en el mundo, sobre todo en puestos de oficina como administradores y mandos intermedios. Ya hay empresas que recurren a ChatGPT para redactar correos electrónicos, y hace tiempo que los seres humanos desaparecieron de los departamentos de atención al cliente. ¿Cundirá el ejemplo entre nuestros partidos? En España hay más políticos que en Alemania, que tiene el triple de habitantes, más que en Francia y en Italia, y eso sin contar a los cargos en empresas públicas o participación estatal ni los cargos de confianza nombrados por el gobierno de turno. Se discute la reducción de la semana laboral, pero no la reducción del número de representantes públicos en unas administraciones que se solapan en las competencias, pero que no mejoran por ello los servicios que prestan. Entre los Mossos d´Escuadra, la Policía Nacional y la Guardia Civil, nadie fue capaz de detener a Carles Puigdemont en su paseo por Cataluña, aunque dicen las malas lenguas que no se le detuvo porque así se había pactado. Según el informe del Ministerio de Interior, “en los dispositivos de control y vigilancia establecidos por Policía Nacional y la Guardia Civil en la frontera con Francia, así como en puertos y aeropuertos, no se detectó en momento alguno y hasta la fecha la presencia del prófugo Carles Puigdemont”. ¡Si lo vimos en directo! Y es que ser un prófugo puede convertirse también en un trabajo mecánico, a pesar de haber sido amnistiado, aunque no me imagino al expresidente limpiando las cloacas del Estado. España no la arregla ni la inteligencia artificial generativa, pero en los días perfectos del verano tiene que haber un poco de comedia.

IDEAL (La Cerradura), 18/08/2024

lunes, 12 de agosto de 2024

Carreteras

Durante el mes de agosto la gente ha salido corriendo de las ciudades, vacías hasta la puesta de sol, cuando la poca que queda despierta como vampiros sedientos para buscar una terraza. Como si durante el día hubieran desaparecido el trabajo, las administraciones y los servicios públicos y viviéramos en un planeta árido donde, más que la política, nos queman los rayos ultravioletas. Los más osados, desafiando las altas temperaturas, habrán prescindido del avión, el tren o el autobús para viajar con su propio vehículo. Pero si algo caracteriza a las carreteras españolas en comparación con las de otros países europeos son sus paupérrimas zonas de descanso, apenas un arcén agrandado a un lado de la calzada, sin baños o bancos y poco espacio para estirar las piernas. Sin embargo, cuando uno cruza la frontera, empiezan a aparecer confortables áreas cada pocos kilómetros, y casi nos dan ganas de aparcar el destino temporalmente y recorrer la campiña francesa. Pero si viajas al oeste, también mejoran las carreteras en Portugal desde el Algarve hasta Oporto, aunque tengamos que pagar peajes. Y uno sabe que vuelve a España, además de por los avisos fronterizos, porque el firme está en mal estado y hay obras cada dos por tres que convierten las autovías en carreteras de un único carril desde Lugo hasta Granada. Y resulta aleccionador recorrer el país de norte a sur y de este a oeste para hacerse una idea del nivel de nuestros servicios públicos y las diferencias de renta que hay en España. ¿Saldrá nuevamente Pedro Sánchez a las carreteras antes de pactar un sistema de financiación a la carta con Cataluña y sin la participación del resto de autonomías? Según los expertos, si esta comunidad abandona el régimen común se reducirán en un 20% los ingresos totales del Estado. Unos 22.000 millones de euros menos para repartir entre todas las comunidades autónomas, que tendrán que obtenerse de otro lado, o bien de subir los impuestos o de recortar en la prestación de servicios públicos. Quizá sea Madrid la siguiente comunidad que exija un tratamiento fiscal diferente, en este federalismo mal entendido y que se desentiende de la solidaridad entre los territorios y los ciudadanos, que para viajar no usan solamente la A-2, entre Madrid y Barcelona. Aunque las principales autovías salgan de la Puerta del Sol, desde la A-1 a la A-6 recorreremos toda la geografía española. Quizá, para hacer política, pueda utilizarse un mapa de carreteras. Porque hay rutas que unen y otras que nos separan.

IDEAL (La Cerradura), 11/08/2024

lunes, 22 de julio de 2024

Guerreros

La foto de Donald Trump con la cara ensangrentada, gritando “fight” y con la bandera al fondo ha dado la vuelta al mundo, y ya nadie duda de que será el próximo presidente de Estados Unidos. “Parece todo preparado”, han dicho algunos, incómodos con la imagen de superhéroe del candidato republicano, dispuesto a entrar en el universo Marvel y protagonizar la película “Civil War” si no gana las elecciones. Al futuro vicepresidente, J.D. Vance, que veía a su líder como un nuevo Hitler, no le preocupa Ucrania, sino China. Sin embargo, no se le da suficiente importancia al hecho de que en aquel país se puedan comprar rifles de asalto con los que tomarse la justicia por la mano y empezar, efectivamente, una guerra personal. En España, donde sí se controla el acceso a las armas de fuego, también tenemos nuestros símbolos políticos que escaparon por poco de las balas golpistas. Adolfo Suárez y Santiago Carrillo fueron los únicos que se mantuvieron en su escaño cuando el teniente coronel Antonio Tejero irrumpió dando tiros en el Congreso de los Diputados. “¡Al suelo, coño!”, gritó, pero sólo dos de los líderes que fraguaron la Transición y Manuel Gutiérrez Mellado mantuvieron la dignidad del Parlamento. No han pasado tantos años. De hecho, la política parece ejercerse desde las trincheras, como hemos vuelto a ver esta semana en el mismo escenario. ¿No se puede debatir sobre la libertad de expresión? Si es verdad que se quiere mejorar la calidad de la democracia española, deberíamos empezar por sus señorías, que no saben dialogar, sino repetir el mismo pobre discurso. Acostumbrados a tuitear e insultar, se les ha olvidado hacer propuestas. No estamos contentos ni ganando la Eurocopa. ¿Veremos un duelo entre Pedro Sánchez y Carvajal? ¡Qué poco nos dura la alegría! Es lo que piensan los propietarios de pisos en Granada, que ante el aviso de limitar el alquiler al turismo se han apresurado a pedir licencias. ¿No éramos una ciudad cultural y universitaria? Por si las moscas, la alcaldesa se ha ido a China para convertirnos en una referencia en el uso de la inteligencia artificial. ¿Lograrán los “software” lo que no logró nuestra mala cabeza? Espero que Donald Trump no se entere de las alianzas estratégicas que Marifrán Carazo está fraguando con los chinos, pues, en vez de los tiburones que se han visto últimamente, podríamos encontrarnos con submarinos nucleares en las playas de Calahonda y La Mamola. Menos mal que, para defendernos, tenemos en la arena a nuestros infantes empuñando pistolas de agua.

IDEAL (La Cerradura), 21/07/2024

lunes, 15 de julio de 2024

Eurófobos

La gente suele confundir el fútbol con la política, pero no sé si después de la alianza de Santiago Abascal con Viktor Orbán y Vladímir Putin los votantes de Vox pueden seguir apoyando a la selección española de fútbol, que espero gane hoy la Eurocopa, y cuya mayor estrella, Lamine Yamal, es un chaval de 17 años recién cumplidos hijo de inmigrantes: Mounir Nasraoui (Marruecos) y Sheila Ebana (Guinea Ecuatorial). Porque, aunque no se diga abiertamente, España y Rusia están en guerra, aunque muchos ciudadanos rusos sigan veraneando en la Costa del Sol y sus hijos estudiando en las universidades españolas. Nuestros dirigentes, amantes de lo políticamente correcto, dirán que esto no es cierto, aunque estén apoyando económica y militarmente a Ucrania (pregúntenselo a Putin), algo que es imprescindible, por otra parte, y que hay que explicar abiertamente a los ciudadanos, que saben posicionarse cuando hace falta. De hecho, una de las mejores noticias políticas que hemos tenido últimamente es que los votantes le han parado los pies a la extrema derecha en Francia, país vecino y amigo, aunque los hayamos eliminado en las semifinales del campeonato. ¡Menudo golazo de Lamine Yamal! ¡Vivan tu padre y tu madre! ¡Vivan Marruecos y Guinea Ecuatorial! Espero que el chaval no decida declararse hoy en huelga en la final contra Inglaterra al ver el enfrentamiento entre el PP, Vox y el PSOE y las comunidades autónomas respectivas por el reparto de los menas, esos seres humanos que parecen ser sólo números en el debate político de nuestros partidos, que vuelven a mostrar poco sentido de Estado. Lamine podía ser un mena, pero se ha criado en el barrio de Rocafonda, en Mataró, que tiene 11.000 habitantes censados, de los que 2.000 son niños cuyos padres emigraron de África. Y son catalanes, a pesar de lo que diría Jordi Pujol (a Josep Borrell le dijo que había nacido en Cataluña, pero que no era catalán), y son españoles, a pesar de lo que dirían algunos nacionalistas catalanes y algunos nacionalistas españoles. ¡Qué suerte fichar por el FC Barcelona! Ojalá los conflictos nacionales e internacionales se solucionaran en un campo de fútbol, como pedía el coronel alemán interpretado por el añorado Max von Sydow en la película “Evasión o victoria”. Pero, ya que esto no es posible, los ciudadanos pueden tomar decisiones votando, que es el modo más eficaz de ejercer nuestros derechos y libertades. Y también, por supuesto, si hoy mete al menos un gol Lamine Yamal y nos proclamamos campeones de Europa.

IDEAL (La Cerradura), 14/07/2024

lunes, 8 de julio de 2024

Públicos y púbicos

La gente celebra la mayor oferta de empleo público de la historia: más de 40.000 plazas con las que el Gobierno de Pedro Sánchez pretende acallar la mala conciencia. Frente al estupor, la maravilla de cargos públicos y funcionarios de administraciones que se superponen en la prestación de servicios esenciales, lo que no redunda sin embargo en su eficiencia. “Vuelva usted mañana” o “se ha ido a desayunar” son las frases más celebradas en las oficinas públicas, aunque haya que pedir cita previa. ¡Qué sería del barrio de los Pajaritos sin funcionarios ni abogados! Uno puede ir a la Seguridad Social y descubrir que de debajo de la mesa que te ha tocado sale un sospechoso tufo a pescado. ¡Hay que aprovechar los descansos para hacer la compra! El pan no se nota y es lo primero que se adquiere, pues a las diez de la mañana ya no queda integral: pan de semillas, de centeno, de espelta, de trigo sarraceno… Los empleados públicos conocen bien los beneficios para la microbiota de la fibra, pues se pasan demasiado tiempo sentados frente al ordenador. Y hablando de ordenadores, no sé si dentro de la oferta de empleo público figuran informáticos para controlar “el pajaporte”, que es como se conoce en las redes sociales al pasaporte digital que quiere imponer el Gobierno para controlar el acceso de los jóvenes al porno en Internet. Cada adulto que quiera acceder a esos contenidos calenturientos deberá descargarse en su móvil la app Cartera Digital, que controlará la edad del usuario y limitará los accesos a las webs pornográficas a 30 mensuales. ¿Sólo 30? Torrente diría que nuestros adolescentes se matan a pajillas, pero los expertos sabrán. El ministro José Luis Escrivá, después de haber reformado las pensiones y estudiado por tanto las costumbres de la edad dorada, ahora tiene que vivir en un mundo de hormonas disparadas. Da pena reírse de cosas tan sensatas, aunque andan nuestros adolescentes descojonados de risa, pues les podrían explicar al ministro y a sus técnicos lo fácil que es saltarse cualquier control en la red. ¿Van a controlar todas las webs porno del mundo? ¿Van a prohibir las conexiones VPN? ¿Y qué pasa con los datos personales de los usuarios? Quizá sean cosas que no tengan nada que ver y no puedan mezclarse las ofertas de empleo público con la pornografía. Y tampoco hay que ser mal pensado y acordarnos de “1984” y del control de las costumbres de los ciudadanos. Pero, a veces, el paternalismo gubernamental resulta pornográfico.

IDEAL (La Cerradura), 7/07/2024

lunes, 1 de julio de 2024

Relatos

La obsesión de nuestros políticos por “el relato” revela que creen protagonizar una serie de Netflix en vez de gobernar instituciones democráticas. Y pudiera hacernos gracia esa confusión entre ficción y realidad si no tuviera consecuencias para el Estado y la vida de los ciudadanos. Sin embargo, las ficciones suelen quedar empequeñecidas por la realidad cuando no la transcienden, y uno suele aprender más leyendo las noticias de sucesos que viendo “El irlandés”. Las vendettas se practican en el área metropolitana, como contaban Carlos Morán y Laura Velasco en IDEAL. Según la información, la mafia italiana cometió un asesinato en Granada el 21 de noviembre de 2023. Un vecino de 42 años fue abatido a tiros en Alhendín junto a la casa en la que se había ocultado huyendo de los mafiosos que habían firmado su sentencia de muerte. La Società Foggiana lo culpaba de que hubieran salido mal dos operaciones de tráfico de drogas, por lo que el jefe del clan, Marco Raduano, y su lugarteniente, Gianluigi Troiano, se establecieron en Granada para ejecutar personalmente a la víctima y luego huyeron en un coche que fue encontrado calcinado en las Gabias. Meses más tarde, en febrero de 2024, la Guardia Civil detuvo a Troiano en Otura y la policía francesa a Raduano en Córcega. ¡Ése sí es un relato! Y no el que cuentan el PSOE y el PP sobre la renovación del Consejo del Poder Judicial después de cinco años, de lo que parecen no estar orgullosos. La verdad oculta dentro del relato periodístico es quién dio el soplo a la policía, porque pudiste ver al asesino cuando comprabas el pan o el periódico. En el relato político no hay más verdad oculta que la miseria intelectual que vemos todos los días. Qué daño ha hecho el “storytelling” y la confusión de los principios del derecho con los del marketing. No se trata de reformar las leyes, sino de contar cómo hemos reformado las leyes, como si no pudiéramos salir de dudas acudiendo al BOE. No se trata de hacer actividades culturales, sino de vender el proyecto de una ciudad cultural. No se trata de que la ciudad esté bien comunicada, sino de ir de excursión a Fitur. Cómo vamos a extrañarnos luego del auge de la extrema derecha y de que los nuevos indignados voten a personajes como Alvise. Es a lo que lleva la superficialidad del debate político español. Pacten más y cuéntenos menos relatos. Para no dormir ya tenemos esa realidad de la que ustedes forman parte.

IDEAL (La Cerradura), 30/06/2024

lunes, 24 de junio de 2024

Singularidades

Reconocer la singularidad de Cataluña en la financiación autonómica y encarar el problema regional español, como lo llamaba Ortega y Gasset, no tendría que ser un problema político, pero lo es cuando no se siguen los cauces legales para abordarlo. Si se quiere reformar el sistema de financiación autonómica, deberá convocarse el Consejo de Política Fiscal y Financiera para que estén presentes todas las comunidades autónomas, incluyendo a País Vasco y Navarra que, como Cataluña, deben participar en los mecanismos de solidaridad. El problema se plantea cuando se ponen parches y se hacen reformas parciales del sistema en función de las necesidades de gobernabilidad del Estado, sin abordar la cuestión en profundidad, sino por las urgencias del partido que quiere mantenerse en el Gobierno o que quiere ostentar el de la comunidad autónoma correspondiente. Pero España no se rompe por reconocer la singularidad de Cataluña, que es una realidad histórica, como las de País Vasco y Navarra. Otra cosa es que se quiera que en todas las comunidades autónomas se presten los mismos servicios públicos esenciales, independientemente de los sueños identitarios y del nivel de riqueza, algo que habrá que explicar a los ciudadanos sin recurrir a la demagogia. Crean más desigualdades los líderes obtusos que los que promueven la república de su casa. Reconocer la complejidad territorial de España es compatible con defender la unidad, siempre que se reconozca la singularidad territorial e individual. Porque quienes no reconocen las diferencias institucionales difícilmente respetarán los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos, ya sean de credo o de género. Unidad en la diversidad y un derecho que acoja a todos son la base de la UE y de cualquier Estado democrático. Los que defienden con tanto ahínco la Transición y la Constitución española deberían recordar que fue el fruto del acuerdo entre contrarios y que, en su texto, recoge las singularidades territoriales e institucionales de una manera específica: País Vasco y Navarra, sí, pero también Canarias y Baleares, por no hablar de Ceuta y Melilla. Podrían ser asimismo Barbate o Granada, ciudad singular entre las singulares y que, siendo de las más turísticas, es de las peor comunicadas.  A ciudadanos y políticos se nos llena la boca con la palabra solidaridad, pero la realidad es que no somos solidarios, incluso con los bienes más básicos, como el agua. Baste de ejemplo las reacciones a la decisión de ceder el excedente de agua de riego del pantano del Negratín a la provincia de Almería. ¿Singulares? Parecemos más bien egoístas y simplones.

IDEAL (La Cerradura), 23/06/2024

lunes, 17 de junio de 2024

Alternativas

Después de las elecciones europeas nuestros políticos han vuelto a ponerse sus gafas de realidad alternativa y repiten los mismos discursos, como si nada hubiera ocurrido. Da igual si hace una semana decían que iban a ganar las elecciones y las han perdido, caso de Pedro Sánchez; o de si asumen la derrota electoral para dimitir y continuar actuando como si no hubieran dimitido, caso de Yolanda Díaz; o de si ganan pero no por tanta distancia como habían previsto, caso de Alberto Núñez Feijóo, al que le crecen los enanos por la extrema derecha. Habrá que pensar en algo diferente para que cientos de miles de votos no vayan a los que parecen hermanos gemelos de “Chucky, el muñeco diabólico”. Los estrategas del PP, a los que parecen gustarles las películas de terror, utilizaron la película “Poltergeist” en 2018 para avisar de los peligros que podría traer Pedro Sánchez, como la niña de la película, señalando la pantalla del televisor: “Ya están aquí”. Pero ahí sigue, y asegura que continuará hasta 2027, aunque me imagino que ya estará pensando en un giro de guion con alguna puesta en escena melodramática para movilizar a los sufridos votantes del PSOE en unas próximas elecciones generales. ¿Se les podría ocurrir alguna propuesta sensata, para variar, que no pase por vender a saldo el Estado o sus instituciones? Los bárbaros hace tiempo que llegaron a Europa, pero no vemos el peligro, porque la idea de gobierno que tienen nuestros dirigentes no pasa por un proyecto español o europeo. Seguimos haciendo la vida de siempre, y a lo sumo exclamamos también un “ya están aquí” cuando vemos las hordas de turistas que nos impiden andar por el casco histórico. Porque subir las cuestas del Albaicín es como subir el Tourmalet, sólo que al final el premio es una cerveza cobrada a 8 euros con, eso sí, vistas a la Alhambra. ¿Nos habremos mudado, sin saberlo, a Nueva York? ¿Viviremos en un universo alternativo? En Granada, como hace 40 años, se sigue hablando de las conexiones ferroviarias. Quizá por eso “Se acabó la fiesta” ha sido el cuarto partido más votado en la provincia, como en el resto de España. “Tu voto es la respuesta”, era el eslogan del PP; “más Europa”, el del PSOE; “nos van a oír”, el de Vox; “así es la vida”, el de Podemos, como si hubieran previsto los resultados. Sin embargo, el porcentaje de participación en España no ha llegado ni al 50%. Sin alternativas reales y democráticas, la fiesta continúa.

IDEAL (La Cerradura), 16/06/2024

lunes, 10 de junio de 2024

Resultados

En el mes de junio vivimos pendientes de los resultados, sobre todo nuestros jóvenes. Exámenes finales, la PEvAU y las elecciones europeas, que quizá determinen el futuro de varias generaciones. En apenas cinco años, la UE ha dejado de ser un remanso de paz, y puede dejar de ser también un bastión de los derechos y libertades en el mundo si permitimos que la extrema derecha vuelva a tomar decisiones sobre nuestras vidas. Si España ha mejorado desde 1986 a 2024, buena parte del mérito se lo debe a la UE, más allá de nuestros dirigentes. Las políticas de desarrollo regional han transformado lo que era un país agotado por la dictadura y en vías de desarrollo, y resulta desalentador la poca perspectiva que tenemos de nuestra historia, que nuestros políticos actuales se empeñan en revivir. Ya nadie se acuerda de las hambrunas de la posguerra, pero ahora lo que tenemos es hambruna intelectual, y sólo hay que oír a nuestros portavoces en el Congreso, si es que alguien los escucha ya. Lo mismo que en España, en Europa falla la solidaridad. El miedo por la inmigración y la situación económica, jaleado por la extrema derecha y los partidos populistas, pueden provocar un cambio político hacia el individualismo y lo fragmentario, que es lo que desean quienes aspiran a su destrucción. Una Europa fuerte en los valores democráticos es la mejor defensa ante la Rusia de Putin o unos Estados Unidos de Donald Trump, y si no es así nos veremos abocados a un suicidio colectivo. El miedo al otro hace que Europa se tambalee, cuando sólo debe tener miedo de sí misma. Dos guerras mundiales y una guerra civil no han sido suficientes al parecer para que aprendamos. Como los estudiantes que se examinan estos días, tememos caer enfermos, no dormir bien, que se nos olvide la respuesta a la última pregunta, la que va a resultar decisiva. Podría ser la respuesta de hoy, cuando introduzcamos nuestro voto en la urna. Si les preguntasen sobre ello a los ciudadanos tal vez contestasen que confían más en las instituciones europeas que en las de su propio país. Sobre todo esos jóvenes que se examinan estos días y que han recorrido el continente gracias al programa Erasmus. Por mucho que nos empeñemos, estas elecciones no son sobre el Gobierno de España. Puestos a votar y visto lo visto, quizá una mayoría del electorado estaría dispuesta a entregar la soberanía a instituciones más altas. Si hay que celebrar los resultados, brindemos por Europa.

IDEAL (La Cerradura), 9/06/2024

lunes, 3 de junio de 2024

Concordia

No sé cuántos de nuestros jóvenes acudirán a los periódicos o a los programas de televisión para informarse, me imagino que pocos, pues si hablamos de medios de comunicación las brechas generacionales son cada vez más grandes. En un contexto bélico, Rusia basa buena parte de su estrategia en la desinformación, y el resurgir de Donald Trump en USA a pesar de sus condenas judiciales demuestra lo permeable que es una parte de la población a los bulos que corren por las redes sociales. Entre la desigualdad económica y la falta de coherencia de nuestros líderes políticos, algunos ciudadanos sienten hostilidad hacia el sistema vigente, y es ahí donde encuentran los votos personajes como Javier Milei en Argentina o Santiago Abascal en España, a los que en realidad les importan poco las instituciones democráticas, por lo que no dudarían en asaltar el Congreso como Trump el Capitolio. Es el harakiri que se está haciendo el partido republicano en aquel país, aun a riesgo de transformar en una pesadilla el sueño americano. Si atacas a las instituciones está claro que no tienes la capacidad para gobernarlas. Aunque hay quien piensa lo mismo de Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo, gracias al discurso plano que ambos mantienen sobre los buenos y los malos, incapaces de encontrar un espacio político para el acuerdo, aunque esto sea lo que demandan los ciudadanos. “¡A la mierda!”, ha exclamado en el Congreso Yolanda Díaz, refiriéndose quizá al fango del que tanto habla el presidente del Gobierno, salpicando y salpicándose el vestido. Porque quizá lo de Yolanda Díaz sea un pensamiento general, compartido por muchos ciudadanos que exclamarían lo mismo si les preguntaran por los poderes del Estado que nuestras señorías representan. No debe de ser agradable vivir en esa tensión permanente, peleado con el contrario y con uno mismo. ¿O es sólo teatro? Hasta hace poco hubiera sido inadmisible utilizar un término como el de Yolanda Díaz en el Parlamento o en los medios de comunicación, pero confundidos estos con las redes sociales los filtros desaparecen. Ejercer la política o el periodismo supone precisamente aplicar un filtro profesional, que no tiene que estar necesariamente sesgado por las propias opiniones o las directrices del partido. Esta semana se ha aprobado la Ley de Amnistía en el Congreso de los Diputados. Qué bueno sería que no se aplicase sólo a una parte de nuestra clase política y volviéramos a la concordia. Ni el pasado está muerto ni está el mañana escrito. Así recordaba Adolfo Suárez a Antonio Machado en la Transición.

IDEAL (La Cerradura), 2/06/2024

lunes, 27 de mayo de 2024

Ring

Lo de Pedro Sánchez y Javier Milei resultaría cómico en otras circunstancias, pero es un síntoma de la antipolítica que se nos impone, donde lo caricaturesco se convierte en grotesco. Preocupados por el “trending topic”, a nuestros líderes parecen gustarles las salidas de tono, insultar al contrario, directamente o utilizando el cuerpo diplomático, pues se trata de crear bandos. En este contexto de odio artificial y pensamiento menguante, los disidentes serán los ciudadanos que se atrevan a pensar por sí mismos, y que serán acusados de equidistancia por no enrolarse en ningún partido. Pero son los bandos los que causan los conflictos y las guerras, pues cuando las circunstancias son complejas los demagogos tienden a reducirlo todo a un “conmigo o contra mí”. De hecho, cansada del espectáculo, una parte de la sociedad ha decidido apartarse del juego político, y ni siquiera se molesta en ir a votar. Para reconducir la situación actual habría que empezar por el lenguaje. No se trata de prohibir la libertad de expresión, sino de suspender con nuestro voto a quien insulta o al que con su manera de actuar insulta la inteligencia de los ciudadanos. Las ideas de Javier Milei sobre acabar con las prestaciones sociales revelan un analfabetismo radical, y eso que se trata del presidente de un país, Argentina, que ha dado a dos de los escritores más influyentes de la literatura contemporánea, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar. Un país que ha acogido siempre con generosidad a los españoles, la misma con la que en España se ha acogido a los argentinos, pues son naciones hermanas, a pesar de sus dirigentes, situados a la izquierda y a la derecha de un ring que sólo está en su cabeza. Puestos a dar espectáculo, podrían subirse a un ring de verdad, con algunos de sus valedores en las esquinas. Óscar Puente por el lado español, y quizá quiera pasarse Santiago Abascal al lado argentino. Nada de hablar de la mujer de uno o de la afición a las drogas del otro. Mejor decirse a lo Mike Tyson: “Las personas que te cruces cuando subas a la cima te las puedes volver a cruzar cuando bajes al infierno”. Aunque me gusta más Muhammad Ali: “La pelea se gana o pierde muy lejos de los testigos, tras las líneas, en el gimnasio y en la carretera, antes de que baile bajo esas luces”. Aunque apuesto a que Pedro Sánchez y Javier Milei preferirían decirse: “Soy rápido, soy guapo, soy el mejor”. Qué gran ejemplo para ambos países.

IDEAL (La Cerradura), 26/05/2024

lunes, 20 de mayo de 2024

Comunidades

España es como una vieja comunidad de vecinos donde colisionan los antiguos propietarios y los nuevos inquilinos, aunque ni unos ni otros se atrevan a cuestionar o indagar sobre los títulos de propiedad, que suenan a nacionalismo. Mientras tanto, tratan de aprovecharse los pillos: administradores, constructores e inmobiliarias deseosos de cobrar honorarios inexistentes o vender y alquilar los pisos al mejor postor. También algunos presidentes se aprovechan de la situación para prolongar su mandato, pues lo que más les interesa es dirigir la comunidad como les da la gana, sin tener en cuenta los límites de la ley de propiedad horizontal. Se creerán ustedes que estoy hablando del Gobierno de España, de las mayorías en el Congreso de los Diputados y de los resultados de las elecciones en Cataluña, y podría ser verdad. Pero no todas las cosas son como parecen, y quizá usted viva en un edificio construido en los años sesenta que no tiene ni estatutos -¡ay, la Constitución!- y es gobernado aún por empresarios que ya mandaban en la dictadura y la Transición, acostumbrados a celebrar el Corpus en la casetas del ferial agasajando con gambas al poder político, que hay cosas que no cambian. Aunque en las distancias cortas y el trato popular son más expeditivos. Creen siempre tener la razón, lo que digan las normas no les interesa, o sí, aunque como han mentido tantas veces sobre el contenido se creen que su palabra es la ley, como dice la canción. Y van en pareja, como los polis buenos y malos de las películas, solo que uno hace de Vito Corleone y el otro de Luca Brasi. Lo peor son las votaciones en la Junta de propietarios. Porque aunque el presidente gane las elecciones, a veces se impone el independentismo. ¿Tomamos decisiones según el interés general o según lo que quieran uno o dos vecinos? Aprobar unas normas de régimen interno es recomendable en estos casos, o renovar los estatutos ya obsoletos, pero hay a quienes no les interesa tenerlos en cuenta. Hasta aquí hemos llegado, suelen decir. Y amenazan con una dimisión que no se produce, pues se está a gusto al mando, amnésico o amnistiado. Ahora que se acercan las elecciones de esa otra comunidad que es la Unión Europea, ¿pensaremos en convocar además una junta extraordinaria de propietarios? Lo malo es dejar locales y pisos vacíos y no poder contar con los okupas y los abstencionistas, que van camino de superar el 50% del electorado. Las comunidades de vecinos son como el sistema democrático.

IDEAL (La Cerradura), 19/05/2024

lunes, 13 de mayo de 2024

Turismo insostenible

Pese a los problemas de sequía y las restricciones, en la provincia de Málaga van a seguir llenándose las piscinas. La Junta de Andalucía lo ha justificado por el turismo, que aumentará el consumo de agua. Desde luego, pero quizá nuestras administraciones deberían cuantificar el coste en servicios públicos que supone para nuestras ciudades convertirlas en parques temáticos. El debate sobre las necesidades de los vecinos y la transformación de las urbes parece perdido, pero alguien tendrá que pagar el aumento de los servicios de limpieza o seguridad, por no hablar de la sanidad pública, pues sigue existiendo el turismo sanitario. Que haya un impuesto sobre los establecimientos turísticos resulta inevitable, pero deberían limitarse también las licencias a la hostelería y regular el alquiler de los apartamentos. En ciudades como Granada, los estudiantes no encuentran alojamiento, y ya se escuchan demandas para permitir el alquiler de locales como viviendas, porque en algún sitio habrá que meterlos. Dentro de poco se alquilarán zulos. Porque la vivienda digna es para los turistas, aunque se trate de un derecho constitucional. Y es bastante equívoca la imagen que de nuestras ciudades se llevan los turistas, que piensan que estamos todo el día en la calle porque hay cien bares y restaurantes por kilómetro cuadrado. Quizá no se den cuenta de que los bares se han abierto para ellos y que no hay clientes indígenas, que ya no pisan el centro sino es para trabajar. Los fines de semana la ciudad se deja a las hordas bárbaras, que la ocupan sin escrúpulos para admirase a sí mismos. El patrimonio, la arquitectura y la historia son una excusa para hacerse un selfi. Y no es que eso esté mal, salvo porque las ciudades dejan de ser un lugar agradable para vivir y, como en una alegre distopía, los antiguos habitantes, que las habían mantenido con sus tributos, van huyendo o escondiéndose bajo la superficie, para no encontrase con tanto carpanta. En España, donde ya hay casi dos millones de plazas hoteleras, se abre un nuevo hotel cada tres días, pero al mismo tiempo se habla de crisis inmobiliaria. Un país donde algunos políticos alertan contra la inmigración, pero adonde sólo entre los meses de marzo y abril llegaron dieciséis millones de visitantes extranjeros. Pues si esto es turismo sostenible que venga otro turista y lo vea. A fin de cuentas, son los que mandan. Lo peor es que se margine a los ciudadanos y que haya un doble rasero en la limitación del consumo de agua.

IDEAL (La Cerradura), 12/05/2024

lunes, 6 de mayo de 2024

Meditaciones

No creo que haya una noticia más simbólica sobre la historia de España que la profanación en Víznar de una fosa de la Guerra Civil. Según informaba Jorge Pastor en IDEAL esta semana, el motivo fue el robo de una prótesis con dientes de oro de un ejecutado. Hemos removido tanto la memoria histórica que no hay ningún respeto por los muertos. A la calavera le han tenido que arrancar la mandíbula para llevarse unos pedazos de oro, por lo que no se podrá identificar el cadáver. “No solo acabaron con la vida de otros seres humanos de la manera más despiadada, sino que ahora, además, nos impiden saber quiénes son”, denunciaba amargamente la antropóloga Laura Gutiérrez. Eso en una fosa con otras personas asesinadas con las manos atadas a la espalda, entre ellas un niño, al que encontraron un lápiz y una goma de borrar. Es un buen tema para que medite nuestra clase política, empeñada en reescribir el pasado e incluso revivirlo de una manera pueril. En un país donde todavía hay que desenterrar e identificar a las víctimas de una guerra y una dictadura recientes, que los partidos –todos participan- se dediquen a enfangar la vida pública debería ser también un delito de lesa humanidad. O que se ponga en duda la libertad de expresión cuando nuestros políticos abusan de ella insultando nuestra inteligencia. Precisamente, lo que necesitamos es más política y menos comedia. Porque el Palacio de la Moncloa y el Congreso de los Diputados se parecen ya más a una guardería donde se requiere la atención a base de gritos y pataletas. “¡Me voy!”, “¡me quedo!”, clama el presidente de la comunidad de vecinos de “Aquí no hay quien viva”, una de las series más populares de la televisión española. No se puede sembrar discordia en un país donde la policía tiene que investigar la profanación de tumbas de la Guerra Civil y el robo de la dentadura de un esqueleto. Cinco días dan para leer las “Meditaciones” de Marco Aurelio: “Eres un alma que sostiene un cadáver”, o “todo es efímero, lo que recuerda y lo recordado”. Entre tantos asesores, debería de haber al menos uno que les recordara a nuestros presidentes lo que a los emperadores romanos: “Memento mori”. ¿Acaso te impiden ser justo, magnánimo, moderado, prudente, libre de juicios repentinos, leal, reservado, libre? Qué bueno sería tener siempre a un Marco Aurelio cerca. Aprovechemos el tiempo antes de que nos encontremos en una tumba y algún cabrón nos robe los dientes.

IDEAL (La Cerradura), 5/05/2024

Lecturas

La inteligencia artificial se ha introducido en academias y escuelas para que los candidatos a cualquier oposición almacenen datos como si no tuvieran cerebro, sino un disco duro. No se aprecia el conocimiento, sino superar un examen tipo test. No se aspira a aprender, sino a aprobar, algo que les ocurre también a muchos estudiantes universitarios, que no están acostumbrados a la lectura, la reflexión y el lenguaje abstracto. Resulta normal si de los planes de estudios van desapareciendo las humanidades y asignaturas como historia y filosofía parecen ya de un pasado remoto. Sobre estimulados por móviles y pantallas a los niños les cuesta fijar la atención durante cinco minutos, exactamente igual que a sus padres, incapaces de no atender los mensajes de WhatsApp aunque estén cenando con su pareja. Las redes sociales están alterando hasta las costumbres sexuales, y raro es el cavernícola digital que no se graba para luego encontrarse con su palmito circulando por Internet. En las casas donde los padres no leen los hijos no leen, aunque por la celebración del Día del Libro políticos y deportistas manden mensajes como “Leer es poder”. Pues no se les nota, la verdad. Si leyeran, otro gallo nos cantaría. No se cuántos discursos se hacen con inteligencia artificial, pero sí que suenan artificiales, como si mezclásemos en el software encuestas y estadísticas para conseguir una receta política. La creación y el pensamiento huyen del ruido y la prisa, pero hay demasiado ruido en nuestras aulas y en los medios de comunicación, en el mercado, que no descansa y demanda perfiles profesionales más técnicos, versados en informática y tecnología. Inventamos nuevos dispositivos con mayor memoria y que nos permitan navegar más rápido, pero dudo que haya un invento más perfecto que un libro, que puede contener un mundo completo y todos los que pueda añadirle el lector. Leer, leer de verdad, puede convertirse en un acto de disidencia. Porque sin lectura no hay pensamiento, opinión pública libre ni democracia. Y da alegría y esperanza darse un paseo por la Feria del Libro, si hay tanta gente que lee o que puede leer. Porque me imagino que esos artefactos de papel llegarán a las casas para ser algo más que un objeto decorativo, y que se enarbolarán sin vergüenza en el autobús o en el metro para identificarse como miembros de la secta de la letra impresa. Quién sabe si será verdad y la imaginación llegará al poder. Una sociedad inteligente podría ser el conjunto de lo que se lee.

IDEAL (La Cerradura), 28/04/2024

martes, 23 de abril de 2024

Series

Hay personas que no entienden el mundo actual si no encuentran una serie que se lo cuente. La gente cita “The Crown”, “La casa de papel” o “Stranger things”, e incluso hay quien ha aprendido gracias a Netflix lo que era la España de Franco. Porque hay series y documentales que están muy bien, pero las creaciones audiovisuales no tienen la profundidad de la letra impresa, que invita a la reflexión y no a la abducción, como suele ocurrir con las pantallas. En un contexto bélico y donde parte de la población ha optado por vivir en la irrealidad, quizá haya quien espere que un superhéroe o una superheroína nacidos del universo Marvel nos libren de Vladímir Putin. A mí me gustaría, desde luego, y que de paso se llevaran a otro planeta a Donald Trump, que amenaza con una guerra civil en USA, precisamente uno de los estrenos de cine de este fin de semana. ¿Nos avisa el cine de lo que va a pasar? ¿Provoca el cine lo que va a pasar? El imaginario colectivo está poblado de guerras y distopías, por lo que vivimos con una sensación de “déjà vu” permanente en que confundimos la ficción con la no ficción, la fantasía con la realidad y solemos casar la imaginación con el deseo, como diría Baltasar Gracián. En algo debíamos de parecernos a nuestros políticos, pues la esperanza es la gran falsificadora de la verdad. ¿La corregiremos con cordura? Adictos también a las series, me imagino a los directores de campaña inventando al Capitán PSOE o al Capitán PP o a la Capitana Marvel-Sumar. Ya inventaron una serie sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aunque dudo que el personaje de la ficción televisiva pueda competir con el real, que ha mostrado tantas caras que resulta irreconocible. ¿Será Clark Kent el verdadero Supermán? Nos gustaría ver a un presidente con capa y capaz de volar por el mundo, aunque fuera para ahorrar con el Falcon, que no estamos para acelerar aún más el cambio climático. ¿Quién recorrerá el planeta para evitar el deshielo, desviar los misiles al espacio y traernos la paz mundial? Quizá podamos contentarnos con encontrar a la Mujer Maravilla que arregle un poco la sanidad pública, por bajar a la tierra. 850.000 personas esperan en España una intervención quirúrgica, y la segunda comunidad donde más se espera es Andalucía, con 174 días de media. ¿Y esto quién lo arregla? En España, la serie podría llamarse “Hospital Central”. Y el libro, “País de resistencia”.

IDEAL (La Cerradura), 21/04/2024