En
una sociedad donde abunda la miseria siempre hay quien se aprovecha para sacar
ventaja. Prestamistas, especuladores, estraperlistas que, amparados en la ley
de la oferta y la demanda, aceptan a precio de saldo las herencias familiares. Las
calles se han llenado de casas de empeño, de marchantes que compran plata y oro
al peso, o cualquier objeto valorable económicamente y al que se le pueda sacar
un beneficio. Es algo legal, desde luego, desde la Edad Media, y ya no son los
tiempos en los que, con la excusa de la religión, se expulsaba a los prestamistas
a los que se les debía dinero, como ocurrió en España con los judíos.
Actualmente, el país es de los prestamistas, de los bancos que a través de las
instituciones europeas nos obligan a ajustar las cuentas públicas. Y se ve que
es algo necesario, si atendemos a la gestión torticera que algunos políticos y
empresarios hacen de los recursos y de las subvenciones europeas, de la
obsesión de parte de la sociedad de aprovecharse del sistema, de este Estado
social y democrático de derecho, como lo define la Constitución española, y que
sin embargo ha marginado a buena parte de los ciudadanos. Según datos del INE,
el 35,4% de la población andaluza se encuentra en riesgo de pobreza, y el 27,9%
en el ámbito nacional. Y eso en un país que presume de batir récords de
crecimiento económico, pero donde el sueldo medio ya no alcanza siquiera los
mil euros. ¿Mileuristas? Este es ya un término para referirse a una clase
privilegiada dentro de la generación de jóvenes que todavía viven en España.
Pero ¿habría alguna manera de terminar con tanta desigualad? Yo creo que sí:
instaurando el derecho a recibir una renta básica del Estado, que debería estar
recogido en las constituciones en el mismo capítulo que establece el principio
de capacidad económica como criterio rector del deber de los ciudadanos de
contribuir al sostenimiento de los gastos públicos. Y que deberían explicarle también
a Cristiano Ronaldo. Para el caso, según vienen avisando los medios, en un futuro
próximo la mayoría de los trabajos serán desempeñados por robots. Y si, por
otra parte, según Credit Suisse, el 1% de la población mundial dispone del 75%
de los recursos económicos del planeta, ¿dónde está entonces el problema? ¡Que repartan
un poco! A ese 1% le dará igual que trabajen personas o robots. Lo que no sé es
si los prestamistas consentirían que una máquina sustituyese a Cristiano
Ronaldo. Para pagar impuestos, claro.
IDEAL (La
Cerradura), 28/05/2017