domingo, 24 de marzo de 2019

Autodefensa


La medida de lo que representa Vox en la política española nos la da Santiago Abascal, que ha pedido la legalización de las armas para la “autodefensa” de los españoles y ha conseguido que todos los partidos y sus cabezas de lista den su opinión sobre un tema que en principio no tenía ningún interés. ¿Cómo nos defendemos de los políticos que copian lo peor de otros países como Estados Unidos para llamar la atención? Como Trump, Abascal se dedica a tronar en las redes sociales para convertirse en vox populi, y aunque defienda que su formación es la del sentido común, más bien parece la cara de ese monstruo reprimido que todavía habita en el inconsciente de demasiados ciudadanos, soldados y generales recuperados para la causa y que no se sonrojan al defender el régimen franquista, aunque ellos vivan gracias a la democracia. Y aunque existan políticos que parezcan caricaturas de Rambo o Harry el Sucio, no es algo de lo que podamos reírnos, primero porque el propio Abascal suele llevar encima una Smith & Wesson, y quizá pueda dispararnos al confundirnos con algún intruso; y luego porque el auge de la extrema derecha en países como España, Francia, Italia, Holanda o Alemania es un síntoma de la debilidad de nuestras democracias. Aunque puede tratarse de una debilidad ficticia, creada a punta de pistola. Porque España es uno de los países más seguros del mundo y con uno de los índices de criminalidad más bajos, y cualquiera que haya viajado un poco sabe que lo primero que se echa de menos de nuestro país es la tranquilidad con la que uno puede caminar por la calle, algo que no pueden decir en muchas ciudades americanas y europeas. Sin embargo, se nos insta a proteger nuestras casas con alarmas y cámaras de seguridad de manera machacona, y hay calles donde el que se siente amenazado es el transeúnte, grabado por objetivos públicos y privados. El mero hecho de encender el ordenador o el teléfono nos localiza de manera inmediata, y lo raro es que haya alguien tan analógico y anacrónico que renuncie a estar hiperconectado. El imaginario colectivo ha sido colonizado por superhumanos con la musculatura hipertrofiada en el gimnasio, armados como pistoleros y portadores de una tecnología digna de un espía, porque se ve que hemos confundido la ficción con la realidad y creemos que puede pasarnos cualquier cosa. Estamos tan preparados para todo y tan sobreinformados que parecemos analfabetos. Esta sociedad no necesita armas, sino educación.
IDEAL (La Cerradura), 24/03/2019

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