La
víspera de elecciones es también una época de regresos y renacimientos. Aunque
la gente hable más de la debacle del Real Madrid, el presidente del Gobierno,
Pedro Sánchez, se empeña en cambiar la realidad y hacer campaña electoral a
golpe de decretos-leyes (no “reales decretos”). Y es que se ve que los casos de
extraordinaria y urgente necesidad a los que se refiere la Constitución para
legislar desde el ejecutivo son subjetivos (los “reales decretos” emanan de la
potestad reglamentaria). Así, mientras una parte del madridismo suspira por la
vuelta de la elegancia y la mano izquierda de Zinedine Zidane, otros piden el
regreso de la mano dura de José Mourinho, el “number one”, el gran homo
interruptus. Ah, no, me confundo, el verdadero homo interruptus es Pablo
Iglesias, que anunció su regreso a la escena política (como si se hubiera ido)
con una campaña digna de la colonia masculina “Jacqs”: Vuelve el hombre. ¿Qué hombre? Él. Pablo. El destructor de mundos
políticos (dicho con voz grave). O quizá se trataba de una campaña de la última
película de Marvel. No sé. Quién puede saber algo con tanto jaleo, sobre todo
si está rodeado de gente que, amparándose en el Estado de Derecho, hace lo que
le sale de las pelotas. Al fútbol me refiero, claro. Porque, ¿quién hace en
España lo que le sale de las pelotas? A ver. Carles Puigdemont, aunque viva en
Bélgica. Quim Torra, que continúa viviendo en España a su pesar. Santiago
Abascal, claro. Y Pablo Casado. Y quizá Albert Rivera. Sebastián Pérez seguro.
Y Luis Salvador. ¿Paco Cuenca? No sé, este hombre sonríe demasiado como para
hacer lo que quiera. Pero usted, sí. “¿Yo?” “Sí”. “¿No serás tú?” “Sí”. “Y tú
también, claro”. “¿Yo?” “No. Tú”. “Y a mucha honra”, me contestará usted. O al
menos lo intento. Vale. ¿Y no hay mujeres que hagan lo que quieren? Menos, pero
las hay. Del perfil anterior, Susana Díaz o Carmen Calvo. De otros perfiles más
edificantes, Marta Gutiérrez y Mayte Olalla, que encabezan la lista de Vamos
Granada para las elecciones municipales. Y es una verdadera desgracia para la
política municipal y española que no sean más las candidatas. Así no
hablaríamos tanto de pronombres o de prohombres y de pelotas. Pero es que se ve
que en España casi todo es una cuestión de pelotas, que según la RAE puede ser
“juego que se hace con la pelota” o “persona aduladora, que hace la rosca”. Lo
mismo termina siendo José Mourinho el presidente del Gobierno.
IDEAL (La
Cerradura), 10/03/2019
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