domingo, 12 de mayo de 2019

Cabezas


Pues resulta que el candidato a la alcaldía de Granada más conocido en España lo es por haber perdido la cabeza; pero ahí sigue, tan contento, aunque continúe convencido, como Cesare Lombroso –criminólogo y médico del siglo XIX-, de que en la fisonomía podemos encontrar las virtudes del político y tal vez –como aseguraba el italiano- del delincuente. Mientras, dada la confusión programática, entre una ciudad “grande” o “elegida” o, tal vez, francamente jodida, hay quien busca al mejor alcalde granadino del siglo XX. ¿Se habrá sentado en el banquillo de los investigados? ¿Habrá concedido licencias a cambio de pisos? ¿Se habrá construido un piso a base de conceder licencias? ¿Dispondrá de 522.000 euros para afrontar la multa que pueda pedirle la fiscalía por prevaricación y tráfico de influencias? ¿Tendría asimetrías craneales, orejas puntiagudas, pronunciados arcos superciliares? Como terapia del delito, Cesare Lombroso prescribía: “En realidad, para los criminales natos adultos no hay muchos remedios: es necesario o bien secuestrarlos para siempre, en los casos de los incorregibles, o suprimirlos, cuando su incorregibilidad los torna demasiado peligrosos”. No sé yo. ¿Cómo impedir que se presenten a las elecciones municipales? Atendiendo a su pasado inmediato, algunos deberían recorrer para atrás el paso de peatones hacia el consistorio, pero se ve que no tienen vergüenza. ¿Quién la necesita para gobernar? Al menos, tres de los candidatos y candidata a la alcaldía de Granada tienen entre sus propósitos acabar con la corrupción en el Ayuntamiento. ¿Alguien puede negarla? Únicamente quien haya podido beneficiarse de ella, aunque sólo sea para convertirse en candidato, mientras sus compañeros de bancada van desfilando hacia el juzgado. Esta semana la campaña ha comenzado con la pegada de carteles de los partidos, que ya resulta bastante ridícula desde el punto de vista ecológico y mediático, salvo para Vox, que ha tenido que optar por el boca a boca, como explicaba Onofre Miralles –lo mejor que tiene este partido- después de la decisión de la Junta Electoral. ¿Podríamos hacer un intercambio de cromos en las candidaturas? Si Cesare Lombroso levantase la cabeza, lo mismo no le duraba mucho sobre los hombros. ¿Qué se pierde primero, la cartera o esa parte del cuerpo humano que se cree responsable de todas las demás partes? Tratándose de Granada, y sin necesidad de ningún estudio pseudocientífico, tenemos bastantes papeletas para que nos la roben. Y si no es de primeras, ya quedarán un par de candidatos en algún asador para ofrecerle la suya el uno al otro en bandeja. Pero ¡qué gran cabeza!

IDEAL (La Cerradura), 12/05/2019

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