Para
bailar bien unas sevillanas hay que enfrentar el envite como algunos políticos
la campaña electoral: ligeramente entonados. Con las manos en la cintura o
alzadas sobre la cabeza uno da un pasito a la derecha, otro a la izquierda,
mira retadoramente a su pareja y da el primer cruce. Increíblemente, hemos
pasado sólo la primera prueba y aún nos quedan otras elecciones, así que vamos
con la segunda. Un ligero taconeo y una vuelta sobre sí mismo. Luego otra
miradita a la pareja, tres pasos para delante y tres pasos atrás, y otra
vuelta, que ahora vienen las municipales y autonómicas. Quizá, a estas alturas
del baile, andemos algo mareados. Pero no importa. Si uno mantiene el
equilibrio, eso se arregla con otro paso, y una vuelta lenta, cogiendo a
nuestra pareja por la cintura y prometiéndole nuestro amor para los próximos
cuatro años. Así que vamos con la tercera. Taconeamos de perfil, primero a la
derecha y luego a la izquierda, que ya no hay partidos de centro, y nos
cruzamos. Otra vuelta sobre nosotros mismos y afrontamos otros cuatro cruces,
taconeando alternativamente con nuestra pareja. Ya vamos con la cuarta, que es
la que uno siempre se olvida, pero, llegados a este punto, los pasos son lo de
menos. Lo fundamental es seguir mirando a la pareja mientras improvisamos. Y
cuidando las maneras. Porque hay quien se pone tan flamenco que parece Falete.
Así que, para evitar tentaciones y excesivos amaneramientos, basta con
imaginarse a los candidatos con un clavel en la oreja. Desde Pedro Sánchez a Santiago
Abascal, o de Paco Cuenca a Sebastián Pérez. Lo mismo hasta se ponen la flor en
la boca. Pero nosotros a lo nuestro, que ya vienen los cuatro cruces con los
que culminaremos el baile. Y aquí hay que ser torero. Si el equilibrio y el
fino nos lo permiten, hincaremos la rodilla en el suelo al rebasar a nuestra
pareja antes de girar sobre nosotros mismos e hincar la rodilla de nuevo para
girar sobre nosotros mismos e hincar la rodilla de nuevo para girar sobre
nosotros mismos y… ¡Catapún! Ya hemos chocado con nuestra pareja, salidos
despedidos y derribado la barra con las bebidas o la mesa electoral, que
después de tantas semanas de dimes y diretes nos parecen lo mismo. Pero es que
estamos en el mes de mayo, que en Granada y España ha empezado con las fiestas
del Trabajo, de la Cruz y de la Democracia. Y hay mezclas que matan. ¡A bailar!
IDEAL (La
Cerradura), 5/05/2019
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