miércoles, 19 de octubre de 2022

Abrigos

Se acerca el invierno y, mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anuncia la ampliación del bono social eléctrico y ayudas a las comunidades de vecinos para que puedan poner la calefacción, las instituciones públicas avisan de medidas para aplicar el decreto de ahorro energético. “Vamos a abrigarnos” ha anunciado la rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, que comunica la prohibición del uso de estufas y calefactores en despachos y aulas. La crisis de precios provocada por la invasión de Rusia a Ucrania cambia los discursos políticos y nuestras costumbres, aunque no será para tanto, si podemos poner los radiadores a diecinueve grados. En realidad, desde la pandemia del coronavirus ya íbamos bastante abrigados a las clases, con las ventanas abiertas lloviera o tronara. Y yo me acordaba de la película “El club de los poetas muertos”, en la que John Keating (Robin Williams) enseñaba literatura en el campo de fútbol, donde los alumnos leían un verso antes de golpear el balón. “En mi clase aprenderán a pensar por ustedes mismos. Aprenderán a saborear la palabra y el lenguaje. Porque, a pesar de lo que les digan, la palabra y las ideas pueden cambiar el mundo”. La película está llena de frases para repetir en las aulas: “No leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana. Y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, los negocios y la ingeniería son carreras nobles y necesarias para la vida. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor… son las cosas que nos mantienen vivos”. Cómo abrigan algunas palabras en un mundo que parece catastrófico. Sin embargo, estamos mejor que nunca. Antes, la gente se las apañaba sin sanidad, sin servicios públicos, sin Estado. Hoy, es raro encontrar una actividad en la que no haya implicada alguna de las administraciones territoriales que, según el color político, parecen competir entre sí para estar más cerca de los ciudadanos, aunque sólo sea para subirles o bajarles los impuestos. Según los Presupuestos de 2023, el Estado transferirá más de 134.000 millones de euros a las comunidades autónomas para que sigan prestando los servicios que son más sensibles para los ciudadanos: sanidad, educación y servicios sociales. Eso en un país en el que dentro de quince años uno de cada tres hogares será de alguien que vive solo. ¿Aprenderemos a vivir con nosotros mismos? A falta de calefacción, habrá que buscar un Keating o un buen libro para abrigarse.

IDEAL (La Cerradura), 16/10/2022

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