A
pesar de la inteligencia artificial, el futuro podría ser el pasado. Impera el
radicalismo político, el nacionalismo se hace fuerte dentro de la Unión Europea,
en España podría haber un gobierno del PP y Vox. Las series –las novelas de
hoy, según Bret Easton Ellis- hablan de realidades paralelas, de viajes en el
tiempo, de vivir en otros mundos que se encuentran en éste, donde nos atrapan
monstruos que nacen de nuestro interior. Puede que en España el ministerio de
Igualdad se transforme en el ministerio de la Familia y la violencia de género
en intrafamiliar, que se niegue el cambio climático, que se privaticen
servicios sociales básicos, la sanidad y la educación, si no desaparecen. En el
futuro pasado imperará la ley del más fuerte y empuñaremos armas como en USA
para defendernos de los peligros reales o imaginarios. La legión española
patrullará por las calles y la cabra presidirá los desfiles y quizá alguna
mesa, si es que no se halla condimentada en el plato. Porque si uno atiende a
la batalla mediática desatada en esta campaña electoral ya permanente, con la
mayoría de las cabeceras informativas perfectamente alineadas en bandos, España
va a votar entre dos bloques y dos modelos de sociedad y éstas van a ser las
elecciones más decisivas de la democracia. ¿A qué nos sonará todo esto? Es como
si viviéramos en un bucle temporal, y aunque nos apresuremos a decir que la Guerra
Civil, la dictadura y la transición son cosa del pasado, a falta de otros
argumentos enarbolamos las banderas que se tiñeron con la sangre de nuestros
abuelos. Qué país más cansino y carpetovetónico. Como si efectivamente
estuviéramos rodeados de muertos vivientes que no se comen a nadie, sólo el
tesoro público, pero encabezan las listas electorales después de haberse comido,
eso sí, a sus contrincantes. Todo para poder obtener un escaño en el parlamento
y seguir con la gresca durante al menos otros cuatro años. ¿Y dónde está el
modelo de país o de sociedad? En las hemerotecas. Si al menos acudiéramos a
ellas con humildad y espíritu crítico e hiciésemos una lectura reflexiva, ya
adelantaríamos mucho. Pero no tenemos tiempo. Van pasando los días y los
demagogos los consumen contando el tictac del reloj que corre en sentido
inverso, cuando no mostrando sus miserias en TikTok. Los bloques ya pueden
verse en los ayuntamientos y al parecer no ha pasado nada nuevo. Sólo lo de
siempre: trifulcas, amenazas y alguna torta. Mejor con pan.
IDEAL (La Cerradura), 18/06/2023
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