No
se le puede negar al presidente Pedro Sánchez su capacidad para volver locos a
políticos y periodistas, que apenas han tenido tiempo de digerir la debacle
electoral en las municipales y autonómicas de los partidos en el Gobierno para
que ya tengan que pensar en las elecciones de julio. Hasta a Alberto Núñez
Feijóo le han fastidiado las clases de inglés que tenía previstas, por lo que
si llega a convertirse en presidente será chapurreando espanglish como ha sido
tradición en los presidentes del PP, aunque al parecer José María Aznar hablaba
una especie de mejicano cuando iba a fumar puros a USA con George Bush Jr.
Pedro Sánchez podría haber previsto incluso las elecciones locales y
autonómicas como una primera vuelta de las generales para que la gente
desahogara parte de su hartazgo y meditase un poco más en la segunda vuelta. Si
fuera sí, Pedro y sus asesores se habrían estudiado bien “El príncipe” de
Maquiavelo, pero no sé si todo cuela en sociedades democráticas y superficiales
como la nuestra. Al PSOE le falta un discurso claro y una idea de España, que
PP y Vox sí tienen, aunque esté anclada en el pasado. Pero un ancla es un
ancla, y el único argumento no puede ser enarbolar la bandera del miedo a la
derecha. El partido socialista se ha visto lastrado en su acción de gobierno
por Unidas Podemos y compañía, que ya se precipitan hacia la insignificancia
electoral. La gente parece haberse hartado de los experimentos y, si Ciudadanos
ha desaparecido, lo mismo podría pasar con el partido morado, como ha ocurrido en
el Ayuntamiento de Granada, donde el bipartidismo es un hecho y el tercero en
discordia es Vox, tan cercano a nivel institucional con el PP que va a costar
diferenciarlos. Esa es la esperanza de Pedro Sánchez, que el voto de la
izquierda se concentre en el PSOE, y que si no logra mantenerse en el Gobierno
al menos obtenga un buen número de escaños para aguantar en la oposición y
volver antes o después al poder. Aquí en Granada, debemos celebrar que Marifrán
Carazo sea la primera mujer que gana la alcaldía, y ojalá pueda consolidar un
modelo de ciudad universitaria y cultural sin convertirse en satélite de Málaga
y Sevilla. Con que lograra mejorar las conexiones aéreas y ferroviarias de la
provincia y sacarla de su aislamiento, podría pasar a la historia. Por el
momento, nos dirigimos cuesta abajo y sin frenos hacia unas nuevas elecciones.
En patinete.
IDEAL (La Cerradura), 4/06/2023
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