La gente suele
confundir el fútbol con la política, pero no sé si después de la alianza de
Santiago Abascal con Viktor Orbán y Vladímir Putin los votantes de Vox pueden
seguir apoyando a la selección española de fútbol, que espero gane hoy la
Eurocopa, y cuya mayor estrella, Lamine Yamal, es un chaval de 17 años recién
cumplidos hijo de inmigrantes: Mounir Nasraoui (Marruecos) y Sheila Ebana
(Guinea Ecuatorial). Porque, aunque no se diga abiertamente, España y Rusia
están en guerra, aunque muchos ciudadanos rusos sigan veraneando en la Costa
del Sol y sus hijos estudiando en las universidades españolas. Nuestros dirigentes,
amantes de lo políticamente correcto, dirán que esto no es cierto, aunque estén
apoyando económica y militarmente a Ucrania (pregúntenselo a Putin), algo que
es imprescindible, por otra parte, y que hay que explicar abiertamente a los
ciudadanos, que saben posicionarse cuando hace falta. De hecho, una de las
mejores noticias políticas que hemos tenido últimamente es que los votantes le
han parado los pies a la extrema derecha en Francia, país vecino y amigo, aunque
los hayamos eliminado en las semifinales del campeonato. ¡Menudo golazo de
Lamine Yamal! ¡Vivan tu padre y tu madre! ¡Vivan Marruecos y Guinea Ecuatorial!
Espero que el chaval no decida declararse hoy en huelga en la final contra Inglaterra
al ver el enfrentamiento entre el PP, Vox y el PSOE y las comunidades autónomas
respectivas por el reparto de los menas, esos seres humanos que parecen ser
sólo números en el debate político de nuestros partidos, que vuelven a mostrar
poco sentido de Estado. Lamine podía ser un mena, pero se ha criado en el
barrio de Rocafonda, en Mataró, que tiene 11.000 habitantes censados, de los
que 2.000 son niños cuyos padres emigraron de África. Y son catalanes, a pesar
de lo que diría Jordi Pujol (a Josep Borrell le dijo que había nacido en
Cataluña, pero que no era catalán), y son españoles, a pesar de lo que dirían algunos
nacionalistas catalanes y algunos nacionalistas españoles. ¡Qué suerte fichar
por el FC Barcelona! Ojalá los conflictos nacionales e internacionales se
solucionaran en un campo de fútbol, como pedía el coronel alemán interpretado
por el añorado Max von Sydow en la película “Evasión o victoria”. Pero, ya que
esto no es posible, los ciudadanos pueden tomar decisiones votando, que es el
modo más eficaz de ejercer nuestros derechos y libertades. Y también, por
supuesto, si hoy mete al menos un gol Lamine Yamal y nos proclamamos campeones
de Europa.
IDEAL (La
Cerradura), 14/07/2024
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