La
obsesión de nuestros políticos por “el relato” revela que creen protagonizar
una serie de Netflix en vez de gobernar instituciones democráticas. Y pudiera
hacernos gracia esa confusión entre ficción y realidad si no tuviera
consecuencias para el Estado y la vida de los ciudadanos. Sin embargo, las
ficciones suelen quedar empequeñecidas por la realidad cuando no la
transcienden, y uno suele aprender más leyendo las noticias de sucesos que viendo
“El irlandés”. Las vendettas se practican en el área metropolitana, como
contaban Carlos Morán y Laura Velasco en IDEAL. Según la información, la mafia
italiana cometió un asesinato en Granada el 21 de noviembre de 2023. Un vecino
de 42 años fue abatido a tiros en Alhendín junto a la casa en la que se había
ocultado huyendo de los mafiosos que habían firmado su sentencia de muerte. La
Società Foggiana lo culpaba de que hubieran salido mal dos operaciones de
tráfico de drogas, por lo que el jefe del clan, Marco Raduano, y su
lugarteniente, Gianluigi Troiano, se establecieron en Granada para ejecutar
personalmente a la víctima y luego huyeron en un coche que fue encontrado
calcinado en las Gabias. Meses más tarde, en febrero de 2024, la Guardia Civil
detuvo a Troiano en Otura y la policía francesa a Raduano en Córcega. ¡Ése sí
es un relato! Y no el que cuentan el PSOE y el PP sobre la renovación del
Consejo del Poder Judicial después de cinco años, de lo que parecen no estar
orgullosos. La verdad oculta dentro del relato periodístico es quién dio el
soplo a la policía, porque pudiste ver al asesino cuando comprabas el pan o el
periódico. En el relato político no hay más verdad oculta que la miseria
intelectual que vemos todos los días. Qué daño ha hecho el “storytelling” y la
confusión de los principios del derecho con los del marketing. No se trata de
reformar las leyes, sino de contar cómo hemos reformado las leyes, como si no
pudiéramos salir de dudas acudiendo al BOE. No se trata de hacer actividades
culturales, sino de vender el proyecto de una ciudad cultural. No se trata de
que la ciudad esté bien comunicada, sino de ir de excursión a Fitur. Cómo vamos
a extrañarnos luego del auge de la extrema derecha y de que los nuevos
indignados voten a personajes como Alvise. Es a lo que lleva la superficialidad
del debate político español. Pacten más y cuéntenos menos relatos. Para no
dormir ya tenemos esa realidad de la que ustedes forman parte.
IDEAL (La Cerradura), 30/06/2024
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