lunes, 3 de noviembre de 2025

Aviones

No sé si vendrán de Málaga los aviones que veo revoloteando por encima de la plaza de toros y que quizá deberían haber cruzado ya el Estrecho para pasar el invierno en el África subsahariana. Estarán confusos con el tiempo, como los estudiantes de esa pandilla que también toma el sol, unos vestidos de verano todavía, otros de otoño, e incluso hay quien lleva un abrigo de invierno, pues se habrá levantado temprano para ir a clase, y por las mañanas sí que refresca. La vida de las ciudades ha quedado reducida a los barrios, donde aún se puede hacer la compra en mercados y pequeños comercios, en esas antiguas tiendas de ultramarinos que ahora regentan ciudadanos de origen asiático, lo que les da un aire más cosmopolita. Aquí la gente ocupa tranquilamente los bancos y las terrazas, donde marean el café o la cerveza, no como en el centro, donde la hostelería parece ser sólo para turistas, a los que atienden los camareros con un cronómetro en la mano. Ciudades como Granada, Málaga, Córdoba o Sevilla ya sólo se enorgullecen de su pasado si pueden explotarlo comercialmente. Algunos ven por eso a los turistas como una plaga, y otros como el nuevo ganado que ordeñar, ya sea poniéndoles cañas y raciones o alquilando sus casas a precios de hotel, mientras los dueños se van a vivir al área metropolitana. Los barrios quedan para los jubilados y los estudiantes, cada vez menos, pues escasea el alojamiento. Y es una pena, pues casan bien los jóvenes y los viejos, que contemplan la vida con tranquilidad y alegría. Quizá pronto tengan que hacer sus nidos como los aviones, bajo los tejados y las terrazas. Porque quieren traer otro tipo de aviones desde el aeropuerto de Málaga, para que sigan llegando más turistas como el maná, y no vengan sólo de paso para ver la Alhambra. Lo que ya era un nombre bastante largo, Aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén, ahora tendrá un nuevo apellido boquerón. Aeropuerto Federico el Boquerón sería más corto, aunque no sé si cumpliría con el propósito. ¿Le pediremos también dinero a la diputación de Málaga? Vender las ciudades cuesta un ojo de la cara, y no sé si los ciudadanos tienen mucho interés en que se paguen con sus impuestos campañas de marketing. Me llama la atención los pocos niños que se ven en los barrios, aunque ya no sea hora de colegio. Se ofrecen aviones, viejos y algún estudiante. El reclamo de los barrios no nos valdrá para el aeropuerto.

IDEAL (La Cerradura), 2/11/2025

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