Aunque el Gobierno no puede aprobar los Presupuestos, quiere exigir a los autónomos que ajusten más sus cuentas. Esos parias que tienen que contabilizar cada céntimo y a los que entran sudores fríos cuando llega el momento de presentar las declaraciones de IVA e IRPF. Y que deben justificar todos sus gastos e ingresos por transferencias bancarias o con los movimientos de la tarjeta de crédito. No como el PSOE y el presidente Pedro Sánchez, que al parecer consideran algo “normal” los pagos en metálico. ¿A quién le cuentan estas milongas? O bien algunos políticos desconocen las normas cuyo cumplimiento exigen a los ciudadanos, o bien, como la mayoría sospecha, no tienen ni idea de lo que supone trabajar de verdad, sin depender de sopas bobas. La Seguridad Social está en quiebra por una lamentable gestión política, y eso no se va a solucionar subiendo las cuotas de los trabajadores autónomos o de los empleados. ¿Por qué no se les exige a los políticos lo mismo que a cualquier trabajador o empresario y a los partidos lo que a las empresas? Ni siquiera digo más, cuando nadie les obliga a dedicarse a la vida pública. Si el gerente de una empresa pagara en “cash” los gastos corrientes, todos sus proveedores sabrían que no quiere facturar porque está utilizando dinero negro. Pero, según la UCO, para el exdirector gerente del PSOE entre junio de 2017 hasta octubre de 2021, Mariano Moreno Pavón, era una práctica habitual, sobres con billetes que salían de la sede socialista con destino a los bolsillos de José Luis Ábalos y Koldo García. Como premio a su proceder, cuando dejó el cargo siguiendo el camino del exministro de Transportes, el Gobierno lo nombró presidente de ENUSA, la empresa pública que suministra uranio enriquecido a las centrales nucleares españolas, con un sueldo de 245.000 euros anuales. ¿Seguirá pagando en metálico en uno de los puestos más altos de la administración pública? Que con todo lo que está saliendo a la luz el Gobierno siga tan campante nos da una medida de la dignidad política de este país. Salvo Yolanda Díaz, que por un pensamiento fallido habló de un Gobierno de corrupción. Quizá porque quienes lo continúan apoyando ciegamente lo hacen con gafas bien tintadas de cargos, prebendas e ideología. Sin embargo, una cosa es hacer las cuentas de la vieja y otra meter la mano en el bolsillo de los ciudadanos, que terminarán saliendo a la calle para ajustar las cuentas, públicas y privadas. Con los autónomos hemos topado.
IDEAL (La Cerradura), 26/10/2025
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