Julio
es el mes de las discusiones y las conversaciones absurdas, como la que van a
mantener Mariano Rajoy y Artur Mas el día treinta en la Moncloa. La gente está
agotando en estas fechas el fuelle que le queda y pensando en el mes de agosto,
y el encuentro entre los presidentes será un desencuentro más entre España y
Cataluña. Pues eso es lo que van a escenificar, mostrando una vez “Mas” el
paripé en que se ha convertido la política española. Porque han quedado para
decirse que no se soportan y que nunca estarán de acuerdo, como esas parejas
que se empeñan en verse a pesar del divorcio. Es la fuerza de la costumbre y de
un amor no correspondido, aunque uno nunca sabe si es de España a Cataluña o de
Cataluña a España. Seguramente sea de los dos, a pesar del Tribunal
Constitucional, que sigue diciendo que la soberanía nacional recae en el pueblo
español y no en el catalán, el gallego o el vasco, que son partes de un todo
que dijo sí a la Constitución de 1978. Personalmente pienso que la soberanía
recae en cada ciudadano, independientemente de dónde viva, pero los tiempos
cambian, y las constituciones deben cambiar también, pues las leyes no son más
que la expresión del pueblo colectivamente considerado y, desde el momento que
en España se reconoció la voluntad de dieciocho parlamentos, es difícil
desacostumbrarlos. Que se lo digan a Cristóbal Montoro, que pretende que las
Comunidades Autónomas recorten allí donde todo estaba recortado. Pero ¿no se
había acabado la crisis económica? ¿No nos han sobrado 12.000 millones de euros
para salvar a Caixa Catalunya y venderla después saneada al BBVA? Quizá fuera
más consecuente que Rajoy y Montoro no se reunieran con los presidentes de las
Comunidades Autónomas, sino con los consejeros delegados de las entidades
bancarias, que son los que cortan realmente el bacalao. Y es por ahí por donde
se desangran los gastos públicos. ¿Qué son en comparación ochenta millones del
presupuesto de Andalucía? Esta semana se han publicado los datos de la balanza
fiscal entre Estado y Comunidades Autónomas, pero lo cierto es que los ciudadanos,
con nuestros tributos, estamos financiado la gestión de las dos especies más
dañinas de parásitos que ha dado la democracia. En Granada llevamos esperando
siete años a que Junta y Ayuntamiento se pongan de acuerdo para terminar el
puto metro. Que se lo expliquen a los comerciantes del Camino de Ronda. Esos sí
que tienen problemas de financiación.
IDEAL
(La Cerradura), 27/07/2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario