El año 2015 ha empezado como acabó el
2014, pero es una saludable costumbre cambiar los dígitos de los relojes y
calendarios, aunque sólo sea para vivir una idea momentánea de cambio y
transformación. Porque con el nuevo año renovamos nuestras costumbres, aunque
algunos propósitos de enmienda se repitan hasta convertirse en un hábito: los
hacemos para incumplirlos inmediatamente, y así poder volver a proponérnoslos
al año siguiente. Como cuando nos encontramos a ese conocido: “Te llamaré”,
decimos. Y, fieles a nuestra costumbre, nunca lo llamamos. Pero volveremos a
decirle lo mismo si nos lo encontramos de nuevo. La mitad de la humanidad ha
dejado de fumar y de beber y la otra mitad ha empezado a correr, por lo que
ahora hay millones de familias desestructuradas, persiguiendo a los fantasmas
de quienes fueron, como Míster Scrooge, que prefería vivir solo. Lo mismo les
ocurre a los partidos políticos, obligados a entenderse por la crisis del bipartidismo.
Los misterios del amor. Porque ha tenido que venir Pablo Iglesias para revelar
lo mejor y lo peor de cada uno. Y todo por llamarlos “casta”, que suena a
“pasta”. Si los hubiera llamado “guapos”, saldrían en Interviú. Qué imagen más
terrible la de los políticos españoles en pelotas. Pero ahí estamos los
ciudadanos, que no salimos en ningún sitio, aunque nos encontremos en paños
menores. Aun vestidos, me ha sonrojado el discurso navideño de algunos políticos.
¿Pues no somos el cuarto país que más ha crecido económicamente en los últimos cuarenta
años? ¿Será gracias a los cuatro millones y medio de parados? Sólo habría que
echarlos del país para que las estadísticas fueran un primor. Pero si sumáramos
a todos los incompetentes que hay en las Administraciones públicas, también nos
saldrían unos cuantos millones. Porque tenemos tres Administraciones, pero da
la impresión de que sobran cinco. Y así, nos consuela saber que el alcalde de
Granada y el presidente de la Diputación se quieren, y que los dos van a ser
candidatos de su partido. La disciplina es una cuestión importante. Por eso,
también están Paco Cuenca y Chema Rueda “en perfecta sintonía” en el PSOE, que
“no contempla más alianzas que con los ciudadanos”. ¿No podríamos obviar a los
partidos? Canal Sur se tragó en la retransmisión ocho uvas-campanadas, pero
asombrosamente ha llegado el nuevo año a Andalucía. Y es que los políticos son
a veces como los personajes de un cuento: cuando se acercan a la realidad, se convierten
en espíritus. Ojalá se cumplan nuestros propósitos de enmienda.
IDEAL
(La Cerradura), 4/01/2015
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