La
actualidad se ha convertido en una película de superhéroes, “Vengadores: Infinity
War”, el estreno cinematográfico más taquillero de la historia. Los medios de
comunicación hablan de una guerra entre jueces y políticos, que se mueven según
las demandas de los ciudadanos, protagonistas de “La jauría humana”, otro
título cinematográfico. Y está también la Patrulla X, formada por psiquiatras y
psicólogos, que no han querido mantenerse al margen, porque “El mundo está
loco, loco, loco”, una buena comedia. De pronto, la sociedad ha perdido el
respeto por la ley, que es la base de la democracia. Y los ciudadanos –hombres,
mujeres y demás superhéroes- han empezado a luchar entre sí en una mediática “Civil
War”, el cómic más valorado de Marvel y preludio de la batalla final contra el
malvado Thanos. Y Thanos es la sinrazón, las decisiones poco meditadas y las
iniciativas legislativas que se ponen en marcha a golpe de tuit, de las
manifestaciones o de las descalificaciones e insultos. Todos los partidos
políticos se han vuelto populistas. E incluso los medios de comunicación han
renunciado a ofrecer una información rigurosa y se han abandonado al
sensacionalismo. El juicio y la sentencia a “La Manada” es un síntoma. Primero
por la autodenominación que se dan sin sonrojo a sí mismos cinco individuos
descerebrados, que carecen de cualquier principio ético. Después, por su
puesto, por su comportamiento en unas fiestas, las de San Fermín, que no se
diferencian sin embargo de otras muchas celebraciones en España, donde se
fomenta la borrachera pública y el destrozo del mobiliario urbano, las manadas
de toda índole por las calles haciendo sus necesidades en cualquier sitio, en
la calle o en los portales, donde también se viola. Luego está la sentencia, claro,
discutible y recurrible, pero que ha condenado a esos energúmenos a nueve años
de prisión. Y está el ministro de Justicia, que se permite descalificar a un
juez que emite un lamentable voto particular, sí, pero para el que ya piden la
misma pena que para los condenados. Quizá haya que reformar el Código Penal. No
lo sé. Pero resulta también preocupante esta caza de brujas auspiciada por lo
políticamente correcto, y que los medios se lancen a escarbar en los fallos
judiciales y a generar alarma social –otro ejemplo- porque se ha puesto en
libertad a Gregorio Cano, conocido como “el violador de la Verneda”, después de
cumplir veinte años de cárcel. Es preferible ponerse en manos de un juez que de
otra manada de vengadores.
IDEAL (La
Cerradura), 6/05/2018
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