lunes, 4 de noviembre de 2019

Truco o trato


España ya es materialmente un Estado federal, con dos grandes Administraciones públicas –Estado y Comunidades Autónomas- financiadas con un sistema en el que comparten las figuras tributarias que dan lugar a mayor recaudación y que suponen el grueso de los recursos públicos en España. Otra cosa es que desde el punto de vista social esta realidad no sea visible, entre otras cosas porque nuestros políticos no practican la pedagogía, sino la demagogia. De hecho, la relación de bilateralidad tan reclamada en Cataluña ya se mantiene normalmente con el País Vasco y Navarra a través del concierto y el convenio, dos “tratados” por los que se articula una financiación que va mucho más allá del régimen común, y no pasa absolutamente nada. Desde mi punto de vista estas comunidades también deberían participar en los mecanismos de solidaridad y de desarrollo regional –cosa que no ocurre ahora-, pero lo cierto es que los hechos diferenciales son una realidad desde que se aprobó la Constitución de 1978 en España. ¿Esto se sabe, se explica, se cuenta? No. Se ve que es mejor hablar de estado federal o plurinacional, cuando el Estado autonómico actual es básicamente lo mismo. ¿Truco o trato? Aquí preferimos el truco, y por eso tenemos a nuestros jóvenes desorientados, aborregados y maleables, quemando contenedores en Barcelona o tirando huevos y bombas de amoniaco en Granada a los autobuses y a los coches en la noche de Halloween, encapuchados o disfrazados de fantasmas. Aunque, claro, partiendo de la base de que buena parte de nuestros políticos también carecen de formación, poco puede esperarse. “Pedro, ¿tú sabes lo que es una nación?”, le preguntó Patxi López no hace tanto al presidente en funciones. “Un sentimiento”, le contestó Sánchez, que a veces se pone tan tierno que parece que lo han untado con mermelada. ¿Habrá estudiado algo desde entonces? Definir la identidad o la individualidad es algo difícil, y basta darse una vuelta por Granada para comprobar qué poco se parecen un vecino de la Chana y otro del Albaicín. Pero no creo que ellos tengan ningún problema para definirse, si es que es algo que les importa. Probablemente no, como a la mayoría de los españoles, que no tienen que disfrazarse para saber quiénes son. El autogobierno es simple: poder disponer de una casa, de un trabajo, pagar tributos y facturas, llegar a fin de mes. Y contar con alguien a tu lado, mirarlo a los ojos y recordar que, para vivir, no necesitas ni trucos ni tratos.
IDEAL (La Cerradura), 3/11/2019

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