lunes, 13 de septiembre de 2021

Reguetón

Hay una canción que me persigue desde hace semanas, un reguetón con poca letra que repite machaconamente los mismos ritmos y que se oye en los pisos de estudiantes (¡han vuelto!), en las fiestas de pueblo (hemos tenido que huir) y en las terrazas de los pubs (vade retro). Las canciones o maldiciones del verano se ponen todavía en los chiringuitos y, según las crónicas periodísticas, podríamos oírlas también en el Ayuntamiento de Granada, pues según denuncian el PP y Ciudadanos al exalcalde Luis Salvador le han montado uno con el nombre de “Estrategia 2031, Anillo verde, Internacionalización de la marca Granada y GRX cardiosaludable”. ¿Logrará que nos expulsen de España? ¿Nos dará un infarto colectivo? Deprime ver lo que tienen que hacer alcaldes y exalcaldes para asegurarse el futuro político, aunque sea a costa de traicionar la confianza de los ciudadanos o del partido. Así que la gente prefiere bailar el reguetón, ya convertido en un discurso político: “No me importa lo que de mí se diga. Viva usted su vida, que yo vivo la mía. Que solo es una, disfruta el momento. Que el tiempo se acaba y pa' atrás no vira”. Y el coro de estudiantes, desde las ventanas: “Bebiendo, fumando y jodiendo. Sigo vacilando, de party to' los días. Síguelo (¡Farru!). Síguelo (la rola y pepa)”. Y en el pub: “Pepa y agua pa' la seca. To' el mundo en pastilla en la discoteca (desacata'o). Pepa y agua pa' la seca. To' el mundo en pastilla en la discoteca (empastilla'o)”. Y en la plaza del pueblo o en la plaza del Carmen: “¿Y qué me van a hacer?, Uah. Toy borracho de poder, uah. Dicen: ¿Quién este se cree?”. Y es que algunos reguetones son galimatías indescifrables, como este de un tal Farruco. “Pepas”, creo que se llama. Menos mal que no son “Pepes”. Pero quién sabe, salvo el cambiante Salvador, lo que nos deparará el futuro. Veo, veo, de aquí a diez años que… Si no hemos cambiado mucho en cinco siglos, no creo que lo vayamos a hacer ahora. A algunos granadinos, como a algunos políticos, no los sacas del sillón y de sus costumbres ni con agua caliente. Hipnotizados seguimos contemplando la Alhambra y Sierra Nevada, pero el futuro quizá pase por un sintetizador y una caja de ritmos. Me lo imagino perfectamente. En bañador y con un micrófono en la mano, cantando: “El chiringuito, el chiringuito…” Y es que el rey del verano (a pesar del emérito) siempre ha sido Georgie Dann.

IDEAL (La Cerradura), 12/09/2021

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