lunes, 6 de septiembre de 2021

Vuelta al cole

A principios del mes de septiembre, seguimos haciéndonos las mismas preguntas que en junio: si abrirá el ocio nocturno, si alcanzaremos la inmunidad de rebaño, si las autoridades levantarán las restricciones de una población que parece más cansada ahora que en el inicio de las vacaciones. “¡Cero absoluto!”, exclamaría un profesor de cuyo nombre no quiero acordarme. No le bastaba al hombre el cero, como había alumnos a los que no les bastaba un suspenso y volvían a catear en septiembre. Benditos tiempos. Ahora no se suspende, sino que se va aprobando a golpe de estadística, y por eso te encuentras en las aulas universitarias a alumnos que no saben leer ni escribir correctamente. Aunque siguen abundando los ninis, esos chavales que ni estudian ni trabajan. Se quedan en casa jugando a la consola ante el pasotismo del padre o de la madre, hartos de discusiones con un engendro convertido en una especie de mueble con manos que teclean frenéticamente mandos a distancia, pantallas de móviles, tabletas, teclados y ratones, demostrando más energía que todo el Gobierno de Pedro Sánchez. ¿A nadie se le ha ocurrido cómo almacenar tamaño dispendio eléctrico? Con el esfuerzo que despliega cualquiera de nuestros ninis en alcanzar la última fase del Armagedón virtual podrían iluminarse varias ciudades. Pero se nos escapa el ímpetu antes de que comience el curso, en el que las mascarillas seguirán cubriendo los rostros fantasmales. Se llama protección, como un cuento de Primo Levi. Y hay quien no quiere quitarse la mascarilla, como esta chica. “Me siento protegida como en una fortaleza y por las noches, cuando me acuesto, me la quito de mala gana”. “¿Protegida contra qué?” “No sé, contra todo. Contra los hombres, el viento, el sol y la lluvia. Contra la polución, el aire contaminado y las escorias radiactivas. Contra el destino y contra todas las cosas que no se ven ni se prevén. Contra los malos pensamientos, contra las enfermedades, contra el porvenir y contra mí misma”. “Impresionante. ¿Y contra el suspenso que te van a poner?” “Contra eso no, ¿ves? Es que no he estudiado mucho”. Pues así hemos llegado a septiembre, con un verano que ha pasado como un espejismo y esa protección en la que nos refugiamos. Su uso y la estrategia de vacunación es “una lección del mejor de los patriotismos”, según Pedro Sánchez, que suele sacar sobresaliente en optimismo. “Volveremos a disfrutar de una vida sin mascarilla”, anunció en el mes de junio. Y seguimos tan felices, con la mascarilla puesta.

IDEAL (La Cerradura), 5/09/2021

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