Los
recelos de la gente ante la nueva normalidad se revelan en las calles, donde
todavía hay mayoría de mascarillas, aunque ya no tengamos la obligación de
llevarlas en espacios exteriores. Tanto se nos ha recomendado su uso que nos
cuesta desprendernos de este nuevo apéndice que nos permite escondernos y
protegernos de encuentros desagradables. La gente prefiere ahora el anonimato,
no saludar necesariamente aunque viva en una ciudad tan pequeña en la que cada
calle es un barrio. Pero hay quien celebra el cambio con euforia, y con la cara
descubierta te mira condescendientemente si continúas tapado hasta las orejas. No
paran de sonreír, porque durante el tiempo que llevaban mascarilla han
aprovechado para arreglarse la boca, y son miles los que propagan la buena
nueva de la ortodoncia. Pero no sólo han hecho su agosto los dentistas. A pesar
de la inflación, ya nos venden el resurgir de las relaciones sociales,
económicas y políticas. ¡Viva la fiesta! El presidente Pedro Sánchez presume de
que ya somos mileuristas, e incluso en el Ayuntamiento de Granada parece que se
van a aprobar por fin los presupuestos municipales. Dicen las malas lenguas que
el alcalde, Paco Cuenca, está feliz, porque podrá seguir con su campaña
personal a cara descubierta. Como si fuera algo malo bailar una escena de
“Cantando bajo la lluvia” cuando inaugura un parque en el Zaidín. ¡Saltemos
entre los chorros de agua de la fuente! ¡Respiremos el aire puro de la nueva
política! Una felicidad inmortalizada en una fotografía de Pepe Marín para
IDEAL. La alegría de nuestros políticos es contagiosa, y no sólo seremos la
cuna de la inteligencia artificial, sino que viajaremos por fin en Ave para desarrollar
por todo el país un nuevo modelo productivo basado en el conocimiento nazarí. Lo
mismo los vemos competir en la Copa del Rey de Baloncesto. Un partido entre
grupos políticos estaría bien para dirimir conflictos sociales y personales. En
la Carrera de la Virgen uno se va cruzando con jugadores que saltan y gritan
antes de atacar el aro. Parece una escena de “Bolonia Boogie” (Anagrama), la
última novela publicada por Justo Navarro, donde seguimos las investigaciones
del comisario Polo, habitante de la Gran Granada: “When I say stop, don´t move,
and when I say get it, every body mess around! Boogie-woogie!”. ¡A bailar todo
el mundo! Son tiempos de alegría, aunque al quitarnos la mascarilla nos
descubramos un poco más viejos y más miopes. ¿De verdad eres tú? Cómo nos gusta
inaugurar obras públicas y ver bailar al alcalde.
IDEAL (La Cerradura), 13/02/2022
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