No
sé si Andalucía puede convertirse “en otro régimen, pero de derechas”, como
señala el candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Junta, Juan Marín,
pero llama la atención que lo diga él, que ha gobernado cuatro años con la
derecha. Si nuestra democracia es un régimen será por la actuación de nuestros
políticos, que cuando están en campaña electoral se enredan con el lenguaje en
busca de eslóganes facilones y de poco bagaje intelectual. Juanma Moreno tiene
ganas de comerse el mundo, Juan Espadas se siente llamado por Andalucía,
Macarena Olona quiere cambiar el rumbo de España, Teresa Rodríguez reivindica
el andalucismo como una seña de identidad e Inmaculada Nieto nos insta a
levantar la cabeza para liderar el bloque de progreso. Para regímenes, los
votantes ya tienen que apretarse bastante el cinturón, con la energía y una
cesta de la compra disparadas, inventando nuevas recetas culinarias aunque
tengan que mezclar diariamente los mismos ingredientes básicos, y acaso algunos
privilegiados piensen en hacer dieta para estar de buen ver en la playa este
verano. Los candidatos ganarían mucho si dejasen a un lado los conceptos
abstractos y se centraran en cuestiones concretas, palabras sencillas pero con
mucho peso como recibos, facturas, hipotecas, pensiones, salario, paro e
incluso euríbor. Pero nuestros partidos políticos aspiran a ampliar su poder
territorial, como si de una campaña bélica se tratase, y Alberto Feijóo y Pedro
Sánchez vienen a Andalucía a apoyar a sus candidatos porque creen que este es el
round previo a las elecciones generales. Según el CIS, Juanma Moreno ganaría las
autonómicas y el PP obtendría el 35,6% de los votos y entre 47 y 49 diputados
en el Parlamento andaluz, frente al 25,2% del PSOE, que sólo obtendría entre 32
y 36 escaños; unos resultados que serían similares en el ámbito nacional, con
Vox como tercera fuerza política en ambos casos. ¿Se creerá esos pronósticos el
director de CIS, José Félix Tezanos? Cuando escucho las encuestas de este
organismo, me acuerdo de los augures romanos. ¿Adivinarán la intención de los
votantes interpretando las señales del cielo, el vuelo de los pájaros,
escarbando en los intestinos de algún animal muerto? No. Son más fiables las
estadísticas, los algoritmos y las pantallas, analizar los recorridos de los
ciudadanos con el localizador. Los resultados de las elecciones andaluzas están
ya apuntados en nuestros teléfonos móviles. Diestros o zurdos, manejarlos es lo
más parecido a vivir en un régimen de derechas o de izquierdas. Un trabajo de
domesticación, adiestramiento y doma tecnológica.
IDEAL (La Cerradura), 5/06/2022
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