lunes, 30 de mayo de 2022

Andaluces

No sé si ser andaluz depende del empadronamiento, pero sí sé que vivir en Salobreña imprime un carácter especial, que tiene que ver con la brisa del Mediterráneo, largos paseos hasta el Guadalfeo, e incluso un salto al agua desde el peñón para los más intrépidos. La política debe de ser también así, asomarse al vacío, vencer el miedo y tener la determinación de lanzarte, aunque nunca estés seguro de lo que te encontrarás abajo. Porque hay que bajar al ruedo, mezclarse con la gente, escuchar y aprender. Nuestros problemas son básicos, y nos gustaría que en las campañas electorales hubiera menos palabras gruesas. Puestos a elegir, yo me habría empadronado también en Salobreña, como Macarena Olona. Quién quiere Málaga o Sevilla o Jerez de la Frontera teniendo un pueblo que se desliza desde el castillo a la Costa Tropical como si realizaras un viaje en el tiempo para zambullirte en la actualidad. “Salobreña, monte sin leña, mar sin pescao…” Y ya no me acuerdo de qué más decían. Pero no creo que a nuestros políticos haya que hacerles un examen de cultura general. ¿Qué más da donde vivan? Macarena Olona ha denunciado a la alcaldesa de su nuevo pueblo por querer sacarla del padrón, lo que parece un rifirrafe entre vecinos. “La alcaldesa tiene cara de condenada”, ha dicho. ¿Cómo se puede tener esa cara? Según la candidata de Vox, lo que ha hecho la alcaldesa es “prostituir las instituciones y las potestades públicas municipales”, algo muy parecido a lo que le dijo hace poco a la presidenta del Congreso. Con amigas así, ¿quién necesita enemigos? Deberían disfrutar la playa y de unos espetos de sardinas. En el restaurante el Peñón o en la Bahía se come divinamente. ¿Llegará a celebrar allí Macarena de España ser la nueva presidenta de la Junta? Según los sondeos, Andalucía se está haciendo de derechas, aunque hasta hace poco esto fuera poco más que una herejía. ¡Andaluces, levantaos! “La bandera blanca y verde vuelve, tras siglos de guerra, a decir paz y esperanza, bajo el sol de nuestra tierra”. Es que se me saltan las lágrimas. La gente confunde el padrón con la residencia fiscal, y hay quien vive en Andalucía como si lo hiciera en un paraíso, Gibraltar, las Islas Caimanes, Hong Kong, Santa Lucía o Antigua y Barbuda. ¿Quién nos representará realmente en las elecciones? “¡Sea por Andalucía libre, España y la humanidad!” Empadronarse puede ser también un acto de fe. Qué alegría debe dar poder vivir en Salobreña.

IDEAL (La Cerradura), 29/05/2022

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