A
pesar de vivir en Occidente, hay muchas mujeres que se sienten sometidas, como
ocurre en otros países con menos suerte que el nuestro. Lo comentaba esta
semana la rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, en la
presentación del libro “Afganas”, de Javier Ruiz Arévalo. Un libro que explica
la terrible realidad que sufren las mujeres de aquel país y cómo nos determina
la cultura, que según el lugar donde nacemos nos convierte en seres humanos o
en esclavos. Siguiendo la analogía que hace Hofstede entre la cultura y el
software de un ordenador, Ruiz Arévalo escribe que la primera sería la
programación colectiva de la mente que distingue a un grupo humano. “Es esta
programación la que hace que, ante estímulos idénticos, personas pertenecientes
a grupos sociales diferentes tengan tendencia a responder de forma también
diferente”. Coronel del Ejército de Tierra y doctor en Derecho, Javier Ruiz
Arévalo ha viajado y vivido en Afganistán, y no sólo demuestra conocer
perfectamente la realidad de la que habla, sino que además la cuenta con una
escritura elegante y eficaz, lo que convierte el relato del horror en que viven
muchas personas en una lectura amena, pues sus armas son las del buen escritor.
Pero es que este libro es además una obra de arte, pues incluye como
ilustraciones las acuarelas de Concha Osuna, que se exponen actualmente en la
Fundación Euroárabe. Y la pintora ha sabido ponerse en la piel de esas mujeres
para que sus expresiones nos sobrecojan y emocionen tanto como el relato del
escritor del texto, uniendo simbólicamente la imagen y la palabra. Pues, como
Concha Osuna diría, ese horror silencioso es el de muchas mujeres blancas,
occidentales, madres que también están tapadas con un burka, aunque este no se
vea. Mujeres humilladas por otro tipo de talibanes que viven en España y que se
hacen pasar por buenos vecinos, trabajadores y ejemplares padres de familia,
pero que tiranizan a sus esposas e hijas hasta que ellas son capaces de
despertar de la pesadilla, porque en este país, por fortuna, tienen derechos y
libertades que las amparan. Y si uno lee este excelente libro, “Afganas”
(Editorial Universidad de Granada), reconocerá roles y situaciones que tenemos
mucho más cerca de lo que estamos dispuestos a confesar. Y quizá nos
reconozcamos también en los ojos de algunas de las mujeres que nos miran sin
miedo desde estas acuarelas, diciéndonos con las palabras de Shukria Barakzai:
“Caemos/ Nos rompemos/ Fracasamos/ Pero, a continuación/ Nos levantamos/ Nos
recuperamos/ Triunfamos”.
IDEAL (La Cerradura), 2/04/2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario