En todas las familias suele haber un Mr. o una Miss. Scroogre que reniega de las fiestas navideñas. Se hace de rogar para acudir a las cenas, huye de las compras y el exceso de dulces y espumosos, y cuando menos te lo esperas te suelta uno de sus “¡paparruchas!” Pero luego le cambia la cara cuando recibe un regalo inesperado o el abrazo del hermano que se empeña en que la familia permanezca unida. Aunque quizá este año haya sido diferente con la visita de ese antiguo socio que le ha convencido de que muestre una sonrisa. “Llevo la cadena que me forjé en vida”, le dijo. “Hice cada eslabón y cada metro; por mi propia voluntad me la ceñí. ¿Sabes cómo es de larga y pesada la tuya? Hace siete Navidades era ya tan pesada y tan larga como ésta”. Y Mr./Mss. Scrooge observaría con estupor cómo la cadena le daba varias vueltas por la cintura y se extendía por todo el suelo de la habitación. En estas fechas solemos mirar más a los fantasmas del pasado que a los del futuro, y si uno tiene niños alrededor prefiere despojarse de todas las cadenas de realismo y malos augurios que nos envuelven y recuperar un poco de ilusión. Pero es difícil viendo cómo hay terrores navideños peores que los imaginados por Charles Dickens. ¿Qué cadena de prejuicios llevará encima la alcaldesa de Ripoll y líder de Aliança Catalana, Silvia Orriols, que presume de cortarle el suministro eléctrico a unos marroquíes en pleno invierno? ¿Qué le contará esta Mss. Scrooge a sus hijos? ¿Se comieron unas cuantas figuras de inmigrantes en Navidad y preparan una cabalgata de esclavos para los Reyes Magos? También el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, ha presumido del desalojo de un instituto desocupado de 400 inmigrantes que ahora viven debajo de una autopista. Todo eso en Cataluña, una comunidad en la que Junts priorizó la inmigración marroquí en contra de la hispanoamericana por razones lingüísticas. ¿No habla el “caganer” español? No me extraña que Pedro Sánchez sea el único que no pierde el optimismo, a pesar de los reveses electorales. Viendo cómo se las gasta Vox y al PP aplaudiendo o callando ante estas muestras de inhumanidad y racismo, es normal que piense que Alberto Núñez Feijoo y Santiago Abascal llevan puestos un jersey de reno, como el presidente andaluz en su mensaje navideño. Me los imagino a todos juntos, felicitando el nuevo año a los españoles al grito de “¡inocentes!” Ni que uno fuera Mr. Scrooge.
IDEAL (La Cerradura), 28/12/2025
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