domingo, 19 de abril de 2015

Películas

Quizá sea una buena idea convertir en costumbre regalar series y películas a nuestros responsables públicos, para que mediten sobre la realidad política. La ha inaugurado Pablo Iglesias con “Juego de tronos”, que le ha comprado al rey. No ha sido muy sutil el hombre, pero no solemos serlo los españoles, que quizá les regaláramos a Rodrigo Rato y al presidente del PP y actual presidente del Gobierno “Los ladrones van a la oficina”, una gran españolada. A Gaspar Zarrías, que acaba de proclamar su desconocimiento sobre los ERE, le daríamos “El padrino”, y a la jueza Mercedes Alaya “True detective”. Viendo lo que ha pasado esta semana en el parlamento de Andalucía, podríamos regalarles a Juanma Moreno y a Carlos Rojas “Con faldas y a lo loco”, por eso de acompañar como sea a Susana Díaz, que la verdad es se parece poco a Marilyn Monroe. A ella le iría más bien “Aquí no hay quien viva”, teniendo en cuenta lo que ocurre en el PSOE andaluz y en la Junta de Andalucía. Ya que aún no hay versión cinematográfica de “Pepe Gotera y Otilio”, al alcalde de Granada le regalaría “Mortadelo y Filemón”, protagonizada por dos concejales de cuyo nombre no quiero acordarme. En la plataforma Vamos Granada se ha convertido en película de cabecera “Las amistades peligrosas”, y Rosa Díez no deja de ver en la sede de UPYD “Aterriza como puedas”. Además de a Naranjito y los vídeos del Mundial de España de 1982, Albert Rivera ve “El Cid”, y como Charlon Heston reflexiona sobre el modo de permanecer bien tieso en el caballo frente a los enemigos, incluso después de muerto. “The Walking Dead” es una serie ejemplar en varios partidos políticos, cuyos dirigentes repiten las mismas ideas desde hace unos cien años con los ojos abiertos como platos, tambaleándose y devorando el cerebro de sus víctimas. Teniendo en cuenta la cara que se le quedó en la primera sesión del parlamento andaluz y que durante los próximos cuatro años tratará de descubrir quiénes son los replicantes, a Teresa Rodríguez le regalaría “Blade Runner”, otra buena película para Paco Cuenca, que nunca ha podido saber si el alcalde es un ciborg que se presenta a las elecciones una y otra vez como “Terminator”. Pero el problema de todo esto es que no se trata de ninguna película ni de ninguna serie, sino que así es la realidad española. Mientras tanto, los ciudadanos permanecemos atónitos frente a la pantalla. Nos merecemos el Oscar. O al menos un Goya.

Ideal (La Cerradura), 19/04/2015

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