Pues
resulta que Granada ha entrado en el club de las ciudades con Ave, y allí se ha
plantado el alcalde, aunque él, desde luego, no haya podido viajar en Ave.
Porque Granada ¡no tiene Ave! De hecho, ahora mismo, tampoco tiene tren, ni
siquiera normalito, para viajar a Madrid, porque la estación de Andaluces está
en obras. Hay dos barrios enteros pidiendo el soterramiento de las vías en la
ciudad, pero mientras tanto el alcalde está en el club, posando con el resto de
alcaldes que sí habrán podido viajar en Ave bajo una pancarta con el siguiente
lema: “10 años creciendo juntos”. ¡Ja, ja, ja! ¿Se refieren a los años que
llevamos esperando al puñetero pájaro en Granada? Pero ahí lo tienes, vendiendo
las ventajas de la propaganda turística de este colectivo de ciudades, aunque
aquí no pueda llegar ni un turista en tren. ¿Se puede tener menos sentido de la
realidad? Pues ahora a Fitur, donde hay que costear que vayan ediles varios a
contar las bondades de esta ciudad anestesiada por la desfachatez de esos mismos
“responsables públicos”. ¡Que vamos a vendernos junto a Sevilla, Córdoba y
Málaga! Sevilla y Córdoba tienen Ave desde hace veinticinco años; Málaga, desde
hace cinco. Así que no me extrañaría que el siguiente paso del alcalde fuera
una inauguración a pie de obra, como el Centro Lorca, esperando el fantasma del
engendro mecánico como allí los fantasmas esperan el legado del poeta. Nada que
no se vaya a arreglar, claro, como el Ave, que llegará por fin el año o el mes
que viene, mañana o dentro de un lustro. ¡Si es que no tenemos paciencia! Nos
pasa lo que al concejal de Economía con los presupuestos municipales. Ante la
duda de la aprobación o de la prórroga, lo mejor es echarse un selfie con los
sindicatos, con chantaje incluido. Por si quieren cobrar. Ya que la televisión
municipal no ha creado un agujero económico lo bastante grande, el ayuntamiento
debería desarrollar un programa informático del tipo Matrix: una ciudad virtual
y paralela donde haya llegado el Ave, se haya inaugurado de verdad el Centro
Lorca y las cuentas municipales estén perfectamente saneadas. Más o menos lo
que ocurre ahora, según se nos dice desde la corporación. ¿Cuánto puede
acercarse a la verdad un mentiroso habitual? Tanto como el lema del escudo
municipal: “Muy noble, muy leal, nombrada, grande, celebérrima y heroica ciudad
de Granada”; que habría que cambiar por: “Más vale pájaro en mano, que ciento
volando”. Nos morimos de risa.
IDEAL (La
Cerradura), 24/01/2016
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