domingo, 22 de mayo de 2016

Aire

Pues parece que por fin corre un poco de aire en Granada, donde se canta con José Mercé, y lo mejor es que sopla desde el Ayuntamiento. “Abre la ventana que avive/ la mañana al cuarto y la cocina”, dicen; e incluso lo cantan algunos funcionarios del área de Urbanismo, acosados por ser honrados, por denunciar a los que se asombran de la sonrisa canina que han descubierto en el espejo público. Pero seguimos cantando con José Mercé: “Aire, aire, /pasa, pasa/ que tenga la puerta abierta/ la alegría de mi casa”. Y un ejemplo, aunque sin muchas alegrías ya, lo tenemos en el Centro Lorca. A Francisco Cuenca le han bastado dos reuniones para desbloquear la llegada del legado a Granada. Tal vez, porque lo único que le preocupa al actual gobierno municipal sea que funcione realmente el Centro, y no cambiar los estatutos para relegar a la Fundación –verdadera impulsora del proyecto- y que determinados personajes lo dirijan. Es la idea que algunas personas –con sus máscaras teatrales, más trágicas que políticas o poéticas, lamentablemente nada cómicas- tienen de la gestión pública, que confunden con una gestión interesada, esa que realiza el Padrino asesinando la honradez y el talento. Lo que el Código Penal define como prevaricación, que es tan común en la política como en la economía o en la cultura, donde también suele practicarse la ley del silencio. Porque los egos se inflan y se desinflan del mismo modo en cualquier ámbito, y los peces globo no saben conseguir nada por sí mismos. ¿Igualdad, mérito, capacidad, publicidad? La fortuna es tan arbitraria que hay quien no duda en acudir a quien no tiene más empeño que procurársela, que ya no cree nadie en el infierno. Y eso, a pesar de Quevedo: “¡Pues la gentecilla que hay en la vida y las costumbres! Para ser rico habéis de ser ladrón, y no como uno quiera, sino que hurtaréis para el que os ha de envidiar el hurto, y para el que os ha de prender, y para el que os ha de sentenciar y para que os quede a vos. Si queréis medrar habéis de sufrir y ser infame. Si sois pobre, nadie os conocerá; si sois rico, no conoceréis a nadie. Si uno vive poco dicen que se malogra; si vive mucho, que no siente. Para ser bien visto habéis de ser malhablado y pródigo…” Eso contaba en “El discurso de todos los diablos”. Algún día, también hablarán en Granada; pero, mientras tanto, que corra el aire.

IDEAL (La Cerradura), 22/05/2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario