El
azar es caprichoso, y mientras algunos vecinos celebran el fin del
botellódromo, otros se lo encuentran en el barrio, en el piso de arriba, en su
propia casa. España es una fiesta, y nuestros jóvenes brindan por que no haya
un acuerdo de gobierno, por las diecisiete puñaladas a Pedro Sánchez, por la
independencia de Cataluña. El que está borracho es tan grande como un rey, y
aquí brindamos por cualquier cosa. Pero la decadencia del PSOE ilustra bien la
del país, y uno no sabe si se trata de una tragedia o una comedia, aunque
existan traiciones y asesinatos. La gente normal tiene que llegar a acuerdos
diariamente hasta consigo misma, pues si no resultaría muy difícil levantarse,
trabajar, llegar a fin de mes, eso que para muchos ha sido siempre una quimera.
Nuestros políticos, sin embargo, se dedican a enfrentarse dentro y fuera de su
partido, y esta semana los periódicos nos han entretenido con las fotos de los
dos bandos de la ejecutiva del PSOE, antes de retarse en el OK Corral. Menudo
aburrimiento. Total, si según los datos del Banco de España, la economía
progresa adecuadamente. ¿Quién necesita gobierno ni partidos? ¡Vámonos de
botellón! Así han estado los periodistas toda la semana en la calle Ferraz, y
la peña acudiendo a ver el espectáculo. ¿Nos tomamos unas birras? “El que bien
bebe bien duerme, y quien bien duerme piensa bien; quien piensa bien, bien
trabaja, y quien trabaja bien, debe beber bien”. Lo piensan mis vecinos de
arriba, los de abajo, los que se asoman a las ventanas en el edificio de
enfrente, los que llenan las terrazas casi a cualquier hora o los que ni
siquiera necesitan una terraza para beber. Uno se levanta por la mañana,
enciende la radio o abre el periódico y empieza a frotarse los ojos y a buscar
aspirinas por toda la casa. ¿Tendré yo también una gran resaca? Mira, chaval, ni siquiera tienes resaca. Estás
todavía durmiendo la mona, soñando que esto no ocurre en la realidad. Pero
ocurre. Y cada día que pasa añadimos un nuevo aliciente al jolgorio nacional.
No hay problema. Esto lo arreglamos en un plisplás vía WhatsApp. Oye, tronkis,
¿nos montamos en mi queli un comité federal? Traeros a toda la basca, que
Susana paga. Y ya puestos, invitad a los colegas de la acera de enfrente. A
Mariano, a Pablo, a Albert, a Alberto, al Carles y al Íñigo. Para el caso, al día
siguiente, nadie va a acordarse de nada.
IDEAL (La
Cerradura, 2/10/2016)
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