domingo, 22 de octubre de 2017

Granada Noir

La crónica negra sobre la gestión del PP en el Ayuntamiento de Granada parece no tener fin. En vísperas de las elecciones municipales de 2015, alguien en el consistorio dio la orden de que se paralizasen las notificaciones de multas, con lo que prescribieron 10.000 sanciones, según informaban María Victoria Cobo y Quico Chirino en IDEAL esta semana. Total, qué son 500.000 euros en las arcas municipales frente a unos cuantos votos. Si no se han tramitado 40.000 expedientes sancionadores tocan a unos 12,5 euros, menos de lo que cuesta un menú en el Asador de Castilla para pactar un nuevo gobierno. El nepotismo en el poder se termina convirtiendo en una cadena de favores para asegurar una red clientelar que te mantenga en el cargo. A través del no cobro de una multa, la consecución de un contrato, un puesto de trabajo para un vecino o un familiar. Lo que el PP denuncia en la Junta de Andalucía es lo mismo que ha practicado en el Ayuntamiento de Granada o en la Comunidad de Madrid, porque, independientemente de las siglas, lo que hay que limitar por ley es la duración de los mandatos, como también comentaba Jesús Lens en estas mismas páginas. Y parafraseando a Petros Márkaris, con el que Jesús conversó en el Centro Lorca el pasado viernes para clausurar brillantemente la tercera edición del Festival Granada Noir: “No es el policía el que sirve para explicar la realidad, es el género negro, que se ha convertido en el mejor método para abordar los problemas de la sociedad”. En la serie de novelas que le han llevado al gran público, protagonizadas por el comisario Kostas Jaritos, Márkaris retrata una sociedad al borde del colapso. Y lo que ocurre en Grecia es extrapolable a España o a cualquier país de Europa. Emmanuel Macron ha alertado esta semana de que los grandes peligros a los que se enfrenta la UE son los movimientos secesionistas y el populismo. ¡Ay! Cuando pienso en nuestros políticos, siempre me acuerdo de la definición de policía que hace Ambrose Bierce en “El diccionario del Diablo”: “Fuerza armada que participa de los mismos actos de los que nos protege”. Pero claro, también definía al político como “anguila que mora en el lodo sobre el que se erige la estructura de la sociedad organizada”. Y de los escritores decía que “dedican su imaginación a darles vueltas a las actividades de los fantasmas”. Policías, políticos y escritores se mezclan en esta Granada Noir. Lo mismo aprendemos mucho unos de otros.

IDEAL (La Cerradura), 22/10/2017

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