Pues ha tenido que ser el Rey de España quien
diga por fin algo sensato sobre la insurrección en Cataluña, resumiendo
perfectamente la situación y reclamando la aplicación de la ley y el
restablecimiento del Estado de Derecho. Por preparación, saber estar y sentido
común sería el mejor político de España; si no fuera rey, claro, porque no podemos
votarle en unas elecciones. ¿Podrían intercambiar Felipe VI y Mariano Rajoy sus
papeles? Hace mucho, mucho tiempo, un rey le dijo a su holgazán bufón: “Si yo
fuera tú y tú fueras yo mis horas volarían alegremente, sin preocupaciones ni
pesares que las importunaran”. ¿Cuántas cabezas coronadas hay en nuestro país? Iluminadas
hay muchas, y se han dado perfecta cuenta los líderes de la extrema derecha
europea, que son los únicos políticos que apoyan a Puigdemont y compañía: Nigel
Farage (del UKIP británico), Geert Wilders (líder del PVV holandés) y Heinz-Christian
(presidente del FPÖ austríaco). Menudos compañeros de viaje, pero tienen en
común defender un nacionalismo obtuso, racista y excluyente. Y no los quieren
tampoco los dueños de las principales empresas catalanas, que están cambiando
de domicilio, algo que quizá sea más efectivo para parar el procés que la suspensión
de la autonomía. ¿En qué piensa Mariano Rajoy? “¡Un euro por tus
pensamientos!”, exclaman los bancos catalanes, que requieren un decreto exprés
para trasladar sus sedes. ¿Y por qué no una alfombra roja? Los independentistas
han llevado a la bancarrota a una de las regiones más prósperas de Europa. Aunque
es algo más fácil de lo que parece. Sólo hay que empeñarse en ello. Y en este
contexto, resulta bochornoso escuchar en Granada a Luis Salvador pedir la
dimisión del alcalde y al PP plantear una moción de censura. ¿Va a volver a
gobernar el partido que ha quebrado el Ayuntamiento? El afán de protagonismo de
algunos políticos termina convirtiéndolos en bufones, esos funcionarios del
servicio doméstico de los reyes cuyo trabajo consistía en entretener a la corte
con actos y palabras ridículas. ¿A quién entretiene este nuevo bufón, a
Sebastián Pérez? Qué desperdicio de dinero gastado en pagar las dietas de estos
personajes, diputados en el Congreso, que a veces también se parece a un circo,
como la política una industria más del entretenimiento. Al bufón se le solía
llamar tonto, pero hay quien lo presenta como una persona especialmente sabia e
ingeniosa. La cosa es tener público, o un espejo. Esta semana el rey de España
se ha puesto serio, pero hay quien sigue riéndose a carcajadas. Qué pandilla de
bufones.
IDEAL (La
Cerradura), 8/10/2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario