domingo, 1 de septiembre de 2019

2+2


Cuando Luis Salvador y Sebastián Pérez salgan del Ayuntamiento de Granada, dejarán nada más que unas cuantas polémicas, titulares de prensa, fotografías y algunos estudios sobre sus cabezas. También una escenografía perfecta sobre el ansia de poder y la mediocridad política, que sólo encuentra en los focos su razón de ser. Nada de políticas públicas, nada de proyectos de ciudad, solo proyectos de partido confundidos con proyectos personales. Pero es algo que lamentablemente podemos decir de la mayoría de los políticos españoles que se encuentran en la primera fila. Los políticos trabajadores y profesionales, que también los hay, suelen estar detrás de las bambalinas. Son los que trabajan en propuestas concretas, los que se estudian las leyes, los que sienten responsabilidad y una verdadera vocación de servicio público. Pero resulta deprimente atender a la actualidad local y nacional, que no va a recuperar ninguna asignatura en la convocatoria de septiembre. Pedro Sánchez debe de tener apuntados con signos de admiración en su agenda los teléfonos de Emmanuel Macron, Angela Merkel y el resto de los miembros del G7, aunque no debe tener el de Donald Trump, que no se acuerda de quién es el presidente español salvo cuando le ordena que se siente en una silla. ¿O tendrá quizá el teléfono de sus consortes? ¿Por qué se pagan con dinero público los viajes de las parejas de los presidentes, salvo la saludable excepción del marido de Angela Merkel? Menuda oligarquía machista, que organiza para sus mujeres una agenda paralela de “prêt-à-porter”. Pero es que hasta para gobernar nuestros políticos tiran del Photoshop, y sería curioso mezclar en una misma fotografía a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias con Luis Salvador y Sebastián Pérez. Quizá nos salga una fórmula mágica que solucione de golpe los problemas de la política local y nacional. Algo como 2+2(&)2+2=$. O 2+2=$(&)2+2=$. O 2+2(&)2+2= ¡Boom! Sí, nos ha explotado el retrato de la política local y nacional en las narices. Y es que tal vez nuestros protagonistas solo tengan miedo a que les quiten los primeros planos, que debe de ser el principal motivo que tienen para dedicarse a la política, porque hay quien confunde los selfis con ir a votar y los apretones de manos con metáforas. Por eso, en Granada, 2+2 nunca serán cuatro, ni siquiera un mandato. Las elecciones se han convertido en una pantomima, pues los candidatos les han perdido el respeto a los ciudadanos. Así, el resultado de las cuentas municipales y estatales solo dependerá de la ambición de cada cual.
IDEAL (La Cerradura), 1/09/2019

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