domingo, 29 de septiembre de 2019

Apocalipsis


Mientras Donald Trump se entretiene con los juegos de guerra, el planeta se va al garete, el sueño de cualquier adolescente, como el presidente de USA. “Joder, si el mundo va a acabarse, ¿para qué voy a estudiar?” Y, sin embargo, es otra adolescente, Greta Thunberg (que tiene la edad que aparenta, aunque sea más madura que Trump), la que está liderando la lucha por el cambio climático. Es comprensible, pues la política nacional y mundial sufre también una infantilización crónica, por lo que nuestros adolescentes son ya más adultos que sus progenitores. De hecho, suelen ser más cultos, responsables y conscientes de los problemas del mundo en que viven. Sus mayores viven en el pasado o en la inopia, como Trump o Jair Bolsonaro, que niegan una realidad que se torna catastrófica, con mares ácidos y sin recursos, sequías y hambrunas, y donde va a tener que emigrar al menos el diez por ciento de la población mundial que vive en la costa, por la subida del nivel del mar. Lo han advertido esta semana en la ONU los científicos miembros del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC). Y es que los adolescentes piensan en el futuro y los adultos sólo en el presente, que se les escapa como el agua entre los dedos, y por eso son incapaces de privarse de nada: coches nuevos, móviles de última generación, ordenadores y robots diversos, hasta aviones para ir de vacaciones o a algún concierto, si es que eres el presidente del Gobierno español, además de un inmaduro de libro. ¿Y por qué tenemos que pagar las consecuencias de tanta estupidez?, piensan Greta Thunberg y el resto de los líderes que además de los problemas del mundo tienen que combatir el acné. “Mi mensaje es que vamos a estar vigilándoles”, les ha dicho Greta a los jefes de Estado y de Gobierno. “¿Cómo os atrevéis a mirar para otro lado?”, les ha espetado llorando mientras estos se revolvían incómodos en sus asientos. “Y aun así nos pedís esperanza a los jóvenes, mientras los ecosistemas y miles de personas se están muriendo. Estamos en el comienzo de una extinción masiva y sólo habláis de dinero y cuentos de hadas”. Pues así es, Greta. Los supuestos adultos no hablan de otra cosa. Y si te vinieras unos días a España, te darías cuenta de que el sistema colapsó hace tiempo. En Granada, sin ir más lejos, donde siguiendo la aritmética del 2+2, suspenderías matemáticas. Una existencia casposa, ignorante, asfixiante y cutre, Greta. A eso le llaman madurez.
IDEAL, 29/09/2019

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